El misterio del final en Blade Runner

Como una prueba (casi) irrefutable de que no soy una friki, debo confesar que, hasta el día sábado, no había visto Blade Runner.

Esta cinta de culto entre los frikis del mundo cuenta la historia de Rick Deckard (Harrisond Ford), ex Blade Runner; es decir un asesino de replicantes, robots androides que organizaron una revuelta para obtener su libertad y que son perseguidos por la policía a través de un comando que se toma eso de acabar con ellos muy en serio.

A pesar de que admito haber hecho algunas bromas haciendo alusión a Blade Runner, con saber que era una película de culto del ciberpunk tuve suficiente por un buen tiempo; el verla surgió como una posibilidad en la última excursión a la tienda de videos.

Algo que resulta obvio al ver Blade Runner es que, como dice la biblia "No hay nada nuevo bajo el sol", porque maneja conceptos visuales que se repiten en muchas obras de Ciencia Ficción, tanto de libros como de películas, como es el caso de "Yo robot" o "El quinto elemento".

El pequeño departamento de Deckard, la solicitud de su jefe de que se reintegre a una misión "que sólo él puede completar", incluso la actitud de "chico rudo" de Harrison Ford es la misma que la de Will Smith o Bruce Willis.

Algo que me parece maravilloso de esta película es la música del compositor griego Vangelis...

Y si de algo tengo que quejarme es que en el centro de video me dieron una película rayada, así que para mí Blade Runner se termina cuando el personaje principal, Rick Deckard, regresa a su departamento y encuentra a la replicante "Rachel" acostada en la cama...

Suspenso mortal. No tengo idea de que pasa después.

D.

Vigesimo cuarta feria del elote: Cocotitlán, Estado de México

La semana pasada llegó a mi familia una nueva integrante, así que fuimos a visitarla a Juchitepec, una población del estado de México que está a unos 30 minutos de la ciudad de Chalco, en el Estado de México.

De camino a Juchitepec está una serie de pintorescos poblados, de los que creo ya haber hecho mención en alguna otra ocasión...

Pero esta vez les contaré de la feria del elote de Cocotitlán, que está conmemorando su vigesimo cuarta edición.

La verdad no siempre vamos, porque luego se nos pasan las fechas, pero siempre se lleva a cabo en los primeros días de septiembre y en esta ocasión terminará hasta el día 14, para dejarle la plaza principal al presidente municipal, que tiene que encabezar los festejos de la celebración del día de la Independencia de México en la noche del 15.

Mientras tanto, la plaza de Cocotitlán se viste de fiesta y recibe a los visitantes con Atole, la clásica bebida hecha de agua y elote, con sus diversas variedades que incluyen variaciones de sabores traídas por los españoles, como el atole de fresa.

Abundan en esta feria los platillos típicos mexicanos hechos de masa de maíz como gordas, tlacoyos, tamales, quesadillas (no sólo rellenas de queso, sino, como bien saben los entendedores en estos menesteres gastronómicos, pueden ser de toda clase de guisados como carne deshebrada, pollo en salsa roja, champignones, rajas de chile poblano en crema y un largo etcétera).

Hay pan de maíz en sus diversas formas y estilos, desde pays de elote machacado tierno, para el sabor dulce, hasta una especie de "muffins" que recuerdan a los Brownies clásicos, pero con harina de maíz, en lugar de trigo.

No faltan los elotes con crema y queso (de los cuales ya hablé aquí) y los esquites, que son vasos de plástico o unicel rellenos con granos de elote cocido con tequesquite (para que estén suaves) y sazonado con epazote; esta mezcla se deja hervir y luego se sirve con mayonesa, limón y todo el picante en polvo que su lengua resista.

Además de estas delicias gastronómicas, hay muchos puestos de conejo a la leña, pollo a las brasas, cecina, mole y pozole (plato también muy mexicano que consiste en caldo de maíz blanco "pozolero" con pedazos de carne de cerdo o pollo, aderezado con rabanos, aguacate lechuga, oregano, huevos cocidos, camarones, ostiones o lo que se deje meter al plato).

Si a usted le falta un postre más gourmet, en la 24ta edición de la feria del elote ya venden también churros rellenos, crepas con cajeta o mermelada, banderillas de fresas bañadas en fuentes de chocolate...

Y si tanto comer le ha dejado ahíto, puede darse una vuelta entre las artesanías, pues ofrecen suéteres desde $60.00, juguetes de hojalata, de hoja de maíz, de madera, collares de piedras semipreciosas, joyería de fantasía importada desde China, calcetines de lana de borrego, amuletos para la suerte, té de valenciana y otras cosas más, que escapan a mi inventario.

Eso sí, no le recomiendo subirse a los juegos de feria si ya pasó por los puestos de comida, porque tantos carritos chocones, ruedas de la fortuna y tazas voladoras no se llevan bien con la panza llena.

D.

Los geeks, los freakis y yo

En la preparatoria y aún en la universidad, siempre traté de escapar a esas etiquetas que nunca faltan... Había gente "fresa" y "popular", al tanto de las tendencias de la moda y otra que seguía alguna subcultura urbana de esas muy reconocidas... Punks, Darketos, Skatos... en fin, toda la fauna juvenil.

Los "emos" surgieron después, cuando ya había dejado el entorno escolar, así que no me preocupé mucho por esas discusiones sobre su discriminación. El asunto no volvió a molestarme o inquietarme hasta hace poco, cuando me felicitaron el día 25 de mayo, día del orgullo Freaki.

Hasta ese momento, yo pensé que era una felicitación por mi cumpleaños, que había pasado unos días antes... pero no, al parecer cumplo varios de los requisitos para ser incluída en la subcultura Freaki.

Yo veo "The Big Bang Theory", estaba en el taller de computación, fui la primera en mi grupo de primaria en tener una computadora, una impresora, un escaner... Mi tía dice que debería de dar clases de computación (aunque lo más complicado que sé hacer es ponerle las negritas a un texto, dicen por allí).

He estado en una mesa de juegos de Rol (era un hibrido de elfo y humano) e incluso admito mi secreta fascinación por algunas series japonesas, como Ranma 1/2 y Sailor Moon...

Aunque luego dudo que realmente pueda entrar en tan selecto grupo, porque de tan solo raspar un poco se ve obvio que nunca entendí ni gota de cálculo diferencial e integral, el japones no me entra en ninguna de las orejas y fracaso en mi intento de ejecutar de manera perfecta el saludo Vulcano.

Quizá, como en el resto de las subculturas, resulte demasiado yo, para fundirme en esa inquietud de identificación colectiva.

