Lo mejor del 2010

En el último de los recuentos que haré este año y como un acto de agradecimiento, quisiera contarles (o recontarles) lo mejor que me pasó en el 2010.

Sin engañarnos, claro está, pues sé que para el país fue un año muy dificil, lleno de hechos de violencia, de injusticias acedradas y el ejercicio de la memoria podría traicionarnos...

Pero creo que es bueno ser agradecido y mi agradecimiento con la vida quiere expresarse en este recuento:



En enero conocí a una chica que estudió diseño gráfico y decidió trabajar en un banco...

Ese encuentro me hizo pensar en mi vida: en cómo lo que hacemos es sólo lo que hacemos, no lo que somos. 

En Febrero, mes del amor, acompañé a mis padres a comer en El Fogón Do Brasil y descubrí que me gusta la comida brasileña.

También fue mi mes de los toros.

Y conocí a uno de mis lectores del blog, a quien hasta la fecha quiero mucho.

En Marzo se llevó a cabo la exposición 40 MX contra el cáncer de mama, donde fui la autora de las cédulas y participé como modelo.

También escribí una entrada que me encantó y creo que es la mejor del año: El Memorando perdido http://darinasilverstone.blogspot.com/2010/03/el-memorando-perdido.html

La mejor exposición del año, René Magritte en Bellas Artes, se llevó a cabo en marzo. 

En Abril mis pasos me llevaron por Regina con Yareli y conocí este sitio que después se convirtió en mi escondite secreto.

También fue en abril que vi la historia de la Tere y el Shin: porque me encantan las historias de amor imposibles.

Ese mismo día me reencontré con un gran amigo de tiempo atrás, Ehecatzin.

Abril fue el mes del concierto de Joaquin Sabina y efectivamente fue de vinagre y rosas

En mayo me sumergí en la lectura de la Ciudad de Cristal, de Paul Auster y casi al mismo tiempo vi 500 días con Summer, lo cual me sumergió en una reflexión melancólica. 

Poco antes de mi cumpleaños me reencontré con mis compañeros de la Universidad: a algunos de ellos no los veía desde hacía cinco años.

En Junio uno de mis excompañeros me invitó a bailar Son Cubano, en la Peña del Son.

El principio del mundial trajo nuevos desafíos laborales y para julio me recompensé con un teléfono con WiFi

Eso me permitió estar más al pendiente de las redes sociales, especialmente Twitter.

En Julio visité por fin una Pulquería, La Risa, en el callejón de Mesones y aproveché las vacaciones para visitar Tecozautla, donde participé en la fiesta de la fruta. 

En Agosto me reencontré con mi amiga Ericka, con quien fui al teatro a ver "Yo soy mi propia esposa"

Para septiembre por fin vi "Un profeta" siguiendo los consejos del buen Juan. 

Para el cumpleaños de mi amiga Griselda tomé mi primer cosmopolitan y me cambie de estación a Reactor 105.7 

Para celebrar a Marisol fui a un Karaoke por primera vez y conocí a los personajes que han protagonizado los últomos meses de mi año.

Fue en septiembre también que la Calle Melancolía y le di Vuelta a la hoja.

En octubre me compré muy bonitos libros en la feria del libro

Ulises, de James Joyce
Kafka en la orilla, de Haruki Murakami
Esperando a Godot, de Samuel Beckett
El que susurraba en las tinieblas y el Horror de Dunwich, de H.P. Lovecraft
Sirenas en el campo de golf, de Patricia Highsmith
Farabeuf, escritura e imagen, de Adriana de Teresa
y Cuando las pieles riman, de Eduardo Mosches

Para celebrar noviembre fui a ver Scott Pilgrim 

Y recibí dos recados: me escribió Santiago Álvarez Tostado, creador de La Tere y El Shin, además del escritor Oscar de la Borbolla, a quien admiro desde que leí sus cuentos. 

En diciembre participé en mi primera junta creativa... y creo que fue un gran cierre: me hizo recordar a la chica que decidió trabajar en un banco. 

Finalmente no somos lo que hacemos. Somos lo que hay. 

Feliz año 2011. 

D. 

Trabajar no es una meta

Mi horóscopo dice que el año que viene trabajaré mucho.

