Manuel en su laberinto

Manuel se levantaba temprano todos los días... incluso los sábados. Iba religiosamente al trabajo, ataviado con trajes grises que trataban de ocultar su barriga de oficinista. A veces desnudaba a su secretaria con la mirada, a veces a su jefa.

A veces recordaba a una ex novia mientras se duchaba y le era imposible no subirle al agua fría para refrenar sus ansias.

Era dificil vivir esa vida, en donde la pasión parecía negarse a tocar a su puerta... Y no es que no hubiera tenido amantes, las había habido, no a montones, pero si suficientes como para llenar una pequeña libreta negra...

Alguna vez se llegó a platicar con Darina, una de sus amigas, sobre lo laberintica que era su vida, sobre como corría en una cinta de Moëbius.

Darina le tiró un cordel, como si pensara que su amigo era un moderno Teseo, agobiado por el Minotauro de la Burocracia...

El pasó del largo y se miró en las paredes del laberinto, pensando en que la luz no se difractaba en las paredes de piedra.

Afuera del laberinto llovía y él pensaba en la tarde de primavera en que había conocido a aquella mujer morena que desde entonces le quitaba el aliento.

D.

Juno o Mi más grande temor

Cuando comenzaron los créditos de la película de Juno, me puse a pensar en una conversación que tuve hace poco con Luis, sobre la preparatoria.

Él me dijo que era la etapa en la que se había divertido más y aunque reconocía que estaba medio tonto en ese entonces (sus palabras, les juro) pero que a pesar de los riesgos que había corrido no se arrepentía, porque después de todo estaba entero tras tantas experiencias.

- Si, yo también estoy entera - le dije - además tampoco me hice de ninguna droga, ni me embaracé...

Finalmente creo que de eso era de lo que más tenía miedo cuando salí de la primaria.

Tras ver muchas películas de embarazos adolescentes mi mayor miedo era tener que asumir ese montón de responsabilidades que implicaba tener un bebé en mis manos.

Lástima que, en lugar de tomar el camino de asumir mis libertades de manera responsable decidí hibernar todo ese tiempo y engordar como una verde oruga, que no iba a fiestas y no tenía novio.

Aún no estimo el potencial de vida que he dejado transcurrir en ese tiempo, pero quisiera pensar que desde que entré a la universidad he tomado acciones para buscar el tiempo perdido...

Me hubiera gustado ser más como Juno y menos como Daria. Ahora creo que soy más como yo y eso me gusta.

D.

Jorge Volpi y los mundos posibles...

El miércoles me fui por un camino distinto al trabajo en compañía de una de las becarias de mi oficina, quien saludó a uno de los carpinteros de una ebanistería del camino por el que ibamos.

Yo, de camino a la oficina, saludo a un policía que resguarda un edificio.

Pero no dejo de pensar que si yo frecuentara esa otra calle, quizá sería conocida del carpintero y no del policía.

También pienso, cuando pasa un automóvil cerca de mí, que podría haber muerto atropellada... entonces surge un mundo posible en donde me atropellan y hay un duelo y el mundo sigue sin mí.

Si por cada decisión que uno toma se desprende un mundo posible, debe haber miles de millones de mundos posibles por cada persona... entonces el hecho de que el viernes saliera yo sola y decidiera ir a la librería y conociera a Jorge Volpi... también desencadena otro mundo en el que me vine directo a casa y no pasó nada en mi tarde del viernes.

Resulta que yo quería ir a la presentación de Alfaguara que iba a ser el Jueves... de un libro con el sugerente nombre de "Fricción"

Por desgracia, ya no fui...

Así que entré a la presentación de "Bogavante"... la cual también estuvo bonita y hubo vino. Lo malo es que me senté junto a una chica que se reía como conejo artritico. (Si, señores, señoritas, los conejos artriticos existen y se ríen como esta mujercita)

Doy fe.