D.

Colores, sabores e instantes

Todo empezó esta tarde, con el color "camote"; pienso que nadie debería tener el derecho de ponerle el nombre de una raíz a un color, de hecho, todas esas variaciones se me hacen aberrantes y rarísimas...

Melocotón
Durazno
Mamey
Berenjena
Aguacate

Al rato a alguien se le ocurrirá escoger un color manzana... afortunadamente hay manzanas de diferentes colores, pero creo que eso se presta al equívoco.

¿Qué color quieres cuando quieres algo color Aguacate? ¿Verde, negro?

¿Y el color sandía es rojo brillante?

Entiendo a la perfección aquel manifiesto de los hombres que circula por internet... Hay cosas que simplemente deberíamos conservar lo más simple posible.

La paleta de colores del espectro visible al ojo humano es muy amplia, pero no le podemos poner nombre a todo...

Ese verde azuloso, estilo cyan, que quedó pirograbado en mi alma en aquel atardecer que no tuvo dueño, ni nombre, no se me va a olvidar.

Y no necesito asociarlo con ninguna comida para transmitirlo.

Quizá porque algunos colores son igual que placeres solitarios, que no pueden ser transmitidos.

Así como algunos sabores, como el sabor del beso del hombre que amas, no puede ser comparado con nada, pues se perdería el goce poético de saber que ese momento, ese color, esa sensación y ese instante es único y se inventa solo para ti.

D.

México me atormenta. Vol V.

Nota preliminar: Esta es la última entrega de esta serie, aunque no les prometo que no abordaré nuevamente el tema de la ciudad que amo y odio, pero por el momento creo que ya hice catársis de algunas de las cosas que tenía que decir... Gracias por su paciencia amables lectores.

Jardines, Fuentes y Espacios publicos. Vol V.

La plaza mayor, el bosque de Chapultepec, la Alameda Central... Los espacios publicos cumplen a menudo dos o tres funciones a un tiempo: pueden ser declaraciones políticas y sitios para divertirse. Testigos del tiempo y bandera turística.

Lo cierto es que en la ciudad de México las obras para embellecer el entorno empezaron a abundar en la época en que el regente Ernesto Uruchurtu llenó de flores los camellones y lugares que encontró disponibles: "Seguro alguno de sus familiares quedó enterrado en un sitio desconocido y por eso está llenando de flores la ciudad, para ver si le atina a su tumba". (El humor negro mexicano salió al rescate de la vocación florista de don Ernesto)

Pero ya desde antes, en 1792, se encargaron fuentes de cantera para instalarse en toda la ciudad, con el modelo práctico y serio que puede apreciarse aún en muchas plazoletas; estas fuentes se hicieron tomando como modelo fuentes europeas, siempre en ese afán de "estar a la vanguardia".

Claro, esto también genero criticas, puesto que autores como Henry Cole o Owen Jones llegaron a escribir sobre "El mal gusto imperante de la época", resultado de la copia o calca de modelos que no iban acordes con la idiosincracia nacional.

Aunque habría que pensar si, realmente la idiosincracia nacional puede interpretarse con las sugerencias de "El nuevo estilo azteca", que propone extrañas hibridaciones de lo que fue, lo que era y lo que es...

Los entendidos dicen que el secreto de la belleza consiste en lograr el equilibrio del conjunto y la armonía de un todo... Dificultad que resulta una labor titánica en una megalópolis de tantos contrastes como esta.

Quizá por eso muchos arquitectos se han dado por vencidos con la ciudad y han construído esa ciudad dentro de la ciudad, que dieron por llamar Santa Fe, para elaborar una zona de corporativos con su propia lógica.

D.

Un ángel encubierto

De niña tenía la secreta convicción de ser un ángel "Undercover" enviado para realizar buenas obras... Todo parecía ir de acuerdo a ese mandato de "portarse bien" y ayudarle a los ancianos a cruzar la calle, leerle el periódico a mi abuelo o recoger los juguetes del suelo.

Quizá eso tiene que ver con el hecho de que soy una psicótica, porque "La poesía es una perversión y el poeta es el psicótico autorizado a realizar las mentiras más grandes"

Así que con mi certificado de locura autentíficado, iba yo por la vida desfaciendo entuertos...

No sé cuando me cayó el veinte de que era una persona normal, con defectos y virtudes, que no venía a salvar a nadie...

Pero a veces me da por ser "damallerosa", como ayer, que llegué hasta el principio de la línea de autobuses para tomar la línea vacía... pero al ver a un hombre con collarín disputandome el asiento, se lo cedí...

Claro, al llegar a casa y verificar que el trayecto me había sacado una ampolla en el dedo gordo del pie, me sentí culpable de haberlo cedido...

Y es que es tal la naturaleza de esta época que ser una buena persona es cuestionable...

Lo cierto es que yo parezco tener cara de "buena persona" porque incluso el otro día, mientras esperaba el camión universitario, juro que al menos 8 personas me preguntaron por las rutas posibles para llegar a sus destinos...

Después de dar un par de indicaciones, pensé que tal vez mi destino debería ser estar detrás de un mostrador de "Informes", donde pudiera explayarme al máximo orientando a la gente.

A veces sucede que incluso las señoritas detrás de un mostrador resultan ángeles encubiertos. Basta buscar en las esquinas para encontrarlos.

D.

México me atormenta Vol. IV

Deshechos. Vol IV

Ahí viene el Tlacuache cargando un
tambache por todas las calles de la gran ciudad.
El señor Tlacuache compra cachivaches, y
para comprarlos suele pregonar.

¡Botellas que vendan! zapatos usados!
¡Sombreros estropeados, pantalones
remendados! Cambio, vendo y compro por igual

Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri
Canción infantil


Tarde o temprano todas las ciudades se tienen que enfrentar a la pregunta crucial. ¿Que harán con su mierda?

Y es que ninguna ciudad ha logrado crecer sin tener un correcto manejo de sus deshechos, tanto la basura orgánica como la inorgánica... porque los seres humanos hemos probado ser una constante fuente de desperdicios, más que cualquier otra especie en el planeta.

Acerca del manejo de desperdicios, los romanos tenían historias interesantes y métidos bastante ingeniosos para disponer de su basura y sus deshechos... Incluso socializaban mientras iban a las letrinas juntos, cosa que podría ser como ir a bolearse los zapatos en cierta época... (esa también se vuelve una escena que se pierde, pero en la facultad de Derecho aún hay como 10 cajones de bolero puestos en fila)

Lo cierto es que la ciudad de México no ha sabido resolver su problema... o lo ha resuelto a medias, porque la basura en la calle, los drenajes desbordados o a cielo abierto y los tiraderos que representan un peligro público, aún forman parte del paisaje urbano.

