Mi caprichito

Hoy en la mañana fui a casa de Jeanine, quien tiene en su escritorio de la computadora una carpeta dedicada a la Sonora Santanera...



Buscando entre las multiples rolas que contiene esa carpeta, encontré esa canción y me quedé pensando en los caprichos femeninos que dominan nuestras vidas.



A veces las mujeres confundimos la magnesia con la gimnasia y donde no viene al caso nos encaprichamos en el intento de obtener algo.



No creo que esté mal esforzarnos por lo que deseamos... pero en algunas ocasiones es necesario admitir que nuestros deseos superan las posibilidades reales.



Eso sucede mucho con lo que esperamos de las personas: crearse falsas expectativas, esperar demasiado, pedir cosas que no existen en la realidad o verle caracteristicas a las personas que nunca tendrán conduce irremediablemente a la frustración.



Dentro de las posibilidades de la personalidad de la gente no está el cambio de tarjeta de memoria, ni la expansión, ni la actualización. Simplemente somos como somos... y aprendemos nuevas cosas sin dejar de ser lo que eramos.



Yo ahora soy la misma, sólo que tengo nuevo orden de prioridades...

He decidido que ahora quiero casarme, tener dos hijos, un perro faldero y un pez azul.

Y lo demás ya veremos.

D.

Dolor Neonato (parte I)

Ya regué todos los árboles con mi rabia
y llené con mis lágrimas los mares,
veo ramificarse en las aguas del cristal la lluvia, mis pesares...

Ven, ríos de sangre,
ven, ríos de tinta.

Ven y dame la paz de la esmeralda verde
que repare mi carne encinta
yo, que sólo prené el cielo con mi tristeza,
yo, que sólo vine al mundo a parir tempestades.

Ya sé del dolor, de la venganza, del sueño, de la paz.

Sólo bajo el influjo luminoso del dolor he sentido la fuerza creadora...
del sentir como se parte el cerebro y el corazón para volverse letra:
coro del nacimiento de un gigante:
la pus de la herida explota y es entonces un río blanco,
magnificencia de lava hedionda y espumosa que arrastra todo a su paso.

El sol pinta el cielo de la noche con su manto rojizo.

Va descobijando la oscuridad en la que estamos sumidos, sin darnos cuenta.

Ya, no llores.

Ya. Es bastante.

Yo quería gritar su nombre a la noche, para que dejara de dolerme,
para que el sonido cubriera lo que siento. Vino en la herida, desinfectandolo.

El eco macizo de su piel de montaña rebota ahora en mis oídos.
Ayer fui una en su boca. Hoy no soy nada.

Me reinvento, nazco,
es el dolor en sí mismo lo que va naciendo.

Lo desvelo, lo cobijo, le hago sacar el aire... expulsa un erupto tibio...
Pero no se queda dormido, no distingue el día de la noche, como todo dolor neonato.

Suelta berridos, llora.
Es la cruz de mi alma, su nombre, el nombre.

Llámalo, llámalo tuyo. Sólo para que en la carne explote la verdad: dilo, nombralo,
ponle palabras, creale destino.

Este dolor neonato es tuyo y mío.

Jura para siempre, sólo para convencerte de que no es cierto.

O sólo ven, ven aquí, para que te corte las alas con esta espada de la verdad,
para que te inyecte curáre en las venas de ponzoña que traes a cuesta.

Todo se pudre, no hay recuerdo de nada, después de todo.

Toda la hiedra se pega en las bardas, se adiere a las piedras,
crece y perece, es cadáver verde donde pasean las lagartijas,
tendidas al sol...

Ellas creen que el frescor proviene de la vida
y que aquesto durará para siempre.

Pero nada, ni la vida, ni la muerte, duran para siempre.

Ni siquiera la calle Melancolía sigue derecho.
Ni hay faro que no se rompa
Ni templo que no sea profanado.

Nada hay eterno en esta tierra...
y yo, pagana, entregandome al dolor sagrado,
que lo recuento, haciendo mi ritual vouyerista,
voy sóla a la hoguera a ofrecer a mi hijo primogenito (mi dolor)
donde ya sé lo que me espera...