La presentación de Bogavante, de la editorial Coxial, me hizo pensar en las anécdotas que relató el autor, Alejandro "Diosmeperdonepornoacordarme" sobre su destartalado piso en Madrid y las vicisitudes que pasa un becario en Europa.

Pensaba en que, de todos los caminos que pudieron llevar o traer a Alejandro a esa presentación, en este mundo en el que no me atropellaron y saludo diariamente al policía de los edificios, tuve la ocasión de escucharlo y tomar una copa de vino.

Lo cual me hizo pensar que estaba justo en el lugar correcto y que después de todo, me encuentro en el mejor de los mundos posibles...

D.

Que alguien me explique...

El otro día vi pasar a un muchacho justo como los que me gustan: barbita de chivito, sabrosamente aderezada en una cara medianamente afeminada, con un cabello un tanto ensortijado y ligeramente despeinado, como quien no se preocupa demasiado por ello.

Lentes de armazón delgado y orejas bonitas... un chaleco y pantalones de mezclilla sin agujeros. Morral de cuero seguramente con un libro o periódico adentro. Complexión regular.

De esos que te encuentras en una banca de Coyoacán, en un café, a la sombra de un árbolito de la Cineteca y de esos... con los que nunca he salido.

Por alguna razón, el tipo de muchacho que a mi me gusta no se fija en el tipo de persona que soy yo... es decir, bajita, dientona y con facha de que se me perdió algo en la luna, porque me traje lo primero que saqué del armario.

Tuve el impulso (que reprimí,por supuesto) de preguntarle a este muchacho por que de entre todos los muchachos del mundo, justo el tipo que me gusta no me hace caso.

No me malinterpreten. He salido con una diversidad de hombres bastante agradable, los hay que tienen carro, los que tienen moto, los que son delgados o los que son llenitos... Y todos ellos han declarado que no soy tan bizca o notoriamente desagradable, como para rehuir mi compañía.

Pero esa imagen que tengo de "Con alguien así me gustaría salir" hasta el momento no se me ha cumplido. Los hombres que ajustan a ese prototipo encuentran maravilloso salir con... mis amigas, por ejemplo.

Ya que no tuve el valor de preguntarle a este chico, me preguntaba si alguien tendría la amabilidad de darle respuesta a mi interrogante....

¿Por qué justo el tipo de muchacho que me gusta no me encuentran atractiva?

D.

Yo sería:

Si fuera un mes...
sería octubre.

Si fuera una hora del día...
sería las 20:00 horas.

Si fuera una bebida...
sería chocolate frío.

Si fuera un instrumento musical...
sería una guitarra.

Si fuera un postre...
sería arroz con leche.

Si fuera un sabor...
sería piña.

Si fuera un color...
sería violeta.

Si fuera una parte del cuerpo...
sería el ombligo.

Si fuera una canción...
sería "Es por tí" de Cómplices.

Si fuera una película...
sería comedia romántica.

Si fuera un deporte...
sería ping pong.

Si fuera un número...
sería el seis.

Si fuera una ciudad...
sería Oaxaca.

Si fuera un animal...
sería una tortuga.

Si fuera una carrera profesional...
sería profesor.

Si fuera un idioma...
sería portugues.

Si fuera un sentimiento...
sería melancolía.

Si fuera una virtud...
sería fe.

Si fuera un defecto...
sería inexactitud.

Si fuera una palabra...
sería peculiar.

Si fuera un sueño...
sería volar.

Si fuera un libro...
sería "La insoportable levedad del ser" de Milán Kundera.

Magia


No es que quiera encontrar solucione mágicas a mis problemas. Sólo creo que pensar que es posible que todo se resuelva por si solo es una idea deliciosa y tentadora.

En este caso tuve que poner algo de acción en la resolución de las cosas... así que me puse a leer poesía y me maquillé. Generalmente eso me emplea más tiempo de lo que podría emplear por la mañana, antes de partir...

El resultado final fue bueno, al menos no me habría molestado encontrarme a un ex novio, de esos que hace mucho no ves. (¿Por qué siempre se los encuentra cuando uno va con la cara lavada y comiendose una paleta de tamarindo que se te escurre en la blusa?)

