La resistencia

Más o menos desde que empecé a hacer Home office tengo una cafetera individual.

Me explico: mi papá, consciente de que esas pausas para café derivan en un vaivén imparable de visitas a la cocina, me compró una cafetera Taurus de una sola taza.

Quien sabe que es una cafetera, sabrá que gran parte de su chiste es tener una resistencia que se calienta y sirve para que el agua esté lo suficientemente caliente para extraer lo mejor del café.

Bueno, esta resistencia sirve, en mi caso, sobre todo para ponerme agua para té y café.

De hecho nunca pensaría en mudarme a algún lugar sin mi cafetera.

Este año que mi cafetera ha rolado no a uno, a dos, sino a tres lugares (porque tuve que cambiarme de donde estaba yo muy feliz y muy cómoda) he notado que la cafetera tira mucha agua.

La razón por la que el agua se tira no la sé, pero el 70% del tiempo la cafetera funciona sin problemas, así que he resistido con la resistencia.

Lo cierto es que no siempre es igual de eficiente, así que solo queda achacarle las fallas al paso del tiempo.

Pero yo estoy contenta en mi nuevo hogar y me resisto a volver con mis padres, del todo.

Medio vuelvo, pero medio no vuelvo, porque volver con el alma marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien...

No, no por eso.

Si no por la paz mental que está en el fondo de meter la pata y saber que te harás cargo de ello.

Esa es mi propia resistencia y está bien.

D.

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