De amigos y otros compromisos morales

Este tema de la amistad me pone nerviosa. Cuando iba en la preparatoria, pasaba mucho tiempo hablando de ello con mi amiga Lorena.
Ella decía que los amigos son como peldaños en una vida. Estás en su compañía un tiempo, en una época... Pero continuar la amistad más allá se le hacía algo hipocrita.
- ¿Para qué?- me decía- Si dos personas dejan de tener los mismos intereses, si se alejan, si dejan de reconocerse... ¿Para qué seguir con ello? ¿No resulta más falso, a la larga?
Las dos teníamos una amiga en común, que ella había conocido en la secundaria, pero a quien ya no quería tratar más, por considerarla de "otra etapa de su vida". Como sea, vivían cerca y frecuentemente nos regresabamos juntas a casa.
Efectivamente, en cuanto nuestras áreas de conocimiento se separaron, en el último año de la Preparatoria, dejé de frecuentar a Lorena.
Su profecía se cumplió conmigo y ya no la busqué más.
Pero recuerdo muchas de las charlas que manteníamos, cuando la filosofía nos interesaba y nos hacíamos las preguntas correctas, aunque sin tener mucha idea de lo importante que era aprender a pensar por nosotras mismas.
A veces me pregunto si seré buena amiga. Si los lazos que atan mi amistad con otras personas podrán sobrevivir. Si puede darsele el nombre de amistad...
A veces lo dudo.
Recuerdo con claridad el texto de "Compañero mío", de Gibran Jalil Gibran, que durante muchos años fue su bandera ante el concepto de amistad...
Y entonces pienso que, quizás, la política de Lorena no estaba tan errada.
Miro la lista de mis contactos en el teléfono, en el Messenger y recuerdo...

"Amigo mío, yo no soy lo que parezco. Mi apariencia es sólo un traje que llevo puesto, un traje hecho cuidadosamente que me protege a mí de tus preguntas, y a tí de mi negligencia. El Yo que hay en mí, amigo mío, habita en la casa del silencio, y en ella vivirá por siempre inadvertido, inabordable.

No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confíes en lo que hago, porque mis palabras son sólo tus propios pensamientos hechos sonido; y mis acciones, tus esperanzas convertidas en acción. Cuando dices: " El viento sopla hacia el oriente", yo digo: " Sí, sopla hacia al oriente"; pues no quisiera hacerte saber que mi mente no medita acerca del viento, sino sobre el mar. Tú no puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas.
Prefiero estar a solas con el mar.

Cuando es de día para ti, compañero mío, es de noche para mí; sin embargo incluso así, hablo del mediodía que danza en las montañas y de la sombra escarlata que se abre paso sigilosamente por el valle; porque tú no puedes oir los cantos de mi oscuridad ni ver mis alas que se agitan contra las estrellas. Y no me interesa que me oigas ni que me veas.
Prefiero estar a solas con la noche.
Cuando tú asciendes a tu Cielo, yo desciendo a mi Infierno. Incluso entonces tú me llamas a través del infranqueable abismo: "Mi amigo, mi camarada", y yo te respondo: "Mi camarada, mi amigo", porque no quisiera que vieses mi infierno. Las llamas te cegarían y el humo te ahogaría. Y me gusta mi propio Infierno; lo amo tanto al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar a solas en mi Infierno.
Tú amas la Verdad, la Belleza y la Justicia; y solo por complacerte te digo que es bueno amar esas cosas; pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor. Sin embargo, no te dejo ver mi risa: Prefiero reír a solas...
Compañero mío, tú eres bueno, cauto y prudente; es más: eres perfecto, y por ello contigo hablo sabia y cautelosamente, sólo que... estoy loco. Pero disfrazo mi locura. Prefiero ser loco a solas.
Compañero mío... tú ni siquiera eres mi amigo, pero, ¿cómo hacer que lo puedas comprender?. Mi camino no es el tuyo; y sin embargo caminamos juntos, los dos tomados de la mano...
D.

Vicisitudes de una diosa doméstica

No me malinterpreten, me gusta estar en casa. Es más, aprendo muchas cosas estando en casa. Tampoco me molesta cocinar.

Sólo que las diosas domésticas tienen muchos retos en esta vida... ¿quien dijo que esto sería fácil?

Uno adquiere el rango de diosa doméstica cuando logra sacar la primera cacerola de arroz sin quemarlo ni batirlo, al ponerlo a remojar y freír el tiempo exacto, para evitar que, al agregar el caldo de pollo se vuelva un amasijo irreconocible...

