Recuento anual

Me encantan los recuentos anuales. Siempre permiten darse una idea de que hizo uno con el tiempo que le fue otorgado de manera tan generosa por la vida... empecemos por las frivolidades.

Libros

Este año no fue un año particularmente para mi. Leía en los trayectos a distintas partes, pero tampoco viajé tanto como me hubiera gustado. Esto fue lo que leí en el año:

Los juegos del hambre (1ra parte)
En llamas (2a parte)
El péndulo de Foucault
Juan Carvajal, poesía completa
Palmeras de la Brisa rápida
Tokio Blues
El caso Arbogast
Instrucciones para salvar al mundo
Mandrake, la Biblia y el bastón
El vampiro de la colonia Roma
Sinsajo (3ra parte)

Además de estos libros, leí un libro de Investigación de Mercados y textos académicos... pero no los cuento acá, por obvias razones. :)

Películas

Entré con mal pie al año, sin haber visto ninguna de las nominadas al Oscar y con la cineteca cerrada mi asistencia al cine bajó drásticamente.

Tampoco vi estrenos en la televisión, así que fue un año muy flojo en películas.

Ladrón de bicicletas
Tenemos que hablar de Kevin
Las invención de Hugo Crabret
Los Juegos del hambre
Hombres de Negro 3
El santos Vs. La Tetona Mendoza

Viajes

En realidad sólo hice un viaje de trabajo, a Guadalajara, en el mes de mayo; un viaje a Hidalgo, para ver la elaboración de barbacoa de hoyo en septiembre y un viaje rápido con mis padres a Tlaxcala.

Propósitos

Acá van mis ridículas justificaciones al porque no complí con mis propósitos del año pasado

1. Emprender mi gira latinoamericana, para poder conocer algunos países que me están guiñando el ojo desde hace años.

En realidad estuve trabajando mucho, no tuve "vaaciones" en el sentido estricto de la palabra y creo que me podré ir de vacaciones con mejor presupuesto.

2. Ejercer el difícil arte de decir que "No" más seguido.

En este propósito si me pondré palomita. Evité varias situaciones complicadas gracias a mis prácticas de "Just say no"

3. Recordar la necesidad de cuidar más de mi salud y mi presentación.

Palomita: Fui al dentista, al optometrista, a la estética cada dos meses por un corte de cabello, al médico (varias veces, en mayo, que mi salud estuvo en la cuerda) y compré un par de bonitas aportaciones al guardarropas. 

4. Tomar en serio mi cambio de domicilio. Es tiempo.

En el año surgió una oportunidad de mudarme y la dejé pasar. En noviembre me arrepentí mucho, porque hubiera evitado varios encuentros desafortunados. Este no fue el mejor año para vivir en esta colonia, tampoco. Pero con un trabajo en casa, descubrí que estoy en una buena ubicación, pese a todo. 

5. Practicar en el teclado, para poder tocar aunque sea "Noche de Paz" en la próxima navidad.

Cero, creo que saqué una vez en el año el teclado. 

6. Ingresar a la maestría que he dejado pendiente.

Ingresé a un diplomado en Mercadotecnia y regresé a hacer tareas. Creo que es una buena forma de acercarme a mi meta, aunque también sé que no es exactamente lo que tenía en mente. 

Hechos relevantes

Este año hice mi primer viaje de trabajo.

A principios de año estuve muy en contacto con la música: en varios conciertos y eventos musicales.

Alcancé mi peso ideal (por allá de mayo) y lo perdí (culpo a mi inactividad en noviembre y a los múltiples eventos de diciembre)

Regresar a la escuela... ¡es lo máximo! Había tardado demasiado en hacerlo.

Terminé de decorar mi oficina, es un espacio genial. Amo el Home office.

Fui a más de 20 eventos entre Congresos, seminarios, talleres. Fue un gran año para aprender.

Hice las pases con el 2008, que había sido nombrado el peor año de mi vida. Mi reconciliación con esa etapa fue completa, la sentí esta mañana: completa paz.

Así que al final tengo mucho que agradecerle a 2012.

Me siento renovada, feliz y con muchas cosas que hacer en 2013.

D.


Historia de un café con leche

El café negro estaba nuevecito, recién hecho. Descansaba en el fondo de una tetera y se sentía excelente. Estaba en su mejor temperatura, se sabía amargo, fuerte, robusto y pensaba que nada en su vida podía ser mejor... Entonces, una mesera impertinente lo movió de su sitio. Agitó la cafetera...

