Penthouse en renta

Venía pensando en una entrada del señor Rino y quería citarla para esta reflexión... pero ya no la encontré.

Me imagino que tuvo un momento de pudor, de esos que a veces nos ganan a los blogguers y la borró, para preservar la salud mental de sus lectoras. Pero era una entrada muy bonita, con la que me sentía muy identificada. Sobre todo porque nunca había leído a nadie con tanta claridad lo que a mi me ha pasado y lo que le pasó también al señor Indigente Iletrado.

Me refiero a ese vicio que pocos admiten, a esa facilidad perniciosa y pertinaz, que no puede ser borrada de un plumazo... a eso que algunos consideran una ligereza de cascos y otros una condición propia del exceso de dopamina. Me refiero a la condición que populacheramente se conoce como "tener corazón de condominio".

Si, es cierto, señor Médico del Alma. Me he auto diagnosticado. No estoy enamorada, pero siempre me estoy enamorando.

¿Y cómo es eso?- preguntará usted, querido lector o lectora o incluso usted, mi Médico del Alma de cabecera...

Es que yo tengo un corazón muy grande y, habiendo tanto espacio en él, sería un desperdicio dejarlo despoblado.

No, no crea que lo mío es una ninfomanía, ni una de esas raras condiciones que se solventan con tener diversas parejas sexuales. Muy por el contrario, lo mío, lo mío, es el enamoramiento: todo ese proceso de las mariposas en el estómago, los mensajitos a media noche, las pláticas que no tienen sentido, ni razón de ser, los almuerzos en el parque, las dedicatorias en las portadas de los libros, los nombres escritos en la arena... soy una cursi, pues.

Lo cierto es que el enamoramiento dura más bien poco. Y los objetos amorosos tienden al desgaste. Y yo puedo enamorarme muchas veces de una misma persona, aunque no sé bien si ellos puedan enamorarse muchas veces de mí...

Pero ese no es el punto.

Lo que yo quería decir es que cuando tenía 16 años con cinco meses di la llave del Penthouse de mi corazón a un muchacho que escribía precioso y me dedicaba versos (que luego descubrí que no escribía él). Sin embargo, cuando decidí quitarle las llaves y cerrar por derribo el Penthouse, me di cuenta de que quizá debía demolerlo o dejarlo como cuarto de trebejos, porque esta hecho una desgracia...

Las paredes pintarrajeadas, los azulejos levantados, los pisos sacados a pico y pala... Bueno, ese espacio que tenía una vista insuperable al bosque de alvéolos estaba destruido... irremediablemente, creía yo.

El Penthouse, no debería decirlo yo, pero lo digo, es un sitio precioso, vale la pena instalarse allí, cuenta con todos los servicios y es un espacio muy grande. La garantía de privacidad del contrato asegura que no verá a ninguno de los otros inquilinos, pues tiene un elevador independiente y no hay que subir ninguna escalera...

La verdad me dan unas ganas tremendas de ponerlo de nuevo en renta, porque siento que tengo cosas por compartir.

Por otro lado, con tan mala experiencia, sigo pensando que debería conservar a mis inquilinos regulares (más de uno moroso, que viven con las cuentas vencidas o que sólo usan mi corazón de bodega o se van a refugiar allí cuando llueve).

A veces, también creo que debería dejar el asunto de los bienes raíces, porque ya estuvo suave. Me haré monja y donaré mi corazón a la caridad.

La verdad no sé que hacer. Si usted, doctor o cualquiera de mis amables lectores tiene una idea, puede compartirla conmigo.

D.






Paredes blancas, ventanas abiertas

Hoy escribí sobre la Fertilización In Vitro en uno de los tantos blogs de la empresa en donde trabajo...

Y me gustó mucho la descripción que hacen del cuarto donde se recomienda realizar la Fertilización In Vitro: un cuarto blanco, con una temperatura agradable, lleno de luz.

Cuando regreso a casa, en la oscuridad de la ciudad, suelo ver hacia las ventanas y ya he encontrado varios cuartos vacíos, con ventanas abiertas: paredes blancas que invitan al ojo a perderse en esos espacios interiores...

Me dan ganas de perderme en esos cuartos de paredes blancas. O mejor aún, ser dueña de uno de ellos.

Me pregunto cuanto podría durar en un cuarto con paredes blancas antes de querer caer en la tentación de llenar todo de colores... Cuanto podría pasar con las ventanas sin cortinas, viendo el mundo y dejando que me vea...

La vida es una prisión con las puertas abiertas.

D.


Enamorar a una poeta

Nota aclaratoria: En esta entrada uso la palabra "poeta" como femenino, en lugar de "poetisa", que es el correcto... Lo que sucede es que nunca me ha gustado como suena y me tomo esta licencia poética. Disculpen las molestias que esto pudiera ocasionarles.

Si enamoras a una poeta... ten cuidado.

Las poetas son seres peligrosos.

No es que sean malos, pero son peligrosos.