Debo decir que, bien empleado, el recoger y separar la basura es un negocio, cuestión que algunos han sabido explotar con mayor o menor éxito... No puedo dejar de pensar en el señor bigotón que recoge la basura de aquí cerca...

También pienso en el constante olor a podrido que emana el río de la Piedad, que ahora se usa como drenaje.

Cuando vivía en una unidad habitacional, compartíamos la salida del drenaje con los vecinos, por lo que no era raro que el registro de agua se tapara y mi padre pasara el día sacando cabezas de pollo de la tubería...

¿Cómo es que los vecinos metían una cabeza de pollo a la tubería? No tengo ni idea.

Silvia Segarra comentó en su conferencia de hace una semana (que rápido se pasó la semana!) que originalmente las aguas negras de la ciudad de México se descargaban en Huehuetoca...

Actualmente vivimos rodeados de aguas negras, al igual que muchas ciudades... No podía dejar de citar a Kundera, cuando reflexiona sobre los kilometros y kilometros de tuberías con deshechos que nos rodean...

Algo parecido pasa con la basura. Quizá nos hemos acostumbrado tanto, que no vemos toda la mugre que amenaza con aplastarnos en vida.

D.

Casandra o "la maldición de las palabras"

A Nezumi
Espero me perdone por robarle otro tema para el blog

Como ustedes sabrán, Casandra era la adivina que predijo la caída de Troya, terrible vaticino que nadie quiso creerle. Y sobre eso platicaba el otro día con Nezumi... a veces los dones son también una maldición, porque no siempre te llegan en el momento adecuado, cuando pueden servir para algo.

A veces creo que estar tan enamorada de las palabras en una época que es casi por completa dedicada a las imagenes y los méritos técnicos es una maldición. ¿Quién quiere letras en estos tiempos, si se puede saber?

Y es que abro el periódico para ver cientos de solicitudes de auxiliares contables, pero no veo donde soliciten escribanos.

Pienso en aquella época en que leer y escribir eran una virtud deseable, pero como, por desgracia o por fortuna, no sé hacer otra cosa... pues he de resignarme.

Hay muchas cosas que quisiera decir y a veces creo que es la época adecuada para decirlas, por desgracia, no sé si exista el publico para escucharlas. A veces creo que en el des - concierto de las voces actuales, sólo hay lugar para el ruido y el caos.

Eso pensaba el viernes, cuando trataba de escuchar trova en el metro, pero fui interrumpida varias veces por los vendedores ambulantes, que insistían en ponerme los éxitos de cumbia y reguetton en las orejas, a la mala.

Y es que parece que el tiempo de las palabras pasó sin que me dieran aviso de ello...

D.

México me atormenta Vol. III

Transportes Vol. III

"Esquina bajan..."

Título de una película mexicana
y frase recurrente en el transporte público.


El proceso de transformación de cualquier población humana en ciudad incluye la sistematización de los servicios públicos y, sin duda, uno de los servicios públicos más importantes se refiere al transporte.

Y es que, realmente se ha recorrido mucho camino desde el tranvía de mulitas, hasta los taxis bicromáticos, el metrobus y el metro; pasando por el tranvía que marcó la vida de la pintora Frida Kalho, cuando sufrió un accidente que tuvo como consecuencia que fuera sometida a múltiples operaciones.

Pesé a la estrechez del caso, no puedo evitar expresar mi fascinación por el Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano, el metro, esa serpiente naranja que tiene ya 41 años y que no deja de asombrarme...

Pero quizá, si de hacer historia se trata, debería uno remitirse a las estaciones de tranvías que partían del centro de la ciudad de México; que posteriormente fueron retiradas por "afear y obstaculizar la vista de la catedral metropolitana".

Ver litografías de como sería aquel centro de México, rodeado de tranvías, hace que uno evoque tiempos idos, de los que quedan dos o tres ejemplares para turistas, que hacen circuitos históricos entre callejas que ya no tienen adoquines.

Y es que el transporte en México siempre estuvo ligado con esa dificultad de las calles de mantenerse en buen estado; sea por el hundimiento nacional de la urbe o por el simple descuido y falta de mantenimiento.

La primera proeza era evitar los lodaceros y las polvaredas que se levantaban por doquier en la ciudad; incluso cuenta mi padre que en las cercanías se hacían remolinos de polvo que se veían a varios kilómetros... sin contar el barro chicloso que se pegaba a las ruedas de todo vehículo que pasara por las calles sin pavimentar de la ciudad.

Poco a poco esa batalla se fue ganando y, aunque al principio había mucho empedrado, el concreto o el asbesto se proclamaron triunfadores.

300,000 vehículos circulaban en el siglo XIX en la ciudad de México. Para esa época, eran muchos vehículos... y aún nos faltaría ver muchos más, pues asomarse a cualquier vialidad de esta ciudad es ver una hilera de hormigas de luz moviendose despacio: principalmente en las vías rápidas, en las horas pico.

Pienso en los taxis bicromáticos recién impuestos en dorado y rojo; porque, de cierto modo, extraño el caos cromático que existía en relación a los vehículos de alquiler: había taxis color coral, unos verdes brillante, unos blancos, los del aeropuerto, los taxis "piratas" (simples vehículos de diversos colores con el letrero brillante de taxi).

Y es que la diversidad y la falta de orden pareciera regir el transporte... desde la colorida variedad de las "peseras" (llamadas así porque originalmente costaban un peso) hasta las extrañas políticas que han regido la llegada y desaparición de la ruta 100.

Ahora hay "Ateneas", autobuses exclusivos para el transporte femenino (iniciativa copiada del gobierno ruso, con la finalidad de limitar el acoso sexual) y el metrobus rojo, que parece un distintivo al mejor estilo inglés, con sus letreritos luminosos...

La ciudad se sigue moviendo; pero a veces olvidamos que nosotros somos sus pies, garras, tentáculos.

D.









Transformación

Y de repente, me convertí en esa persona que nunca quise ser.

En esa persona que miraba con malos ojos, con mirada de reproche, con la condescendencia de quien sabe que está del lado correcto de la acera.

Siempre me ha molestado ese mal hábito de las personas que llegan tarde...

Pero esta semana he llegado más tarde que nunca en mi vida.

Citas, compromisos e incluso mis talleres: he llegado tarde.

Me sentí taladrada el miércoles, cuando irrumpí con ruido en ese pequeñisimo salón; además de que, a mi juicio, hice un ruido tremendo...

