Me gusta mi trabajo pero...

- No sabía que tenía incluído una alarma para despertame en caso de emergencia, que suena cuando me van a enviar información antes de que termine mis ocho horas obligatorias de sueño.

- No me gusta cuando llueve y el lobby se enfría, porque me siento en una hielera natural de seis metros de alto.

- No me gusta que se acabe el agua fría cuando hace calor y el agua caliente cuando quiero un café.

- No me gusta subir dos pisos para sacar copias.

- Odio cuando se va la luz y (como siempre) no he guardado mi trabajo.

Afortunadamente hay otras cosas que si me gustan del trabajo como...

- Me dejan romper todos los papeles que quiero, sobre todo porque no tenemos trituradora, eso me relaja.

- Mi computadora es la única del área que tiene lector de discos, así que ya soy la DJ´ oficial de Información.

- Siempre hay alguien con quien platicar a la derecha, izquierda e incluso en la oficina del gerente (claro, eso lo aprendí con el tiempo, cuando llegué era más callada que una ratita)

- Me gusta mucho la caminata rumbo al trabajo y me gusta también la que es de regreso a casa. Es una zona muy bonita y caminable.

- Me gustan las lagartijas del jardín, los colibríes que beben en la fuente, las bugambilias del patio del vecino y que ese patio siempre esté a la vista.

D.

La vida es un circo de tres pistas

- ¿Qué estás leyendo ahora? - me preguntó, sabiendo que siempre llevo algún libro en el morral aquel de cuero...
- Un libro sobre un circo pobre. Al último circo al que fui, era así... en vez de caballos tenía burros. Ni siquiera tenían un elefante...
Cuando era niña, armé un circo con los animalitos que tenía en mis repisas de juguetes. Tenía una muñeca con cabello rosa que era jinete, otra rubia que se lanzaba en el trapecio improvisado, e incluso una equilibrista sobre mi riata roja.
Mi circo era bonito y tenía un tigre y un domador. Incluso un elefante azul y un canguro rosa.
En mi circo el presentador era un cerdito con librea.
Invité a esa única función del circo a mis dos padres, que vieron con simpatía la forma en que organicé el espacio para presentar todo el acto.
También llegué a invitarlos a cenas de thé y galletas con platitos rosas... pero no sé si recuerden alguna de estas puestas en escena. Sólo recuerdo que la tarde de circo que amenicé fue maravillosa en muchos aspectos.
Todos los actos del circo me gustaban, menos el de los payasos, el cual veía con algo de lejanía, porque prefiero los actos llenos de peligro, como los motociclistas que giran en una rueda de la muerte... "y cualquier descuido podría ser fatal".
A veces me pregunto ¿Por qué habrán inventado los circos de tres pistas? Sólo distraen la atención... me gustaría más concentrarme...
Sin embargo a veces creo que en efecto, la atención en la vida está dispersa... mientras en un lado hay payasos y puedes reírte a carcajadas, como con los amigos, en otra área te sientes en la cuerda floja... como en una relación... y finalmente... en el trabajo, a veces la haces de contorsionista, asombrando a todos con tu magnifica habilidad para contestar teléfonos, tomar recados y atender al jefe en una sóla operación: oído, mano, mente.
Soy el propio fenómeno de mi circo, mi propio enano y la asistente de mago en la caja, a punto de dividirse en dos, en tres o en las que sean necesarias de mí... todo para estar en el circo de tres pistas.

"Yo que no sé lo que digo, yo que no sé lo que hago, yo que sería hasta el malo... con tal de hacer un papel..."

D.

Tengo un monstruo en el bolsillo...

Así se llamaba uno de mis libros favoritos de cuando tenía 12 años.

Ayer me acordé de ese libro porque a veces pienso que mi amor es como un monstruo en mi bolsillo:

"Mi amor es mutante. Ya no me comprometo por él, ni meto las manos al fuego, sólo lo dejo ser e intento alimentarlo antes de media noche, porque si no se vuelve violento. Muerde y babea. No es un amor tierno.

Me gusta mi amor, pero a veces me da miedo. Es grande. Luego no sé donde esconderlo. Y quisiera, porque luego me molesta, como un monstruo en el bolsillo. Se duerme si lo acaricio y le canto... pero a veces se despierta y me muerde y me sale sangre, duele. Tiene muchos dientes filosos. Creo que ningún amor puede domesticarse. Aprendió algunos trucos, pero es testarudo y aprende lento.