La culpa la tiene esa intoxicación de palabras que traen en la sangre... Tantas horas de leer textos tristes no pasa en vano: la Pizarnik, la Ajmátova, la Storni, la Ibarbouru, la Plath... todas esas voces se quedan grabadas en las paredes: fantasmas.

Si enamoras a una poeta debes saber que tienden al drama. Que lloran, gritan, maldicen. Debes saber que a veces se quedan catalepticas o se emocionan con un atardecer.

Si te enamoras de una poeta... ten paciencia. Se dulce. Ten a la mano plumas y lápices, incluso pinceles, brochas, marcadores... ¡Quién sabe! a lo mejor algún día encuentras una elegía a un mechón de tu cabello en las paredes de la sala...

Si te enamoras de una poeta y ella se enamora de ti, podrás recibir a diario mensajes de amor y de odio en tu teléfono, sin costo adicional.

Si una poeta te odia, tan grande será su odio, como enorme haya sido su amor. Tan destructiva la fuerza de su desdén como largas las odas al brillo de tus ojos...

Y es difícil amarlas. Porque amar es difícil. Pero si te enamoras de una poeta (si te enamoras de mí) al menos prometo que no te aburrirás.

D.







Oaxaca

Cuando la palabrita Ixtepec se me metió en los ojos, se me quedó entre ceja y ceja... y le pregunté a mi mamá por el paradero de este lugar, como uno de esos tantos pueblos que se quedan en la memoria.

Y ella, que en su infinita sabiduría maternal ha caminado por este país lleno de dioses y demonios, me dijo que Ixtepec estaba en Oaxaca.

Y mientras imagino tus pasos caminando por la plaza, recuerdo mis andanzas en Huatulco y mis pasos en Puerto Escondido... y rememoro el sabor del chocolate de agua y el pan de huevo... Y pongo, por pura nostalgia Nayla...

Mientras te miro charlar con un hombre oaxaqueño, pongo la Sandunga, y miro rebozos, desde la comodidad tibiecita de mi cuarto...

¿Hará calor, hará frío?, ¿ a estas alturas de la noche dormirás o estarás despierto?, ¿te tomaste el mezcal un mezcal a mi salud o habrás olvidado con el alcohol todo, hasta tu nombre?

Mientras contemplo las fotos de la plaza, pienso en mis corredurías por Santa María del Tule y las carreteras de Oaxaca, curvas y curvas, que dejan ver pedacitos de un paraíso de sabores y tradiciones.

Recuerdo el naranjazo que me tocó en una fiesta que imitaba la guelaguetza y te imagino pelando una fruta, para hacerte el camino más alivianado...

Que ganas de comerse el mundo a gajos, de exprimirle el jugo a la vida, de recorrer los caminos que un día fueron del ferrocarril...

Me pregunto si habrás podido ver el manantial de Nizanda o si el trabajo te llevó a estar entre muros de adobe...

Creo que me he enfermado de nostalgia, contagiada por un aire de oaxaca que traías entre tus ropas.

D.

Aún sin la letra

Mis audífonos se descompusieron (otra vez) pero en esta ocasión resultó un experimento interesante...

Resulta que el canal que divide al audífono izquierdo del derecho filtra la letra... Así que lo único que puedo escuchar son las percusiones y la melodía.

Así que, a últimas fechas, he podido desentrañar un poco lo que escucho: ¡me he horrorizado!

Resulta que, envuelta en la comodidad de las letras, mucha de la música que escucho es realmente basura. Si, literalmente. Es un ritmo machacón y sin propuesta, que se repite ad infinitum.

Por otra parte, quisiera agradecerle a Yare las rolas que ha aportado a mi colección musical, que me parecieron maravillosas aún sin letra...

Pero el premio ganador se la lleva "Cenicienta" de Carlos Siles, que es una adqusición reciente a mi biblioteca digital y que es maravillosa (con y sin letra).

Al buscar el video también me encantó, así que se los comparto:



D.

Abuelos

Hoy fui a casa de mis abuelos después del trabajo...

A diario paso por la calle en donde viven, de regreso a casa, pero casi nunca los visito.

Esta visita ya la tenía planeada, porque mi abuela quería enviarnos unos mangos...

Pero esta visita resultó particularmente emotiva, porque por la mañana me encontré a mi mejor amiga de la secundaria y me contó que su abuelo murió.

Su abuelo y su abuela eran danzoneros y tenían dos roperos llenos de ropa para ir a bailar...

Sombreros y corbatas de colores... zapatos de charol... y esa verdad que sólo otorga el tiempo.

Mi amiga pasa a diario por la funeraria donde se llevó a cabo el funeral...

Y cuando el metrobus pasó por enfrente, ella no pudo evitar mirar con impotencia el cristal.

Así que ahora que pasé por casa de mis abuelos, agradecí esa maravillosa oportunidad de poder abrazar a mis abuelos, de ayudarle a mi abuelo con la llave Allen, de cumplir el encargo de mi abuela de llevar mangos a casa...