¡Y allí va a parar el café al fondo de una taza blanca! Aún así, el café era orgulloso y se sentía bien... aunque sabía que se enfriaría un poquito... Pero de repente, cuando menos lo esperab... ¡Bam! Un chorro de leche fría. Eso hizo más humilde al café... Y luego me lo tomé.

Estaba realmente delicioso y me alegré de habermelo tomado con leche. Sólo era muy fuerte, pero suavizarlo un poco lo hizo mucho más  agradable.

A veces así siento mis días laborales: son como un café revitalizante, rico, me hace sentir bien, fuerte... Pero mis amigos y mi vida social son como ese chorrito de leche que necesito, que suaviza las cosas, que me hace aterrizar, poner los pies en el suelo, le da dulzor a mi existencia y aunque muchos dirían que con el café podría vivir, despertar, estar muy bien... sé que cuando veo a mis amigos todo cambia y vuelvo a ser más tibiecita, suavecita y dulce.

D.

Recuerdos del pasado


-¿Qué piensas de lo que pasó el sábado primero?- me preguntó mi abuelo esta tarde.

- Se me hizo muy sospechoso... ¿Y tú que piensas?

- Me recordó demasiado a "El Halconazo"- dijo, muy serio, haciendo referencia a los hechos ocurridos en la Ciudad de México el 10 de junio de 1971, cuando una manifestación estudiantil fue reprimida de manera violenta por un grupo paramilitar del estado conocida como "Los Halcones". En ese entonces, el presidente en turno, Luis Echeverría, se desligó de los hechos: nadie fue presentado ante la justicia. Echeverría ya era tristemente celebre por ser el autor intelectual de la represión del movimiento estudiantil de 1968.

Creo que a muchos nos tomó por sorpresa lo violento del enfrentamiento de este sábado 1 de diciembre. Se esperaban manifestaciones, sí. Consignas, claro. Exigencias y posicionamientos. Pero tuvimos mucho más. Para algunos, de más edad, fue como un dejá vu. Para los más jóvenes, un golpe contra la pared. Para los detenidos, heridos y demás involucrados directamente: una pesadilla muy larga, que para muchos aún no termina.

Durante el día los manifestantes se movilizaron a diversos puntos de la ciudad. (1) http://www.sinembargo.mx/04-12-2012/450051.  Desde temprano, los enfrentamientos en Eduardo Molina alertaron a los manifestantes sobre lo que podía esperarse: las balas de goma y el gas lacromógeno hicieron su aparición. Evidentemente las cosas han cambiado desde 1971 y la presencia de equipos de grabación y fotografía nos permitieron tener más testimonios de ambos lados del enfrentamiento: en San Lázaro hubo piedras, petardos, bombas molotov... pero las cámaras de los medios masivos se han concentrado en repetir una y otra vez las tomas que se grabaron después, en el centro: vidrios, fuego, saqueos.

Incluso hasta el día de hoy, las imágenes que reproducen la televisón son las de los robos a comercios, los escaparates rotos, los reprobables daños a propiedad pública y privada en el centro de la ciudad. Las cifras que se manejan de millones de pesos en pérdidas deben ser justificadas. 69 personas fueron consignadas por estos hechos. ¿Cuántas de ellas son realmente responsables?

La participación de un grupo infiltrado entre los manifestantes, especialmente diseñado para crear el caos, es una constante: la duda persiste, más en la mente de quien ya vio hechos parecidos. Las similitudes con otras etapas de nuestra historia nacional parecen escabrosamente peligrosas y el objetivo no suena descabellado: por medio del miedo y la represión, las manifestaciones perderían fuerza y credibilidad. Para el nuevo régimen sería más sencillo dirigir a un país con miedo que a una población exigente, demandante y consciente.

El clamor de las personas que pedían castigar a los culpables de los saqueos es fuerte y la idea es que sea más fuerte de la voz de los que manifiestan su inconformidad, su necesidad de colocar puntos en la agenda. Pero, pese al descrédito, sigue siendo importante buscar medios para dar a conocer los puntos de vista de quienes disentimos: las cälles no son los únicos espacios para manifestarnos. Y mientras exista la voluntad de dar a conocer una idea, se encontrarán los medios para hacerla llegar a sus destinatarios.

D.

Sinsajo

Terminé la trilogía de "Los juegos del hambre". Estoy algo triste. En realidad creo que esperaba un final distinto para una serie que me mantuvo atrapada durante tantos días. Quería cosas muy distintas para los protagonistas.