A veces quiero matarlo. O abandonarlo en una esquina. Luego me da remordimiento y lo saco del bote de galletas donde lo tenía guardado.Lo he dejado en el refri, esperando que muera de hipotermia. Una vez lo puse junto a las palomitas y tras programar el reloj del microhondas, lo saqué y le pedí disculpas por quererlo achicharrar. Es como un gato arisco. Creo que es así porque ha sufrido maltrato. Una vez lo dejé olvidado en la estación de autobuses. Soy mala dueña de mi amor.

Pérdidas cinematográficas

Ahora que ando procesando mis últimos y más recientes duelos, me quedé pensando en aquello de la pérdida. La verdad, creo que en el cine se siente más duro que cuando lees un libro, quizá porque en el libro le vas regulando al ritmo de las cosas, te tomas un segundo antes de leer "había muerto, se había perdido para siempre" (Me acordé de la escena del libro séptimo de Harry Potter que empieza así)

Las pérdidas cinematográficas que más me han impactado son, sin orden preciso de importancia:

- La muerte de la mamá de Bambi. A fuerza. ¿Quién no se va a acordar de eso? Si no lloraron con eso, están podridos del corazón, me cae.

- La muerte de Mufasa, en el Rey León... Ay, que feo, desde entonces se me quitaron las ganas de visitar el Serengeti, o de ir al Gran cañón.

- La muerte de Obi Wan Kenobbi. (Master) Lo bueno es que la fuerza continuó con nosotros.

- La pérdida de Wilson, en Naufrago. Ay... nunca había querido tanto a un balón de Voleibol. Je, era simpático, además me gustaban sus pelitos.

- La muerte de Jack en Titanic. (Bueno, perdón! Tenía 15 años y me pegó eso de que el chico guapo de la película fuera zambullido en el agua helada por esa bruja mala de la Kate Winslet)

- La muerte de la pastor alemán en "Soy leyenda" (¿Por cierto, como se llamaba esa perra?) Bueno, fue el momento cinematográfico más reciente de perdida y me dolió mucho porque era lo más bonito de la película.

El otro día que fui a casa de Jeanine y pusieron a Bob Marley casi lloro de nuevo.

Rise up this mornin',
Smiled with the risin' sun,
Three little birds
Sit by my doorstep
Singin' sweet songs
Of melodies pure and true,
Sayin', ("This is my message to you-ou-ou:")

Singin': "Don't worry 'bout a thing,
'Cause every little thing is gonna be all right.
"Singin': "Don't worry (don't worry)
'bout a thing,'Cause every little thing is gonna be all right!"

Cantemos! Allá afuera los pajaritos cantan.

D.

Actualización:

Me faltaron dos muy importantes!

(Me iré acordando de otras, tengan paciencia)

- La separación de Rick e Ilsa en Casablanca... (Aunque en los Simpson ella se tira desde un paracaídas en la versión original, lamento informarles que en la película eso no es igual)

- La muerte de Ben, en Living Las Vegas... Ay. Me lele.

Monederos y otras pérdidas y perdidas...

Ayer se me perdió el monedero. Creo que fue en el taxi. Buscaba el cambio para pagar el viaje nocturno que me llevó a casa de Luis, donde me quedé dormida como cuatro horas antes de partir con rumbo a mi casa, como a dos horas de camino.

Lo malo fue que cuando me subí a la pesera que me llevaría al metro más cercano e intenté pagar, sólo llevaba un billete de 50, escondido entre las credenciales y las tarjetas de presentación que siempre cargo... Pero cuando el amable chofer me solicitó que me identificara, entre las brumas de mi cruda, sólo acepté a decir que no tenía ni idea de en que lugar de Ecatepec (creo que si era ese municipio, todavía) me había subido.

No tomé tanto, creo. Después de todo mantuve una bonita y estropajosa conversación de regreso a casa de Luis, sobre cuestiones laborales.

Hoy dormí un poco, también tomé mucha agua...

Recordaba que, al llegar a la fiesta, demasiado temprano, me había comprado un refresco de manzana y estaba afuera del local tomando, cuando pasó uno de los vecinos de la calle y me saludó.

Yo creo que me confundió con una conocida.

Mi mamá asegura que probablemente pensó que era una prostituta en busca de cliente. (No lo dijo en mal plan, es su interpretación de las oscuras pretenciones masculinas de desconocidos en la noche)

Quizá si le hubiera hecho la plática, en lugar de perder el monedero, habría llegado a casa con más dinero del que tenía al salir...

Uno nunca sabe, me pierdo en los laberintos de las posibilidades de los senderos que se bifurcan.

Perdí el monedero.

Estaba un poco triste al regresar a casa.

