Marina de boca del río

Eran turbios tus ojos
como el agua de la boca del río,
era un delta tu cuerpo
y el mar era confidente y testigo.

Yo quería beber agua dulce,
fue salado finalmente el llanto,
mi boca fue tu afluente
y de ti mi voz se fue colmando.

Era turbia la espera,
lento fue recorrido,
se fundieron las aguas,
sumergí allí tus cartas.

La tinta se fue al mar
el papel se hundió en el río
el mar se tiñó de azul
mi cuerpo se murió de frío.

D.

Marina de la brisa de verano

Te encontré en lo alto de un faro
con el viento salobre a favor,
tardé en descubrirte,
tardaste en entenderme,
hablabamos distintos lenguajes de mar.

En lo alto la brisa pega más fuerte,
enrojece las mejillas,
despeina el cabello,
era verano y todo tenía olor a sol.

Me regalaste un collar de conchas
te di un beso por ese favor,
te regalé mi vida, mi piel, mi suerte,
me diste la espalda sin decir ni adios.

Pasó la brisa,
llegó la noche,
se apagó el faro
y me quedé sentada en la oscuridad.

D.

Marina de la hoguera

Tus rescoldos, junto a la arena
cuentan la historia de la noche pasada:
hubo guitarras y canciones
hubo caricias, besos, sonrisas.

Hubo cuentos de marineros
y polillas bailando el ritmo de las brasas
tus rescoldos sobre la playa
cuentan el ritmo de la fogata.

La marea subió y bajó
vino el pleamar y la marejada
ahora me asomo y no queda nada
ahora hay cenizas, cortezas de caña.

Fuiste el fuego, el calor, la tibieza
fuiste la luz en el mar oscuro,
ahora eres lo que eres...
sólo humo.

D

Marina del viento

Te persigo en una playa sin arena
presa del naufragio de lo cierto
fuiste mi grano de sal
mi bote de remos.

Te persigo en los girones de las nubes
en la certeza del aire de verano
en todas las cosas que me pierdo
cuando me encuentro encerrada a cal y canto.

Te encuentro al borde de un risco
soplando la canción de la mañana
dulce voz de mandarina
tierno olor de azhares en tu canto.

Quisiera liberarte de preguntas
y del salobre hierro del trabajo
raptarte entre mis faldas escondido
y llevarte a partir nueces bajo un árbol.

Quisiera arrebatarte de ese oficio
de saberte preso, sobrehumano,
arrebatarte sonrisas, besos, suspiros
y uno que otro milagro.

Te encuentro y encuentro que te pierdo
como quien pierde arena entre los dedos
como quien trata de aferrarse a las nubes
o guardarse el viento entre las manos.

D.

La música de las esferas

Terminé finalmente la tetralogía de Hyperion y me quedó un regusto amargo en la boca.

Fue un final inesperado.

Me quedé pensando en lo que decía la protagonista, Aenea, sobre las eternidades. Un minuto puede durar una eternidad.

Pensaba en eso porque hoy terminé otro de esos capítulos de mi vida. Uno corto, donde estudié dos programas de diseño gráfico.

Me encontré una ala de mariposa de camino a mi curso. Era una ala muy bonita, negra, con puntos rojos.

Tuve muchos hallazgos durante mis travesías al Centro de Computo. Creo que escribí algo a respecto cuando me encontré una libélula...

También me encontré un platón de galletas, con todo y galletas.

Cosas dulces, cosas voladoras, cosas que no se encuentra uno todos los días, cosas reconfortantes y cosas que se terminan.

Aenea enseñaba que todas las pequeñas cosas del mundo tienen su propia música, su vibración única e imposible de replicar; al escuchar atentamente, no sólo estamos en consonancia con lo que sucede a nuestro alrededor, sino con los ciclos que terminan para otras personas.

Yo ahora escucho el silencio en este cuadrante del universo. Me doy cuenta de que el vals del minuto ha terminado y su ausencia rebota en mi, como una tristeza de algo que termina, como quien despierta de un sueño muy hermoso.

El ala de mariposa está en mi cuaderno, pero nunca conocí a la mariposa negra con puntos rojos.

D.

Comportamiento de visitas

Desde ayer me anunciaron que tendría visitas...

Así que en la mañana empecé a hacer un inventario mental de todas esas pequeñas cosas que uno piensa que las visitas encontrarán raras...