Agradecí cada momento y aunque sólo iba a un encargo rápido, me quedé a platicar más tiempo con ellos.

Sirva esta breve entrada para agradecer a la vida por el privilegio de conocerlos, por la oportunidad de haber gozado de sus experiencias, historias, hasta inventos...

Estoy triste, pero contenta... pensativa, pero feliz. Y si, sé que mis abuelos no serán eternos. Ahora, justo ahora, tengo más claridad que nunca respecto a ello.

D.

Aquellas pequeñas cosas...

Hoy iba a ir a ver Toy Story...

Pero hubo una lluvia tremenda, con granizo, así que mi familia me llamó para decirme que iríamos otro día...

Así que llegué a casa temprano y me quité los calcetines mojados. Me puse ropa comoda y seca y me tomé un café.

Había una rebanada de volteado de piña y mientras partía el pan que cocinó mi mamá, recordé lo bueno que es disfrutar de aquellas pequeñas cosas...

El olor del café, la sensación de la piña en la boca, la cereza que coronaba el volteado de piña...

Mis calcetines calientitos y el vaho en los cristales.

Eran los complementos para una tarde perfecta.

Me puse a cepillarle el pelo a mi gato hasta que quedó esponjoso.

Y me acosté en el sillón a pensar en lo afortunada que era.

Me sentí mucho, mucho mejor.

D.

Siempre se van de tres en tres

Este fue un fin de semana negro. Hemos perdido a tres personajes que en los últimos tiempos nos han llenado de momentos, frases y reflexiones inspiradoras...

Así que, a manera de un breve homenaje, la Calle Melancolía hace estas tres mini semblanzas, con lo que reconozco como lo más destacado de estos personajes.

a) José Saramago: Me enteré de su muerte en el irreverente programa de radio "El Toque Mañanero" y me fue imposible evitar recordar que el último libro que leí de él fue "Las intermitencias de la muerte".

Y con ese libro también recordé lo importante que es morir. Lo benéfico que resulta, en muchos casos....
El escritor José Saramago nació en 1922, en Portugal. En 1998 recibió el premio Nobel de Literatura por su obra, que incluye novelas muy controversiales, como "El Evangelio según Jesucristo", uno de mis libros favoritos.

El estilo de José Saramago, que se caracteriza por la falta de algunos signos ortográficos, también revela una gran cantidad de preocupaciones existenciales, que van desde el amor, hasta la idea del silencio, pasando por la muerte.

Lo que he leído de la obra de José Saramago ha sido dispar, pues no todo me ha gustado... sin embargo estoy convencida de que era uno de esos escritores que tienen una voz propia, que no puede ser imitada, aunque le quites los puntos y aparte a tus textos.


b) Carlos Monsivais:
nacido bajo el signo del torito, un cuatro de mayo, Monsi, pasó sus últimos días internado debido a problemas respiratorios (los médicos ya aclararon que NO tenían nada que ver con sus gatos... yo más bien creo que la culpa es de vivir en esta ciudad donde respiramos grafito).

Sobre Carlos Monsivais puedo decir que, aunque no lo conocí, siempre me pareció que tenía una estupenda habilidad para improvisar sobre cualquier cosa... Habilidad que tal vez aprendió de Cantinflas, no sabría decirlo... claro, que como él había leído más, lo hacía con una gracia y ligereza sorprendente, además de que la ironía propia de sus palabras era de lo que se extrañará más en los artículos y libros que llegó a escribir... Nació un 4 de mayo de 1938 y murió este sábado 19 de junio, del 2010.

Una deuda que tengo pendiente con él: leer "Los rituales del caos", que reposa desde hace cinco años en mi librero...


c) Bob Esponja: hijo de mamá y papá Pantalones Cuadrados, Bob Esponja nació en 1999, como una serie para niños en el canal Nickelodeon. A pesar de que los niños empezaron a verlo por sus sus ojos saltones y sus colores brillantes, los adultos nos quedamos viendo la serie por su humor irónico y sus frases divertidas.

La verdad es que Bob Esponja es genial. Y es una lástima que haya muerto en el derrame de petróleo (muchos argumentan que la foto es falsa, pues se trata de un día que Bob comió demasiado chocolate... pero tenemos que aceptar la realidad...).

La Casa Blanca ya afirmó que piensa patear el trasero de los responsables. Lo dijo Barack Obama en persona y se escuchaba realmente enojado. (Yo creo que él también era fan de Bob).

A Bob le sobreviven su vecino Calamardo, su caracol Gary (esperemos que su familia no quiera sacrificiarlo, como a los gatos de Monsi) y algunos otros habitantes de Fondo de Bikini que son duros de roer...

La noticia de la muerte de Bob Esponja fue Trending Topic en Twitter este domingo 20 de Junio del 2010.

Que en paz descansen.

D.

De haberlo sabido antes

Mi papá quiso que le preparara el desayuno para celebrar el día capitalista este...

Así que por la mañana me levanté temprano para cocinar.