D. Silverstone

1. D. G.

Bosque y brujula

El arquetipo del bosque simboliza la busqueda. Generalmente al internarnos en un bosque no sabemos que nos depara dentro.

Conocerse a si mismo es casi igual que entrar en una foresta oscura.

Lo tupido de los árboles impide ver por donde entramos... se vuelve algo tenebroso el interior.

A veces dentro de nosotros hay senderos, que nos permiten transitar por nuestra mente sin perdernos, sintiendo que tenemos control de las cosas.

Pero si realmente queremos conocernos bien, hay que ir más profundo y explorar...

Cuando platicaba con Natalia sobre el Psicoanálisis y la Terapia me vino esta imagen a la mente, de que la terapia debe de ser como tener una brujula en un bosque...

Sin embargo... ¿Si no sabes a donde ir, para que te sirve saber en donde esta el norte?

Yo sólo sé que me siento en medio del bosque... Un poco como Blanca Nieves, antes de darse cuenta de que estaba rodeada de amistosos animalitos.

Al menos debería de aparecerse una ardilla por acá, para darme ánimos.

D.

Tierra de Fresas

Ando en Irapuato. Es bonito. Ayer visité el centro de noche y hay una plaza con fuentes que prenden al ritmo de la música y muchas iglesias de cuyo nombre no supieron darme razón mis guías.

Me la he pasado muy bien, en plena evasión de mis deberes.

Aunque ayer tendi la cama. Me sentí grande. Ja.

Pero me la he pasado bien chido, viendo películas y andando en cochecito por la ciudad.

Vi caballos ayer. Natalia niega que anden asi por la vida...

Je, bueno, andabamos cerca del Lienzo Charro.

Debo agradecerles de nuevo a mis anfitriones. Aprovecho...

Gracias Natalia y DD.

D.

¿Acaso quieres vivir para siempre?

El otro día Natalia me envio un en el que decía que a veces ella pensaba en lo que sería vivir para siempre...

Yo nunca he pensado en vivir para siempre, creo que la vida ya tiene bastantes complicaciones para agregarle un "para siempre"

Claro, que si vivieras para siempre podrías experimentar todo y saber que seguirías vivo para contarlo y arruinarlo de nuevo.

Es como la partida de Poker Electrónico que mi primo me arruinó. Ya tenía 3 350 mil dolares y mi primo me regreso a los 5 mil iniciales. Lo bueno es que es dinero imaginario...

Pero si sabes que puedes jugar todo el tiempo, quizá sea sólo un reto más volver a juntar 3 350 mil... y con toda la vida por delante...

Por otro lado, pensar en miles de años de enfermedades y dictadores, y noticias trágicas... en que hasta la sonrisa de los niños perderá sentido y vería a los mares tragarse la tierra...

Nos es concedido un tiempo de vida. Es corto. Se va rápido. A veces lo desperdiciamos y pasamos las tardes escribiendo sobre la inmortalidad del cangrejo.

Otras veces queremos sonreír y mirar hacia adelante, con la curiosidad apenas contenida en la punta de la lengua...

¿Que pasará, que misterio habrá?

Yo no quiero vivir para siempre. Me conformaría con vivir hoy.

D.

Cuatro horas de balazos

Hoy me fui a ver Transformers y Duro de matar 4 en una doble función de balas, explosiones y complós...

La verdad si me mantuve entretenida y brinqué muchas veces por tantos giros y tanto sonido Sourround... Nunca sucumbí a la tentación de cerrar los ojitos para evitar el mareo y el dolor de cabeza que producen los tiroteos.

Me agaché un par de veces para que no me aplastara un auto volador, como los que llovieron casi literalmente en Duro de Matar 4.

Ninguna de las balas me hirió, aunque creo que un par de ellas me estrelló los lentecitos.

D.

Sobre el lomo de la oruga...