... quizá la misteriosa colección de tickets de compra que mi papá deja como un rastro de su paso por el mundo, junto con los folletos, catálogos y hojitas de toda clase, que nunca sabe rechazar.

... o la variopinta cantidad de lentes de mi mamá, que deja encima de cualquier parte: lentes para el sol, lentes para leer, lentes para manejar, lentes para exteriores... y todos fuera de sus estuches, en cualquier sitio.

... o las llaves de mi hermana, que pueden ser encontradas con regularidad en las esquinas de los sillones, en especial del que ella considera como "El suyo".

... o mi extraña fijación por la simetría, que me obliga a comerme frutas que ni siquiera quiero cuando veo que en el frutero hay elementos que rompen la armonía del conjunto.

Así que además de la clásica barrida, trapeada y sacudida, escondí muchas cosas bajo la alfombra (hipotéticamente hablando y al estilo de Cari Bobbins) y pasé aceite rojo sobre los muebles de madera.

Mi mamá incluso hizo flanes de café.

Y cuando llegó nuestra visita apenas estuvo un rato.

A menos se comió un flan.

Y alabó al gato.

¡Oh, dios, sabía que había olvidado algo! No bañé al gato.

D.

Escuchar las voces de los muertos

No quiero arruinarles el final de "La caída de Endymion" y por tanto de la tetralogía de "Hyperion"... pero me quedé pensando en algo al leer el final, relacionado con la fuerza de la empatía...

La primera lección de la protagonista es "Aprende el idioma de los muertos" y la segunda "Aprender el idioma de los vivos".

En realidad estas dos lecciones se refieren a la capacidad humana de escuchar; no todo lo que escuchemos estará de acuerdo a nuestro sistema de valores, creencias o a nuestros intereses. Muchas veces no entenderemos de primera mano el mensaje, ya sea que escuchemos una conversación o estemos leyendo un libro...

Pero algo importante es que, al escuchar, entras en contacto con las voces de los muertos, personas que se han ido y que nos permiten estar cerca de todo lo humano, que en realidad no puede estar tan alejando de nosotros.

D.

Mentirosos

-Ni siquiera terminó de contarme su historia. Cuando vio que no le daría nada se dio la vuelta y se fue.
- Que lástima. Tal vez si te hubiera contado una buena historia hubieras decidido darle algo.
- Quizá.
- A mi me gustan las buenas historias. Mienten, como mienten los boleros...

Plática de Ayer

Hoy fui con mi mamá al centro y en la pesera se subió un hombre que vendía paletas. "No voy a mentirles diciendoles que salí del reclusorio, ni que mi hijo tiene deficiencia pulmonar, ni que mi esposa acaba de morir. Nada de eso es cierto. La verdad es que tengo que llevar dinero a mi casa y creo que mientras sea un trabajo honrado, no importa si es vendiendo paletitas".

Me quedé pensando en eso... muchas veces nos venden historias y cuentos de hadas; a veces compras más la historia que la estampita o la paleta. ¿En verdad le das al niño bolero lo que vale la grasa y la boleada? ¿En serio la música del cilindrero te conmueve tanto? ¿Estás comprando la historia, el momento, la sensación, el recuerdo, la añoranza?

Yo me enamoro con facilidad de las historias. Le di dinero a la señora de las escaleras cuando me contó su drama con las llaves de la camioneta de su hijo... y me sentí un poco defraudada cuando me contaron el mismo cuento en las escalinatas del Angel de la Independencia.

Alguna vez me llegué a enterar de que muchos de los cilindreros ya no tocaban sus maquinas originales, porque estas no podían ser reparadas con facilidad y ellos tenían que recurrir a grabaciones... Pero hoy mi papá les dio bastante cambio a los cilindreros y yo me quedé pensando en las historias. ¿Es mejor que nos mientan o que nos digan la verdad?

A veces disfruto una buena mentira. Eso no lo puedo negar...

Y otras veces, cuando te venden a mentiras a través del miedo, quisieras que no fueran realidad: "Acabo de salir del Reclusorio y prefiero pedirles unas monedas a robarselas de mala manera, pero si ustedes no cooperan...", "Soy Santero y si me dan dinero se les multiplicará, pero no sé que pase si no lo hacen..." (El Santero es un personaje de la ruta que yo frecuento con más regularidad y usa un montón de collares y amuletos, juro que no lo inventé).

Hace raro que no veo el noticiero. No sé por qué, de repente, como que se me antojó prender la televisión.

D.