El profesor me espetó un: "no puedo repetir todo lo que ya he dicho, pero..."

Y las risas de todos me hicieron pensar... ¿Será verdad eso? ¿En algún momento todos terminamos por convertirnos en quien odiamos?

D.

México me atormenta Vol. II

Vol II. Agua

Agua pasa por mi casa
Cathe de mi corazón

Adivinanza popular


Las crónicas la llamaron la ciudad de los palacios, pero también se pudo hacer alguna referencia a su origen acuoso. De ella quedan algunos restos, como Xochimilco "la Venecia Mexicana", el lago de Texcoco, el de Guadalupe, la zona de canales de Tlahuac.

Pero como dirían en los Simpson "Mi vieja mula ya no es lo que era".

Pues cuando llegaron los españoles a esta ciudad, que entonces tenía otro nombre, la encontraron llena de exclusas, diques, canales y otras tantas construcciones, que eran para poner verde de envidia a cualquiera, pues el manejo del agua en la gran Tenochtitlán era algo desconocido; los españoles no eran tan buenos en estas cuestiones hidráulicas y fue gracias a los moros que conocieron mecanismos ingeniosos como acequias y sistemas de riego por declive.

El sistema hidráulico pasó por terribles pruebas durante estos 500 años y reprobó. Las calles que ahora se llaman "Río de..." o "Canal de..." alguna vez estuvieron, efectivamente, llenas de agua corriente y sonante.

Parece que el fracaso del manejo del agua que prevalece en la ciudad no es sino un fracaso del manejo del agua en todo el país, pues donde quiera que uno posa sus ojos en un río de México, encuentra terribles excesos, malos manejos, descuido o contaminación.

Hoy, cuando me metí a bañar, me di cuenta de que me había quedado sin agua caliente, porque el complicado sistema que alimenta al calentador depende de que el agua del tinaco suba gracias a la obra de una bomba que hay que conectar...

Como no había nadie en casa, tuve que salir en bata a conectar la bomba y mientras lo hacía, recordaba el libro trágico - cómico "La gota de agua", un reportaje autobiográfico de Vicente Leñero, donde describe con pericia y humor lo terrible que es quedarse sin agua.

Esa historia ya la sabemos los habitantes de la región oriente de la ciudad, que frecuentemente recibimos la noticia de que "habrá cortes en el suministro", para después escuchar el también conocido "tome sus precauciones", que resulta en levantarse de madrugada para juntar dos o tres cubetas o quizá apartar dinero para comprarle "a la pipa".

Aquellos tiempos en que uno podía asomarse desde la ventana y ver el Acueducto de Chapultepec y el de Santa Fe a lo lejos, entre los bosques; momentos idílicos que Silvia Segarra narró en su conferencia, que ahora quedan tan lejos.

También lejano parece el recordar que la colonia donde vivo fue llamada así "lugar de banderas", por las banderas que se alzaban para indicar que la exclusa de agua que conectaba los canales del oriente estaban abiertas...

Todos los causes entubados, el subsuelo sobreexplotado y las inundaciones que se repiten anualmente en diversas colonias, pues sigue siendo verdad aquello de "Guadalajara en un llano, México en una laguna".

El agua busca sus causes. Los seres humanos parecemos no entenderlo.

D.

Ira

Apenas esta mañana lo noté, porque desperté insultando por lo bajo, sin motivo aparente, farfullando unas palabras que iban algo así como "Pinche puto mundo".

Lo cierto es que la molestia ya estaba allí y mientras más escuchaba a mis amigos y familiares, más coraje me daba; quizá esta mañana, cuando me enteré del caso del diputado que intentó regresar un millón de pesos que le entregaron por no haberselos gastados en viáticos me pregunté... ¿Pero que carajos pasa?

Y es que, como le comentaba ayer a Diana, la naturaleza humana me tiene asqueada. Quizá necesito una purga o algo así, porque el malestar no se me quita.

Me enojan las juntas en Santa Fe en lunes.


Me enoja que vayan a enviar a Nezumi a programar en Windows a Cancún.

Me enoja que a mi amigo Sau le den $3.50 de liquidación, para que se quite el mal sabor de boca con unas pastillas para el aliento.

Me enoja que a Tomás le hagan descuentos injustificados.

Me enoja que el jefe de mi amiga Laura la regañe cuando ni siquiera le pagan a tiempo.

Me enoja que uno de los maestros de mi tía le haga repetir cuatro veces un trabajo y finalmente le ponga seis, para decirle que no debería estudiar una licenciatura porque ya tiene más de 50 años.

Me enoja que me cambien un día antes la hora de las citas.

Me enoja que L. no quiera vivir.

Me enoja el Spam.

Y creo que lo peor de la ira es cuando no puede ser manejada, transportada, procesada o triturada, se convierte en un óxido mugroso en el alma, que te carcome y te ciega, te impide ver claramente.

Así desperté, con ese malestar y sin antiácido.

Quizá vaya a caminar un rato. No sé. Se aceptan sugerencias.

D.

México me atormenta. Vol I.

Nota preliminar: Ayer acudí a un evento de la Asociación Internacional de Criticos de Arte, que celebró su 60 aniversario con un ciclo de conferencias en Casa Lamm, donde la maestra en Arquitectura y Restauración Silvia Segarra Lagunes impartió una plática muy interesante sobre el desarrollo y la transformación de la imagen urbana de la ciudad de México, principalmente en el siglo XIX, aunque se extendió un poco y dio apuntes preliminares.

Esto motivó este pequeño ejercicio crítico que presentaré en un par de entradas, como una más de las cartas de amor-odio que he tejido para esta ciudad mía, la ciudad de México; los que viven aquí o la conozcan, no podrán dejarme mentir al decir que uno tiene motivos de sobra para atormentarse con ella, así que la reflexión estará dividida en bloques temáticos... de los cuales les presento el primero.

Vol I. Luminarias


Es la esquina de mi barrio, compañeros,
el lugar donde he perdido mi querer;
donde ayer brilló un farol como un lucero
lo rompieron y se echaron a correr.

"La esquina de mi barrio", Salvador "Chava" Flores

Alguna vez una mujer de Belgica me aseguró que su país contaba con el mejor alumbrado publico: "Incluso se pueden ver las carreteras desde el espacio".

Me pareció un alarede poético muy bonito... esa red de luces titilantes que trazan las calles de un país como Belgica... Por otro lado, cuando uno llega en avión a la Ciudad de México, no puede más que asombrarse de esa red de luces que se extiende en el mapa, latiendo y pulsando en tonos amarillentos.