Con sus altas y sus bajas, hoy mi misión, si decidía aceptarla, era hacer un caldo de pollo.

La gente que no esté familiarizada con el caldo de pollo seguramente desconocerá que tiene fines terapeuticos y que se recomienda mucho en caso de que los comensales tengan gripe.

Algo que yo no sabía, y que he aprendido hoy, es que los ingredientes del caldo de pollo deben echarse en orden... ¡Y no todos al mismo tiempo! Esa revelación inicialmente me perturbó, porque tenía frente a mi vegetales de diversos colores, formas y tamaños...

Pero bueno, mi madre había ido al médico y había dejado el misterioso montón de verduras en una bolsa.

Así que a pensar... ¿Que fue primero? ¿La papa o el chayote? ¿La cebolla o el cilantro? ¿La calabacita o el ejote?

Y se hizo la luz... como era caldo de pollo, pensé que estaría mejor echar primero al pollo, tras tomarle la temperatura y verificar que estuviera libre de toda influencia (negativa).

Saqué el cilantro del refri, porque en mis lejanos sueños recordé que mi madre había dicho que usaría esa hierbilla en cuanto hiciera un caldo... y le puse media cebolla, porque a mi si me gusta...

Y ya cocida, ni sabe a nada.

Ahora bien, una vez superada la prueba (mi papá dijo que había quedado bien el caldo de pollo) les contaré que el orden correcto era: pollo, agua, cebolla, cilantro, chayote, papa, zanahoria, ejote y calabacita.

D.

Influenza: una razón para anticiparme a mi cumpleaños

En realidad espero seguir viva para el 20 de mayo, día de mi cumpleaños.

Pero quien sabe.

También espero que ustedes sigan vivos.

Y todos mis amigos y familiares... incluso espero que la gente que nada más conozco siga viva para ese día.

Pero quien sabe....

¿Cómo va a preveer uno esas cosas?

Igual y un carro acaba con nuestras vidas antes o resulta que la influenza nos alcanza.

Por si acaso, no estaría mal que me fueran dando mis regalos de cumpleaños, no vaya a ser...

Ya después no podré detenerme a oler las rosas.

Por lo menos, si alguno de ustedes va a realizar sus compras de pánico, podría aprovechar el viaje para comprarme un regalito (no digamos algo ostentoso, podría ser una caja de chocolates, un cerdito de peluche, un tapabocas de diseñador, no sé... algo bonito)

Yo creo que si fue mérito sobrevivir a este año, porque en junio del año pasado tuve una super crisis personal, en diciembre casi me despiden, en enero me di de baja yo sola en la oficina y ahora vivo en estrés constante por los resultados del examen de maestría...

Pero he sobrevivido.

Y si merezco regalos de cumpleaños, por lo que si usted tiene dudas sobre las cosas que puede regalarme, consulte la siguiente lista, super útil:

- Libros (esos nunca fallan conmigo, cualquiera que sea estaré feliz... No les garantizo que seré feliz al terminar de leerlo, pero si lo leeré)
- Discos: películas, series, música (pueden fallar, pero aunque sea así son fáciles de envolver y útiles en caso de alerta epidemiológica)
- Invitación a tomar un café (en cuanto los abran de nuevo)
- Invitación al cine, teatro, concierto (en cuanto reanuden actividades)
- Recargas electrónicas para mi teléfono. (El crédito se me acaba el domingo y me aburro mucho en casa, con epidemia y sin mandar mensajes)
- Una recomendación para laborar en algo, aunque sea un voluntariado, tampoco me pongo tan exigente. (si, ya me estoy aburriendo, Erich Fromm tenía razón "El miedo a la libertad")
- Un poema, postal o correo enviado por correo electrónico para felicitarme. (Ya de perdis, pero con buenas intenciones, de esas veces en que se nota que la persona se acordó)
- Una entrada en su blog, cantandome las mañanitas y deseando que el año que empieza para mí sea menos accidentado.

Debido a que el año pasado hice una fiesta que terminó en un caos... (Un muermazo, según los Sims) esta vez no me arriesgaré (además de que, por ser un acto publico, podría ser declarado zona de riesgo).

Pero si se les ocurra alguna cosa que no ponga en peligro nuestras vidas, me apunto.

D.

Mira Mónica, ya estoy harto...

