Entre espadas y corazones

El día de ayer, cuando venía de regreso a casa, en el mítico caracol que separa el paradero de Pantitlán de la Avenida que me lleva a mi hogar, vi tirado un mazo de cartas españolas.

Me quedé pensando en los reyes de la baraja, que montan a caballo... En particular recordé al Rey de Espadas, con el filo desenvainado, la mirada desafiante, el porte regio...

Contrario al rey de la baraja inglesa, que, a pesar de las florituras, siempre me ha parecido más anodino, como si lo hubieran estrellado contra un cristal.

De acuerdo a mi madre, hay una equivalencia entre la baraja española y la baraja inglesa, en la que los bastos corresponden a las picas, los oros a los treboles, espadas a los corazones, las copas a los diamantes.

Quizá lo de las picas lo entiendo... por aquello de lo violento que se ven; el oro y la suerte... quizá también sea entendible; las copas y los diamantes: puro depilfarro...

¿Y los corazones y las espadas?

¿De dónde tanto filo, tanto derramamiento de sangre? ¿De donde tanto dolor?

Casi se me pasa la parada por estar pensando...

D.

Costo vs. Valor

"Diez pesos le cuesta, diez pesos le vale..."



Pues no, no es lo mismo. Lo que algo vale no es igual que lo que cuesta. Y viceversa.



En realidad el disco de la exposición de Gregory Colbert lo vi primero a un precio de $25.00; más tarde, lo vendían a $15.00 y en esta semana lo han vendido a tan sólo $10.00...



En la explanada del Zócalo entrabas gratis, pero tenías que formarte un par de horas para verlo.



Lo que algo cuesta no es igual a lo que vale.



A mi me dan un salario por cada día de mi vida que voy a trabajar. Pero mi tiempo es infinitamente más valioso. No cuesta tanto tenerme en la oficina, pero a veces creo que mi valioso tiempo debería pasarlo en otra parte.



Hay muchas cosas que no valen lo que cuestan.



Y otras que no cuestan lo que valen.



Definitivamente.



D.

La serenata de los perritos

En Veracruz hay una especie de lagartijas amarillas a las que la gente les dice "Perritos", en otras partes se les conoce como Tlaconetes. Esos perritos hacen un ruido muy gracioso, como un pitido continuo, que te arruya en las noches.

Dicen las leyendas que una mujer embarazada no debe dormir en un cuarto con perritos, porque se te meten al vientre y tu hijo sale con los ojos amarillos, como de espanto.

También dicen que los perritos les roban el alma a los niños.

Lo cierto es que si los tocas su piel es irritante, pues tiene una sustancia tóxica.

Algunas veces me quedaba en la casa de mi abuela escuchando el canto de los perritos, pensando en donde estarían escondidos para escapar de las escobas. En mayo son muy frecuentes y para los meses de Junio, los ves en las paredes blancas, estirando sus patitas, en un esfuerzo por sacarse el calor del cuerpo.

Sus ojitos son negros y brillantes. Me gustan mucho.

Siempre estuve esperando enamorarme de alguien allá, para que me llevara serenata en las noches calientes y recibirlo con una bata blanca muy transparente.

Pero nunca me enamoré de nadie, ni nadie se enamoró de mi.

Y la única serenata que recibí fue la de los perritos.

D.

Botín

Hoy fui a recoger mi título de Licenciada. Lo consideraré entre la lista de mis regalos de cumpleaños...



He aquí fotos del botín que he recolectado a últimas fechas:



Como pueden ver, se incluye una bonita bolsa rosa, un libro que tenía ganas de leer, joyería varia y tres cajas de chocolates. Ya no mencioné las rosas, porque se me hizo un exceso...

Además en la oficina me hicieron tres pasteles. Le tomé foto a este, que es el que me dieron las chicas del área de Operaciones. El resto de ellos eran pasteles normales.

Creo que me excedí comiendo pastel... Por eso nada más me tomé una cervecita con mi amiga Gaby...




Si, ya sé... no es fotomontaje. Así era.

Hasta allí va el botín. Pero aún no se acaba mayo...

D.


Tengo miedo de que seas feliz...

¿Quien dijo que todos merecíamos ser felices?

No es cierto.

Además ni se podría.

Incluso, la felicidad de algunos, depende casi exclusivamente de la infelicidad de los otros.

¿Después de todo cuantas estrellas del rock, astronautas, éxitosos escritores, astros del futbol o magnates caben en el mundo?

¿Y cuantos son necesarios?

¿No es más necesaria la señora de la limpieza, el señor que vende los jugos afuera del metro, el que acomoda los coches?

¿Y la gente que hace estas cosas es feliz? ¿Y si nadie las hiciera habría más gente feliz?