Luego me fui a tomar un café con mis papás y disfruté de una bonita sesión de chismes familiares...

Y regresé a escribir un poema que dice así...

Al golpe del agua se transforma la piedra
incluso el corazón sufre de la transformación que provee el viento
¿es magia saber que todo cambia,
que hasta el aire puede volverse huracán
y la sonrisa trocar en llanto?

Tu beso se vuelve recuerdo
y el recuerdo piedra
la piedra ondula el lago
y las aves migratorias levantan el vuelo...

¿Que paraje verán ahora esos patos
que cielos surcarán ahora que no los veo?
Es magia que las mariposas lleguen a Canada
y es magia que vuelvan a mi corazón aturdido:
bosque de oyameles que se puebla de naranja y negro,
magia que vuelve a mis manos y se posa...

Que maneras más curiosas...
de recordar tiene uno.

D.

Todo puede cambiar...

Bueno, tal como presagiaban mis cartas al principio de la semana, tuve mucho ajetreo, principalmente porque tenía que sacar el trabajo de cinco días en dos, lo cual hice en la medida de las posibilidades...

Así que después de quedarme un rato de tiempo extra en la oficina el martes fui a tomarme un café con un excelente amigo con quien despotriqué un poco sobre las dificultades técnicas de mi trabajo... allí perdí algo de estrés, que se diluyó entre el café y el sustitito de crema.

Al día siguiente visité a una de mis mejores amigas de la Universidad que festejaba el cumpleaños de uno de sus hermanos y me quedé a comer pollo frito y agua de naranja. Eso relajó mi espalda hasta el punto de poder sentarme nuevamente con propiedad...

También renté películas y me dispongo a ver "El lado oscuro del corazón".

Me he bañado y me siento agradablemente relajada y tibia, como si todo el estrés hubiera sido un mal sueño de esos que te despiertan sobresaltada y luego no sabes por qué fue.

Hoy me puse a leer la revista "Algarabía", que les recomiendo mucho, en donde, además de leer de Walt Disney, Cortázar y los Hippies, me encontré la cita de la contraportada, de Paul Auster, que decía algo así como: "De repente, todo puede cambiar, de una vez y para siempre." (Me pareció la definición justa para esta entrada)

D.

D.

Mala suerte

Mientras ordenaba de nuevo las cosas en su lugar, después de moverlo todo, tiré un espejo y se rompió.

Era un espejo bonito, que servía de fondo a una vela con una luna. De las pocas cosas lindas, femeninas y que hubieran encajado bien con la nueva yo que estoy rediseñando.

Pero quizá algo dentro de mí me invita a la jipisidad... porque justo hoy me regalaron una pulsera tejida como las que quería dejar en el olvido. Y esa voy a usarla, porque es de mi color preferido: entre azul y buenas noches.

Tuve también la mala suerte de descansar hoy... así que tendré una semana de dos días, lo cual implica trabajar contra reloj.

Y si a esas vamos...

Puede ser que vuelva a repetir la misma historia que empecé hace más de 7 años, cuando rompí otro espejo y perdí contacto con la dimensión en la que vivía antes, un mundo sin tantas supersticiones, que tenía la certeza de que los espejos transportaban hacia el infinito.

Escondida en los rincones...

Me desperté y aún en pijama pinté la pared.

Eso tuvo cosas buenas y cosas malas.

No desperté al gato, así que hasta que no se despertó (duerme a mis pies, en la cama) no moví los muebles...

Entonces se salpicó el edredón y la tele... ah, la cortina un poco.

Luego de quitar todo, mover muebles y darme un rico pasón con thiner... (que viaje, maestro), me lavé las manitas y me puse a lavar la ropa... tendí las cortinas y me escogí unas nuevas, con flores ligeritas, que ahora cuelgan bonitas y me saludan desde la ventana.

Oh... y después de ir a comer con mi hermana me fui a comprar una grabadora porque... la que tenía no reproducía discos.