Mira Mónica
ya estoy harto
de tu maldita indecisión
vivo al borde del infarto
martes sí,
miércoles no,
jueves quien sabe...
A lo mejor debí llamarme Mónica. Ese nombre no me gusta, Matarilerileron, pero me quedaría bien la canción de Sabina.
Ayer me lo dijeron.
Y si, seguro debo parecerles bipolar que un día decido que quiero ir a conquistar el mundo y al otro día no quiero salir de cama porque me siento indispuesta a platicar con extraños. En la mañana estaba enterrando la nariz en mi propio brazo y probando posturas para improvisarme una burka con mi reboso antes de salir a la calle...
Y al rato estaba canturreando feliz una rola de Sabina.
Y es que si me voy a morir de influenza porcina, espero morir tras escuchar al maestro.
Nunca tomé pastillas para no soñar y últimamente sueño más que nunca.
Pero definitivamente sigo indecisa...
Porque en mi familia no está bien visto andar por la vida sin planes y los míos llegaban solo hasta enero y ahora se aplazaron temporamente, pero seguro en junio, a más tardar, volverán a pedirme un cronograma de los siguientes 10 años de vida, así como te piden en algunos trabajos.
- ¿Y usted como se ve de aquí a diez años?
- ¿Y que pasos dará para alcanzar sus objetivos?
El impasse de espera me hace pensar en que, en mis planes originales, estudiaba letras, me dedicaba a escribir y a los 26 años ya tenía un departamento propio y una computadora para publicar mis libros de cuentos...
Pero estoy a menos de un mes de cumplir esa edad, no tengo un departamento propio, ni una computadora propia, ni estudie letras y me han publicado un ensayo, tres entrevistas, un reportaje, dos notas y "zanseacabó".
De allí que el próximo paso sea algo más confuso, porque si en mis primeros 25 años de vida planeaba tener mi éxito profesional concretado (Aquí se escuchan risas de la amable concurrencia) en los siguientes 15 me iba a ocupar de mis relaciones personales y hasta pensaba en formar una familia...
Pero claro, estando las cosas como están, ni quien quiera animarse a planear más en el futuro, por eso le doy la razón a quien comenzó a cantarme la canción de "Mira Mónica..."
Martes si, miércoles no, jueves... quien sabe.
D.

Arriba o abajo

Ella no me dijo su nombre. Resultó que habíamos ido a la misma preparatoria. Pero ella decidió ya no estudiar más. En cambio se metió a trabajar a una conocida cadena departamental, en el área de Restaurante.

Tardó cerca de cinco años en llegar al puesto de mesera, pero finalmente le dieron una oportunidad cuando se desocupó la plaza de una mujer que quedó embarazada y dejó el puesto. Ese año le fue muy bien, comisionó casi el triple de su meta real.

- Me habían pedido $55,000.00 ese mes en ventas. Y nos prometieron que nos darían el 2 por ciento de lo que sobrepasaramos...

No le iba mal en su trabajo, fue ahorrando poco a poco. Finalmente se compró un terreno cerca de casa de sus papás, quienes tenían una tienda de abarrotes.

Pero como todo se acaba...

- Después de trabajar como 20 años allí, me liquidaron. Todo pasó cuando se murió el que era mi jefe. "El Viejo" era adicto a la cocaína y tuvo un accidente. Fijate... aunque era un drogadicto era de esas personas que se subían las mangas y te decían: "Quiero que hagan así las cosas" y te enseñaba como era... No nada más por decir.

La liquidaron, pero tuvo que arreglarselas pronto.

- A mi marido lo habían despedido en noviembre y a mi me dieron las gracias en febrero del año siguiente.

Abrió una papelería. Finalmente fue mejor.

- Imaginate, si no fuera por eso no podría estar aquí, al pendiente de mi mamá, que ya lleva 20 días internada y nada que la operaban. Así es la vida, da muchas vueltas. Estás arriba o estás abajo, pero no sabes a donde irás después. A mi mamá apenas hoy la bajaron al quirófano...

Fue a buscar resultados de la cirugía. Después se quedó dormida y ya no quise preguntarle más. Tenía que preguntar si mi abuela ya había subido a piso.

D.

Aquí comienza la eternidad

El hombre en la sala del hospital de traumatología me preguntó que si el lugar junto a mí estaba vacío. Le dije que sí. Entonces comenzó a hablar.