Mariposa en el cristal

Las mariposas siempre me han gustado, aunque desde que me regalaron mi primer microscopio y pude ver una de cerca me di cuenta de que no son los bichos más bonitos sobre la tierra; la verdad son algo repugnantes, con sus patitas peludas y sus ojos misteriosos.

Lo más bonito de ver las mariposas es, por supuesto, admirar sus alas... Y resulta conveniente que se muevan rápido, por lo que en un día normal no apreciamos su lengua, a menos de que acabemos por ver uno de esos documentales donde se les ve en su máximo esplendor y fealdad grotesca.

Esto lo pensaba apenas hoy, porque mientras esperaba el vehículo para llegar a mi curso de diseño gráfico una mariposa atravesó la calle y fue atropellada por un Sedan rojo. (No alcancé a anotar las placas para levantar la denuncia formal de hechos).

Parecía una mariposa naranja, de esas que son muy comunes o quizá ya no tan comunes, porque como he afirmado con antelación... el barrio donde habito no es ninguna pradera.

Me puse algo triste, porque aunque no es igual que cuando vez que atropellan a un perrito (porque allí escuchas el ladrido del perrito y ves las tripas y cosas rojas que quedan en la acera), no puedo evitar sentirme mal.

Es tan cotidiana la vida y la muerte en esta ciudad que a veces creo que ya hemos perdido la capacidad de compasión y de asombro. La posibilidad de conmovernos con la muerte o de admirar la vida.

En casi todos mis viajes por carretera, principalmente en los que han sido en el sur del país, bajo del auto para encontrarme un cristal lleno de insectos varios y, claro, mariposas.

O a lo mejor es otra cosa la que me hace quedarme mirando los vidrios que pasan, como quien cuenta los autos rojos que nunca tendrá en un puente.

D.

¿Puede usted decir tres defectos suyos?

Recuerdo la primera vez que me pidieron enunciar mis defectos en una entrevista de trabajo.

Alguna vez respondí en un chismografo a la misma solicitud, aunque tenía 12 años y no recuerdo que puse... Seguramente mencioné mi nariz, porque nunca me ha gustado.

Y esa vez, en la entrevista, realmente me pusieron en un aprieto... (Ya no podía mencionar lo de mi nariz)

Creo que ese sería mi primer defecto. Soy totalmente falta de autocrítica.

Muchas de las cosas que realizo me parecen bien y a veces me excedo al considerarme una buena persona... aunque no creo que sea bueno mencionarlo en una entrevista de trabajo.

Otra cosa en la que no soy buena es en las confrontaciones... suelo salirme siempre por las tangentes y mientras más retorcida la divergencia, mejor.

Quizá el otro defecto inmencionable en las entrevistas es mi testarudez legendaria, atribuible generalmente a que soy una digna representante de los tauro y cuando se me mete una idea entre ceja y ceja es dificil sacarla...

Pero si le dijera esto a los entrevistadores seguramente alzarían una ceja, así que ahora me encuentro en la busqueda de defectos inocuos que puedan ser mencionables.

Se aceptan sugerencias.

D.

Los libros son peligrosos

Hoy fui a ver la sexta película de Harry Potter. Me reservo mis comentarios al respecto, ya hay demasiada información y reseñas, además yo no podría aportar nada y si no han visto la película o leído el libro, no tengo tampoco nada que argumentar.

Pero algo si les diré y es una reflexión que ya había hecho desde antes, cuando leí los libros y cuando escribí mi tesis y aún después... es algo que pienso y que sostendré toda la vida; lo he platicado con muchos amigos y creo que queda claro, incluso en un ejercicio cinematográfico tan incompleto como es esta película...

Los libros son peligrosos

Si, no importa si no tienen apuntes de magia en ellos. No importa si un mago escribió apuntes en las esquinas. No importa si no están poseídos por el espíritu endemoniado de alguien medio muerto, que para cualquier efecto práctico es casi un zombie. No importa.

Lo cierto es que los libros tienen sustancias peligrosas tan malas como las que tendrían si cada una de sus páginas estuviera envenenada con alguna especie mortífera que te provoca vomitos, espasmos y eventualmente la muerte al pasar las hojas...

Por eso mucha gente los ha evitado como la peste.

Por eso en muchas sociedades han preferido quemarlos en hogueras hermosas y llameantes.

Por eso muchos han sido prohibidos y proscritos...