Originalmente esta entrada iba a ser sobre la bella experiencia de escuchar música de violines de Apocaliptica mientras cabalgas en olas verdes de la laguna de Zumpango... (Es igual que montar una oruga, diría yo, si hubiera montado una)

Pero como abrieron nuestro auto y robaron mi mochila creo que será sobre la fragilidad de la existencia humana...

O quizá sólo me vaya a ir a dormir temprano.

D.

Termitas

En silencio, las palabras se meten debajo de la mesa y se comen la piel de la madera. Dejan huecos y resuellan al raspar la pluma. Estan conspirando revoluciones de tinta.
Aline voltea la hoja del cuaderno y ve salir a la termita. No es la noche de San Juan. Hace mucho que no ve polillas. Restriega el grafito contra la hoja y trata de trazar el rostro de un hombre que conoció ayer, intenta plasmar su nariz afilada y la arruga que se dibuja en su frente cuando mira contrariado el reloj.
Siempre se está tarde en esta ciudad.
El piso de la casa de Aline es de duela. Cuando ella jugaba a las muñecas la abuela les hacía calcetines para que no rayaran el piso.
La abuela murió y les dejó docenas de objetos de porcelana que se encuentran alineados en estanterías ligeramente inclinadas que papá colocó en sus días libres. A veces las bailarinas se tocan con los perritos de porcelana y tintinean.
Aline odia la porcelana porque tiene que dejar su cuaderno de dibujo para sacudirla. El otro día encontró una termita durmiendo en un jarrón con rosas pintadas a mano. No supo que hacer.
Ella sabe que las palabras duermen en los huecos que dejan las termitas. Eclosionan y tienen arrugas en la frente... como aquel hombre que la tomó del brazo en el metro:
- Tenga cuidado señorita, se va a caer.
Ella no tenía de donde asirse y se dejó sostener por un extraño.
Ahora intentaba recordar su ropa, aunque no tenía certeza de nada... Sentía el crepitar de la madera en la mesa y el gusano de la termita rollendo algo dentro suyo.
Apretó fuerte el lápiz hasta sentir el crujido en su mano: también por dentro estaba lleno de termitas.
D.

Lo que trajo el mar: mi reencuentro con Irene

Entender el tiempo es como ir viajando en un avión: todo pasa tan rápido y tiene uno tan pocos puntos de referencia que no te das cuenta que te estás moviendo.

Sin embargo, cuando tienes un punto de referencia (un árbol allá abajo, una nube) llegas a comprender mejor cuanto te has movido de lugar y que tan rápido han ido las cosas.

Así me pasó al reencontrar al encontrar a una de mis ex compañeras de la Prepa entre los amigos de los amigos de una conocida página de Internet que está de moda (ya saben como es eso de las modas). Di de nuevo con la dirección de Irene, una chica que siempre me agradó, con la que nunca llegué a platicar a fondo porque nos reuníamos con grupos distintos de amigos.

Después de un rato de contarle lo que ha sucedido en estos (Wow, no me lo creo!) seis años de no saber una de la otra me di cuenta... que he cambiado mucho.

Hoy confirmé esto de forma gráfica, porque mi amiga Jeanine nos enseñó la forma en que remodeló su habitación: en un panel de madera colocó fotos de la Universidad...

De repente, frente a nosotras, tuvimos acampadas y excursiones, la salida de cursos y un montón de cumpleaños... Las risas y las tristezas, la rutina y lo nuevo volviendo y revolviendonos las tripas.

Mi reencuentro con Irene me ha hecho pensar en lo que he aprendido y quiero darle las gracias por ser mi punto de referencia en el camino.

D.

Las lecciones de la arena

*
La arena comparte con el hielo la ventaja de la finitud. Por eso la gente se encanta haciendo castillos de arena y nieve. Parte del encanto está en la fragilidad de la obra.
*
Traté de seguir las huellas de mi padre en la playa. Pero su pie es más grande y las olas van borrando los pasos que da. Ni hablar. Hay que buscarse el camino propio.
*
Las pisadas de mi hermana son planas y en mi pie se nota un arco. No es un arco triunfal, sin embargo...
*
Mi mamá siempre aprovecha para contar historias frente a la playa. Se queda mirando el mar, extrañando una distancia, un silencio, un paso...
*
Vi un faro. Recordé.
*
D.