- Los hospitales y los Ministerios Publicos son la antesala del infierno. Por eso usted tiene que ser una buena persona, porque no somos nada. Nada. Somos insignificantes. ¿Sabe? Una vez fui a pasear con mis padres y no sé por qué razón nos detuvimos en las puertas de un cementerio. En la entrada había una inscripción y se me ha quedado muy grabada. Siempre la recuerdo. ¿Sabe que decía? "Aquí termina el éxito mundano y comienza la eternidad". ¿Podrá acordarse de eso? ¿Puede repetirme lo que le dije?

- Aquí termina el éxito mundano y comienza la eternidad - le dije, mientras guardaba mi libro de Alex Grijelmo, "La seducción de las palabras", convencida de que mi interlocutor era de esas personas que aman hablar y que no podría seguir leyendo.

- Eso es. Recuerdelo. ¿Puede guardarme el lugar? Iré a ver como está mi paciente.

- Si, claro - le dije.

Pero el hombre ya no regresó.

D.

Feliz cumpleaños a tí

Hoy es cumpleaños de una de mis mejores amigas. (Y del cantante mexicano Luis Miguel)

Ella está muy triste, porque el año pasado fue uno de los peores años de su vida.

Pero uno no debería de medir la vida en años, sino en playas visitadas, gatitos sostenidos en el regazo y helados consumidos.

Por tanto creo que ella es joven, aún, pues le faltan muchas playas, gatitos y helados.

Ella no va a leer esta entrada, porque no lee mi blog.

Pero la quiero mucho y le deseo muchas playas, helados y gatitos...

D.

Abrir la conciencia

- Conocí a un hombre - me dijo - que había realizado viajes para conocer a María Sabina, pero ya no la encontró. En cambio encontró a muchos de sus discípulos, quienes le dieron hongos alucinógenos y le explicaron algunos de sus efectos.
Después este hombre realizó experimentos en una cámara de Gessel. La idea era saber cual era el efecto de los hongos alucinógenos en personas con ceguera. Entrevistaron a dos muchachos, uno de ellos era ciego de nacimiento, así que tras ingerir los hongos sus alucinaciones fueron sobre todo auditivas...
Pero el caso que fue más interesante fue el de otro muchacho, que había quedado sordo después de una enfermedad. Al ingerir los hongos pudo hacer una descripción del cuarto en el que estaba...
Lo más curioso fue que el muchacho describió que, en el cuarto, había un cuadro, el cual no vieron los científicos... pero el hombre que laboraba de manera habitual en dicho lugar aseguró que antes de remodelar esa habitación habían tenido un cuadro.
Cuando le pidieron al joven que lo describiera, el no logró hacerlo... pero eso fue sólo hasta que el hombre que conocía el cuadro entró a la habitación y en ese momento el chico pudo ver el cuadro... Al parecer podía captar el recuerdo del cuarto que tenía aquel hombre...
Me acordé de el capítulo de Los Simpson, donde Lisa es sumergida en el tanque de privación sensorial para ponerse en los zapatos de su padre...
También pensé en ese capítulo de Fringe donde la agente especial del FBI, Olivia Dunham, es convertida en un receptor adrede, con la finalidad de que su compañero de equipo le transmitiera por telepatía la descripción de su agresor.
Los impulsos electromagnéticos que producen el pensamiento aún no son del todo comprendidos, pero la posibilidad de sincronizarlos es un tema de la ciencia ficción que ha sido plasmado muchas veces a través de los diversos casos de telepatía...
Lo cierto es que, su pudieramos leer el pensamiento de las personas, poco espacio quedaría para la privacidad, puesto que la mente es nuestro último refugio y al ser sorprendidos en la intimidad de nuestro pensar el ser humano estaría desprotegido en muchos sentidos.
Lo que pensamos es poderoso y, en las manos equivocadas, puede ser peligroso.
Después de todo, el problema de abrir la conciencia, es que no sabemos que cosa puede escapar...
D.

Relaxo visión

Arrullada por la suavidad del vino blanco que degusté con mi pizza (de esas pizza de dos por uno de los viernes) escribo una entrada sobre lo feliz que soy...

Y es que me siento feliz, aunque no tendría en realidad por qué estarlo, mientras que mis amigas tienen una multitud de expectativas, proyectos, problemas, planes... No tengo nada de eso, porque los borradores de lo que será el resto del año son demasido difusos.

Apenas y alcanzo a vislumbrar que en mayo tendré un festejo familiar importante, donde habrá que estrenar zapatos (por lo menos) y debo mantenerme en mi talla, para no tener que comprar el tamaño W, es decir Wale.