Pero yo les digo que hasta el más inocente libro de niños, de esos que tienen empastados plásticos y forma de elefante pueden ser peligrosos.

Todos tienen en sí el germen para dos cosas que a lo largo de la historia humana han tenido una fuerza portentosa tanto para la creación como para la destrucción.

Los libros producen la chispa de la imaginación y, por lo tanto, del pensamiento.

Inocente, como se ve, un libro puede desatar incendios de ideas en lugares lejanos y sincronizar la mente de personas muy distintas, a través del tiempo y la distancia que los separe. Sin importar si se trata de poesía, cuentos, novela o el género que sea...

No estaría de más advertirlos, por si la próxima vez que vean un libro tienen la tentación de abrirlo.

Es peligroso.

D.

A él no le gustas tanto...

Los hombres jovenes intentan ser fieles y no lo consiguen.
Los hombres viejos intentan ser infieles y no lo logran. Oscar Wilde

He's Just Not That Into You

Advertencia!

Esta es una reseña de una película para niñas. Los hombres lectores de este blog (que son medio masoquistas, de por sí) quedan avisados.


Si alguna de ustedes se imagina una película en donde salgan Ben Affleck, Jennifer Aniston, Jennifer Connelly, Scarlett Johansson y Drew Barrymore, seguro pensarán que es una película para niñas. Y estarán en lo correcto.

Se trató de "A él no le gustas tanto", una cinta donde se habla de la etiqueta de las citas y las "señales" famosas que tanto nos gusta interpretar (o inventar, según el caso).

Las mujeres siempre tenemos la idea retorcida de que los hombres tienen ideas tan retorcidas como nosotros y buscan la manera dificil de invitarnos con sutiles muestras de afecto que pueden ser el equivalente a jalarnos las trenzas o ensuciar nuestros vestidos... Lo cierto es que hay tipos que simplemente son unos patanes.

Si él no te llama...
Si él te engaña...
Si él te miente...
Si él no se compromete contigo (no necesariamente casarse, pero hacer planes, tener proyectos juntos, tomarte en cuenta)

Entonces a él NO le gustas tanto.

Las historias de la película están diseñadas para provocar la identificación del publico femenino: Ben Affleck es pareja de Jennifer Aniston desde siete años atrás, pero él no ha querido casarse.

Jennifer Connelly está casada, pero su esposo le pone el cuerno a conocer a Scarlett Johansson, quien piensa que ya encontró al hombre de su vida y no le importa que este esté suscrito al club de los casados.

Drew Barrymore es una publicista que busca en todos los medios (hasta electrónicos) encontrar el amor...

Por otro lado, el personaje "base" de esta película es una mujer llamada "Gigi", que ya ha pasado por todas las relaciones terribles que uno pueda imaginar y que conoce a uno de esos hombres que dicen verdades escalofriantes como: "él no te va a llamar, mejor sal corriendo de allí antes de que hagas el ridículo".

Debido a las variaciones culturales, definitivamente no aplica a la sociedad mexicana todo lo que proclama esta película... pero creo que no está mal aprender esta lección: "Si a él le interesa, te va a buscar y si no... pues quizá no le interesa tanto como a tí".

Crack.

Creo que se me rompió algo dentro.

D.

Si la vida te da limones...

En el patio tengo un limonero. También en casa de mi abuela había uno. Recuerdo que a veces me enviaba a buscar unos que ya estuvieran listos, para hacer agua de limón... A veces también para acompañar el pescado o un buen caldo.

El limonero que tengo aún es joven y no ha dado limones, ni siquiera flores...

Pero ya tengo un par de planes para los limones, en cuando crezcan...

Lo primero en mi lista era comprar unas cervezas y prepararlas para un día de verano... Ah, y sacar el juego de jardín con sombrilla, por si había demasiado sol. Invitaría a un par de amigos (no muchos, no me gustan las multitudes) y brindaría por el sol, los limones y porque la vida me dio fuerza para exprimirlos.

No soy una persona optimista, nunca lo he sido. Cuando algunos ven el vaso medio lleno y otros lo ven medio vacío, yo creo que deberían haber servido tazas para que nadie notara la diferencia.

D.

Show me the money

De nuevo frente al teclado empiezo a replantearme... ¿Qué quiero y que necesito?

Creo que necesito unos lentes nuevos, empiezo a pensar que ver a mi familia a través de estas rayas ya no es normal... Parece una especie de estática que no puede ser reparada golpeando mi cabeza, pesé a que ya lo he intentado muchas veces.