Pero ya estoy mejor.

Pasé mi dinero a una cartera bonita.

Y mañana será otro día.

D.

Amigos vs. Trabajo

Hoy platicaba con Gaby sobre lo dificil que es realmente hacer "Amigos del trabajo", porque es gente con la que tienes que lidiar y a veces pasar momentos dificiles por muchas horas, pero que finalmente puede ser muy distinta a tí.

De vez en cuando se da que encuentres a una persona con la que compartas muchas cosas, hasta el trabajo, entonces, quizá te animes a llamarlos amigos...

Pero generalmente los amigos y el trabajo están disociados. Cuando sales de tus amigos no quieres hablar del trabajo. Cuando estás en el trabajo tus amigos te parecen ese paraíso lejano al que puedes llegar y refugiarte.

Por eso el día de hoy que recibí en el teléfono de la oficina una llamada bajo el rubro de "personal" me entretuve pensando cual de mis amigas podría llamarme hasta el trabajo, cuando en realidad no he dado el teléfono de la oficina ni en mi casa.

Me gusta que esos dos ámbitos estén separados, que mis amigos no tengan nada que ver con lo que hago y que lo que hago no toque a mis amigos.

Sin embargo, cuando me enteré que aquella llamada "personal" era en realidad algo del trabajo, no pude sino sentir un poco de desilusión...

El trabajo es una isla solitaria, donde a veces tengo que pensar si comer con los de una área o la otra, pero eso no representa una elección emotiva... Nothing personal, just bissness.

D.

Todos dicen "Te amo"

...tan sólo soy una chica, parada frente a un chico, pidiéndole que la ame.

Julia Roberts en Nothings Hill

Hace algún tiempo, Juan Carlos me preguntó que, si creía que en el caso de que yo fuera hombre, tendría éxito con las mujeres.

Le dije que sin duda habría tenido una suerte espantosa y viviría en el complejo eterno.

También le dije que yo pensaba que los hombres la tenían más dificil, por tener que tomar (de forma tradicional, al menos) la iniciativa.

Me dijo que tampoco era para tanto.

Ya sea patrocinado por unas buenas Micheladas o simplemente por ese miedo absurdo de verse viejo y sin pareja (o quizá de llegar solo al bar o de andar por el cine con una bolsa demasiado grande de palomitas) las mujeres no se ponen tan exigentes.

Incluso llegan a pararse enfrente de un tipo para pedirle que las ame.

La verdad nunca le he pedido a nadie que me ame, quizá que me quieran, pero ya que me amen es algo más dificil.

Me gusta pensar que ha sido totalmente espontáneo de parte de quienes me han dicho (y si, en verdad que lo han demostrado, además de decirmelo)

¿Qué si me han dicho que me aman con más o menor frecuencia que a cualquier otra persona? No lo sé, pero se siente bien. Al menos en ese momento, cuando todo parece encajar en alguna especie de plan o de consecuencia lógica.

Pero no crean... al menos un par de veces me ha tomado por sorpresa.

Quizá no es tan común decirlo o escucharlo decir. Ahora bien, las razones por las que fui amada son dispares... en algunos casos era casi la Clemetine en la vida de algunos hombres, en otras fui más la Teresa... Y creo que también llegué a ser la esquiva Scherezada de las aplazadoras mil y una noches.

Lo que sí es que mis embrolladas relaciones llegan al punto en el que también parece necesario que yo haga una declaración de principios. Respecto al tiempo en que me tardo en declarar tan controversial afirmación, no puedo decir gran cosa, porque en cada caso es distinto.

Si como mujer pienso mucho las cosas antes de decir "Te amo", creo que como hombre lo pensaría aún más. Andaría más por las ramas y me cuidaría mucho, muchisimo más, de enamorarme.

Eso pensaba ayer, que veía American Pie y uno de los protagonistas está conflictuandose porque antes de coger con él, su novia le exige que le diga que la ama...

(Vana exigencia de las mujeres, creo yo, pero así va la película)

¿Por qué exigir que te digan que te aman, si no lo sienten?

En ese caso, los hombres por eso terminan prefiriendo a las damas de noche, que en el asiento de atrás de un coche no preguntan si las querían...

Quizá por eso terminé entendiendo la pasión de muchos poetas, escritores, cantautores y demás por las putas, hasta el punto de quererlas canonizar.

Finalmente decir "Te amo" puede resultar una trampa.

Si fuera hombre, tendría mala suerte con las mujeres, diría "Te amo" muy pocas veces en la vida y escribiría canciones sobre el por qué de mi silencio.