Mi gato necesita otro baño... se ha ido a pasear demasiado por los tejados.

Hoy tuve una conversación divertidisima sobre películas y otras "no sé que cosas" con mi profesor de computo. Si extraño la escuela.

Quizá estoy evadiendome, de nuevo, como en aquel capítulo de Fenomenoide, donde te aclaraban que para evitar las escenas de ultra violencia, cada vez que hubiera algo demasiado "fuerte" te pondrían escenas de Relaxo visión...

Así podías relajarte, en lugar de estresarte pensando en los golpes y macanazos.

El resultado era que la historia perdía continuidad y así, mientras Fenomenoide se aporreaba con una banda de malhechores, tu veías una pesera y escuchabas una melodía de ascensor.

Escucho la música en mi cabeza y casi puedo ver a los pecesitos...

Quizá me estoy fundiendo con mi gato.

Quizá me he instado demasiado en Relaxovisión.

O tal vez me estoy volviendo (más) loca.

D.

Mecenas

Ayer platicaba con uno de mis amigos sobre el tema de la maestría, que es lo que me tiene obsesionada por el momento. Hablabamos de las cartas de recomendación: en la maestría que quiero te piden dos... la verdad es que con una de una persona correcta basta. Desde antes, había tocado con Jeanine la importancia de estar "avalada" por alguien de dentro.

Es una situación que no sólo sucede en esa maestría, sino en casi todas... y en los trabajos, por cierto, donde no se puede desestimar la importancia de tener alguien que te apoye y te eche la mano.

Por desgracia, en mi familia siempre me enseñaron que uno debe abrirse camino por si mismo y que, en general, era mejor no deberle nada a nadie...

Así que, mientras otros compañeros iban a media hora de clase y le hacían media hora la barba al profesor, para obtener excelentes calificaciones, yo iba a dos horas de clase, llegaba temprano, me iba temprano y nunca me enteré de sus cumpleaños, sus intereses, sus líneas de investigación, ni sus problemas amorosos.

Ahora pienso que hubiera sido más sabio de mi parte unirme a una de esas cofradías de investigadores y podría tener una computadora en algún lugar, para ayudar a alguna causa noble...

Algunos de los pintores y escritores más conocidos lograron un lugar en la historia por su participación en cortes y el respaldo de sus mecenas. Recientemente cité en este blog el caso de Goethe, que la escritora española Rosa Montero pone como ejemplo del carácter del escritor alemán.

Goethe dedicó gran parte de su tiempo a cosas que no tenían que ver con la literatura, sino a otras cosas más mundanas... Y es bien conocido que el papel de los pintores en las cortes obedecía muchas veces a intrigas e intereses políticos... Bastaría ver la vida de Leonardo DaVinci, o Francisco de Goya.

Alguna vez, mi asesora de tesis comentó esto bajo el tema de la "servidumbre voluntaria", puesto que la creación ameritaba recompensa, monto que era dificil de cuantificar, porque el talento, como algunas plantas, había que cultivarlo, fomentar su crecimiento, azuzarlo (en algunas ocasiones).

Por eso, hay que empezar desde abajo, en tareas poco gratificantes, antes de empezar a verle algún resultado a todo esto.

Por otra parte la dificil tarea de Mecenas, por desgracia, también implicaba pasar a la historia no necesariamente como una buena persona... es tal la naturaleza humana que los Mecenas pueden convertirse con facilidad en los malos de la película con la afilada pluma de los biografos.

Pero, en el caso de conseguirme un Mecenas, prometo que seré una buena persona con él. ¿Será tiempo de poner un letrero de "Se busca"?

D.

Elle écoute pousser les fleurs

Cuando cursé francés, hace más de tres años, tuve ocasión de escuchar algo de música en ese idioma.


En aquel entonces, mi mayor descubrimiento fue el cantautor Francis Cabrel, quien, entre su repertorio más conocido tiene "Petite Marie" y "La quiero a morir", cuya letra traducida a lo mejor conocen en su versión de salsa.


Sin embargo, una de las canciones que más me gustan de Francis Cabrell es la primera canción que escuché de él: Ella escucha como se abren las flores.