No tengo 20/20 y por ello desde hace mucho los lentes están en mi presupuesto...

También necesito un corte de cabello. Este año ya me dijeron demasiadas veces "lo tienes tan largo..."

Y es normal. No me lo corto desde enero.

Cortarme el cabello no es una necesidad imperiosa, pero si estaría bien... ya me llega a media espalda.

También quiero un saco nuevo. Ya moví cielo y tierra y mi saco azul no aparece. Estoy segura de que ahora si lo perdí, quizá en la oficina donde trabajaba antes... o se mudó de universo. Pero si hay varias cosas que el dinero podría resolver en este momento.

Las otras cosas que quiero son más grandes y no serán tan fáciles de obtener... pero si empezara a trabajar en conseguirlas, seguramente las alcanzaría antes.

Quisiera por lo menos obtener un estimado de cuando podré salir de este bache económico, para proyectarme metas nuevas, fijarles plazos y vigencias; por ahora sólo veo como espejismos borrosos...

O tal vez es sólo culpa de mis lentes rayados.

Pero aún nadie me muestra el dinero.

D.

Caminando al ritmo de Nirvana

Cuando Nirvana estaba de moda yo estaba en otra dimensión y me gustaban otras cosas. De hecho, el día que descubrí esa palabra grabada en una mesa del laboratorio de biología lo asocie enseguida con Buda y no con la banda de rock.

En aquel entonces o había leído Siddharta de Herman Hesse y pensaba que algún día salvaría al mundo con mi amiga Mitzi y mi amiga Lilia, pues entre las tres acabaríamos con el hambre y la injusticia... algo así.

Kurt Cobain no estaban en el horizonte de mi comprensión y no lo estuvo hasta mucho después. Así que admito que descargué "Smells like teen spirit" cuando yo ya no tenía ningún tipo de espíritu adolescente... después de los 20.

De hecho, cuando me enteré de la historia del fallecimiento de Kurt Cobain (como diez años después de que ocurriera) me llamaron mucho la atención los extraños detalles de su muerte, la sospecha que pesó sobre su pareja, Courtney Love...

Pero más allá de la trágica historia, me gusta caminar al ritmo de Nirvana.

No es música que pondría en mi casa para relajación mental... pero es de esa música que va con la selva urbana y que puede usar para ir pateando botes de basura y para ir escuchando mientras te fijas en las manchas de aceite de la acera en donde reparan autos, mientras caminas entre basura de condones (en serio... ¡es muy frecuente que me encuentre condones usados o empaques de ellos tirados en la banqueta por donde camino a diario! es algo muy raro)

Soy muy feliz cuando escucho miro el tráfico bajo mis pies en el puente y escucho Lithium, Rape me, All Apollogies o The man who sold the world...

Es curioso como algunos grupos te traen recuerdos de una época y otros constituyen un sentimiento en sí mismos.

D.

Escrito en un mantel de restaurante

Domeñar el olvido y buscar desconcierto
orientar el sigilo a los mundos más raros.

Aguzar los sentidos y sentir lo imperfecto
arañar sólo el ruido del misterio de lo incierto.

Afanarse del todo en burlar la distancia
olvidar hasta el modo de vencer la nostalgia.

Arrullar el camino que trazó el desamparo
y vigilar los motivos que me hicieron trazarlo.

Arriesgar los papeles y quemar toda nave
fisgonear en los libros y urgar en las sabanas...

Encontrar al intruso en la sopa de letras
rasguñar lo difuso y salir a volar cometas.

Arribar al olvido y dormir en lo muerto
arroparse en las sombras de los bosques desiertos.

Reseñar cada hoja de los árboles de otoño
murmurar disculpas en los lagos más hondos.

Ir rezando responsos en las esquinas del cuaderno
y olvidarse del otro en la boca del infierno.

Esperar para siempre como si no hubieras vuelto,
arruinar el espacio que compartiste en mi cuerpo.

Clausurar cada voz y tragarme las vocales
olvidarse, olvidarte y olvidar que termino...

Recoger las papeletas y buscar en las esquinas
la mirada secreta del papel con llovizna.

D.


Hermanos

Hoy volví a ver Gattaca.


Algo que me gusta mucho de esa película es la manera en que se muestra la relación de competencia entre los hermanos.


Y es que, como la mayor parte de los hermanos mayores, yo soy el resultado de un primer intento de mis padres de ser padres, de establecer sus reglas, de hacer las cosas a su manera.