Después hice la limpieza, para celebrar a mi abuelo en el mismo día capitalista...

Y durante mis labores domésticas puse el disco recopilatorio de un grupo pop noventero mejor conocido como Kabah.

Mientras bailaba con la escoba, pensaba en lo miserable que fue mi existencia en la preparatoria... y pienso que, si hubiera sabido un par de cosas antes, seguro hubiera podido disfrutar más esa época y hasta cantar las rolas de Kabah...

Pero cometi varios errores en mi adolescencia:

a) Me tomaba demasiado en serio: si, gran parte de mis problemas eran debido a que le daba demasiada importancia a mis juicios de valor, a mis opiniones e incluso a mi percepción del mundo... Con el tiempo he aprendido a reírme de mi misma.

b) No entendía que los demás estaban pasando por los mismos problemas que yo: para mi socializar era una tortura, porque se me hacía imposible entender a los otros o ponerme en sus zapatos.

c) Estudiaba demasiado: Si... eso fue un grave error. Pensar en todo lo que pude haber aprendido sin estudiar me provoca mareos.

Creo que, con el tiempo, todos logramos acumular una lista de los errores que hemos cometido... espero que al menos para no cometerlos de nuevo.

D.

En mi pasado

Así que vas a entrar en mi pasado...
y ser sólo una sombra
y ser sólo un instante...

Y dormirás por las noches a tu hijo
(¿se llama Pablito, Pepito, Astor, Emiliano...)
y le cantarás canciones de cuna
con esos labios que he besado...

Así que vas a entrar en mi pasado
y tus manos tocarán otros rostros
y murmurarán palabras dulces,
voces que se escuchan, resonando
esas voces que llaman al deseo, al amor, a los milagros.

Así que recorrerás calles, avenidas
y ya ninguna de ellas tendrá mis pasos:
mi nombre se ahogará en ese mar de rostros, de nombres
de quien te ha tocado y ha consumido en ti sus besos...

Así que vas a entrar en mi pasado
en ese laberinto incierto
que se forma en el hueco entre una de mis orejas y la otra
ese matorral, este desierto, este pantano
de calles que susurran, de lobos que aullan...

Ya no habrá especulaciones de mi parte
de si algo te habrá pasado, si tus llamadas se espacían
si extraño el roce de tus manos...
Es lo bueno de entrar en mi pasado:
todos los bordes se suavizan, todos los recuerdos se filtran
y nos quedamos sólo con lo grato.

Así que vas a entrar en mi pasado,
en ese recinto exacto donde guardo
un puñado de canicas de colores,
dos mil nombres que recuerdo, casi exactos,
ciento veinte lugares preferidos
y cuarenta lugares poco gratos...

Así que vas a perderte entre las sombras
y a ser un eco, una sombra, un milagro
de esos que cuelgan en las iglesias
sin que el resto de la gente sepa que ha cambiado...

Pero aunque entres en mi pasado
debería agradecerte lo que has transformado:
una huella que en la playa no se borra,
un beso que queda en los labios, fraguado a fuego,
imborrable, intenso, mágico.

Así que entras a la lista de canciones de mi Ipod
y a las lágrimas que derramo por las noches
y guardo en un frasco, para beberlas los días de calor,
porque no hay que ser desperdiciado...

Así que te borras de mi vida
y te distancias, sabiamente, de esta loca
que no puede distinguir un beso de un hasta pronto...
Pero aunque entres en mi pasado
y te alejes...
Aunque sea lo que es...
te escribo esto.

D.

Mis personajes favoritos de Insurgentes

(Tercera y última entrega de mi trilogía de "Estoy obsesionada con Insurgentes")

Cuando uno viaja a diario por una avenida tan transitada, se vuelve expectador involuntario de esos pequeños espectáculos cotidianos...

Aquí está mi top five de personajes que habitan el tramo que recorro en Insurgentes.

Quinto lugar: El hombre que se pone enfrente del hotel "Diplomático", disfrazado de payaso, con estoperoles en un overol negro y la cara cada vez más macabra... (Me gusta, pero me asusta)

Cuarto lugar: La mujer que pide limosna con muy mala cara enfrente de parque hundido... ¡Lo más increíble es que casi siempre le dan! Y no parece poco, he llegado a ver que recibe billetotes de 20 y está desde muy temprano.

Tercer lugar: El vendedor de accesorios para celulares que se pone enfrente del Saks que está cerca de José María Velasco... Otro que chambea desde bien temprano y como ya le hice la compra, ya comprobé que es bien buena onda.

Segundo lugar: La mujer casi africana que me encuentro siempre que llego "no tan tarde" a la oficina... Me encanta el color de su piel, su sonrisa amable (¡y sorprendentemente blanca!) y la amabilidad con que siempre me cede el asiento, porque sabe que yo voy más lejos que ella, que baja en Félix Cuevas.