Eso no me alienta.

La verdad es que trabajar no es una meta. Es sólo una parte del camino que te lleva a la meta. Es sólo la transformación de una energía en otra.

Pero trabajar no puede ser una meta.

Y este año trabajé mucho, sin meta específica. Sólo por trabajar, sólo porque el trabajo engrandece al hombre.

Pero el año que viene quiero ver tierra y dejar de remar.

Y esa es mi meta. Disfrutar del viaje.No perder de vista la playa, preocupada por el siguiente golpe de remo.

D.

Tlalmanalco: el canto del barro

Me gané un viaje en la catafixia familiar. Así que el domingo pasado emprendimos el viaje a Tlalmanalco, una población del Estado de México que está después de Chalco.

Tlalmanalco es la población más grande cerca del Bosque de San Rafael, una zona boscosa donde ya tuve ocasión de acampar este año.

Aunque el campismo tiene su encanto, los pobladores de la zona me informaron que cada vez es más peligroso ir por allí, pues las condiciones de seguridad no son buenas: atracos a los campistas han aumentado debido a la pobreza que se vive en la región. 

Recorrimos un sendero junto a un riachuelo, que llenó a mis padres de esperanza y les recordó sus primeros viajes.

Luego regresamos a comer a Tlalmanalco, donde además de comernos unos tlacoyos de masa azul visitamos el tranquilo museo regional: una colección de figurillas de barro y hallazgos arqueológicos que narran la historia de la zona.

El museo es pequeño y se recorre en 20 minutos, muy holgadamente. Se encuentra dentro de la casa de cultura, en el centro de Tlalmanalco, frente a un kiosco de la plaza central.

Alrededor de este Kiosco se adivinan las casas de las familias principales y, enfrente, está el clásico parque donde se llevan a cabo las convivencias cívicas. 

Tlalmanalco es uno de esos pueblos de los que sales con las mejillas frías y el corazón tibio, si te dejas seducir por el canto del barro y el olor a pino.

D.

Inocente palomita

Debajo de la ropa llevaba el negligé blanco con el encaje que subía hasta justo arriba del hueso de la cadera. Su complemento, un finisimo cuadrado de tela transparente, apenas se fijaba a la piel con dos elásticos que se curvaban de manera sugerente por encima de las nalgas.

Arriba de esto había unos pantalones de mezclilla, tan normales, que nadie pensaría que ocultaban un negligué.

Y todo eso fue planeado para el amable lector de este blog, que pasó de escribirme a enviarme mensajes cortos al celular y luego, a llamarme a altas horas de la noche...

No supe cuando, cómo o por qué, pero pronto le estaba yo contando mis penas más grandes, mis decepciones y mis anhelos. Esos sueños que suele uno guardar como confesiones para el lecho de muerte o como papeles de colores en un baúl, junto a la naftalina...

Las palabras se volvieron caricias y las caricias besos...Y los besos se transportaron por todas las vías que hubo: por el teléfono, por el celular, por correos largos, largos...

En poemas en el blog que no llevaban su nombre.

La web cam nos superó y era necesario vernos, pero ¿cómo, cuándo, dónde?

Y quedamos de vernos hoy, 28 de diciembre.

"Llevaré pantalones de mezclilla y una chamarra café, de gamuza"- le dije, previendo el frío del invierno de la capital.

No le dije nada del negligué, pero mientras me arreglaba, pensaba en las entradas suspiradas en su honor, en las veces en que me llevé el dedo a la boca, como queriendo contener los besos que le debía, en la manera en que deseaba, más que nada, sentirlo bajo mi piel.

Al mirarme al espejo, traté de reconocer esa que él había visto, esa a quien quería ver. Esa chica frágil y deliciosa a un tiempo, que le llamaba por teléfono y endulzaba su noches con tibieza.

En cambio me vi a mi misma, tan imperfecta y dispar como siempre. La cicatriz donde mismo, el lunar asimétrico, la risa nerviosa y el silencio que me gana: pues no todo mi universo está hecho de letras, también hay infinitos abismos de melancolía oscura y pastosa en donde yo no ahondo.