Yo voy en el metro pensando que me haría feliz que todos desaparecieran y me dejaran un asiento azul, verde... pero no pienso en que los hijos de esas personas quizá extrañarían a sus madres y padres si yo los envío a ese limbo de mis deseos...

No es que me de miedo que todos sean felices. Es que me da absolutamente lo mismo si desaparecen.

Hay tan poca gente que no es escenografía en mi vida que el resto podría facilmente ser borrada y no me daría cuenta.

Quizá me daría cuenta si corren al oficial que siempre me dice "Que guapa" que está en el edificio de junto (me lo dice a diario, aunque no me haya peinado, por eso me cae bien)

Él me hace feliz, aunque sea unos minutos al día.

(A veces creo que también borraría a la gente que lo hace feliz a él, para tener el derecho exclusivo de hacerlo feliz yo...)

"Creo que nunca había odiado a nadie, como a tí...
quizá podría evitarlo pero, me produce un gran placer.
El motivo es una simple tontería: no soy el hombre de tu vida.

Entre el cielo y el infierno escogí
esta guerra en las meras entrañas,
que me incita a buscarte, dónde andas,
con quién vives, con quién duermes
¿dónde estás?

El motivo es una simple tontería:
no soy el hombre de tu vida.

Te recuerdo a cada instante,
no me puedo concentraren mis cosas,
en mi vida todo me resulta mal.

Y soy cliente de la angustia tengo miedo de que seas feliz.
Si en el cielo estaba escrito el destino me engañó.

Creo que nunca había odiado a nadie como a ti:
quizá podría evitarlo pero, me produce un gran dolor.

El motivo es una simple tontería: no soy el hombre de tu vida
y me consume esta ira; no soy el hombre de tu vida.
No soy el hombre de tu vida..."

Música cortesía de Real De Catorce...

D.

Intercambio cultural

El día de hoy estuve deprimida, debido a que, después de que ayer todos me abrazaron y me saludaron, hoy eso no pasó...

Así que, como cada vez que me deprimo, acudí a mi librería de confianza, donde leí un cuento sobre un niño que está aburrido y realiza un intercambio cultural con un elefante, el cual se queda a ver la tele mientras el niño se va a la selva.

También vi a una mariposa agonizante y compartí con el señor franelero su trajinar en los últimos momentos del mundo.

Al finalizar el día me puse a pensar que hay cosas mejores por las cuales deprimirse. Y me dieron ganas de realizar un intercambio cultural con alguien que quisiera pastel. Todavía hay en mi casa.

D.

Pan, pan, panadero...

El día de hoy, por ser mi cumpleaños, mi papá me invitó a desayunar. Fuimos a un restaurante bufette que está asociado a una panadería y, además de tener pan recién horneado, puedes ver como trabajan en la panadería.

La verdad el trabajo de los panaderos me encanta y el de hoy cantaba unas salsas muy entonadas...

Lo que más me gustó era la enjundia y emoción que parecía darle su trabajo, como si eso fuera lo más genial del mundo (independientemente de que crear algo si sea muy gratificante y el pan de dulce me encante).

Es algo que siempre he pensado. Cuando lo que haces es útil, se puede comer, saborear, usar, probar... cuando puedes cortar con ello, o trasciende la tarea repetitiva, es cuando el trabajo comienza a ser disfrutable.

Me dan muchas ganas de tener un trabajo así, donde realmente sienta que estoy creando algo.

¿Alguien me puede dar eso de regalo de cumpleaños?

D.

El amor hasta la locura: arrebatos eróticos y místicos...

Ayer fui al museo Soumaya a ver esta exposición temporal (creo que se termina este mes).

Al respecto, debo decir que lo que más me gustó fueron las citas de la museografía... en realidad la exposición abarca demasiados temas, sin mucha unidad, pero no por eso deja de ser interesante.

Al tocar temas tan disímiles e intentar darles un hilo argumental a través del amor (el amor como arrebato, como experiencia mística) el espacio resulta incluso sofocante. Pero empezando por el principio, me pareció un acierto comenzar con Adán y Eva, el Pecado original y cuadros muy simbólicos, como el de la escuela holandesa de pintura de Lucas Cranch.

Luego, en un cambio (no sé si decir... contrastante) vienen una serie de cuadros sobre el nacimiento de los volcanes, en donde se narra la historia de la mujer dormida (con cromos como de calendario) y posteriormente, unas piezas de las diversa manifestaciones de cupido, con el correspodiente mito de Psique y Eros...

Más adelante se muestra a María Magdalena, unos desnudos... el éxtasis místico de Santa Teresa, un vestido de novia, fotos de damas enamoradas, estatuas de San Antonio de cabeza y los versos que enviaban a sus novios...