Y la que tengo ahora es bonita, ligera y me recuerda más un discman grande.

Lo que sí, es que como ya tiré los recuerdos de bautizos, quince años, el cuarto se ve vacío, fresco, despejado.

Bajé a mi muñeca, Wendy, quien se columpiaba en el cortinero desde que llegué a ese cuarto...

La guardé con estampas de un libro de héroes históricos, un trineo navideño y más chunches, en la cajita de la nueva gradora.

Y la subí al cuarto de trebejos.

Ahora canturreo esa rolita de "temerosa que alguien la vea..." y no sé si sentir que he empacado mi infancia o comenzar a disfrutar esta adolescencia tardía que me besa ligeramente en los labios y me sonríe.

D.

Corte...! Y se queda

Pues si. Me fui a cortar el cabello. Ya sé que para muchas personas eso no es significativo, pero para mí si lo es, porque voy retrasandolo con premeditación.

Generalmente, mis cortes de cabello, como la de toda buena histérica, tienen relación con mi estado de ánimo renovador, de cuando cierro (o al menos intento) cerrar ciclos.

Esta vez también tiré todos mis posters que le daban un aire preparatoriano a mi cuarto.

Ya no hay más Brad Pitt, Los Beatles y carteles del primer coloquio de jovenes hacia la investigación en mi cuarto. Tampoco está el dinosaurio que promovía la lectura, ni el cartel del lanzamiento de las dos torres, ni tampoco el de lanzamiento de Star Wars III.

Me corté el cabello, porque el corte en capas que tenía ya me pesaba.

Mañana pintaré mi cuarto y planeo escoger nueva tela para mis cortinas.

En dos meses y cinco días cumplo 25 años. O sea... un cuarto de siglo, como cuando compras un cuarto de azúcar y se ve poquito, pero luego piensas en la cantidad de caña necesaria para formar ese cuarto de cristales dulces.

A mi me ha tocado más cristal dulce y menos gabazo. Para que digo que no.

Mañana pintaré mi cuarto y mi cabello de principe valiente será retenido en una coleta que parecerá cola de conejo, en lugar de cola de caballo.

Pero he decidido llevar el cabello corto por un tiempo, al menos en esta primavera... ya después se verá.

25 primaveras, ahora si...

Y luego estaré más cerca de los 30, que de los veinte... y aún no conquisto el mundo, como tenía planeado. Ash.

D.

Ash, ¿quien inventó eso del detector en el Messenger?

Llegué a tener cerca de 120 contactos activos en el Messenger. Generalmente le hablo a dos o tres personas, si tengo ganas de hablar. Si no tengo ganas no le hablo a nadie, a veces sólo los tengo allí... por ejemplo, me tranquiliza saber que Juan, Jorge o Jonathan están conectados a altas horas de la noche, por si tengo una crisis.



También me reconforta mucho la presencia de Yareli o Xul, aunque no siempre los salude.



Me da gusto encontrarme a Natalia o a Mar, porque tienen buenos temas de conversancia.



Disfrutaba cuando el indigente iletrado me saludaba con algo que no tenía que ver con un saludo.



Pero no soy multitareas.



Hay gente a la que tengo en mi lista del Messenger y casi nunca me encontraba, así que decidí mantener en 40 mi número de contactos.



Lo malo es que alguien inventó páginas para detectar quien te ha borrado, así que de vez en cuando me hacen reclamaciones (como hoy) de que borro a mis contactos de forma periódica.



- ¿Qué? ¿Cuantos años tienes? ¿Diez? - Me reclaman, asegurando que es poco maduro borrar a las personas a las que no le escribes en el messenger.



Como yo lo veo... es como la historia de Los cuadernos de Don Rigoberto. Hay un cierto goce perverso en ver arder algo en llamas.



Hace tiempo tenía un anillo que cambiaba de color con mi temperamento. Creo que estaba descompuesto, porque siempre se encontraba azul.