Me quité los zapatos y me metí vestida a la cama... Decidí no ir a la cita. Quizá él pensaría que todo fue una broma del 28 de diciembre y me perdonara un día.

Un día.

Cualquier día.

D.

P. D. No se dejen engañar.

Tron Legacy: para ver en la mañana de Navidad

Antes de lanzarnos al recalentado en la otra esquina de la ciudad (yo disfruto más los recalentados, la comida sabe mejor, el ambiente es menos tenso y te vas con itacate) nos fuimos al cine.

La decisión fue muy acertada, porque vimos en una sala casi vacía Tron Legacy.

Y digo que estuvo bien porque pude comentar con mis padres momentos entrañables en cada secuencia que nos recordaba al antiguo Tron.

A mi nadie me saca de la mente la idea de que hay muchas referencias a Star Wars...

Como entretenimiento dominical está bien, me parece un ejercicio de cierre muy adecuado. Con que no terminen por sacar toooda una franquicia del tema, me daré por bien servida.

Disfruten la música de la película y los efectos. Son geniales. Tres estrellitas y palomita de oro, por entretenida.



D.

Toy Story 3: el fin de la infancia

Debo ser como la peor persona ever por olvidar Toy Story 3 en mi recuento de películas anuales.

La verdad si vi esta película y tuve la clásica reacción emotiva hacia el final de la película, cuando todo parecía perdido...

Lo cierto es que Toy Story me hace pensar en mi infancia y, ahora que paso Navidad como cualquier otra cena, creo que vale la pena recordar esta película, con una mención especial.

Creo que Navidad es una de esas ocasiones en que puede uno recordar que la verdadera familia no siempre son personas como tú... pero por eso los quieres.

D.

Mis 10 lugares favoritos del 2010

Continuando en la línea de los recuentos, creo que es importante destacar que este año fue muy significativo respecto a conocer nuevos lugares y reconciliarme con otros...

La verdad creo que en romper prejuicios nunca ha tenido un año tan bueno.

Así que sin más, sin orden específico de preferencias les presento mis lugares favoritos del 2010

a) La plaza de Toros México: La veía por afuera y la curiosidad me ganaba... Y al entrar la cerveza de 10 pesos ganó mi corazón. Un lugar entrañable, lleno de carteles que te invitan a viajar al pasado. La primera vez que fui estaba allí Juan Ramón de la Fuente y se cortaron tres orejas. Luego se te mete en la sangre.

b) El museo de Bellas Artes - La exposición de René Magritte: Ya he ido a Bellas Artes muchas veces, pero no hay nada como ir a una exposición que te robe el alma. Así fue para mi ver la obra de René Magritte en Bellas Artes: me hizo redimensionar por completo el Palacio. Larga vida.

c) La mezcalería "Al Andar" en Regina: En mis correrías y desvíos este lugar se hizo mi central de operaciones para platicar y beber. Situado en estratégica zona para ver pasar gente extraña, Al Andar se ganó mi corazón.

d) Pulquería La risa: En la segunda privada de Mesones esquina con la calle Mesones llegué a la risa un día que tenía mucha hambre y me pusieron de botana un plato de arroz con frijoles que me supo a pura gloria. También me sedujo lo pintoresco de la clientela. Tenía muchos años sin probar pulque.

e) La peña del Son: Ubicado en Gallo Rojo casi esquina con la cuarta avenida, los aventurados que se arriesgan a ir en busca del Son Cubano, encuentran este local atendido con buena mano y mejor ánimo. La rumba no para y sigue siendo cultura.

f) El rincón del tejedor, en la cafelibrería El Péndulo: Fui llevada allí no por el tinto, ni por la botana, sino para escuchar cantar a mis amigos y a los amigos de mis amigos. Me dejé mecer en sus sillas de cuero y arropar en la noche.

g) Collage - Bar Karaoke: Estratégicamente situado en la Zona Rosa, cuando llegué al Collage saludé a todos porque no conocía a la anfitriona... luego me informaron que mi fiesta estaba escaleras arriba. Pero creo que es normal en un Karaoke que deje uno afuera las inhibiciones.