Primer lugar: No es una sola persona... sino todos los trabajadores de la construcción que está enfrente de la estación Napoles del Metrobus dirección sur-norte... como están en la etapa de soldar, a diario siento que veo caer tres o cuatro estrellas sobre la construcción, mientras la maquina suelta chispas de fantasía.

... creo que siempre he dependido de la bondad de los extraños.

Blanche Duboise...

Digo...

D.

Melindrosa

Creo que me estoy volviendo demasiado melindrosa para viajar en transporte público y eso me preocupa.

Cuando trabajaba en mi anterior empleo, donde tenía una hora de llegada antes del concebido descuento, no me importaba incrustarme entre varias capas de gente para llegar a la oficina...

Ahora dejo pasar los metrobuses, me detengo a contestar encuestas, acepto las muestras gratis en las esquinas y hasta doy consejos de como llegar a los pasajeros del Metrobus antes de subirme a un camión que no sea de mi agrado.

Lo mismo en la hora de regreso... incluso doy largos rodeos o espero detrás de filas y filas de mujeres quejumbrosas y con paraguas.

Porque no.

Ya no soporto viajar junto a niños que lloran.

Ni tampoco junto a señoras gordas que empiezan a sacar toda clase de cosas de sus bolsas gigantes.

He dejado autobuses por el olor de un perfume que no me gusta.

Y si...

Ya sé que para muchos es una exageración, pero mi compañera de asiento perfecto es una mujer equis, que no se mueva demasiado, ni quiera hacerme la plática, ni tenga un libro que me de envidia leer...

Mi compañera de asiento perfecto en un camión es una pieza de la escenografía.

Como aquel árbol que veo pasar siempre o como un cartel anunciando una pelea de box.

A veces me decanto por la idea de que todo es utilería de una obra complicada... pero sigo pensando que es demasiado esfuerzo poner todos esos arbolitos para mí.

D.

Escrito en el cristal de una ventana

Mientras intentaba poner mis ideas en orden después de un Training al que fui hoy (que será material para ooootra entrada en mi ooootro blog, que no tiene nada que ver con este), viajaba en el metrobus, tratando de equilibrar mi Lap, mi paraguas y mi cuerpo... que comió demasiada Lasagna (Yummi, Lasagna)

Entonces, mis ojos, se posaron en la obra de arte que se construía frente a mis ojos, en el cristal de la ventana... Una joven, en su intento por distraer a la niña que viajaba con ella, comenzó a dibujar uno de esos paisajes imposibles, que hacíamos cuando niños...

Juro que el paisaje es de las cosas más detalladas y más preciosas que he visto. Nunca pensé que alguien tuviera tanto arte en el dedo, al dibujar con algo tan simple como las gotas de vaho que se forman en el interior de un autobus público.

El paisaje era una niña corriendo, con un cometa, en un valle cerrado, rodeado de montañas, con una perspectiva muy bien trazada, con su punto de fuga y toda la cosa... si me apuran, incluso era casi 3D.

La pequeña niña, que observaba maravillada como iban surgiendo las imágenes del dedo de su cuidadora, solicitó:

- ¡Ahora dibuja una mariposa!

Y, obedientemente, la artista atendió a las necesidades del público objetivo (Disculpen el léxico, convivir con mercadólogos contagia ese tipo de palabras)

La mariposa no le quedó tan bien, pues era algo plana... pero no tengo queja alguna de las nubes, las cuales eran auténticamente algodonosas.

Por desgracia dejó de llover, los pasajeros abrieron las ventanas y el dibujo se perdió para siempre, antes de que yo reaccionara y le tomara una fotografía.

Gloria efímera de las cosas bellas...

Cuando logré sentarme tuve poco tiempo para dibujar antes de quedarme profundamente dormida... Pero recordé un accidente feliz: el gato que dibujé en el parabrisas del Nezumi estuvo durante meses allí: así que, con suerte, si alguna vez viajan en el metrobus en un día de lluvia, quizá vean ese cuadro que se desvaneció hoy...

Mientras tanto, te escribiré un poema que te debo en el cristal de una ventana...

D.

Miss Crónicas Mundialistas

El primer mundial de mi vida lo vi hace cuatro años, cuando realizaba mis prácticas profesionales en un conocido periódico de la ciudad y pensaba que, por mi linda cara y mi esfuerzo, me darían trabajo allí...

Vengo de una familia cuyo aprecio por los deportes es mínimo y cuya cultura futbolística es casi nula... Así que terminos como "Maracanazo", "Tiro de esquina" y "La mano de dios", me fueron develados en ese mundial histórico...

Y si, vi casi todos los partidos, hice reseñas de todos los mundiales anteriores y seguí los resultados con emoción (de esa que se contagiaba en la redacción, a fuerza de estar enfrente de los de la sección deportiva).

Por eso el viernes, cuando mi jefe nos convocó a una reunión corporativa para ver como empresa la inaguración mundialista me emocioné mucho...

Claro, me bajó la emoción que la cita fuera a las 6:40 de la mañana, hora que considero excelente para que las gallinas despierten, pero no para viajar en Metrobus.