Si se acaba el mundo, me voy a Mérida...





Recordaba el paseo Montejo lleno de luces, como en un cuadro surrealista... y el sabor frito de la masa de los panuchos. Pero muchas cosas las había olvidado. Como la música de trova subiendo por la piel y el baile cadencioso en una plaza.


México, de nuevo, sorprendiendome con lo que creía conocido, pero redescubro.


Y allí tienen ustedes que me encontré otra vez en el centro de Veracruz tomandome una cerveza a la salud de los que vendrán luego... porque tampoco puede ser uno tan díscolo y los que estuvieron antes ya fueron.


Anduve con mi lengua muy larga y mi falda muy corta entre las calles pobladas de textiles de colores y conchitas, madreperlas, corales y plástico bien tratado, para dar la facha de ser ambar.


Me metí a dos mil tiendas buscando un recuerdo que transmitiera mis parabienes a la gente que quiero... pero no les pude llevar el olor del mar en una botella, ni lo rasposo de la arena, ni tampoco el sabor del agua de jamaica con el calor agobiante.


Tampoco les traje plumas de flamenco, ni pececitos de agua fresca, ni ese desconcierto triste de los ocelotes enjaulados.


Pero pude llenar mis ojos de luces de feria.... Y les traje algunas.





D.

Casi tocandolas...

Tan cerca, tan deliciosas, llenas de promesas... al llegar a ellas estarán llenas de contradicciones, de problemas...

Luego recordaré esas horas con añoranza, con tristeza, con un dejo de nostalgia...

Así son siempre. No sé porque no aprendemos...

pero allá vamos de nuevo: de vacaciones.

Guía de la viajera familiar frecuente:

1. No te preocupes por nada... Tu mamá lleva todo en una maleta mágica, como la de Barney.

2. En el caso de que no lo lleve, ella lleva dinero mágico para que mágicamente aparezca lo que haga falta.

3. No te metas en la parte honda de la alberca, ni muy adentro en el mar.

4. Lleva siempre bolsas extras para cuando tu hermana se marée... de todas formas te sentarán junto a ella.

5. Tampoco está de más llevar bolsas extras para la ropa sucia.

6. Calladita te ves más bonita.

Listo, tendré felices vacaciones.

D.

La ciudad

Cuando era pequeña los límites de mi ciudad terminaban en la colonia de junto, al subir el cerro...

Incluso el nombre de la colonia de junto "Paraíso", me traía imagenes de la lejanía...

Hoy leí un cuento de Ignacio Solares llamado "La ciudad" de un muchacho que no quería salir de su colonia... pero era porque en el fondo quería disfrutar al máximo de cada descubrimiento de cada esquina.

Es una bonita historia.

Y es una bonita ciudad.

D.

Del vacío en la boca del estómago...

Quisiera hablarles del vacío en la boca del estómago, de las nostalgias, de las derivas, de los fracasos, de los naufragios, de las salidas, del ir y venir de los cuerpos, del sudor, la sal y la saliva...

Quisiera hablaros de la distancia, del ardor, de la tierra mojada, la lluvia, las plantas que crecen en las banquetas, pese a todo, y me conmueven.

Quisiera que supieran de mi rabia, de mi desdicha, del dolor que tengo, de la astilla, de la espina, del carbón que arde dentro de mi cuerpo, consumiendome como leña tibia, que aún no muestra llama, pero se quema.

Pero no hay forma de sacar eso a palabras... No hay forma. Ya me puse contra la pared fría y me torturé con un lazo punzante, como queriendo exprimirme entre la sangre esa pus negra que llevo dentro, ese veneno asqueroso que tiene mi cuerpo, llenandome de tristeza el alma. Yo quise, de verdad, mudarme de barrio, ser otra...