h) Cantina Dos Naciones: Si la rumba es cultura, eso nunca fue más cierto que en el Dos Naciones. Aún bailan mujeres al ritmo de las notas del piso de arriba y abajo nos atascamos de botana que se paga sola a la tercera cerveza. Allí el tiempo parece detenido y sólo queda la platica de dos que conversan. Bolívar, a unas cuadras del metro Allende.

i) Starbucks de WTC - Félix Cuévas: Nunca en mi vida había ido tanto al Starbucks. La verdad no estuvo planeado, pero una de mis mejores amigas lo declaró centro de operaciones para desfacer entuertos y recordar la infancia... Allí, frente a un café que nunca supe si era largo, grande, alto, ancho o que diablos, nos reímos y realizamos nuevos planes para conquistar el mundo.

j) Las escaleras: Sentada en el bordo de una ventana o con los pies colgando, podrían encontrarme echa un ovillo en las escaleras. Una cerveza muy grande para mi cuerpo, a decir de la bioquímica, sería pretexto suficiente para prolongar la tarde y convertirla en noche. En la Calle de Donceles, domicilio conocido.

D.

2010 y sus nubes negras

Como me van a ver predicando que 2010 fue un muy buen año, y hoy es miércoles, quisiera anunciarles lo más trágico del 2010... que no les digan, que no les cuenten.

Enero

Me robaron mi cartera y eso cambió en mucho mi percepción de las cosas, me volví más precavida este año.

Una señora me atacó en un Starbucks con un paraguas, porque pensó que me iba a meter en la fila

Febrero

Pasé un 14 de febrero más de mi lista de 14 de febreros sin novio...

Abril

Fui al concierto Vinagre y Rosas y me pareció muy triste ver al Sabina tan apagado

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En septiembre cambiaron de horario el Toque mañanero... que tuvo como ventaja que conocí Reactor 105.7

En Diciembre se me perdió mi gato, Corso...

Este año murieron importantes escritores:

José Saramago

Carlos Monsivais

German Dehesa

Y ya...

Como pueden ver, para mi no pasaron tantas cosas trágicas.

D. 

3 primeras veces

Este año fue emocionante por muchas cosas, pero quizá lo más importante es vencer los miedos que uno tiene y enfrentar la vida como viene...

Así que sobre todas las maravillas que vi, las personas que conocí y lo que he aprendido, quiero agradecer por 3 cosas que hice.

a) Fui por primera vez a la plaza de toros: esta era una deuda desde la universidad, cuando uno de nuestros profesores nos dejó la misión de ir, pero la evadí y escogí otro sitio para hacer mi crónica...

Pensaba que la fiesta brava podía ser muy violenta y me daba algo de miedo quedar desmayada, para horrir de mi acompañante.

No voy a negar el miedo y la adrenalina que había en mí aquel día, pero realmente ha sido una de las experiencias más intensas e interesantes que he tenido: la gente, la música, la comida al aire libre, el sol...

Tengo muchos amigos que están totalmente en contra de las corridas de toros y la fiesta brava, pero sigo pensando en lo que dijo alguna vez la heredera de la hacienda Atlanga, dedicada a la ganadería: estos toros se crían especialmente para lucirse en un ruedo.

b) Me tomé mi primer Cosmopolitan: por cierto que eso no fue en una ocasión social... o si lo fue, pero cuando lo pedí estaba sola y me sentí muy bien con esa mini declaración de independencia de color rosa, que los propios locutores del El fin del mundo llamaron un "acto iniciatico". Realmente lo fue.

c) Fui a un Karaoke (y no sólo fui, canté dos rolas): en eso de aprender a burlarse de uno mismo, tomarse menos en serio y ser realmente yo, aprendí que puedo cantar frente a un montón de desconocidos y hasta bailar... Si yo quiero.

Este año no salí del país, ni recorrí el mundo, ni nada así. Mis logros fueron los que conseguí conquistandome a mi misma y eso me parece digno de celebrar, gozar y recordar.

D.

Mis 10 películas favoritas del 2010

Estas son las 10 películas que más me gustaron de este 2010. Debo decir que las elegí tras revisar las reseñas que hice este año, así que no quiere decir que hayan sido filmadas o estrenadas este año: simplemente las vi hasta el 2010 y por tanto merecen estar en este recuento.