Y una vez en la oficina comprobé que todos llegarían tarde... y dado que había trabajo por hacer, en realidad me instalé a ver el partido hasta que Felipe Calderón le dio la mano a la selección mexicana pasandole toda la salación que le fue posible.

Mi alegría se fue desvaneciendo entre las jugadas de la Selección Mexicana, que fueron desdibujandose de la confianza y optimismo hasta un "uff, menos mal que no perdimos", que se vio reforzada con los resultados del partido Francia-Uruguay. ¡No puedo creer que la afición celebrara en el Angel los dos empates, como si de verdad fuera algo digno de presumirse...!

Al terminar el partido, como si de una mala resaca se tratara, el personal de mi oficina se dispersó y se sumió en un silencio hosco y molesto; el viernes se arrastró lenta y dolorosamente a su fin; ni siquiera hubo planes para alguna actividad en conjunto y terminé comiendo en mi escritorio, mientras una fuerte lluvia se desencadenaba afuera.

Falta un mes de mundial... así que espero que mejore un poco. Ya se verá.

¿Mi pronóstico? España sostendrá la copa este año.


D.

Fragmentos

Un borrón de fotografía,
una ecografía de tu voz,
las pistas que dejas tras de ti,
tu nombre, en el viento...

Encuentro de ti fragmentos.

Abrazo el sabor de tu boca
y pongo a cocer, con sal,
la mandioca de tus palabras...

Debe durarme hasta el invierno
ese trozo de ti, esos pedazos

Voy a abrigarme con el cabello
que quité de tu suéter, un día...

Voy a lidiar con la soledad segundo a segundo,
ganandole un trozo de terreno día a día.

Argumentos ya no tengo.
Fuerzas, apenas.

Vivo: si de vivir se ufana uno,
por esta sucesión de días, meses, semanas.

Aprendo... si por aprender entendemos esta marcha lenta,
este letargo, esta insuficiencia que confunde derecha e izquierda,
respirar de aspirar, boca de nariz... este parvulario de caricias.

Rectifico.

Cada día estoy rectificando, un poco,
redirigiendo mi marcha a tu boca, un poco más a la izquierda.
Quizá mi próximo beso te alcance,
como algunas flechas alcanzan su blanco...
tras mucho practicar el oficio de extrañarte.

Tras tanto batallar en unir los pedazos
tras tanto argumentar, rehuír, escapar.
Tras tanto amarte.

D.

Los abrazos rotos

Después de ver a René ex Bridget haciendo una actuación tan sosa, uno pensaría que es un exceso echarse una pelí de Almodovar...

Pero así fue.

El domingo puse "Los abrazos rotos", una película de cineastas, que como todo el mundo sabe, está locos...

El protagonista un guionista y director de cine, es un hombre llamado Mateo, que usa el seudónimo de Harry.

Cuando Harry conoce a la protagonista de la historia, que es personalizada por Penélope Cruz, se enamora perdidamente de ella...

Sin embargo, ella es amante de un hombre muy rico, que está obsesionado con la posibilidad de perderla, así que, cuando la novel actriz le dice que tiene que pasar más tiempo con el director "con la finalidad de terminar la película", el hombre rico decide poner a su hijo a seguirlos y grabarlos, so pretexto de que el muchacho hará un documental de la filmación.

Algo interesante de la película son los flashbacks y flashforwards de la cinta, pues la historia comienza cuando el guionista se encuentra en una etapa posterior de su vida, rememorando como llegó Penélope a complicarlo todo...

"Los abrazos rotos" es una película muy a la Almodovar, que, sin las pretenciones o la profundidad de "Hable con ella", por ejemplo, plantea la posibilidad de encontrar el perdón, el poder sanador de decir la verdad y la posibilidad de terminar las cosas...

Las películas hay que terminarlas, aunque sea a oscuras.

Esta película salió hace como un año. Estoy por pensar que no es trivial que apenas tenga ocasión de verla...

La vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida.

Le concedo cuatro estrellitas, porque, tal como digo, creo que no es de las piezas más importantes de Almodovar.






Nota no relacionada: Justo un par de días después de la remodelación, sacan estas bonitas herramientas de diseño para el blog... pero lo dicho, la imagen se quedará un rato así.

D.

Nueva en la ciudad

Este fin de semana palomero, me la pasé viendo películas ligeras, para intentar reponerme de la desvelada del viernes.

Así que, contra pronósticos, rentamos "Nueva en la ciudad", con la rubia y graciosa René Zellwegguer.

Claro, nunca volverá a ser tan graciosa como en Bridget Jones, una de mis películas favoritas...

En "Nueva en la ciudad", René se enfrenta a un trabajo dificil en una ciudad pequeña, donde la gente ya se conoce y la toman por lo que es: una citadina ignorante.

El predecible choque cultural se vuelve más (¡Más!) obvio cuando conoce al jefe sindical de la planta en donde es designada como gerente.