Mi vida empezó cuando ellos empezaron como pareja y por tanto tuve algunas limitaciones y algunas ventajas. Para empezar, mis padres ni siquiera tenían televisor cuando decidieron ser pareja y mi madre no trabajó hasta mucho después.

Así que tuve más de lo que ahora llaman "tiempo de calidad".

Pero mi hermana tuvo algunas comodidades y se dio algunos gustos que llegaron después y que para mí ya no resultaron importantes...

Eso, y que yo haya salido a la familia de mi madre y mi hermana a la de mi padre, abrieron sendas distintas para las dos...

Pero la competencia siguió.

Claro, cada quien en su carril, luchando por cosas distintas, con intereses que más bien son divergentes...

Pues para mi hermana ir a comprar zapatos es un deporte, mientras que para mí es una tortura medieval... Mi hermana es buenisima haciendo amistades y mis amigos se cuentan con los dedos. (Recientemente creo que puedo incluir los dedos de los pies... pero si, son poquitos).

Creo que hacer competencias de nado es más sano que hacer competencias de comprar zapatos...

Una vez hice una competencia de comer pizza con mi hermana. Yo gané...

También comí hasta que supe que había pasado el punto de no retorno.

Justo como en Gattaca.

Ja. Creo que no es lo mismo pero el caso es que... las relaciones entre hermanos son dificiles. Y a veces pueden volverse hasta peligrosas...

D.

Senderos

Me gusta el reino de las ideas, me siento cómoda en él, puedo brincar de una a otra y puede parecer errático mi comportamiento.

A veces lo es, de hecho...

A veces quisiera que mis ideas pudieran llegar a otros como yo llego a ellas, pero sé que el pensamiento humano tiene muchos caminos y se bifurca en senderos que no siempre llegan al mismo lado.

Y cuando coincido, en los senderos de la vida, no dejo de asombrarme de encontrar a alguien frente a mí, mirandome con certeza.

Perdón por desviarme del camino y por lanzar guijarros al agua que sólo crean ondas que enturbian la paz del estanque. Quisiera que mis palabras fueran flechas que no se desvían, trazos seguros y firmes, carreteras que llevan a puertos seguros.

Muchas veces me pierdo. Y es cuando me siento perdida, lejana, distante.

Y siento que mi voz se disuelve.

Es cuando tengo que disculparme, por no decir, por no cumplir, por no alcanzar la meta de tu entendimiento, por perderme en el laberinto de letras, de palabras, de frases incompletas que querían decirte cosas que mi boca no alcanza.

Quisiera decir muchas cosas y luego lanzo sólo un suspiro y me siento abochornada y triste, melancólica o distraída y quiero irme o correr o dormir mucho tiempo, hasta que las letras sobre el agua se aclaren y me digan a donde ir.

D.

Escrito con tinta azul



La tinta azul es para las lágrimas
para los ríos sin dueño.

La tinta azul es para las cartas de adios
y para dejar recados que terminen con "te extraño".

La tinta azul es un regalo para las amas de casa
quienes se afanan lavando blusas escolares
y sacan de ellas rosas azules, de tinta.

La tinta azul es para que los magistrados
tracen ángeles en las esquinas de los legajos
cuando las sesiones del congreso son interminables.

Tengo muchos bolígrafos de tinta negra y sólo uno de tinta azul. No lo he usado desde que terminé la carta que tengo que enviarte, pero tampoco me he atrevido a ponerla en el correo. Quizá la tinta azul se deslave, con el tiempo, y cuando decida ponerla por fin en el buzón recibirás una carta en blanco.

D.

Enfermedad

No, esta no es una entrada para alabar el blog de Mar , que mucho ha enriquecido a los contenidos de esta página...

Es para lamentarme por mi estado de salud, porque el día de ayer me la pasé con fiebre y en la cama (no de la manera que me gustaría, además).

Resulta que fui presa de algún tipo de infección provocada por algún organismo patógeno que se acomodó en alguno de mis alimentos... (¿Habrán sido los tacos de cecina enchilada los culpables? Me resisto a creerlo, pero es que en mis delirios gastronómicos luego dejo de lado la precaución)

Es verano en este lado del mundo y las enfermedades abudan.

Sólo que, como dicen todos: "no creí que me fuera a pasar a mí".