También quiero otorgar, por razones personales, que poco o nada tienen que ver con la calidad fílmica, una Mención especial

Ávatar: Es una película del año pasado, la verdad no me gustó tanto, pero fue la primera película que vi en 2010, justo el 1 de enero y ahora que la volví a ver en diciembre en 3D, y luego en vídeo, encontré algunos detalles entretenidos... además de que de manera indeleble han quedado en mi memoria.

10. El secreto de la última luna: Debo confesar que de verdad me gustó esta película, con todo y sus enrevesados vestuarios... un cuento de hadas muy entretenido, además de que no puedo dejar fuera los representantes del género fantástico, que tanto me gusta.

9. Las crónicas de Narnia: La travesía del viajero del alba: La que considero la mejor película de la saga, hasta la fecha, además de el detalle del dragón, que tanto me gusta cono animal mitológico. Muy bien realizada.

8. Los Abrazos rotos: Ya en un tema más serio, cuando leí la reseña del señor Echenique sobre esta película me quedé con ganas de verla. Y para mi cerró un ciclo que estaba abierto, porque las historias hay que terminarlas, aunque sea a ciegas. Una obra maestra de esas a las que Almodovar nos tiene acostumbrados.

7. Harry Potter y las Reliquias de la muerte. 1ra parte: Lo peor de ver esta película fue que ahora nos quedaremos esperando mucho del gran final... y para todos los que hemos seguido la saga será un momento muy triste. En realidad creo que el momento cumbre de la obra se lo lleva Dobby, más que los actores. ¿Triste o genial? Algo así le pasó a Smegol en El señor de los anillos.

6. Hurt Locker: La película ganadora del Oscar de este año y un ejercicio de reflexión imperdible. Muy recomendable si no la han visto.

5. Inception: Una interesante reflexión sobre la importancia de los sueños, que seguramente será nominada a Oscar del año que viene. ¿Lo más destacado? Posiblemente que Leonardo DiCaprio se consolida cada vez más como actor de carácter.

4. Scott Pilgrim vs. The World: Una película muy divertida, que será la delicia de los gamers y es un acontecimiento para la cultura pop. Se trata de toda una lógica de entender el mundo desde los ojos de una nueva generación de adultos jóvenes.

3. El secreto de sus ojos: Un emocionante thriller argentino que además tiene encerrada una historia de amor; me hizo reír, llorar y me conmovió mucho la actuación del personaje principal, que además es un descubrimiento para mí. Realmente de lo mejor del año.

2. 500 días con ella: Imposible no mencionar esta cinta, que posiblemente haya llegado el año pasado a México, pero yo la pude ver hasta este año, con caja de pañuelos en mano y llorando en cada segundo... Si, me tocó el corazón. Y me di cuenta de que escribir en una Agencia de Publicidad y escribir Tarjetas de Felicitación son tareas muy parecidas.

1. Un profeta: Por muchas cosas la mejor cinta del año. Tiene una sensibilidad magnífica, cuenta una historia desde una perspectiva única y cada uno de sus diálogos, silencios y encuadres tiene un significado poderoso. Si no la han visto, deben de buscarla. Definitivamente es imprescindible.

D.

Narnia: la travesía del viajero del Alba

Conocí las Crónicas de Narnia porque uno de mis tíos repartió los siete libros entre las familias, en una Navidad...

Así que me pareció muy adecuado el estreno de esta película en fechas navideñas: para mi están ligadas de manera inequívoca.

Sin embargo, la primera película de Las Crónicas de Narnia, "El León, la bruja y el ropero", se me hizo lenta en su ritmo y bastante aburrida...

La saga mejoró un poco con "El principe Caspian" (además ayuda tener tantos guapos en pantalla) y alcanza su mejor momento en esta nueva entrega "La travesía del viajero del Alba".

Respecto a la metáfora cristiana y evangelizadora que se distingue en la intención original de C. S. Lewis, debo decir que se pierde mucho del original en la película, aunque para mayor referencia a ello me pareció bastante acertada la explicación que tienen en Wikipedia (Cuidado, hay Spoiler incluído).