Elle écoute pousser les fleurs

Ella escucha abrirse las flores


Au milieu du bruit des moteurs

entre un millón de ruido de motores


Avec de l'eau de pluie

con el agua de la lluvia


Et du parfum d'encens

y el perfume del incienso


Elle voyage de temps en temps

ella viaja de vez en cuando


Elle n'a jamais rien entendu

Ella no ha entendido jamás


Des chiens qui aboient dans la rue

a los perros que ladran en la calle


Elle fait du pain doré

Ella hace pan dorado


Tous les jours à quatre heures

todos los días a las cuatro


Elle mène sa vie en couleur

Ella lleva su vida en colores


Elle collectionne

Ella colecciona

Les odeurs de l'automne

Los olores del otoño


Et les brindilles de bois mort

Y las ramas de los bosques muertos


Et quand l'hiver arrive

y cuando el invierno llega


Elle ferme ses livres

ella cierra sus libros


Et puis doucement

y después, dulcemente,


Elle s'endort sur des tapis de laine

ella se duerme sobre una alfombra de lana



Au milieu des poupées indiennes

con un millón de muñecos indios


Sur les ailes en duvet

sobre las alas de tercipelo

De ses deux pigeons blancs

de sus dos palomas blancas

Jusqu'au premier jour du printemps

hasta el primer día de la primavera


Elle dit qu'elle va faire

Ella dice que hará

Le tour de la terre

El recorrido de la tierra

Et qu'elle sera rentrée pour dîner

y que ella regresará para la cena

Mais les instants fragiles

pero los instantes fragiles

Les mots inutiles

las palabras inútiles


Elle sait tout cela

ella dice todo esto


Quand elle écoute pousser les fleurs

cuando ella escucha como se abren las flores


Au milieu du bruit des moteurs

entre millones de ruido de motores


Quand les autres s'emportent

cuando los otros se van

Quand j'arrive à m'enfuir

cuando llego a escapar

C'est chez elle que je vais dormir

Es a su casa que voy a dormir


Et c'est vrai que j'ai peur de lui faire un enfant...

y es verdad que tengo miedo de hacerle un hijo...

F. C.


Al terminar de escucharla, tuvimos un debate sobre el tema de la canción... resulta que el autor hablaba sobre lo atemorizante que es conocer a una mujer tan autosuficiente, que es tan libre... una mujer que puede escapar de sus manos en cualquier instante.

El profesor decía que era muy normal sentirse intimidado por una mujer así...

Yo decía que eso era imposible, porque no había mujeres así... pero él aseguraba que se había casado con una. (Con esos argumentos, ni quien pueda debatirlos)

¿De verdad los hombres tienen miedo de encontrar una mujer perfecta?

D.

Una mujer desnuda y en lo oscuro...

Hoy llegué a casa y no había luz, así que tuve que calentar mi comida en la estufa, en lugar de hacerlo en el horno de microhondas.

Como no había nada quehacer en lo que no había luz, al terminar mi comida tomé una siesta.

Más tarde aproveché los últimos rayos de luminosidad del día para leer un libro que me habían prestado y que había dejado pendiente desde hacía semanas atrás.

Finalmente, decidí tomar el consejo de Mario Benedetti:

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

Así que me metí a bañar, tratando de recordar en el orden correcto las notas de mi canción favorita, para cantar mientras llegaba la luz...

Finalmente llegó mi hermana y me aseguró que el problema sólo afectaba nuestra casa, por lo que pasamos a asuntos más técnicos, con cambios de fusibles, chispas saltando de nuestro medidor, una posible electrocución...

Cosas así.

Finalmente se hizo la luz...

D.

Weekend

Quería sostenerte la mirada, pero quizá no soy tan fuerte.

Hoy bajé la vista al piso y encontré una moneda de diez centavos. La hice girar sobre la mesa y pedí que cayera "sol".

Siempre he sido yo la que pide milagros. Un día, cuando llegaron los invasores, guardé mi saco azul en el armario de debajo de la escalera.

Me lo pondré cuando se vayan.

Suena Wagner, las Valquirias van llegando. Hay invasores en mi sueño y manchas negras en tu alfombra.

Alguien menos observador pensaría que son de cigarrillo.

Tú y yo sabemos que son de pintura fresca, pues decidiste rodearte de tinieblas.

¿Cómo encerrar el corazón que late en un cuarto?

Debo decirtelo otra vez: pon algo de música...

Quizá algo de Nina Simone.

Apaga la luz, de todas formas nunca supe leer en los ojos de las personas.

Dicen, todos dicen, que en los ojos están las respuestas que busco, pero soy tan torpe...

La música de Nina es casi un canto a dios, aunque en tu casa crean que esas cosas son una blasfemia.

He regresado a mi casa, aquí en las paredes tengo cromos de Escher y ninguna cruxificción.