Soy una persona muy sana y he comido en los sitios más raros e insalubres las cosas más sospechosas que puedan imaginarse... Desde beber aguamiel de jicaras que todos sabemos que han sido compartidas un par de cientos de veces hasta casi "salpimentar" pollo asado con arena junto al mar.

Mi estómago no protesta mucho, pero en esta ocasión se puso en huelga.

Mi madre me acompañó al doctor y el tiempo de espera fue interminable... En la fila había una mujer embarazada, posiblemente para seguimiento de su parto y otra persona en espera de la interpretación de un análisis renal.

Creo que enfermarte siempre pone las cosas en perspectiva... Te hace darte cuenta de lo importante que es todo lo que das por hecho.

Las personas que importan, que se preocupan por tí.

Hace un par de entradas estaba despotricando sobre seguir en casa de mis padres, pero ellos fueron muy generosos con su tiempo y su cuidado en estos dos días que estuve enferma.

Mi mamá me preparó huevos tibios en la mañana. Y mi papá no deja de preguntarme que si ya estoy mejor.

Y si, ya estoy mejor.

La melancolía no cuenta como enfermedad, ¿o sí?

D.

Breve nota gastronómica con fines aclaratorios

Como una atención a los lectores Internacionales de este blog, me siento obligada a dar una breve explicación sobre el génesis y la evolución de los elotes con queso.

Iba a poner unos versos libres que escribí detrás de una manteleta de papel de un restaurante de Crepas... pero eso puede esperar.

El elote con queso es una comida que debería de entrar en la categoría de "Antojos mexicanos", aunque en realidad puede ser consumido como golosina y abunda en las ferias de pueblo y en las tardes de domingo.


El elote viene de la planta del maiz, que es un grano esencial en la alimentación de América; se trata de una gramínea cuyo nombre científico Zea Mays, es una referencia a la importancia que las culturas mesoaméricanas daban a esta planta.

Del maiz se aprovecha todo, pero la parte más consumida por el ser humano es la mazorca madura, cuyo nombre en méxico es elote, por la palabra nahuatl elotl, aunque en Sudamérica tiene otros bonitos nombres como choclo (que en México refiere a una especie de zapato y uno nunca se comería unos choclos con queso).


Los elotes originales no eran como los conocemos actualmente, pues hay vestigios que indican que la planta original sólo daba un par de granos en cada mazorca, situación que fue modificada debido a la manipulación artificial de la planta a través de injertos y cruza selectiva de las especies con mayor número de granos.

Pese a que la harina de maíz es parte esencial de la dieta de los mexicanos, esta entrada habla de un plato que nació gracias a la hibridización del elote, al conjuntarse con un aderezo más europeo, como es el caso de mayonesa, emulsión de huevo y aceite vegetal, algunas veces enriquecido con sal y limón...

Para preparar un buen elote con queso, es necesario poner a hervir las mazorcas de maíz o elotes, de buen tamaño, hasta que queden bien cocidos. En algunos lugares donde no es tan fácil conseguir mayonesa la gente simplemente pone a asar el elote, frecuentemente directo en las brazas y lo come con sal y chile picante en polvo.


Sin embargo, los elotes con mayonesa tienen también sus variantes, porque hay quien sustituye la mayonesa por crema o evita ponerle el queso encima.

El queso de los elotes puede variar, en particular yo prefiero el queso panela o queso fresco; los vendedores ambulantes buscan queso más barato...

Esto puede ser rociado con diferentes tipos de condimentos, entre los que destacan: sal, chile que pica, chile que no pica...

Claro, todo al gusto del cliente.

En los puestos callejeros de elotes, los vendedores dejan que uno elija el elote y generalmente hay dos variedades para elegir: largos y delgados, o robustos y cortos... Al que uno elija le ponen un palo de madera para sostenerlo como si fuera una paleta y comerlo. Es importante la técnica para comerlo o termina uno con mayonesa y queso por todo el rostro y en la ropa.


Como dato adicional debo añadir que, con frecuencia, los vendedores de elotes también ofrecen esquites, delicioso plato mexicano al que me referiré después, porque esta entrada es ya muy larga.



D.






The Nothing Song

El viernes fui a Pachuca, Hidalgo, una de esas ciudades donde vamos los fines de semana cuando queremos simular que vamos lejos pesé a que está a apenas dos horas de camino.

Acudimos a cenar a uno de esos restaurantes con música en vivo y era el cumpleaños de uno de los meseros. El pianista tocó dos o tres canciones clásicas que terminamos murmurando con miradas cómplices, mientras intentabamos recordar la letra.