Una cinta de aventuras, con bonitas coreografías de batallas y mucho de nostalgia para aquellas personas que amamos a los piratas y las exploraciones en tierras remotas, aunque nos mareamos en la bañera.

Tres estrellitas y media... Bueno, cuatro, porque es temporada navideña y estoy de buenas.

D.

Graffitero suicida

"Si te encuentro grafiteando no respondo por tu vida"

Parecía un reto, una amenaza, un rito de iniciación pintar esa barda amarilla.

Al menos así lo vió Andrés, que tenía algo de suicida.

Cuando te prohiben algo, es cuando más ganas tienes de hacerlo...

D.

Con enterrar una vez el pasado, basta

Como vienen tiempos de hacer recuentos, creo que haré una limpieza extensiva en mis contactos...

Hay gente que ya no necesito en mi vida, ni ellos en la suya.

Y con enterrar una vez el pasado, basta.

Si no, luego se convierten en zombies y regresan a comerte el seso.

D.

La Tacha de Huerta

Con Cariño
 para Jacinta Melquíades

La tacha era redonda y amarilla. Efraín nunca supo como había llegado a sus manos. ¿El amigo de un amigo? ¿El primo de un vecino? ¿La mesera buena onda?

La tacha era tentadora y todos a los que les preguntó, le explicaron: “esa cosa te hace sentir feliz, te sentirás a toda madre, al rato vas a andar besuqueando a quien se deje”.

Salió del Rave que se había organizado en Ecatepec, hasta casa de la chingada, con mucho frío. Ya le habían advertido que estaba en un lote baldío, donde a lo mucho había dos o tres familias, pegadas a un cerro donde tardaban años en pasar los peseros, aún de día.

Se fue caminando por el bordo de la banqueta, sin mucha esperanza de que pasara un taxi, ni tampoco suficiente dinero para pagarle…

Esta hasta la madre, pero no tan mal, después de todo cuando de verdad estás hasta la madre ni sientes ni frío… pero allí si se sentía un frío de la chingada. Eso quería decir que no estaba tan mal, ¿no?

Además distinguía perfecto las luces del tren que corría paralelo a la calle, el pitido distintivo de esos vagones de carga, como los que pintan en las películas…

La tacha seguía en su bolsillo y se le antojaba probarla, pero ya no había nadie a quien expresarle su felicidad. ¿Y así para qué?

De todas formas era un cobarde. Lo sabía y se sentía morir. Debió de meterse la tacha cuando Areli lo estaba viendo, así al menos sabría que tenía huevos, pero de camino a casa, sólo tenía conciencia de que su tía lo iba a poner finto si no llegaba a casa… Igual y se tenía que colar por la ventana.

Desde la muerta de su padre, Antonio Huerta, Efraín vagaba por el mundo, haciéndola de pintor o de yesero, según iba saliendo. También le sabía un poco a la hojalatería. Sacaba golpes y jugaba baraja. No más para ir tirando. A veces sacaba más dinero de jugar a la baraja que de las chambas. Así de mal estaban las cosas.

Lo suyo, lo suyo, era la música… pero para una consola aún no juntaba. Y eso de ser DJ era un sueño tan lejano, que a veces sentía que se le iba completamente de las manos.

El primo de Areli lo había invitado al Rave. Y bien mirado, igual y fue él quien le puso la tacha en la mesa. La verdad no se acordaba…

En la fiesta, mientras Efraín bailaba, sus pensamientos iban y venían, pero ninguno permanecía… Por eso le gustaba ir a los Raves, tenía la mente ocupada y la esperanza de que todas las preocupaciones se fueran en un último brinco, en una última bocanada de aire, mientras todos se fundían en ese baile demencial.

Pero ya solo, con estremecimientos que no sabía si atribuir al mezcal o al frío, la imagen de Areli besándose con otro, sólo le recordaban las ganas que tenía de tirarse a las vías del tren. De todas formas no perdía nada.

Sus amigos, el Tuercas y el Cocodrilo, se habían ofrecido a acompañarlo, pero habían ligado a unas morritas de por el rumbo, así que él les dijo que no, muy digno, les explicó que iba a llamar al Fercho para que le diera un raid a casa y ellos le creyeron.