Ahora mi dedo es libre. A veces tiene frío. Pero se las arregla. Después de todo, sólo tengo 40 contactos en mi lista del Messenger, pero son suficientes.

D.

Disposición de residuos tóxicos

Este es un post ecologísta. Bueno, no exactamente. No habla sobre las pilas de los celulares, ni sobre los rellenos sanitarios...

Pero en parte sí lo es, porque a últimas fechas me he dado cuenta de que no tengo donde poner todos los residuos tóxicos que tengo en mi cuarto.

Siempre he pensado que, una de las razones por las cuales me gustaría tener mi casa, es porque me desespera que mi padre deje bolsas con mercancía de su papelería por la sala, el comedor y el estudio...

Así que procuro que mis cosas siempre caigan en mi cuarto.

Pero a últimas fechas me siento atrapada en un cerco antiecológico, producto, sobre todo, de que no sé donde meter tantas cosas.

Son cosas que me han ido rodeando y que ahora no sé donde meter, entre los que se encuentran:

1. Poemas de aquel, que aún no sé como tocar, porque siento que están escritos con veneno de basilisco y si los toco podrían provocarme un ataque de llanto incontenible que podría sólo ser detenido con el apoyo solidario de 4 amigas, una en cada flanco.

2. Pinturas de cuando era estudiante de Preparatoria y quería ilustrar mis propias novelas como Tove Jason, la autora de los Mumín, y pensaba que sería la próxima gurú destinada a planear una serie de éxito televisivo y literario.

3. Recuerdos de bodas, bautizos, quince años, que me traen bonitos recuerdos pero que están empolvados y con el migajón cárcomido, por lo que quizá (quizá) sea demasiado tóxico y peligroso para la salud conservarlos. Podrían provocarme alergia.

4. Libros que he comprado demasiado baratos, con páginas amarillas, que en realidad no me gustan tanto, pero hacen ver mi librero agradablemente retacado, que además no sé donde poner... Están llenos de polillas y gusanitos plateados que comen papel.

5. Un par de muñecos de peluche, sobrevivientes al naufragio, que son anacrónico recuerdo de mi lejana infancia y que además tienen reuniones secretas mientras duermo para planear mi muerte... (Jo, no, Mar, no creas que te robé tu rasgo paranoide... ¡Los he visto!) Y con las pilas chorreadas y los ojos a medio caerse... Uh... de miedo.

6. Demasiados zapatos, unos muy viejos, que no uso, pero son tan bonitos... ah, recorrí muchos sitios con ellos. No quiero, no quiero... además son tóxicos, porque tienen hongos venenosos dentro.

7. Maquillaje que me han regalado mis tías y que, tal como lo indica el post anterior, no he usado todavía, porque siempre se me olvida llevar el lápiz de labios al trabajo y se ha resecado, al punto de parecer una escultura de lo que era un lápiz de labios. (¿Todos los cosméticos son medio tóxicos, no? Escuché que una barra de lápiz labial puede contaminar mil litros de agua o algo así)

Cualquier información que puedan darme sobre como disponer de estos deshechos tóxicos, será bien recibida.

Por su atención, gracias.

D.

Manifiesto marciano

Tras publicar mi entrada sobre las bolsas de mano, me puse a pensar en que muchas de mis amigas son marcianas, y, en efecto, no suelen blandir bolsas de mano. No sé si eso sea un defecto que se corrija con los años, o si, en verdad, seremos extraterrestres...

El caso es que, revelada la naturaleza marciana de nuestra sangre irreverente, me veo en la necesidad de dar a conocer algunos secretos de la naturaleza Marciana que no estarán de más:

1. Las mujeres que venimos de Marte no sabemos pintarnos, mucho menos sabemos hacerlo en el transporte público y además tenemos la paranoia de que las mujeres terrícolas con tubos en la cabeza son antenas de transmisión parabólica.

2. Las mujeres que venimos de Marte desconocemos el uso de los vocablos leggins, la ropa prét a pôrter y nos parecen nombres de bebidas o de cualquier otra cosa, pero no de algo que te echarías encima para salir a comprar la comida.