Cruz y Ficción.

Quizá no debería hablar de nada de esto: ni política, ni religión, ni sexo.

Me miras con ojos serios y entiendo que rompo las reglas no escritas de nuestro acuerdo. Sólo quisiera romper algunos cristales para estar contigo, pero el cristal es parte del trato.

Debe ser porque estoy tan cerca - lejos - cerca. Porque ha pasado demasiada agua bajo el puente y admito que me he equivocado. Quizá me equivoqué desde que nos conocimos.

The time goes by.

D.

Desenganchado

- Ya no me gusta tanto tu blog. Escribes distinto. O quien sabe, quizá estoy desenganchado...
- Si, tampoco a mí me gusta tanto.

Cuando uno está enganchado todo parece tener sentido. No importa que extraños giros de la vida. Como en un tren, con muchas curvas... el enganchamiento provoca que sigas allí.

Ahora estoy desenganchada. ¿De que? A veces siento que de todo.

Me extraño a mi misma. Extraño a la versión de mi misma que era. Me dijeron que todo cambio era para mejorar, pero a veces no lo creo... no lo creo, porque sigo pensando que estoy en espera de algo.


Quizá si soy como en los Simpson, una de esas personas cuyo cerebro se disuelve. Quizá el problema está en el cerebro, porque desde pequeña me enseñaron que eso era lo más valioso que tenía y, si no tengo eso, no tengo nada.


¿Cómo nos definimos? ¿quien dice que somos, que podemos, que no podemos?


Siempre creí que podría salvarme, después de todo, ¿por qué no?


Ahora pienso que me he perdido. Estuve todas las vacaciones frente a mi proyecto, que apenas está dejando de ser una hoja en blanco, pero aún no me convence. ¿Cómo podría convencerme, si yo misma no estoy segura de que sea lo que quiero?

Lo malo de estar desenganchado es que luego te vuelves a enganchar a algo que no te gusta.

Y uno se engancha por las vísceras, por desgracia. Por el corazón, casi siempre. A veces por el hígado. Puede uno engancharse a casi cualquier cosa: al odio, por ejemplo. A los instintos asesinos o de muerte. A casi cualquier cosa...

Y entonces es peligroso. Casi más peligroso que no estar enganchado a nada.

D.

Pétalos: Guadalupe Nettel y otros Freaks

Para mi cumpleaños pasado, Tomás y Diana me regalaron un certificado de regalo de una conocida librería... luego pasaron un par de meses antes de que me animara a ir con Yareli a cambiarlo... Luego pasaron un par de meses más hasta que abrí uno de esos libros.

Pétalos, de la escritora mexicana Guadalupe Nettel.

1. Es un libro de cuentos.
2. Es un libro de personajes raros
3. Es muy ligerito y lo leí en dos días.

Me da algo de pena considerar que casi pasó un año entre la ocasión en que me regalaron el certificado de regalo y el momento en que leí el libro...

Pero lo que tengo que decir de este libro es que todos los freaks del mundo podrán sentirse identificados con los personajes de Guadalupe Nettel, que es algo así como una escritora cactús, porque hay en sus cuentos un hilo común de inadaptación, de busqueda interior y de introversión.

Personajes que, aparentemente, se confunden con el paisaje y tratan de adoptar comportamientos civilizados, pero internamente pasan las horas de sus vidas con el secreto conocimiento de que son distintos y la terrible certeza de que algún día serán descubiertos y el castillo de naipes de apariencias que mantienen sobre sus cabezas se les desmoronará.

Creo que los fraeks del mundo agradecemos mucho la existencia de libros tan bonitos como Pétalos, porque nos permiten entender que la singularidad es el sino del ser humano y que la rareza es algo sumamente entretenido, pesé a los conflictos que esto conlleve.

D.

No te comas al zorrillo!

Fui a una feria gastronómica este fin de semana y regresé algo deprimida.

No, no por los precios, al fin, son precio de feria, para turistas y sé que los expositores tienen que aprovechar.

Lo que pasó fue que, de regreso de la feria, mi padre decidió tomar por una calle menos transitada, donde estaban las jaulas de algunos de los animales que estaban en oferta.

En la feria se ofrecían escamoles, es decir, larvas de hormiga; ardillas, gusanos, escarabajos, tlacuaches, zorrillos... así como pulque en sus diversas variedades y otras plantitas como garambuyos.