Como dije, quizá sufrí de una sobre exposición a las imagenes, pero deberían visitar la exposición antes que se termine para ir a leer a Benedetti y a Sor Juana en menos de 300 metros cuadrados.

D.

Diálogo Dominical

Papá (comprensivo y complaciente): Ya va a ser tu cumpleaños ¿Qué te podemos dar para que seas feliz, Mayra?
Mamá (angustiada): Ay, creo que lo que Mayra necesita no lo venden...
Papá (extrañado de que el dinero no lo arregle todo): ¿No? ¿Y eso?
Mamá (misteriosa): Pues ya ves...
Papá (como que entendiendo de pronto): Dinos el nombre del infeliz que te hace sufrir y lo encadenamos, hasta que te haga caso...
Mamá (sacando su lado antropológico): Ah, que mala suerte, si vivieramos en otros tiempos, quizá ya te habríamos arreglado un matrimonio y estarías felizmente casada, a lo mejor hasta tendría un nieto.
Mayra (en un arrebato de sinceridad no apropiado para domingo en la mañana): Si, quien sabe a quien se le habrá ocurrido eso del amor libre... Se me hace que es parte de un complot de la sociedad consumista para que todos compremos libros para ser más felices, más amorosos, más música de como sufrimos por amor, más libros de dietas, más revistas de como encontrar el amor verdadero, más películas y cambiemos de novios como calcetines. Y de novias como pañuelos usados. Más insatisfacción, que produce que compres más cosas para llenar el vacío, más divorcios, más abogados, más platos rotos, más...
Papás: ...

Envidia...

Envidia...
tengo envidia del pañuelo,
que una vez secó tu llanto...
y es que yo te quiero tanto,
que mi envidia es tan sólo amor...

Ayer, en el programa matutino que veo cuando entro tarde a trabajar, hablaron de la envidia.

En realidad nunca me había puesto a pensar que destructivo sentimiento resulta, a pesar de que recuerdo el capítulo donde Frank Grimmes, de los Simpson, termina prendiendose fuego a si mismo en un arrebato de envídia ante el éxito de Homero.

Esa envidia corrosiva y destructiva que nos arrastra a cometer las más grandes vilezas porque por alguna razón (suerte, circunstancias, tiempo... que sé yo) no hemos logrado lo que quisieramos.

Puede ser un triunfo de cualquier tipo: romántico, académico, laboral... Pero otra persona lo tiene y yo no. Eso puede bastar para que seamos desdichados.

El error consiste en mirar a los demás en lugar de agradecer lo que nosotros tenemos, somos, podemos. Muchas veces me he descubierto admirando los logros de las personas que quiero con un dejo amargo en la boca... ¿Pero por qué yo no...?

Es tan fácil olvidar lo que nosotros hemos logrado ante la sombra de los logros de otros...

Lo malo es que a veces el talento de otros no nos lleva a buscar nuestra superación o a la gratitud de compartir con alguien que está cerca su talento, su dicha, su creatividad.

A veces sólo nos hace alejarnos, apartarnos de la sombra del éxito, con el deseo de que "Eso" ya no nos siga doliendo.

Creo que algo que causa tanto dolor no debería de ser catalogado como Pecado, porque creo que de los pecados, la envidia es de los menos placenteros...

D.

La chica que pone los puntos sobre las íes

Hace poco escuché decir que mi tía era muy "claridosa"

Me gustó el término, pero cuando por fin supe que significaba ya no me gustó tanto.

Últimamente me siento muy claridosa... como si no pudiera decir las cosas que pienso sin molestar a alguien o pisarle los callos a la gente.

La diplomacia no es materia aprobada en mi lista, desde que era niña me dijeron que tenía una forma de decir las cosas "políticamente incorrecta" por más palabras que pusiera en el intermedio.

¿De que sirve decir tantas palabras si van a servir para hacer daño?

A veces creo que es parte del problema poner la puntos sobre las íes...

Y pensar que me pagan por eso.

D.

Back to basics: las historias de detectives son lo mío...

Ayer me compré en un puesto de periódicos un ejemplar doble de Agatha Christie que incluía "El asesinato en el Oriente Express" y "El secreto de Chimney", del cual ya voy en el capítulo 3.

Me las compré porque siempre me han gustado las historias de detectives, cuando era niña le robaba su pipa y su sombrerito gracioso a mi abuelo y me paseaba por la casa de Cosamaloapan buscando resolver un acertijo...

También me gustaba la casa de duela de mi Bisabuela, en la Calle de Río papaloapan, porque tenía un elevador para la ropa que a mi me parecía uno de esos cuartos secretos...