Anduvimos hasta tarde en las calles oscuras, quizá porque cuando estás en una ciudad que no conoces no te preocupa tanto la inseguridad de sus calles: quizá sean inseguras, igualmente, pero tu lo desconoces...

Las cantinas sólo son lugares pintorescos, nada amenazante.

Las opticas cerraban hasta tarde, en cada esquina vendían elotes con queso.

El reloj monumental del centro lucía bien, tras haber sido sometido a una tardada operación de restauración que lo había dejado emparedado entre hierros por varios meses.

Creo que mi visita se pareció a muchas de las que he hecho a Pachuca...

Fui a Real del Monte, comí pastes, me metí a una de las viejas minas...

El momento más emocionante fue ver desde la ventana del hotel como las nubes de "La bella airosa" se desgarraban en el viento, al ritmo de "The Nothing Song" de Sigur Ros...

Es raro lo que uno recuerda de los viajes. Hay fragmentos que se quedan grabados a veces contra nuestra voluntad.

Y pensar que desde aquí también puedo ver las nubes.

D.

Del perdón y otras virtudes inalcanzables

"Le dejo el perdón a dios
Yo me conformo con la Venganza"

V de Vendetta

Ella me dijo que se sentía incómoda. Que después de las palabras dichas, eran insuficientes, si todavía se sentía algo de agresividad en la forma en que me dirigía a ella. Que le dije "¿Perdón? Si no tengo nada que perdonarte..." Pese a que nada de eso era cierto.

Tenía razón.

Algo se había roto, irremediablemente.

Veía en los fragmentos de cristal del espejo caído un montón de ideas, conjeturas, fragmentos.

¿Cómo recoger las esquirlas sin cortarme?

¿Cómo recomponer el espejo?

Yo me había reflejado en sus pupilas y me había reído al filo de un café con ella.

Soy mala tratando de llegar a perdones inventados y falsos, expuestos en un dos por tres. Quizá debí decirselo antes de vivir esta mentira diaria, de caminar por los restos del espejo, simulando que no recibíamos corte alguno.

Yo confiaba en que cada herida se cerraría... con el tiempo.

Que dejaría de doler.

Que dejaría de punzarme.

Pero ignorar el dolor era sólo dejar que la herida se infectara.

Ella trajo el alcohol y una navajilla y me dijo: Nos sentaremos hasta que ya no quede más.

Y se empeñó en rasgar la herida, hasta que brotó sangre nueva.

D.

Nosotros le llamamos y otras tristezas de lluvia

Esa gente que tiene que decir "no se preocupe, nosotros le llamamos", son como los primos mayores que te cuentan "Toda la verdad sobre los Reyes magos" o quienes te revelan la identidad de "El hada de los dientes".

Alguna vez me tocó salir a darle "la noticia" a los candidatos (candidotes) de la empresa en donde trabajaba y era una actividad deleznable, todos nos sorteabamos la mala suerte de tener que ir para allá a decirles...

Y es que muchos estaban esperanzados, quizá de eso dependía algo importante, el pago de la hipoteca, la comida de la semana... Esta necesidad de ir al día al que nos lleva el sistema económico.

Las noticias que te hacen llorar y te rompen en pedacitos son esas aparentemente inocuas, como "Nosotros le llamamos", porque llevan un peso de cosas no dichas, que se entienden...

D.

Que ganas de amargarse la vida...

Y entonces yo lo arruino con decir algo tan tonto como...

Explota!

(Versión en español de la canción que canta Bob Patiño,
en su noche de bodas con Selma, como parodia de "Something Stupid")

Sería más sencillo tomar las cosas como vienen y evitar enojarse por cosas que suceden... Pero ¿Cómo evitar enojarse?

En serio, hoy hubo varias cosas de esas que no tendrían por que enojarlo a uno, porque son parte de la vida normal...

En mi busqueda de trabajo me encontré con una de esas empresas multinivel que terminan invitandote a vender perfumes. No fui a la cita, porque desde el principio tuve mala espina y una investigación posterior reveló que era una farsa...

Finalmente, una frase de Messenger remató mi estado de ánimo lluvioso y encharcado...

A veces una cosa así termina detonando todo.

Menos mal que llovió y mi estado de ánimo era como polvora mojada.

Pero sentí que si no hubiera así...

Entonces yo lo arruino al decir algo tan tonto...

D.








Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...