Lo pintoresco era, claro, ir a curiosear entre los puestos y animarse con unas de esas rarezas... Pero la cantidad de gente en la feria nos desanimó.

Además el ver a los animalitos en jaulas reducidas detrás del telón de curiosos hacía más triste la situación:

- Las condiciones económicas de mucha gente no les permiten ponerse melindrosos con la comida- me dijo mi mamá. Aunque se notaba que a ella tampoco le hacía mucha ilusión hacerse un taco de tlacoache.

No soy vegetariana, como Lisa Simpson, pero se me hace que la cadena alimenticia que dibujó Matt Groening no estaba tan perdida...

A veces creo que los seres humanos recibimos el castigo de la contradicción... pensamos, decimos y actuamos cosas distintas.

D.

Los baños de Celeste

Mi madre fue una mujer muy práctica en lo que se refiere a mi educación sexual. Antes de que yo cumpliera 10 años ya tenía en casa la cantidad suficiente de información, entre enciclopedias especializadas y folletitos con dibujos estilo comic.

Ella dejó esos libros a mi alcance en su debido tiempo y gracias a los textos explicativos y a los diagramas, no hubo lugar para el equívoco...

Sin embargo, mis padres, que siempre han sido visitantes asiduos a ferias de libros, también dejaban en mi poder una gran cantidad de libros de cuentos y antologías de relatos, que son los responsables directos de cualquier "reinterpretación" sobre la sexualidad humana en mi vida.

Uno de esos relatos que cayó en mis manos por casualidad es la historia de "Los baños de Celeste", un cuento de un autor mexicano (de cuyo nombre no logro acordarme) sobre un chico que espiaba a su tía, Celeste, mientras se bañaba.

Esa historia, entre algunas otras, me dejaron entrever lo turbador de la sexualidad, más allá de los esquemas estilo "inserte la pieza A en el orificio B".

Mis padres, siempre confiados de que lo impreso en los libros podía alimentar mi espíritu, siguieron llevandome a ferias de libro y dejaron en mis manos muchos más relatos con tintes que iban de lo ligeramente erótico a lo francamente pornográfico. En mis años, nunca entendí esos cuentos como algo "malo", pero si me emocionaba saber que era algo que debía disfrutar "después", como quien se adelanta a comer el postre antes que la sopa. (Ugh, que asco la sopa, diría Mafalda).

Recordé "Los baños de Celeste" porque en mi reproductor de música comenzó a tocar "La bañera", de Fernando Delgadillo... y recordé que ese cuento sólo lo leí una vez, pero hay algunas historias que se te quedan grabadas...

Si alguien conoce la historia y sabe el nombre del autor, cualquier información la agradeceré.

D.

Del poder de una falda en primavera

Yo soy una de esas chicas que usan falda. A veces me siento un poco extraña, porque esta es una época de liberación, comodidad y bla, bla, donde muchas mujeres prefieren ponerse los pantalones y salir así por la vida.

Pero les aseguro que para mí hay pocas cosas más satisfactorias que usar faldas en primavera.

Ha hecho mucho calor en la ciudad y es bonito andar con falda, porque si sopla una brisa suave sientes que te recorre las piernas.

En el transporte publico la gente (¡hasta las mujeres, de verdad!) es más amable si traes falda: te ceden el asiento o tienen la consideración de dejarte cerca de los pasamanos, para que tú y tu faldita no terminen por allá, en una esquina del metrobus...

Hoy fui a que me hicieran un cambio de un disco que no funcionó... Y les juro que el servicio fue mucho mejor que cuando lo compré (ese día llevaba pantalones y mochila... ahora iba con falda y bolsita).

¿Es verdad que como te ven te tratan?

La experiencia de hoy parece confirmar que sí.

Así que las faldas permanecerán en el top de mi lista de prendas por vestir, por lo menos hasta que las lluvias comiencen.

D.

El club de la pelea... y los sims

En la semana me acordé de esta película porque me puse a buscar citas para las invitaciones de un evento familiar y di con esta: "Veo mucho potencial, pero está desperdiciado. Toda una generación trabajando en gasolineras, sirviendo mesas, o siendo esclavos oficinistas. La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos, no hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock. Pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados..."

Como la primera regla del Club de la Pelea es que no puedes hablar del Club de la Pelea, es poco lo que puedo decir de esta película... pero el caso es que es una gran película y me hizo recordar por qué paso las tardes jugando a los Sims.

Quizá no me haya unido al Club, pero tengo mi propia forma de estar cabreada.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...