Aunque finalmente creo que escribir el tercer libro de una trilogía es difícil. Uno abre líneas argumentales y debe de cerrarlas con cierta elegancia... o al menos cerrarlas.

No puedo contarles mucho de esta nueva entrega (porque todo sería spoiler) pero le pondré tres estrellitas de calificación.

D.

El Santos Vs. La Tetona Mendoza

La primera vez que escuché el nombre de "La jornada" de manera conciente fue en cuarto año de primaria. Estaba enamorada de mi maestro y él era un Oaxaqueño, muy activo en su comunidad, que se preocupaba por luchas sociales, nos invitaba a leer el periódico y confiaba en mí.

Recuerdo perfectamente que, cuando nos tocó el tema de "La entrevista" me envió a entrevistar a un profesor de quinto año, que era periodista...

El caso es que mi profesor de primaria leía la Jornada. Y alguna vez preguntó: - ¿Alguien conoce el suplemento para niños de la jornada?

Yo levanté la mano y él sonrío. Casi siempre era yo quien levantaba la mano. Él hablaba del suplemento de los sábados, pero cuando me preguntó: ¿y cuál es tu parte favorita?, yo dije: El santos!

Y me di cuenta de que mi papá sólo compraba el periódico cuando salían las caricaturas de El santos.

Así que ahora que hicieron la película me propuse estar allí en el primer fin de semana de exhibición.

La Tetona Mendoza, los Zombies de Sahuayo, el Cabo... La experiencia completa desde mi asiento del cine. Disfruté mucho y me reí como niña. Se me antojó un taco de aguacate y viajar por el país escuchando la Rondalla de Saltillo...

Descubrí que tengo un poco de sangre zombie en mis venas y adiviné que el amor eterno duraría 3 semanas.

Vean "El santos vs. la tetona Mendoza" antes de que la quiten del cine para poner especiales Navideños. Es de 4 estrellitas y muchas risas.

D.

El gran círculo

Tenía tiempo de no tener un sueño completo. Esta vez soñé que era una abogada, que tenía una pequeña firma con dos amigos de la generación. Nos caían casos de defensa de animales y cosas que nos hacían muy felices. Pero vivíamos de rapiñar pequeños casos frente a una agencia del Ministerio Público que estaba enfrente de nuestras oficinas.

Un día uno de mis socios consiguió un elegante trabajo corporativo en un bufete muy grande y mi amigo y yo nos sentímos defraudados: Fernando era el mejor litigante de los tres y sus muchos contactos y buenas relaciones nos habían dado un buen lugar frente asociaciones de animales y otras causas nobles. Igual que en la vida real, las relaciones públicas no eran lo mío en el sueño.

Trataba de convencer a Fernando de que no nos dejara del todo y él accedía de mala gana a dejar el nombre en el letrero de la entrada, más como una cortesía gramatical que porque de verdad quisiera seguir salvando al Lobo mexicano de la extinción.

De alguna forma Enrique y yo lograbamos sobrevivir, hasta que un día llegaba Jorge, un ex novio mío, que se asustaba muchísimo de verme de traje.

Jorge formaba parte de una red de ambientalistas mucho más radicales y oscuros. Llegó acompañado de lo que parecía ser su tribu y todos usaban ese tipo de ropa orgánica que parecería deshacerse con la lluvia. Me confrontó por mis anhelos corporativistas y yo le quise hacer entender que, así como las semillas obedecían a su mandato de crecer y extenderse al sol, así mi pequeño negocio de litigancia verde crecía alimentada con abonos un poco más mundanos... como pequeños casos de fianzas para borrachos.

Jorge no parecía del todo contento con mi explicación y me invitó a ir "al círculo".

El círculo era un pequeño juego que él había inventado: se colocaba uno enmedio de un gran círculo trazado en la tierra y argumentaba de manera breve y concisa por qué creía estar en lo correcto. La persona que estaba en tu contra, argumentaba también. Por cada argumento de la otra persona tenías que alejarte del centro del círculo. Por cada argumento tuyo, intentar regresar al centro.

La idea es que en igualdad de circunstancias, sabrías realmente que tan centrada era tu opinión...

No temí, porque evidentemente mi ex novio Jorge era un descerebrado come pasto...

Pero aún así, estando en medio del círculo, miré hacia arriba, el cielo azul y me descubrí: no como el centro del mundo, o siquiera del círculo, sino como algo muy pequeño en medio del gran universo azul.

Y más o menos así terminaba el sueño.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...