Sin embargo, el camino para alumbrar la ciudad fue arduo. Alguna vez mi abuelo llegó a contar como el centro histórico estaba lleno de sombras, oscuridad y leyendas en su infancia. Las esquinas llenas de fantasmas eran el pan nuestro de cada día...

¿Y cómo no? Si aún quedan en la ciudad muchas calles oscuras y rincones poco alumbrados...

Ayer, en la conferencia de la maestra Silvia Segarra hubo un recuento de las diferentes ideas que hubo originalmente en la ciudad para convertirla en una "ciudad de luces", desde los faroles de aceite, para los que en 1790 se dictó un bando, contra aquellos "vándalos" que rompían el alumbrado.

Y es que, aunque las primeras administraciones de la ciudad pretendían que fueran los propios ciudadanos quienes se hicieran cargo de alumbrar las calles, poco a poco fue haciendose obvio que la luz era una responsabilidad publica.

Surgió incluso un impuesto especial, a la harina, con la finalidad de poder poner alumbrado...

Y aquellas lamparas verdes o negras, que tan comunes se hacen en algunas partes de la ciudad, son copias de las grandes ciudades europeas, que, como siempre, andaban copiando los estilos de Francia y Viena.

Las luminarias de mi calle fueron donadas por un candidato a jefe delegacional que era conocido de una de mis vecinas... Llegó con sus faroles de luz ahorradora y el que quedó enfrente de mi casa, fue redirigido por mi papá en una fiesta, para alumbrar el patio interior más que la calle.

El fin de semana que fui a Tlalpan, si algo me sorprendió gratamente, fue la extensa iluminación del centro de la delegación... cosa que ya no se puede decir del centro de Coyoacán, que era una "boca de lobo".

Quizá no llegará el día en que la ciudad de México pueda ser vista desde el espacio debido a sus luces, pero a lo mejor hay un día en que haya respeto por los faroles.

D.




Te miro mirarme

A aquel aleman, que me tiene loca

Este fin de semana fui a Tlalpan a escuchar algo de trova. Alguien mencionó que escribía y alguien más pidió que recitara. Si no fuera por el alcohol seguramente no lo hubiera hecho.

Empecé a recitar el inicio de este poema, pero no logré recordarlo del todo.

Está fechado 7 de diciembre del 2002.

Lo publiqué en la otra Calle Melancolía, la de mi primer blog...

Pero regresemos al camino andado

Desde mis ojos gris turquesa, te miro mirarme,
vas buscando con tus ojos una frase,
una marca, una palabra, lo que baste...
lo que sea necesario para convencerte:
esta noche soy tuya.

Muerdes con el filo de tu mirada mi espacio
develas mi piel de manzana, mondándola,
queda abajo un poco de carne roja
que entre tus dedos se va dislocando
soltando una tintura cálidad y salada.

Lames mi jugo vital hasta la médula
y tu lengua ácida va rodando
hasta encontrar mis labios
deshaciendo mis mucosas más suaves...
solo mis dientes resisten el ataque
murallas blancas que se niegan a caer
pero siento que ya es tarde...

Ya tienes toda mi carne, toda mi sangre, toda mi piel...
trituras mis huesos hasta hacerlos polvo
y salen rebotando,
como dos canicas gris turquesa,
mis ojos... que siguen mirandote mirarme.

D.

El regalo

Era su cumpleaños.

La última vez que estuvimos juntos se emborrachó y recordó cuando era joven. Haciendo un redondel con sus dedos me aseguró:

- Ella tenía la cintura de este tamaño, eran 50 centímetros, tal vez menos. $1,500.00 por estar con ella. Pero valía la pena. Valía totalmente la pena...- Se echaba los caballitos de tequila mirando un punto en el vacío, que yo nunca pude encontrar, a pesar de pasarme mucho tiempo contemplandolo.

Era su cumpleaños. Alguna vez gané el concurso de darle el mejor regalo de cumpleaños, pero eran otros tiempos. Ya ni siquiera estaba en la carrera...

Aunque valdría la pena, por verlo sonreír.

Así que le pedí que me llevara a Sullivan, la zona roja por excelencia de la ciudad. Pero era MI regalo, así que yo iba a elegir. Era lo justo.

Dimos un par de vueltas en el auto. Quizá era temprano, no encontraba exactamente lo que andaba buscando.

Hasta que la vi. Una lolita que parecía recién sacada de algún anime. Pero la distorsión de la noche era mucha. Me pareció insolitamente inquietante. Después de todo, dicen que uno siempre regala lo que quisiera recibir.

Él hizo el trato, pero le pasé el dinero de la guantera. Todo fue muy rápido, ascéptico, tal como me gusta un excelente servicio a clientes.

Le pregunté si quería que me quedara.

Después de todo era su cumpleaños y él debía elegir.

Era lo justo.

D.

Él

Le di esquinazo y esperé en vano que no me siguiera.

Me molestaba con su ñoñez y aquel ulular suave, que decía que nadie, más que yo, comprendía.

Debía de estar cansado de mí, con todos esos desplantes y todas las veces que me fui a dormir sin acordarme de él.

Lo había tratado con la punta del zapato y, en ocasiones, llegué a aventarle pedacitos de mi goma de migajón en clases, nada más por no tener que hacer.

Esos pedacitos quedaban en su pelo ensortijado y él sonreía... con esa sonrisa que encontraba cada día más despreciable y ridícula.

Mi abuela me había advertido y mi madre... Incluso había un cartel en mi cuarto, con el molesto recordatorio de que antes de dormir debía acordarme de él.

Pero hacía mucho tiempo que no rezaba e incluso había olvidado la forma de llamarlo.

Poco a poco dejé de verlo. Antes me dejaba pequeños recordatorios de su presencia... Poco a poco las plumas blancas fueron desapareciendo de mi camino.

Llegaron un par de amores, un par de aventuras, un par de escapadas de casa. Seguía rebelandome sin revelarme... Seguía siendo una niña malcriada.

Seguía teniendo un ángel de la guardia.

Quizá no lo notaba, pero varias veces me salvó de ser atropellada, con ese soplo de viento que no agradecí.

Le di esquinazo, esperando que no me siguiera.

Y esta vez, finalmente, no me siguió.

D.

Breve reflexión sobre el día de hoy

Hoy fui a recoger el papelito que dice que cursé diseño gráfico por computadora. Eso me hizo sentir feliz y algo triste...

Triste, porque quiere decir que se terminó cualquier relación con el Centro de Computo de mi comunidad y con las personas de allí.

Se terminó...