El jefe sindical es un muchacho destinado a ser el galán de la película con los predecibles (¡Más predecibles!) gags que harán que René termine encontrando "adorable" la vida en ese rincón perdido de la mano de dios.

Dos estrellitas... y mejor me hubiera ido a dormir.

D.

El trotecillo del oficinista

La señora de la limpieza se encarga de enviarme a comer los martes, para poder limpiar mi lugar...

Y como mi velocidad para comer es semejante a la de una grulla comiendo pescaditos, pues hoy tuve que irme a dar un trotecillo ligero por la zona.

Recordé la iniciativa de un amigo de ir a sex shops en su hora de la comida, así que llegué a la Plaza más cercana.

Sin embargo, una vez allí me corté de entrar, así que di la vuelta en redondo y regresé a la oficina.

La verdad me sorprendió no haber tenido la entereza para entrar. Digo, después de todo es un lugar de sano "esparcimiento".

Pero nunca he entrado sola a uno de estos establecimientos mercantiles... Así que la próxima vez que alguien quiera caminar conmigo en mi hora de la comida, está cordialmenten invitado.

D.

Cremas y potingues

El sábado fui a tomar un café con una amiga mía que se dedica a vender productos de belleza de una conocida marca que regala Cadillacs rosas a sus vendedoras estrella...

Mi amiga, que es una creyente fiel de los productos, decidió regalarme dos tratamientos: uno para las manos y otro para la cara.

Lo más cerca que yo he estado de un tratamiento facial es un día que estaba aburrida y me puse las cáscaras de papaya en la cara, según recomendaba la parte de atrás de un calendario (cosa que no debí hacer, porque odio el olor de la papaya y casi vomito).

Así que, con ojitos abiertos y azorados, seguí sus indicaciones para el tratamiento de manos, que consistía en aplicarse tres cremas diferentes. Al terminar, las manos te quedan suavecitas...

Luego, me llevé a casa mis cremas para la cara, que prometen revitalizar, exfoliar y mantener trolls a mil metros de tu hogar.

Efectivamente, no he visto ningún troll cerca.

Casi siempre se me olvida ponerme crema. Ya he dejado de contar los días que salgo con los codos de elefantito... así que quizá esta llegada inesperada de cremas para el cuidado personal quieran llevarme por el buen camino, de la sedosidad, la suavidad y la exfoliación...

D.

La Peña del Son

Para todos los que nos quedamos con las ganas de ver a Compay Segundo o los que hemos sufrido una pena de amor escuchando "Flores Negras", para todos los que bailan y para todos los que toman... Para todos los de corazón exaltado, que gustan de desvelarse hasta las tres de la mañana, para todos los que desean fumar un cigarrillo mientras echan un trago en un lugar amigable... Para todos ellos y para mí, están lugares como "La Peña del Son".

Ubicado en la esquina de Gallo Colorado con la Cuarta Avenida (No, no en Nueva York, antes de la Fifth Avenue, sino en la hermosa Nezayork), este sitio ocupa ya un lugar en mi corazón, por la generosidad del espíritu de sus dueños, quienes además de tener un sitio muy agradable, fueron muy amables conmigo en esta primera incursión la Peña del Son.

Con música como "Manicero", "Chan chan", "Prendeme la vela" y"El cuarto de Tula", la noche de La Peña del Son se alargó para los danzantes, que llevaron su estilo y cachondería a la pista de baile...

Los mojitos no faltaron y en la barra corrieron las cubetas de cerveza... Yo iba en plan austero, así que los precios de la Peña del Son fueron un alivio, pues es mucho más económico que otros bares del centro, por ejemplo.

Sin embargo, creo que la Peña del Son no es un sitio para beber a perderse, sino para aprovechar el guaguancó excelente, pues el grupo que toca en vivo está compuesto por personas que realmente aman la música, tal como vi en los intermedios, cuando se detenían a platicar en que incluir en su repertorio de la siguiente semana, al ver las reacciones del público ante tal o cual canción.

Mis fuentes indican que el grupo ya han tocado en espacios públicos, como el Zócalo de la ciudad de México, por ello la ocasión de verlos en un espacio tan íntimo y agradable fue muy valiosa para mí.

Las mesas bajas de la Peña del Son invitan a una conversación íntima, por lo que también recomiendo el lugar para llevar a la pareja... El ambiente está dado con las multiples pinturas de motivos cubanos, apoyos a la lucha de los derechos indígenas y a la ya muy vapuleada izquierda mexicana.

El alto techo de la Peña del Son, por otra parte, lo hace un sitio fresco y ventilado, aún en noches de calor donde, como la de ayer, parece surgir un efluvio mágico de la pista, una agitación incitante, que te invita a levantarte de tu asiento, aunque no sepas bailar.

Yo, con mi torpeza dancística de siempre, terminé seducida por el ritmo de este lugar.