3. Las mujeres que venimos de Marte pensamos que las tenazas para enchinar las pestañas, la cera para depilación brasileña y las tenazas ardientes son sofisticados inventos de tortura que los terrícolas han inventado para preservar la dominación de un género sobre el otro, sobre todo porque, mediante avanzadas técnicas de dominación mental, un grupo de humanos ha convencido al otro de que todas estas herramientas de tortura son indispensables.

4. Las mujeres que venimos de Marte miramos con regocijo las pequeñas cosas que se aparecen en el camino e incluso nos preguntamos, ¿para que darme prisa en ponerme rímel si puedo salir temprano de casa y detenerme a mirar caer las flores de jacaranda?

D.

Una cultura visual

Este blog casi no tiene imagenes.

A diferencia de otros blogs, en donde la cultura visual que nos domina abarca todo el iris, en este blog se tiene la esperanza de que las personas que lo visiten se resignen a leer un montón de letritas sin tener el amable descanso de flores, estampas y gatitos.

Y no es que no me gusten las flores, las estampas y los gatitos.

Es sólo que me da mucha flojera andar buscandoles imagenes de bolsas de mano, de marcianos, de ropa de segunda, de tipos de mole, de todas las cosas que he escrito...

Además mi conexión vía telefónica hace que subir imagenes sea una tortura parcial, por no hablar de lo que sería para mi subirles un video o ponerles musiquita (ya que estamos en el ámbito multimedia... no, tampoco tengo musiquita, no es una falla en sus bocinas)

Yo no estoy segura de que una imagen diga más que mil palabras. Sin el contexto adecuado, el pie de foto y demás, una imagen se presta a la ambigüedad y a la confusión.

No soy un ser visual. Quizá por eso mi simpatía por los fotógrafos, porque me parece un descubrimiento la forma en que descubren el mundo.

Hacen un tipo de magia que a mi nunca me ha salido.

Mis escasos intentos como asistente de cámara han revelado mi falta de aptitud para estos menesteres...

Pero me han enseñado que muchas de las imagenes que perduran son planeadas, estudiadas y rara vez nacen a la luz de un instante de inspiración.

Por eso agradezco las otras, las frágiles, espontáneas y totalmente sorprendentes, que son dificiles de encontrar en google.

D.

Remiendos

El cumpleaños de mi madre fue el viernes. Tenía la sana intención de regalarle una bolsa de mano, porque las que tienen ya han dado de sí.

Para ello le pedí alguna sugerencia a una de mis compañeras del trabajo y en la plenaria (porque en donde trabajo no hay separaciones) comenté: - Lo que pasa es que como nunca he comprado una bolsa de mano, no tengo ni idea de a donde ir...

Esto provocó que uno de mis compañeros de trabajo argumentara:

- ¿De verdad nunca has comprado una bolsa de mano? ¿Eres de Marte o que pasa contigo, Mayra?

Bueno, si... quizá soy de Marte. Nunca he comprado una bolsa de mano. Las tres que tengo me las han regalado en diversos momentos de mi vida, casi siempre en cumpleaños y bajo el patrocinio de tías y abuelas bien intencionadas en convertirme en una mujer estilosa.

Lo cierto es que cuando tus papás son antropólogos desarrollas cierto apego por los morrales de piel de cabra y el cuero curtido y grabado.

También son de utilidad las mochilas de excursionista y los simples sacos de lona o de mezclilla.

De hecho, la mochila que llevo al trabajo, es una mochila de mezclilla que encontré con la cantidad justa y necesaria de bolsas y compartimentos para guardar mi tarjeta del metro, mi monedero, mi libro de cabecera, mi paraguas y un compartimento central para mi comida...

La bolsita en la que guardo mis llaves, por cierto, se deshilvanó, así que el fin de semana vacié mi mochila, la lavé y me puse a remendarla.