Así que me sentí ligerita y caminé pateando piedritas en la banqueta y cantando la canción más adecuada para el día de hoy...

Si alguna vez he dado más de lo que tengo
me han dado algunas veces más de lo que doy,
se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo

y puede que no exista el sitio adonde voy.

A las buenas costumbres nunca me acostumbro,
del calor de la lumbre del hogar me aburrí,
también en el infierno llueve sobro mojado,
lo sé porque he pasado más de una noche allí.

En busca de las siete llaves del misterio,
siete versos tristes para una canción,
siete crisantemos en el cementerio,
siete negros signos de interrogación.

En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas
y muchas golondrinas huyen de la ciudad,
el asesino sabe más de amor que el poeta
y el cielo cada vez está más lejos del mar.

Lo bueno de los años es curan heridas,
lo malo de los besos es que crean adición;
ayer quiso matarme la mujer de mi vida,
apretaba el gatillo... cuando se despertó.

Con siete espinas de la flor del adulterio,
siete carreteras delante de mi;
siete crisantemos en el cementerio,
siete veces no, siete veces si.

Me enamoro de todo, me conformo con nada;
un
aroma, un abrazo, un pedazo de pan
y lo que
buenamente me den por la Balada
de la Vida
Privada... de Fulano de Tal.

Siete crisantemos en el cementerio,
sietedespedidas en una estación;
siete crisantemos en el cementerio,
siete cardenales en el corazón.

D.

Un feo que sabe amar

Hoy fui a visitar a mi abuelita, quien insistió en pagarme una rinoplastia con la finalidad de poner fin a mi sufrimiento con los hombres y, de paso, propiciar que consiga un trabajo... preferentemente en la farándula, porque ella asegura que las mujeres con perfil griego eventualmente son más felices y ganan más...

Yo no lo sé de cierto, pero a veces me hace ruido eso de la belleza física, sobre todo porque al parecer sólo los privilegiados por la genética pueden alcanzar el estatus de la felicidad...

Aunque al pensar en ello, no pude sino contrastar el comentario de mi abuela con la experiencia que tuve ayer, al subirme al transporte publico y encontrarme a un microbusero que entraría en la descripción de lo que normalmente llamaríamos "feo".

Era un hombre regordete, de piel cetrina y grasosa, con rasgos redondos y poco definidos, que más bien podríamos catalogar como fofos. Tenía parpados caídos, una papada voluminosa y vello facial mal recortado.

Su cabello se veía igualmente descuidado y su camisa blanca estaba arrugada y mal abotonada.

Era un desastre a simple vista.

Sin embargo, traía en la unidad una música bastante conocida por su "sentimentalismo" y aunque francamente puede ser tildada de cursi y chabacana, hay mucha gente que realmente la catalogaría como "música romantica".

Estaba escuchando a Luis Miguel.

Para completar el cuadro, el microbusero tomó el volante con una mano y con la otra procedió a llamarle a su novia, esposa, pareja, amante o lo que fuera... el caso es que era obvio que se trataba de una mujer a la que llenó de adjetivos halagadores y frases tiernas y bonitas (en el sentido de lo "bonito" que tiene un microbusero de estas características, claro está).

Creo que lo que me movió más fue que el hombre se escuchaba tan auténticamente feliz que me dio envidia...

Y es que conozco a muchas personas "guapas" que en realidad no han encontrado lo que buscan y se sienten profundamente miserables.

Así que me acordé también de la canción típica del Itsmo de Oaxaca (que en realidad sólo son 8 versos, ordenados en dos estrofas, una de las cuales se repite...) "El feo".

Debido a que me gusta la versión que canta Lila Downs con Eugenia León, les dejo el vínculo y les pongo la letra, por si no la conocen:

Si te hablan de mi muchachita
si te hablan de mi en tu presencia
diles que yo soy tu negro santo
diles que yo soy tu negro santo

Yo soy un feo
un feo que sabe amar
con todo su corazon
que te quiero de verdad

Le dije a mi abuelita que, al menos por el momento,
no me haré una rinoplastia.
¿Qué tal si me la hiciera y eso espantaría
a algún feo que podría quererme de verdad?
D.

Personas del pasado

En un rato iré a ver a quien fuera mi asesora de tesis... Desde mi examen profesional no la he visto. Supongo que me enrolé en un montón de cosas que nada tienen que ver con la academia y descuidé lo poco o mucho que pude haber avanzado en esa relación.

Me siento un poco nerviosa al respecto. Finalmente la nuestra es una amistad más bien profesional; lo cual implica que hay muchas cosas que me reservo; quizá por eso me sentía a gusto trabajando con ella.

Es una mujer muy inteligente y admiro muchas facetas de su personalidad, pero algunos de los caminos que sigue no son compatibles con mi forma de pensar... Por un lado, tengo la esperanza de que en estos dos años sin vernos haya tomado algunas decisiones trascendentales, que estaban pendientes para ella... me entristecería que no fuera así.

Por otro lado, también me inquietan sus preguntas... seguro querrá saber que he hecho durante estos dos años desde que soy "licenciada"; me pregunto si sabré responder, si habrá algo en la forma en que mueve la cabeza o sonríe que me diga que piensa al respecto más allá de lo que en realidad dirá...

¿Habré cambiado mucho en dos años? ¿Habrá cambiado ella? Mi cabello es más largo... me pregunto si mis ideas serán más cortas...

D.

Mi vida según Efraín Huerta

Ayer Yareli me dejó esta tarea en una de esas redes sociales que aún no aprendo a usar bien... así que mejor me traje mi asignatura pendiente al blog. Aquí está...

Usando sólo los títulos de poemas o libros de UN POETA o ESCRITOR (o escritora, evidentemente), responde ingeniosamente las preguntas que siguen. Trata de no repetir títulos.

Por favor publica tu nota con el título "Mi vida según (el escritor elegido)".

Elige tu escritor:

Efraín Huerta

¿Masculino o femenino?

Una voz femenina, la leve explosión de una guitarra

Descríbete:

Labios como el sabor del viento en el invierno

¿Cómo te sientes?

Como una limpia mañana de besos morenos

¿Dónde vives actualmente?

Regiones exaltadas de la patria

¿Si pudieras ir a cualquier otra parte, a dónde irías?

Praga, mi novia

Tu medio favorito de transporte:

Meditación y delirio en el Metro

Tus mejores amigos son:

Los cadáveres, las lágrimas, los quejidos

Tu color favorito es:

Un río lleno de cielos

¿Cómo está el clima?