Aunque igual, seguro el Fercho andaba en otra peda. Seguro podía pedirle el favor. Pero esta vez sólo quería caminar, a ver que tan lejos llegaba…

A ver que tan lejos llegaba… A veces su tía le decía que nunca iría a ninguna parte, que eso de la música era una pérdida de tiempo. Sobre todo cuando practicaba con su guitarra hasta las tres o cuatro de la mañana, empeñado en sacar cada vez acordes más difíciles y requintos más inusitados. Algún día tendría una banda. O sería productor. Haría las remezclas más chingonas. Todos querrían estar con él. Todos. Y las viejas. Es más, hasta Areli. Todas, todas….

La tacha seguía en la bolsa delantera de su camisa a cuadros y el frío lo invitaba a ponerse un pasón, a ser una mejor y más feliz persona, pero él quería fundirse en esa tristeza de las fábricas que nunca paraban su llanto que lloraba niebla. A veces le gustaba fundirse también en la tristeza, ese manto que no terminaba nunca, nunca y se extendía por toda la ciudad.

Al llegar la avenida, vio que la luz del amanecer ya se iba asomando por el cerro del oriente. Tomó la tacha en la mano y aplastó con el pie, hasta que sus dulces promesas de felicidad instantánea se desvanecieron: su amor no tenía salvación, ni muerte, ni siquiera agonía.

Se fue caminando por la Avenida, seguro de que alguien, en algún lugar, también caminaba hacia él.

D. 

Elogio a la sombra

Hace poco escuché una reseña sobre un libro de un escritor oriental quien recientemente escribió un ensayo publicado bajo el sello de Siruela en donde toca el tema de la sombra.

Frecuentemente en la pintura elogia la belleza de la luz, la difracción de esta con exactas pinceladas... pero no podríamos reconocer la belleza de la luz si no supiéramos de la sombra.

En estos días de invierno, más que nada, es cuando recordamos que la naturaleza del hombre parece vivir en la sombra: desde el misterio que encierra para todos la noche, con sus peligros y la falta de certeza de sobrevivir, la eterna duda de si llegará algún día la luz de nuevo...

Y es que en la sombra ocurren las cosas que más tienen que ver con el arraigo humano a la tierra: el deseo, la muerte, la violencia, la putrefacción a la sombra...

Los presos que se quedan a la sombra y los que buscamos en la sombra un espacio para la locura, la concupiscencia, la melancolía.

En la sombra germinan mejor los hongos y se esconden los alacranes, buscando en su sino deseo y muerte.

En la sombra está la basura, la mierda, el temor, el odio... pero también, crece enredado en el sexo, el sudor, la saliva, el semen...

En la sombra surgen los besos y se esconden las caricias. También allí está todo lo que nos da miedo y nos excita. Allí está nuestro cerebro reptileano, distinguiendo apenas los matices del gris, donde los colores no nos abruman de citas

Todos tenemos miedo y farfullamos y nos arrastramos malheridos cuando nos lastiman... Y a todos nos hace falta un abrazo, que nos sumerja en las sombras de lo que eramos, al principio, un montón de deseo estremeciéndonos en el caldo primigenio de las sombras.

D.

Una historia de gatos

Me gustan los gatos. Son peludos. E independientes. Me gusta como mueven sus colas y sus aires de superioridad.

Y tengo uno, gracias al señor Ladahir, que me lo regaló cuando mi gato anterior falleció.

Pero mi gato no ha regresado a dormir y tengo la preocupación de que quizá no vuelva.

Con todo, los gatos son animales de hábitos.

He estado leyendo Kafka en la orilla, donde el protagonista se comunica con los gatos y, para aprovechar su don, se dedica a buscar gatos perdidos.

Mientras leo, no puedo hacer más que deprimirme y sentirme terriblemente preocupada, porque como ama de mi gato soy una persona algo lejana...

Lo dejaba ser y entendía su naturaleza gatuna de explorar por las azoteas.

Y ahora el desconcierto...

La verdad no sé que pensar. Sólo estoy triste.

D.

P. D. Miau

Lluvia de colores

Entre mis sueños guajiros nunca estuvo dedicarme a la publicidad.

Y ayer, por primera vez en la vida, estaba yo allí, en una de esas juntas para idear conceptos publicitarios.