Mientras lo hacía, pensaba en la conveniencia de comprarme una estilosa bolsa de mano, para blandirla como una mujer de mundo en la selva de asfalto... pero al terminar el remiendo, me di cuenta de que desarrollo apego por aquellas pequeñas cosas en las que pongo el alma y la fe en reparar.

Así que hoy llevaré mi mochila al trabajo, sólo espero conseguir pronto un diseño de bordado para poner: "Si, soy de Marte".

D.

El primer premio de este blog


El primer premio que recibe este blog es un reconocimiento muy adecuado: "Este no es un mal blog", si digo, tiene sus desvaríos... y la verdad no digo la verdad de lo que pienso, ni pienso la mitad de lo que digo... pero malo, malo, así que se diga malo, no es...

Quiero agradecerle a la señortia Iraís, este reconocimiento... La verdad es que sólo incrementa la deuda que tengo con ella, porque desde que se sentaba en primer semestre del otro lado del salón, pensé que era una persona que valía la pena conocer, pero diversas circunstancias (sobre todo de horarios) me impidieron conocerla más.

Curiosamente a través de su blog me he dado cuenta de que tenemos inquietudes semejantes y si no fuera porque ella me dio el premio, con gusto la nominaría para recibirlo de nuevo.

Ahora bien, pongo acá las reglas de este premio:



Este reconocimiento:


1-Debe ser otorgado a los que considere buenos blogs y que acostumbre visitar.


2- Cuando se reciba el premio se debe escribir un post, indicando quien fue la persona que le dio el premio y su respectivo link.


3- Una etiqueta al premio.


4- Indicar los 7 blogs que recibirán el premio.


5- Exhibir la etiqueta del premio, preferentemente con el link donde se habla de él.

Y los blogs que recibirán el gran honor de ser premiados son:

1. La mentirosa melómana: La china, le dicen, por diversas razones... Yo creo que porque no la conocen bien, porque esta niña es super valiosa, me encantan sus valores, su aprecio a la familia y su convicción de que, si las cosas se hicieran bien, este sería un mundo mejor. Un abrazo, china.

2. La mentirosa poética: Yareli, mi niña linda, la más guapa lolita de Coyoacán y anexas, quien tiene SIEMPRE recomendaciones musicales chidas.

3. La mentirosa saltarina: Del mundo Simple. Bueno, si... otro premio más para ella, porque se me hace una mujer en la plena extención de la palabra.

4. El morboso entomólogo - político: (y a sus pingüinos de la redacción) porque los políticos son bichos raros y él se encarga de destriparlos para ver que tienen dentro...

5. Al mentiroso melodioso: Porque también, siempre me hace buenas recomendaciones musicales, literarias, de vida...

6. A la psicóloga mentirosa: Nata, porque aunque la tengo muy abandonada, le dedico mi número favorito.

7. A la mentirosa paranoica: Que seguro ya se estaba preguntando por qué no la puse antes... y si la pondría, tal como su paranoia lo indica.

Felicidades a todos, me encanta leerlos y pensar que son parte de mi vida en esos momentos en que leo sus blogs, que la verdad, no son malos.

D.

Dios bendiga a los gusanos

Ni Natalia, ni Mar, me encomendaron esta tarea.


Pero se me hizo una buena idea enumerar que cosas me gustaría hacer antes de morir, sobre todo porque creo que será una forma de poner por escrito cosas que debo empezar a planear, porque la muerte es una sorpresa a la vuelta de la esquina.


1. Quiero comprarme una casa. Me gusta la idea de saber que tengo un lugar para llegar que es mío, aunque esté hecho un lío. Además es importante que la escritura esté a mi nombre, aunque tampoco me importaría compartirla.


2. Quiero viajar en globo aerostático, porque me gusta la idea del aire caliente sobre mi cabeza manteniendome encima del suelo. He viajado en avión, pero estoy convencida de que no es lo mismo.