Inesperada ráfaga de helada

Tu momento favorito del día:

Metálica verdad, noche y misterio

Si tu vida fuese un programa de televisión se llamaría:

Teoría del olvido

Tu regalo ideal de cumpleaños sería:

Un poemínimo

¿Qué es la vida para ti?

Borrador para un testamento

¿Cómo es tu relación?


Un día sin consuelo le dije Te llamaré mañana

Tu miedo:

Los siniestros tycoons con cara de zapato pecoso

¿Cuál es el mejor consejo que puedes dar?

Construir, reconstruir la vida a fuerza de vivirla

Si pudieras elegir otro nombre, ¿cuál sería?

Marina Tamayo

Un pensamiento para hoy:

Muy buenos días laurel, muy buenos días metal, bruma y silencio

Cómo quisieras morir:

Estoy muriendo solo de veloces venenos

El estado actual de tu alma:

En el taller del alma maduran los deseos

Tu mayor secreto:

Causadora de secretos yerros

Tu lema:

Expliquemos al viento nuestros besos

D.

Una historia de tantas...

Teníamos pepitas y cacahuates en la mesa. Ya habíamos servido muchos vasos de refresco. Y entonces mi mamá preguntó:

- ¿Pero cómo le hiciste para pasarte al otro lado?
- Pues yo ya me había pasado antes, de hecho le dije a mi tía, que vive en California: "no contrate a nadie, tía, yo me puedo pasar solo". Pero fui a Tijuana y vi que la parte por donde me pasaba antes ya estaba muy vigilada: había helicopteros, motos, caballos... de todo. Entonces mi tía me consiguió a alguien que te prestaba una "mica" buena, según de alguien que se pareciera a ti. Desde que me la enseñó yo le dije: "la neta no me parezco..." y él insistía en que sí. Entonces ya le dije... "Bueno, pues ya está en ti, al fin es tu mica".

Y si, efectivamente, me iba a pasar por la línea, con la mica de esa otra persona. Venían dos personas cuidandome, una tres personas adelante y otra dos personas atrás... Pero ya estando en la revisión que se dan cuenta de que no era yo. Los traté de convencer, pero me sacaron de la fila y me interrogaron. Y me dijeron que estaba castigado, que no podía entrar en 5 años a Estados Unidos y que si me volvían a atrapar que serían 10 años de castigo y la tercera vez era delito de carcel.

Entonces volví a hablarle a mi tía y me dijo que buscaría a alguien más, que ahora me pasarían por el cerro. Y yo pensé que sería el cerro de Tijuana... pero no, nos subieron a un camión y nos llevaron a Mexicali... que por allí pasaríamos. Nos dieron 100 pesos para ir a comprar comida.

Yo me compré cinco botellitas de agua de a medio litro, unas galletas y cosas así... para engañar la tripa. Ni siquiera llevaba suéter ni nada de abrigo. Llevaba unos zapatos normales. Pensé que quizá caminaríamos toda la noche.

Cuando el "pollero" me vio en camisa, me dijo "comprate una bolsa de basura" y me mandó a que le abriera tres agujeros: dos para los brazos y uno para la cabeza: "Cuando camines y sudes, eso te mantendrá caliente".

Y menos mal que me la compré, porque caminamos tres días y tres noches, ni siquiera rodeabamos los cerros, los teníamos que escalar. Los chavos con los que me pasé si tenían tenis y suéteres, pero a los dos días ya casi todos ibamos sin agua y sin comida. Yo me quedaba hasta atrás y les dije varias veces "ya dejenme aquí", pero ellos me daban ánimos. Se me desgarraron los pantalones con los huizaches...

- Al menos no te topaste con hiedra, "la mala mujer", le dice mi esposo. Dice que las veces que se fue por el desierto se le hicieron llagas que no se quitaban con nada. Se le infectaron bien feo y le supuraban todavía cuando regresó.

- Pues no, pero me daba yo la arrepentida de mi vida. Yo creo que de saber como iba a estar no me pasaba. Hasta eso tuve mucha suerte, porque nunca me detuvieron y cada vez hacen más revisiones los de la policía, lo primero que hacen es pedirte la licencia de manejar. Si no la tienes, enseguida te preguntan cual es el motivo y si no puedes explicarles, vas a dar casi de inmediato a inmigración.

- ¿Y para regresarte? - preguntó mi papá.

- Pues eso ya fue bien fácil. Le pedí a mi tía que me dejara en el aeropuerto de Tijuana. Para salir no te piden nada.

D.

Flores de colores y el Circo Volador

Hoy fui al mercado de Jamaica, que es conocido en la ciudad de México por su extenso surtido de flores y plantas de ornato.

Este mercado tradicional sufrió un incendio, por lo que parte de los locatarios se mudó a otro mercado, que recibió el nombre de "Jamaiquita", pero otros se quedaron y se dieron a la tarea de reconstruirlo.

Aunque voy con cierta frecuencia a "Jamaiquita", porque me queda relativamente cerca de casa, nunca había ido a Jamaica.

Quizá lo primero que me asombró fue que, desde las calles aledañas, comienza uno a percatarse del ambiente de "florería" que se destaca en las tiendas de adornos secos y floreros. En las calles laterales también hay establecimientos en donde pueden tomarse cursos de diseño de centros de mesa y otros arreglos florales.

Una vez dentro del mercado, es abrumadora la cantidad de flores y los colores de las mismas parecen un estallido increíble.

Pesé a que hay rosas de todos los colores por doquier, es notorio el aumento de otras plantas que se han posicionado en los arreglos: gerberas, lilis, azucenas... casi todas acompañadas de ramas de "dolares", varitas con hojas verdes y redondas.

Vi toda clase de jarrones, macetas, bases de hule espuma verde, gel de colores y tallitos de bambú dispuestos a crecer del tamaño suficiente para alimentar a un oso panda. Me metí entre las camionetas con petalos de rosas rojas en la redilas de madera y anduve curioseando entre alcatraces y girasoles...

Lo curioso es que yo no iba a comprar flores.

En realidad entré para buscar un sobre para cartas, porque tenía que hacer una entrega en el Circo Volador, un centro de artes y espectáculos que convocó a un concurso de cuento corto... Así que todavía anduve un rato más entre ese despliegue de colores antes de encontrar un establecimiento donde finalmente me vendieron un sobre.

Al respecto del Circo Volador debo decir que, aunque el exterior está muy descuidado, dentro hay un grupo muy entusiasta de administradores que me atendieron con cordialidad... por si acaso les sirve de algo, les dejo el link de su pagina, por si usted, amable lector, llegó por equivocación aquí y en realidad quería visitarlos a ellos: http://www.circovolador.org/juventud/juventud.html

D.