Lo que me pareció curioso es la manera en que pensamos... y como los adjetivos suelen aflorar como hongos debajo de las piedras, en lugares oscuros de nuestra mente, cuando no lo pensabamos...

También fue un ejercicio interesante de pensamiento convergente: a través de multiples vivencias y experiencias un mismo grupo llega a conceptos parecidos.

Los creativos son una especie rarisima: a mi me parece de lo más normal sentarme frente al desafío de la hoja en blanco, pero al parecer los colores son los que rigen la vida de las lluvias creativas de ideas.

Mientras las paredes de la sala de juntas se llenaban de post its con conceptos, ideas y adjetivos, yo me dejaba bañar en esa lluvia de colores, convencida de que la vida es lo que pasa mientras uno se empeña en hacer otros planes.

D.

Descarrilamientos

Hoy fui a visitar a un amigo que vive cerca de una vía del tren.

El sitio está vuelto casi un basurero, pero aún se distinguen los rieles.

Me gusta caminar sobre ellos y pensar en esos animales mitológicos, los trenes que te llevaban a lugares extraños, a sitios inimaginables y desconocidos.

Mi primer tren mitológico nació en la maqueta de mi abuelo: ese escenario virtual donde rara vez tenía permitido subir contaba historias de viajes que aún tenía por hacer.

Luego me subí en el Oriente Express y Agatha Christhie me enseñó que un tren puede ser un lugar magnífico para cometer un asesinato...

El primer viaje en tren que recuerdo, lo hice a Zacatecas: la comida del vagón comedor era deliciosa y recuerdo con claridad el sonido del tren mientras pedíamos la cena... era irreal y maravilloso.

Ahora que quedan tan lejos las estaciones y que sólo me asomo a ellas en las películas, recuerdo como en un sueño la estación de trenes de Barcelona, donde tomé un café muy amargo y un cuernito de queso... recuerdo el gran reloj redondo y el sonido del AVE al llegar al andén.

Recuerdo muchas cosas y todas se mezclan, como un millón de locomotoras silbando a un mismo tiempo, elevandose en el aire, hacia el futuro, como en esa mítica película donde el pasado y el presente se mezclan.

Ahora que el país se descarrila y los trenes ya no pueden salvarnos de nosotros mismos; ahora que todos miramos la realidad en la televisión, porque de cerca corta, duele, lacera, lastima y se nos clava en los pies como un clavo de ferrocarril ardiendo, miro los rieles como una ruta para regresar a ese tiempo donde teníamos un destino.

D.

Cualquier encuentro, incluso el más casual, está predestinado

Hoy viajaba en el metrobus (como de costumbre) leyendo a Murakami (lo que será costumbre por un rato, mientras termino Kafka en la orilla) Y escuché la siguiente historia...


- La verdad me daba pena la maestra, sólo fumaba y tomaba café: desde que entraba la podías sentir, por el olor.


- Si, la verdad si inspiraba lástima... ¿Y sabes qué fue lo peor? Cuando contó la historia de cómo pasó la Navidad...


- Si, yo quería echarme a llorar...


- Creo que todos nos quedamos igual cuando dijo: "Pues yo preparé pasta y la pasé con mi hijo, le regalé un desodorante y jugamos con su X-Box"

No sé si sea cierto que cualquier encuentro, incluso el más casual, está predestinado... pero mientras pensaba en esa mujer cocinando pasta, recordé que por la tarde estaba yo maldiciendo un poco los rituales navideños y los preparativos...

A veces las historias engarzan en el momento justo o nos caen como anillo al dedo...

Incluso me pregunto si tú, lector, pasas justo en el momento adecuado, como quien encuentra en la esquina un acto de magia cuando ya empezaba a dejar de creer en los misterios del universo.

D.

Y al final...

¡Si pasó Oscar a saludar!

Increíble.

Seguro estoy siguiendo bien sus instrucciones para destruir la realidad.

Recapacitando, sobre este año que está a un mes de terminarse, me doy cuenta de que la vida nos tiene una sorpresa a la vuelta de la esquina y hay que aprovechar la libertad de ser distinto.

¿Quién dice yo?

D. Publicar entrada

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...