D.

Como si al fin un buen poema me saliera...

A veces dejo de escribirte. Dejo de escribirte por tantas razones que hasta a mí se me hacen montañas. Pero no es que deje de pensar en que escribirte. No dejas de ser el destinatario de mis cartas.

A veces dejo de escribirte porque me peleo con la voz de tí, la voz de tí que me escucha y me responde. A veces dejo de varar en tu puerto y me hago al altamar de las preguntas sin respuesta, de las cartas sin destinatario, de las horas muertas sin minutero, ni reloj, ni cuadrantes.

A veces dejo de escribirte por miedo a que todo suene a reproche, a rutina, a tedio, a amargura, a dolor de muelas. A veces quiero dejar presencia en los labios más alejados de tu boca, y morder una manzana sin pensar en tu nombre.

Me siento en la sombra de los árboles y pienso en como escapar de esa voz que eres en mi cabeza, cuando escuchas paciente mis argumentos, falsos y verdaderos y me miras con la certeza de que el peso de la lógica parece escapar al la redimensión que le dan a las palabras el saberse encontrar en otro.

A veces me pierdo para no perderte, pues en mi laberinto soy una Ariadna sin hilo. Araña aferrada al último minuto de teleraña empolvada. Cuanto quiero que una metáfora salvadora venga a ponerle tilde a la palabra "oración"...

Pero a veces mis escritos no van con tilde. A veces se vuelven daga, a veces pétalos de flores deshojadas. Y sigo insistiendo... la duda persiste, como la duda persistirá, porque el mar, como es de amplio, tiene tantos puertos...

Disfrutemos nuestro viaje a Itaca tanto como el llegar a nuestro puerto. Quizá ninguno de los dos sea puerto, destino. Sólo barcos, sólo marinos que se encuentran a tomar una cerveza, después de tanto tiempo de no verse.

Quisiera ser tu puerto, tu dolor reconfortado. Mi aspiración es legítima, su cumplimiento... mi duda. Es mentira que dude de dudar.

Me siento a enredar mi hilo, de nuevo, recapacito, recapitulo.

Yo también he buscado tu boca en medio de mi dolor, o mi tormenta.

Pienso en tí un minuto antes de desmayarme y quizá, tu boca, es mi última tibieza antes de saberme perdida en las oscuridades más profundas.

Y entre tantos puertos, el tuyo, Itaca, permanece.

D.

Un charquito de tinta azul

De camino al trabajo, sentí que por mi pierna corría un hilo de algo húmedo y lento, que bajaba como una gota por mi pantorrilla.

Miré en mi mochila, esperando ver que la comida que con tanto amoroso cuidado guardé estuviera escurriendo. Pero allí no había nada.

Apenas, en la bolsa, un charquito de tinta azul, que se había formado desde antes de que esa mochila fuera mía.

Me puse a pensar que quizá mi alma se derretía y se escurría como tinta azul por las esquinas... pero la tinta estaba seca.

El trazo que sigue la tinta, en su camino a la banqueta, me hizo pensar en las gotas que habrán quedado guiando el camino que ha estado escurriendo de mi alma.

¿El alma será un factor renovable o no renovable?

A veces creo que se me escurre por las esquinas, como un helado bajo el sol.

Ella si se derrite.

D.

Historias del fondo del mundo prostituto

Estoy leyendo a Roberto Bolaño. Yareli me lo ha recomendado ampliamente y terminé comprandolo como su regalo de cumpleaños...

No sé por qué, terminé extrañando a Rubem Fonseca. Tiene uno sus costumbres... sus hábitos requeridos, sus pasiones criminales.

Rubem Fonseca es de mis escritores favoritos porque va directo al punto. Sin florituras innecesarias, con la franqueza demoledora de las cosas ciertas.

Sea que destroce o que arme algo, estas seguro de ver correr la sangre (sea para derramar o para dar vida)

Su ritmo es vertiginoso y sus palabras precisas... Desde que en la clase de Raúl Parra leímos "El cobrador" me di cuenta de que a todos nos deben...

Con Paseo nocturno, aprendí a deshacerme del estrés...

Y mientras más leía a Rubem Fonseca, más torcida se volvió mi sonrisa y más oscura mi alma...

Por eso cuando pienso en las historias del fondo del mundo prostituto, la primera imagen que viene a mí, siempre será la de Rubem.

D.

Feliz cumpleaños a tí!

A la más guapa de mis amigas nínfulas
Querida Yareli:

Tardías, pero exactas, quisiera que surgieran estas palabras... Este aluvión de pecesitos que se pasean entre tu cuerpo atado, de sirena varada, de estatua nívea.