Campo minado

Últimamente siento que las palabras, los lugares y hasta los anuncios en la tele conspiran en mi contra haciendo alusiones a mis fracasos amorosos.

Obviamente es una ilusión y nadie conspira para recordarme esas cosas...

Pero algunas referencias a ciertos temas me parecen bombas que explotan en mi estómago, como si esas alusiones se pusieran en mi camino.

Ya no veo igual el chocolate del Oxxo, ni las papas con mostaza, ni el thé de frambuesa, ni los Simpson, ni los alebrijes, ni los programas de Comics, ni la catedral de Puebla, ni los autobuses flecha amarilla, ni los cursos de karate, ni tantas cosas... Tantos lugares.

Realmente amar es asociar, asociar es vivir. No podemos vivir sin asociar y por tanto, todos los lugares tienen recordatorios del pasado. Hoy me encuentro de nuevo, imaginando, como podré amar sin que estalle en mi estómago el frío recordatorio de los sitios que ahora están vedados, por ser escenario de otro adios.

D.

Terminator Salvation o como la mayor parte de las cosas que hacemos son ridículas

Ayer fui a ver Terminator Salvation con mi familia y además de sentirme ligeramente apenada por la escasa participación de Christian Bale en todo ese embrollo... (La verdad el personaje de John Connor me tiene un poco descepcionada, con eso de que siempre se está escondiendo detrás de su mamá o de un robot grandotote) tuve un motivo de reflexión.

Pero primero les comentaré que el descubrimiento del día fue la actuación de Sam Worthington, que en el papel de Marcus Wright, le roba por completo el estelar a Bale. En parte por la trama de la cinta (que obviamente no voy a revelar) y en parte porque Christian Bale no me termina de convencer...

El universo postapocaliptico de Terminator me hace pensar en lo frágil que es la civilización y todas las cosas que damos por ciertas. Vamos por la calle pensando que es lo más normal del mundo el transporte público, los edificios, las tiendas de supermercado, los puestos ambulantes, los taxistas...

Pero todo ese entramado frágil esconde que gran parte de las cosas que hacemos no tienen mayor sentido y las preocupaciones diarias que no tengan que ver con refugiarse, comer, dormir o pasar tiempo con la gente que nos importa, están sobreestimadas.

Salvation = 1, 2, 3 por mí y mis compañeros...

D.

Teotenango: tierra de los papalotes de plástico

Ayer fui a Tenango del Valle, población del Estado de México que queda aproximadamente a 26 kilométros de Toluca, la capital del estado, y a dos horas y media de la ciudad de México.

O sea, aquí cerquita.

Cerca de Tenango del Valle, está la zona arqueológica de Teotenango, que por azares del destino quedó en manos del Instituto Mexiquense de cultura, en lugar de quedar a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

El resultado es que la entrada es más barata, las cédulas menos extensas y hay una vereda comunal por la cual las personas de Tenango del Valle pueden entrar a la zona arqueológica sin pagar y van a volar papalotes (cometas, les llaman en otras partes) y llevan a pastar a sus borregos.

Mientras estabamos allí, un par de niños de menos de siete años subieron a lo alto de la pirámide con un papalote hecho de una bolsa de plástico cortada en forma de rombo, con pedacitos de plástico como cola del papalote. (El invencible, el más barato).

Voló muy alto, debo decir.

Como siempre, la consigna era "buscar el sitio más escarpado y extremo para bajar de la zona arqueológica", así que mi padre dio con la consignada vereda y por allí llegamos al centro de la población.

La zona arqueológica de Teotenango consiste en una serie de conjuntos piramidales de piedra, para llegar arriba hay una rampa bastante empinada y no apta para cardiacos, que puede ser recorrida en unos 15 a 20 minutos, dependiendo de la condición física del paseante.

Los pobladores originales de Teotenango mantenían su economía en asociación con los Teotihuacanos, por lo que cuando esta ciudad fue en decadencia, Teotenango también sufrió estragos en su economía.

Actualmente, Tenango del Valle es una población mucho más pequeña que su vecino, Metepec, donde también fuimos a comer y a visitar algunos de los muchos puestos de artesanías de la población...

De Metepec, debo decir que se ha convertido en una zona conurbada de Toluca, puesto que la distancia que separaba a estos dos centros urbanos ha quedado borrada por la gran cantidad de zonas residenciales y plazas comerciales...

El centro de Metepec es bonito, con todo, tiene una fuente con luces (seguramente en la noche arman algún tipo de espectáculo de fuentes danzantes) y un puente para que atravieses la fuente... La iglesia principal está en alto y tiene una vista bastante completa de la zona centro, además de estar adornada con un mosaico monumental de barro vidriado de colores.

Hay varios restaurantes pintorescos en el centro de Metepec, que dan a la plaza principal y al palacio municipal.

Enfrente de la plaza se puede encontrar un mercado tradicional, donde es posible adquirir pan típico, chorizo verde y cecina. Muy buena cecina, hoy la comimos y le doy mi voto de calidad.

El camino de regreso de Toluca a la ciudad de México se realiza por el bosque conocido como la Marquesa y la zona de corporativos de Santa Fe, lo cual también representa un interesante contraste para rematar el día.

D.

De las marinas

Los versos que se pueden leer a continuación son un proyecto del verano que termina (en este lado de la tierra, al menos).

Este año no fui al mar. Entre la crisis económica, el desempleo y el hecho de que la arena está sobreestimada (sólo son piedrecitas muy pequeñas, en realidad), no fui.

Mis papás si fueron, pero yo me quedé en casa para asistir a una entrevista de trabajo donde finalmente no me contrataron.

De todas formas no importó mucho. Puedo ponerme salada y melancólica en cualquier sitio, lo he comprobado.

Baste ver el poema de José Gorostiza, que me acompaña siempre.

¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento,
tan sólo de pensar en él, tan mío,
tiene sabor a sal mi pensamiento.

Las marinas son dedicadas a algunos de mis amores perdidos, incluído el más reciente. (¿Se me perdió? ¿Lo extravié? ¿Lo abandoné y no me di cuenta? ¿Me abandonó y no ha tenido ganas de explicarme por qué?)

La felicidad también está sobreestimada.

Hacía mucho que no me proponía escribir versos. Sería porque estaba reseca por dentro o dormida, o feliz. La felicidad es una forma de resequedad, porque cuando uno llora se humedece toda, la almohada incluída.

Estoy triste, sí, pero me da gusto volver a tener ganas de escribir versos. Supongo que no se puede tener todo.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...