Simplemente tengo miedo, ¿saben? El miedo debería de poder olerse. A veces siento que la gente lo huele y eso es lo que les repugna y atrae. A veces siento que es eso lo que hacen que me miren con infinita compasión o lástima. A veces hace que me hagan un mimo como a un venado con la pata coja... a uno de esos caballos con la pata torcida, quizá... a los que hay que darles un tiro en lugar de mirar sus ojos acuosos.

A veces creo que alguien debería tener esa misericordia conmigo. Pero la gente se detiene a mirarme con un poco de lástima...

- Es que no te sabes comprometer...

- Es que no sabes lo que quieres...

- Es que desperdicias tu talento...

Y ya me canso de escuchar mis propias excusas. Si ellos no saben que tengo un demonio dentro. El demonio del miedo. Si ellos no saben de la tristeza sin razón que me invade a veces, ¿que se puede hacer con la nostalgia cuando ya es un mal crónico y sin motivo aparente?

¿Que otra cosa se puede tener en este mundo aparte de miedo? Fe, esperanza, caridad... todas las virtudes teologales recitadas a dedillo para salvarnos, como si fueran una tabla, una llanta de hule inflada y amarilla en medio de la tormenta...

No, no es nada... no me tiren por la borda. Dejenme que pase la noche, ya mañana veremos si me sigue este dolor en la boca del estómago.

No, no me hagas caso... es que ya sabes como soy cuando desvarío. Además estas lejos y te extraño.

D.
Recuerdos...

Es curioso como funciona la mente humana, llena de disparadores que envian señales a los oclayos para que se llenen de agüita al reconocer una pluma Parker (chin, debí haber regresado esa pluma, es importante) o un tigrecito en una cajita (Como Caperucita no conocía la crueldad de la fiera no se asustó lo más mínimo al verla)

Ayer me puse a ordenar mis libros.

Tengo una colección de perfumes muy bonita, con tapas coloridas y llamativas y envases redondos y curvilineos... Claro, no los uso mucho, pero me encantan.

También tengo botes y botes llenos de lápices y plumas, por si se me ocurren ideas a media noche (antes tenía más ideas a media noche)

Otra cosa mítica es mi colección de canicas encontradas, en donde ni una sola canica ha sido comprada por mí... sino que han sido rescatadas del barro, después de ganar docenas de batallas...

Saqué filas y filas de libros y las volví a acomodar, ahora organizados ya no por el color de la portada, sino por lo mucho o poco que los reviso de nuevo...

Tiré muchas cosas. Siempre tiro muchas cosas. Se llena uno de basura sin saberlo, sin darse cuenta siquiera.

Hoy tenía ganas de respirar más aire en mi cuarto...

D.

La música, señores, la música...

Hoy me puse a ver "Letra y Música" con Hugh "Papacito" Grant y con Drew Barrymore.

Además del tierno final feliz (¿alguien dudó que una película así terminaría en final feliz?) me quedé pensando en lo cierto que es... la música cambia vidas, arregla entuertos, pega corazones destrozados...

Doy fe.

Desde el ritmico tam tam que hizo estremecer las primeras celulas del primer hominido que descubrió el movimiento en sus pies y el poder ritual de la primera danza y la primera tonada existente, el destino de la música y el hombre estuvo sellado...

Sea a través de un reaggue (de esos que odia tanto Yareli) o de un rock (de esos que han mutado a través del tiempo hasta volverse un género que hibrida y muta) el ser humano ha aprendido a expresarse, dar fe, testimonio, identificar épocas y clases sociales con su música.

El tango, el waltz, el jazz, el bossanova, el danzón, el chachacha, el chotis... Todos los géneros musicales con sus derivaciones traen ecos de la gente que compuso esa música en tiempos y lugares distintos, para culturas que se manifestaban en esta expresión cultural.

Todos los movimientos revolucionarios y también las grandes dictaduras han tenido sus himnos, canciones y compositores... porque no se puede menospreciar las profundas raíces que echan en nuestra mente y en nuestros corazones la música, conmoviendonos las fibras ancestrales de nuestras celulas como aquel primer canto primitivo junto a la hoguera.