Yareli, poeta, niña, femme fatale, Lolita, cómplice. Gracias por dejarme ser parte de tu vida como lo has hecho hasta ahora. He redescubierto con tus ojos Coyoacán y me he perdido en las ensoñaciones melódicas que me prestas, al mostrarte siempre generosa, musa de la melodía.

Perdona lo barroco del mensaje, dísculpa lo medieval del lenguaje, apresta el oído, que tantas veces ha sido mecido por el jazz, el soul, el bossanova, el rock (oh, sí, el rock) y dejate navegar en esto, que es sólo una ola para mecer tu barquito de papel...

Una canción que, por conocida, quizá no podría llegar hasta mi correo como una recomendación (abre los oídos al mundo, es tu mensaje) pero llegara a tí, espero, intacta, con mis mejores deseos, de que este año que empiezas en tu vida traiga todas las bendiciones que has cultivado con tu presencia.

Esto es... una simple felicitación de cumpleaños y la rolita correspondiente: "Estas son las mañanitas, que cantaba el Rey David..."

D.
Al brillo del sol se desprenden las hojas muertas; resulta entonces un deleite pisar lo cárcomido, lo putrefacto, lo incierto se vuelve una promesa de sombras, de mayores claridades, de tardes en las que todo se vuelve presencia.

Todo podría dar lugar al asombro, cuando se decifra que el patrón de las hojas y las líneas de lluvia en la ventana se esconden, no puedes decir que el silencio se ha vuelto humo, sólo dices que el humo guarda su condición exacta, esa que fue... la del aire en movimiento, trazado por el ondulante pincel de las moléculas que tiñen el aire.

También la tristeza sabe materializarse en hechos. También los hechos son el recordatorio de movimientos más primitivos, más vulgares, que no aparecen en los libros de texto. Cosas como el asco, la repulsión inmediata ante lo que nos hace daño, las lágrimas que se vierten cuando tenemos un objeto dañino en los ojos.

Lástima que no todas las cosas pueden ser vertidas con la misma facilidad. Lástima que lastime.

Lástima que las espinas se vuelven costumbre y se entierran en la piel. Lástima que lastime.

Lástima que las hojas secas que nos revelan la sombra caigan de los árboles y cumplan ciclos que apenas y podemos conocer con nuestra limitada comprensión humana. Lástima que cuando tomamos una decisión no se pueda volver atrás, si no nos gustan los resultados.

Las hojas no retornan a su árbol, pero siguen el mismo ciclo. Y a veces, el viento, las vuelve pincel para que en un arrebato huracanado se perfile el retrato de ese último remanso de paz, donde vivió la sombra, donde la soledad se volvió un reflejo del agua opaca.

Lástima que no vas a leer estas líneas, que eran para tí.

D.

3 Leyes y 3 cuentos de hadas

Para Ladahir, el proscrito.
Primero fue la ley de disposición de Residuos Sólidos: se armó tremenda campaña, se dijo que se iban a poner papeleras en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se colocaron miles de letreros verdes para enseñarnos a separar la basura...
Hasta la fecha es un caos.
A veces pasa el camión con dos compartimentos, otras veces el hombre del overol naranja me pregunta. "¿Ya no tiene más bolsas, güerita?", pero eso de que el problema de la basura ha sido reglamentado...
Cuento de Hadas.
Luego fue lo del Reglamento Urbano: las televisoras se volvieron locas y los periódicos pusieron el grito en el cielo, con el argumento de que la ciudadanía no estaba lista para algo tan primer mundista...
Ahora, de vez en cuando, me subo a un taxi y el chofer me recuerda que en el asiento del pasajero se usa cinturón... pero no va más allá.
Cuento de Hadas.
Hoy, que se aprobó el Reglamento a Favor de los Espacios Libres de Humo, pienso que todo volverá a quedar en las buenas intenciones de reglamentar a favor de lo deseable, pero poco realizable.
Yo no fumo, ni me gusta el humo del cigarro... Pero creo que se ven bonitas las volutas de humo y a pesar de que pueden provocarme un acceso de tos mientras mastico un brocolí en un restaurante público.
Me dio algo de pena pensar en que podría haber encontrado a un grupo de comensales afuera del restaurante donde me fui a tomar una nieve el día de hoy... O que quizá, como en otros países de "Primer mundo" aumenten las volutas de humo por la calle, mientras dentro de los restaurantes podré declarar espacios "libres del humo del tabaco".
Cuento de Hadas.
D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...