Cuando descubrí las novelas de Agatha Christie me di cuenta de que eso de los misterios era lo mío. No descubrirlos, quizá sólo vivir en ellos.

También había una pleyade de escritores de historias de detectives que me encantaban... como Mary Higgins Clark, que ideaba bonitos titulos como "No está dormida, está muerta" o "Si ama la música y le gusta bailar", "Alrededor de la ciudad" y por el estilo, donde la protagonista era una joven mujer de éxito que, tras flirtear con el asesino, descubría al amor de su vida en brazos del héroe que la rescataba cuando ella resolvía el caso.

Quizá por eso, cuando comencé mis andanzas internéticas, descubrí que las historias de detectives se prolongaba a atar cabos, de esos pequeños, que luego te suenan a descubrimiento...

Así, el día de ayer descubrí que uno de mis amigos (que siempre ha flirteado un poco conmigo, pero que hace más de dos años que no veo) acaba de tener una bebé! Bueno, la noticia es feliz, lástima que no la quiso compartir conmigo, quizá en la idea de que alguna vez tendríamos una cita o algo así...

En fin, ¿quien dijo que ser detective era una tarea feliz?

D.

Vidas fragmentadas

A veces tengo la impresión de que mi vida se va fragmentando más y más.

Entre una estación a otra del metro escucho como diez canciones.

Pienso en las vidas paralelas que vivo, en las existencias que pongo en equilibrio, en el muchacho que va sentado a un lado mío y que quizá era el amor de mi vida y yo sin darme cuenta, escuchando Reggetton a no sé cuantos kilometros por hora.

Me gustaría pensar que si armo las piezas de este rompecabezas tendrá un sentido, un orden, una coherencia lógica.

Pero a veces creo que no, que son piezas de distintos rompecabezas, como si en mi caja hubieran puesto el retrato de una bailarina de Degas y el Grito, juntos...

Como si mi noche estrellada estuviera poblada de Nenúfares...

Como si mi sonrisa de Monalisa se viera empañada por un paño negro de Tiziano...

D.

La muerte del gordo

Al gordo se le ocurrió morirse ahora que todos estaban de vacaciones. La verdad no sé por qué me pasan a mi esas cosas. Ya estaba enfermo, porque se quedó tendido allí, en la estopa que usaba de cama, desde hace unos días.

Mi hermana desistió de llevarlo al veterinario conciente de que todo tiene un principio y un fin... y de que el veterinario no es tan bueno, porque incluso se animo a cuidar de mí y me dejó una cicatriz. (Ja, pondría el link de esa historia, pero no sé como hacerlo)

El caso es que mi hermana se fue a Querétaro con mis papás y me dejó una nota que dice por las de acá:

"Ponle agua del garrafón o del filtro al gordo, no le saques el recipiente, usa la botella con la que se alimenta y de allí la puedes vaciar. En la noche lo metes y lo sacas mañana. Saludos..."

Y yo, tras seguir las instrucciones al pie de la letra, descubrí esta mañana que el gordo ya no respiraba.

Iba a tomarle una foto, pero creo que no hacen falta fotos de Hamsters muertos en Internet.

Así que escribí un sentido mensaje al celular de mi papá: "Lamento informar del deceso del gordo. Espero instrucciones de la disposición de sus restos físicos. RIP"

Lamentablemente ese mensaje llegó por error (lo envié al teléfono anterior de mi padre) a manos de mi tía, quien, me llamó en breve, para saber quien había muerto...

De esas cosas que me pasan a mí. Tardé un rato en explicarle que "El gordo" era un hamster y no una persona.

Luego llamó mi mamá y me dijo que pusiera al gordo dentro de una cajita de thé y lo enterrara en una maceta, para que ninguno de los perros profanara su tumba.

Hecho está.

Nunca había enterrado yo sola un cadáver. Es triste. También es una tarea de esas que te ponen a pensar en lo relativo de la vida y la muerte y yo que sé...

D.

La banda y la basura

Son las dos de la mañana y aún me faltan como 149 correos por abrir.

Dejé de abrir cartas cadena hace mucho, desesperada por la gran cantidad de tiempo que tardaban en bajar las presentaciones de Power Point, o los videos.

Ni que decir de los enlaces a Youtobe... ¿Así se escribe?

Bueno, el caso es que...

Ya tengo banda ancha.

Y tengo sueño...

Además muchos de los correos ya los había leído en mis (¿En serio? Ya tantos?) nueve años de andanzas internéticas...

Si, no lo había pensado, pero el Internet llegó a mi vida en mayo de 1999.

Hace ya un rato.

Hasta ahora tengo banda ancha... pero la usaré otra noche.

Una noche que no tenga sueño.

Ah, ya pueden enviarme más correos. Jo, ahora si los abriré. Lo prometo.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...