Para quien esté en las cercanías o para quien guste de las excursiones, he allí mi recomendación para ir de rumba... "La Peña del Son", Gallo Rojo, esquina con la Cuarta Avenida, Ciudad Nezahualcoyotl, Estado de México.

D.

Consejos para lidiar con la tristeza

La Calle Melancolía, al servicio de la comunidad melancólica del mundo, ofrece esta serie de opciones para combatir la tristeza en grados leves.

La tristeza, nostalgia o melancolía debe ser distinguida de la depresión severa...(si usted necesita algún medicamento, porque ya no consigue pararse de la cama, esto ya no sirve de nada).

Así que si todavía no estás tan clavado, recomiendo:

- Camina. Caminar es un excelente ejercicio, permite que la sangre se oxigene, el aire circule, uno ve muchas cosas mientras camina, los pensamientos fluyen mejor y tienes que parpadear si estás llorando, porque si no pueden atropellarte por caminar con los ojos llenos de lágrimas.

- Pinta o dibuja: la expresión pictórica en general es muy relajante cuando uno está triste. Cualquier técnica que utilices te servirá. Los mejores colores para pintar cuando uno está deprimido son los grises, azules y negros... pero si se te antoja meterle rosas, rojos, amarillos, versosos, es que ya vas camino a la recuperación

- Toca algún instrumento. Cuando yo me deprimo me paso horas tocando el teclado (las escalas y martinillo, que son las únicas que me sé). Tampoco es que aprendas a ser Chopin, sólo que acalles esas voces y risitas crueles. No, tocar la puerta del ex no cuenta.

- Ordena. Ordena, limpia, tira, barre, sacude, clavetea. Todo lo que tenga que ver con crear una atmósfera agradable y transformar tu entorno es bueno. Alguna vez pasé días enteros ordenando la biblioteca de mis padres.

- Crea. Es momento de llevar tus ideas a la realidad. Borda esa carpeta, escribe tu novela, ayuda a armar los dulceros para los quince años de no sé quien. Mientras más ocupadas mantengas tus manos, menos podrás llevartelas a la cabeza.

- Saca a pasear al perro... (Guiño local)

- Toma tu tiempo. Si, a veces no es necesario hacer nada en particular. Muchas veces nuestra familia o amigos insisten en que debemos de dejar de estar tristes. Pero estar triste es algo natural, que ocurre como resultado de una serie de indicadores químicos que cambian en nuestro cuerpo, muchas veces motivados por factores externos... otras veces sin motivo externo aparente.

Así que la mejor manera de dejar de estar triste es seguir viviendo... Porque nada, ni la tristeza, es eterna.

D.

Calles sin nombre

La escuela de natación a la que voy está en una colonia relativamente nueva.

Al respecto, el otro día platicaba con una de las señoras que fueron "fundadoras", pues llegaron a vivir allí desde la repartición de los terrenos.

- Por un lado es bonito, ¿no? Ver como van cambiando las calles, van apareciendo nuevos servicios, los niños crecen... Lo único que no me gusta es que hayan cambiado el nombre de las calles.

Antes era mejor... todas las calles tenían un número y te acostumbrabas a decir "voy a la cinco", "voy a la 32"... Era más fácil.

Yo sigo pensando así muchas de las calles, porque ahora que tienen nombres de fechas históricas, pues ¿cómo se va uno a acordar?

Me acuerdo de las calles principales... pero si me preguntas más, no sé decirte.

A ratos me pregunto como será estar de verdad en una calle sin nombre, un lugar fuera del espacio, donde no puedas llegar con ninguna referencia. Un sitio que esté desubicado. Seguramente sería un buen sitio para escapar.

D.






Intermitencias

Esta intermitencia de besos
esta ausencia sin sentido
que me lleva a pergeñar mi saliva
a volverme vampiro
a vivir de recuerdos...

Presa, asfixiada, a punto de borrarme...
Locura apenas contenida:
voy rasgando tu nombre en el aire...

Esta desesperanza, este destiempo
que asfixia y quema:
revolver el aliento en el propio cuerpo.
cada gota de ayer acrecienta el llanto.

Esta intermitencia de besos, este quebranto...
mi alma se desdobla de dolor hasta la impotencia:
sólo le queda el hábito de extrañarte
y la costumbre de llorar días, noches, madrugadas...

Cualquier espacio es bueno para llenarlo de sal y canto.

Retorna mi alma de Fado,
sol de otoño, de lenguaje infinito...
intermitencia de besos...
eres interrumpido por cualquier cosa:
una ráfaga de viento, un silencio,
por el ruido de la ciudad,
por el trabajo, por la lluvia,
por el paro, por las hojas de los árboles...

Por mil nombres que gritan también en pos tuyo...

Sólo sé de esperas
y de desesperanzas.

Sólo sé de extrañarte.

Mi alma se revela.

Necesito más que esta intermintencia, este letargo...

Nota: El hecho de que yo esté deprimida, no quiere decir que la Calle no merezca una remodelación. Espero les guste. A mi me encanta, así que así se quedará por un tiempo.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...