Por eso comparto las palabras de Dumbledore en la inauguración de el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería...

"La música... una magia que está más allá de lo que podemos enseñar aquí..."

D.

Eso no estaba en mis planes...

El día de hoy iba a poner (y de hecho puse) una entrada sobre cosas cotidianas, bla, bla, sobre películas porno y alguna de esas entradas de microhondas que pongo cuando no se me ocurre que tema poner...

Pero luego pasaron una serie de cosas:

a) El señor Ladahir puso un comentario que me hizo reflexionar sobre la naturaleza prosaica de mi entrada y reconsideré las posibles interpretaciones de la misma.

b) Me acordé que en la mañana había pensando en otro tema mejor...

c) Vi una película llamada "Muy parecido al amor" que no voy a reseñar pero me hizo pensar en otras cosas...

Además esta es la entrada número 100 (Si! Cien! Como corre el tiempo cuando uno se divierte) de "El Templo del morbo", así que necesitaba algo mejor...

Je. El caso es...

Que esta entrada es sobre la cara de fascinación que tenía mi hermana esta mañana mientras veía "Escribo para Rolling Stone", el Reality de MTV sobre los jovenes que trabajan en esta conocida publicación. Me quedé un ratito a mirarla con ella, pero decidí salirme de la casa porque me estaba empezando a deprimir el hecho de que a mi hermana(y creo que a toda mi familia) le desepciona enormemente el hecho de que yo siga esperando...

Y la verdad francamente ya no entiendo que espero. Antes creía que cuando llegara a cierta etapa de mi vida ya tendría el control de ella... como si estuviera postergando la felicidad, las decisiones, la busqueda de lo que quiero para el día de mañana.

Pero como dicen "todos los plazos se cumplen" y después de todo no creo encontrarme una botella de champagne enfriandose para festejar una "línea de llegada". Ahora creo que esa meta ni siquiera existe. Es una meta mental que uno se tiene que poner... y ¡Ups! Creo que la mía ya salío volando con el viento de "la-realidad" cuando me tragué mis pastillitas de Ubicatex.

Después de los planes que he hecho no sólo no se han cumplido, sino que han terminado en historias enredadas que no tengo ánimo de contar.

Por ejemplo esta mañana percibí en el ambiente corrompido del metro un aroma familiar, idéntico al de la chamarra de cuero de cierta persona que fue importante en mi vida...

Por la tarde, mientras veía la película me dije: Mayra, deberías callarte... O lo echarás todo a perder. (Como siempre)

Siempre resulta así, esto no estaba en mis planes. Casi nunca resultan las cosas que planeo. Y eso que según yo lo hago a detalle. Las cosas salen mejor o peor...

Pero nunca como estaban en mis planes.

De mis relaciones personales (todas deliciosamente caóticas) no estoy ni tan arrepentida, ni encantada... pero tampoco las he planeado. Creo que eso se nota por la gran cantidad de raspones en las rodillas de los que me he recuperado en menor o mayor grado...

Creo que ya va siendo tiempo que rompa las hojas con mis planes o definitivamente busque otra forma de planear... porque me canso de tener borradores de cosas que no salen... como mi vida.

D.

