Locuras de enero

Tras arrancarle todas las hojitas al calendario de enero, recapacité en que el mes se fue muy rápido por mi dedicación a machacar las horas como quien se ensaña con un tallo de apio y lo deja reducido a un puñito de fibra verde, sin alma.

Así, cada día de este mes estuvo dedicada a mil cosas y al final llegaba a la cama exahusta y convencida de que el día siguiente sería igual.

Hoy, mientras borro y reagendo, mientras coloco papelitos en la bandeja de lo "terminado" y rayo mis propias letras, con un gesto de reapropiación del tiempo, veo que esta locura de agenda continuará todavía durante febrero.

Como no decido si colgarme de una lámpara o seguir escribiendo notas, he decidido venir al blog a hacer ejercicios dactilares. (¿Más?)

Me regalaron un mapita del valle de Silicón. Pero eso es otro cuento. Yo solo quería decir que es muy difícil ser la strong and independent woman que quiero ser. Ya luego me da por no querer ser nada, pero eso no tendría chiste. (Creo)

A veces tengo fantasías en que llevo a un niño al kinder y regreso a ver recetas de sopa de zanahoria con variaciones entre la sopa con jengibre y la sopa con una cucharadita de crema agria.

También pienso en el futuro prometedor de programadora o de literata, o de fotógrafa de plantitas que no concreto por ningún lado, porque esas cosas (oh, tristeza) cuentan como hobby en el panorama actual.

D.


Reflejo

Cariacontecido, así el reflejo de la luna en el agua se escurrió de mis manos. Esa luz se filtró entre mis dedos y volvió a la oscuridad, confundida entre el resto del agua sin reflejos que dormía en la fuente.

No quedaba más que el frío de la noche. Mis nalgas llevaban horas esperando que tu silueta se perfilara en la puerta del bar.

No sabía cuanto tiempo había pasado desde que recibí la llamada de mi amiga Laura, quien me alertó que estabas con otra chica en ameno brindis de año nuevo.

- No parece una amiga, debo decirte... - Soltó Laura, como un disparo, agudo y veraz, que atravesó mi corazón y mi cabeza a un tiempo.

Me envió una ubicación: un bar de Polanco, de esos que nunca frecuentamos, que decía era excesivos en sus precios y minúsculos en sus porciones.

Pero allí estaba la insidiosa foto que Laura había tomado de lado, con esa chica de cabello corto y pelirrojo, cortada como un duende o un hada. Que sé decir yo, que llevo años sin ir a la peluquería.

Su vestido azul, sus joyas doradas y esa sonrisa.

- ¡Claro que es él! - Me dijo anonadada mi amiga - ¿Por quién me tomas? Si hemos cenado ya un par de veces con ustedes. Lo reconocí de inmediato.

Ella no se quedó a cenar. Llevó a su nueva cita a otro bar, temerosa de que escaparas al verla.

Yo tardé menos de media hora en llegar al barecillo, pero no me atreví a entrar. Ni siquiera me animé a echar un vistazo desde la vidriera. Allí estaba, ridícula, afuera, imaginando escenarios posibles, pensando como te echaría en cara que fueras por tragos caros con esa pelirroja.

- Tiene los ojos azules - Soltó Laura, además. AZULES.

Mis dedos estaban fríos. Apenas y había llevado una bufanda y un saco que pesqué del perchero, ese que elegimos juntos cuando nos mudamos a vivir a ese departamentito que tanto nos costaba mantener y tan a gusto nos tenía.

O eso creía yo. Ahora todo era un mal sueño, un reflejo amargo de una realidad alterna, como si de pronto me hubiera percatado de vivir en un mundo bizarro y cada uno de los bordes me hiciera daño.

Por fin saliste. Le acomodaste el abrigo a la chica pelirroja: un coqueto abrigo blanco que contrastaba con su vestido azul marino. Ella te agradeció con un beso en la mejilla. Paró un taxi de la calle y se subió, mientras tu marcabas al teléfono.

Algo en mi bolsillo vibró.

- ¡Hola! - Escuché tu voz del otro lado del teléfono. Cerca. Lejos.
- Hola.
- ¡No creerás lo que pasó! Me encontré a mi ex jefa, ¡Karina! ¿Te acuerdas de ella? Fuimos por un trago. No tardo en llegar.
- Ah! Excelente, debes contarme que tal. Salí a cortarme el cabello, pero vuelvo luego.

Colgué.

Debía conseguir unas tijeras.

D.

Propósitos 2017

Creo que empecé bien el año. Le preparé el desayuno a mi hermana, iré a comer con uno de mis amigos. Ya tengo el regalo del intercambio de mañana listo...

También me metí a bañar y pensé en mis propósitos de año nuevo.

Creo que son bastante pragmáticos y aterrizados. Creo que los alcanzaré.

1. Regresar a mi tan deseado peso ideal, 49 kilos.
2. Sacar mi cédula profesional de maestría.
3. Sacar adelante mis tres proyectos didácticos y mis dos proyectos laborales.
4. Enviar una colaboración semanal a Antes de Eva.
5. Tener una buena participación en el evento literario "No son esos pasos"
6. Debo terminarme todos los productos de belleza, cremas y geles que tengo allí desde hace meses.
7. Quisiera darle mayor rotación a la ropa de mi closet.


Siete en 2017.

Número de la suerte.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...