3. Quiero aprender otro idioma, porque cada idioma que aprendes es una oportunidad de ver distinto el mundo. Aún no sé cual, pero estoy convencida de que debe de ser un idioma en el que también pueda visitar algun sitio en donde sea el idioma oficial, para ver si puedo sobrevivir. Ya lo hice con el Francés y el Inglés. (Sobrevivi como una hora sola y creo que sólo hablé con taxistas y vendedores de comida rápida)

4. Quiero ir al Cervantino. Creo que era de mis propósitos del año pasado y del año anterior, pero nunca he ido porque siempre surge algo. Ahora no me lo puse como propósito, este año espero trabajar en esos días... pero si deseo hacerlo antes de morir.

5. Quiero conocer a Mar en persona. Deseo comer tacos con ella. Y de ser posible embriagarla. Jo. (Eso intenté hacerlo con Natalia, pero no estaba tan borracha como debería)

6. Este punto, tenía que ser dedicado al amor, porque el seis es mi número favorito. Debo decir que antes de morir quisiera dejar de buscar el amor y simplemente dejarme abrazar por él cuando llegue, porque a veces andar recorriendo pasajes oscuros en busca de amor es una tarea solitria.

7. Quiero terminar una maestría en Letras Hispánicas. (Dios! Ya lo dije! Pensé que nunca lo expresaría en voz alta) Si, eso quiero.

8. Quiero publicar un libro de poesía bonita, en papel feo, en donde vengan puras cosas que nadie leerá.

D.

La Pichirila, Apipilulco y otras palabras bonitas

Pues si. Siempre si fui al campamento. Estaba yo algo indecisa, pero finalmente me animé. En la mochila llevaba una bufanda, unos guantes, una chamarra (que luego fueron muy útiles), un saco de dormir (que cumplió con su cometido), un cepillo de dientes (que sólo usé una vez, cuando ya de plano me sentía una mujer lobo), un cepillo para el cabello (que igual, sólo usé una vez) y un brillo labial, que me puse en el metro, de regreso a casa, como para disimular el aire de damnificada que traía a cuestas.

Y es que, a pesar de que estabamos en una cabaña, calaba un precioso frío matinal, porque el sitio donde fuimos es una Presa y las cabañas están cercanas al agua.


Para llegar hicimos cerca de 4 horas, porque nos metimos en dos brechas desconocidas y en una casi nos desbarrancabamos... pero salimos avante gracias a las habilidades de nuestro conductor y a la temeraria fuerza de la camioneta que conducía (La Pichirila, creo que la apodaban, la verdad era un nombre curioso y no lo recuerdo bien)


Tuve ocasión de escuchar más a mis compañeros. A algunos, que yo creía casi mudos y a otros, a quienes en realidad nunca me había tomado la molestia de ir un poco más allá. Pude decir cosas de las cuales tenía ganas de expresar y vi las estrellas girando sobre mi cabeza (si, eh, bueno, podemos decir que el alcohol ayudó, pero de verdad me sentía conectada con el universo)


Vi volar a un pato.


Y aprendí que Apipilulco está en Guerrero.


Estoy muy contenta de haber ido con mis compañeritos... y estoy contenta de volver. Como siempre que salgo, recuerdo con nostalgia mi dulce cama.


Y ella me espera, en cuanto baje estas fotos para presumirles.


¿Qué les contaré a mis nietos?

Ayer me debatía entre la duda existencial de ir a un campamento con mis compañeritos de la universidad o quedarme en casa a leer a Octavio Paz.

Pero finalmente, creo que mis nietos merecen el beneficio de tener alguna anécdota que contarles... Quizá pase algo digno de recordar, quizá algo que quiera olvidar, pero creo que finalmente no está de más arriesgarse a vivir un poco.

Ayer platicaba con el corrector de estilo, que intentaba ponerme las cosas en perspectiva... porque parece que siempre pierdo el piso en eso de la angustia existencial que me carcome.

El consejo, como antaño, era Carpe Diem. Vive el día.

Así que espero traerles una bonita crónica verde...

E intentaré no olvidar las cosas que siempre olvido. Que tengo suerte. Que soy joven. Que hay quien me quiera.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...