El extraño mundo de los Blogs

El último día de clases una de mis "alumnas" del grupo en donde estuve de profesora adjunta me hizo una entrevista sobre el mundo blogger.
La verdad yo no soy una autoridad en la materia... Ni mucho menos. Pero por cuestiones del destino he leído un poco sobre el origen de los blogs. Creo que por pura curiosidad, más que por auténtica vocación académica (visitar a Jorge Sánchez Badillo, para una visita así: www.aweblog.org) pero de todas formas conversamos un poco sobre el tema.
Todos esos adjetivos formados con la palabra blog me dan algo de mala espina, porque de por sí blog es un diminutivo de una palabra compuesta en inglés (web - red y log - diario: weblog), lo que hace que todos sus derivados sean un neologismo extraño (blogosfera, blogguear, blogueros)
Me parece que la Real Academia de la Lengua Española acaba de aceptar blog... pero el resto de las palabritas aún no están registradas.
El primer blog en el que participé fue "La cafetera digital" de Café Noche, un Barcelones que actualmente tiene un conglomerado comunicativo en el que agrupa un Podcast (radio por Internet) y un plantilla de reporteros en diversas partes del globo.
Luego me enteré de que podía publicar mis debrayes y fundé mi primer blog (La calle Melancolía... que tiempos aquellos) sólo visitaba las paginas de quienes me visitaban. Estaba con la competencia.
Después me empecé a escabullir en blogs de gente que no conocía... aunque casi nunca dejaba comentarios.
Intenté cambiarme varias veces a blogspot, pero esta es la primera vez que le doy continuidad a la idea...
Ahora sigo leyendo blogs, pero prefiero leer los que están respaldados por algun periódico, aunque esto no es necesariamente una garantía (Ver por ejemplo el blog de Cintia Jasso en Milenio)
Como le decía a un amigo... Muchas veces los blogs hablan de cosas que están demasiado alejadas de mis intereses así que me da más por leer el periódico y todos en santa paz...
D.

El mar mayor

Cuando confluímos es como reunir la lluvia en los ríos y el desembocar de estos en un mar mayor, de profundidades insondeables, de azul profundo, de salpicar frío y reconfortante en la sequedad de un mundo árido.
He creído llegar a los límites del amor, a las profundidades del abismo... pero cada vez que creo entender y cuantificar el mar, viene una ola nueva que deja su marca sobre la arena. Así como el mar no sabe su profundidad, yo no sé cuanto te amo...
A veces siento que la vida me provoca golpeandome en la cara. Siento el sabor salado de mi propia sangre en la lengua y me bebo ese sabor a desconcierto a pequeños sorbos amargos... Te he besado con la boca llena de duda, con los ojos cerrados y el corazón abierto, vertiendo preguntas sobre tus propias heridas, sobre tus cicatrices.
Nos sumergimos en noches oscuras en el mar mayor... Quedamos envueltos por la frescura incierta de su oscuridad acuosa. Deslizamos dedos por la arena y nos besamos, pensando en el pasado... sin querer tocar el porvenir, pues sólo por hoy somos uno con el agua.
D.

Apellidos

Tuve que pasar en limpio mi memoria del celular y ahora organicé mis contactos por apellidos... Fue algo muy raro descubrir que olvidé el apellido de mucha gente que trato desde hace poco tiempo y que debería estar reciente en mi memoria...



Por otro lado otros apellidos se han quedado indeleblemente grabados como mi compañero de la secundaria"Cote" (al que siempre vacilaban por obvias razones), o el de la prepa "Matadamas"



Hay apellidos que repito como ensalmo ("DE-RO-SEN-SWEIG) y otros cuya extraña altivez me parece alentadora como "Olivares Torrijos" o "Mondragón Aguilar"



Generalmente los apellidos hacen referencia a los ancestros, son muchas veces historias de linaje que se pierden en la memoria de los tiempos, sin que nadie sepa decir si a ciencia cierta hubo un asesino en la familia de los Matadamas o la familia de los Olivares era dueña de campos de Olivo... Aunque probablemente fuera así.


En México los apellidos más comunes provienen de las familias españolas que otorgaban apodos como quien pone una marca sobre algo para llamarlo propio... Así los Hernández son descendientes de don Hernán Cortés, y los Pedroza de algún Pedro...

Los apellidos más curiosos y resonantes en nuestros oídos vienen de lenguas extranjeras, como aquel muchacho de Veracruz al que llamaban Thompson por ser este su segundo apellido...

No falta quien reniegue de la cruz de su parroquia, porque algunos apellidos definitivamente no tienen aires aristocráticos (Ya ni hacer el recuento de cuantos Perez se me han borrado completamente de la cabeza)

Ando buscando un padre de mis hijos con un apellido que combine bien con "Daniel", para no jorobarles la existencia con alguna asonancia.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...