¿Está la mercadotecnia (ahora) del lado del feminismo?

Durante mi formación varios de mis profesores de periodismo hacían hincapié en una frase dolorosa, pero muy cierta: "No hay desayuno gratis".

La frase es popular en la teoría económica y se refiere a la imposibilidad de obtener algo a cambio de nada. 

En la práctica siempre hemos visto que muchas tendencias culturales, sobre todo aquellas encaminadas a obtener beneficios materiales, suscriben a diversas manifestaciones sociales; pero estas piezas "creativas" de la publicidad siempre operan con una base estratégica: "es lo que está en onda, la tendencia, el espíritu de los tiempos".

Así, este 2018 y desde hace ya un par de años, vemos cada vez más campañas publicitarias que buscan el "empoderamiento" femenino, como un slogan más (Just Do it) y el género está cada vez más en la palestra de los debates públicos a causa de campañas publicitarias o de comunicación que impulsan el papel de la mujer en distintos ámbitos.

Sin embargo, mientras marcas de desodorantes o de toallas femeninas nos impulsan a "buscar nuestro lugar en el mundo y no quedarnos calladas", otras marcas se solazan en su machismo y algunas más juegan según el lado de la cama del que se levanten: unas veces representando al sistema machista en el que surgieron y prevalecen; otras jugando la carta de la Responsabilidad Social y la inclusión para ganar reconocimientos y distinciones.

Perpetuar estereotipos parece el camino más sencillo; pero resaltar que la sociedad está cambiando también resulta lucrativo. Un ejemplo de ello es el caso de Cloralex "For men", productos de limpieza "Exclusivo para hombres" , en el que se invitaba a realizar la limpieza con productos "igual a los de siempre", solo en busca de mayor inclusión de los hombres en labores de cuidado del hogar.


Mientras que a modo de broma y crítica el 8 de noviembre se dieron "Antipremios" a la publicidad por perpetuar estereotipos sexistas en "La noche de las Publivoras", muchas de estas campañas abiertamente misóginas o simplemente claramente patriarcales celebraron su éxito y se congratularon de un nuevo año de penetración de mercado y alcance de sus mensajes.

Es el caso de la campaña "Hay que ver más Bax", que se muestra de los hombres "débiles" o "afeminados" y lo ha hecho por muchos años: mientras en el discurso se celebran las campañas inclusivas, en la práctica los que perpetúan estereotipos machistas siguen llevándose las palmas y el recuerdo de la audiencia.

Las campañas suelen abanderar causas "afines" a su producto, sin embargo en algunos proyectos se trasluce una simple conveniencia de entrar en sincronía con temas de la agenda pública, sin una auténtica vongruencia entre la misión de la marca y la campaña "pro equidad de género". 

De allí la necesidad de examinar las piezas de comunicación de las marcas con una visión siempre crítica, que obedezca no solo al "timing" con el que se lanza una campaña para estar acorde a la agenda, si no también pensando en el historial y la pertinencia del mensaje.

Así que la invitación es a que, cada vez que nos presenten una campaña como la siguiente "pieza empoderadora del talento femenino" se revise realmente el historial y el trasfondo de esta comunicación. 

Propòsitos 2019

Bromeaba en Twitter que este año "Me propondré poner los signos de apertura y cierre de las oraciones de interrogación y exclamación. Y lo que surja".

Pero sí es un poco así.

Antes hacía doce propósitos (o no sé si doce, pero sí recuerdo que eran muchos), para llegar al final del año con un montón de sorpresas y cosas salidas de quien sabe dónde.

Creo que vivir sin expectativas es también un gran reto: parece que siempre estamos esperando algo.

Yo no quiero ser un barquito a la deriva en este mar de historias, pero sí me da la impresión de que las lìneas de quien es uno cada vez son más difusas: como si todo lo que hubieras aprendido y memorizado fuera menos válido hoy en día: las fronteras de los países han cambiando, ¿por qué no cambiar también las metas?

Eso pensaba yo en estas vacaciones (aún no escribo de mis vacaciones, porque las sigo rumiando).

Pero para ser más breve, diré que este año trataré de hacer cosas pequeñitas (como lo de los signos de interrogación y admiración), que se puedan ir notando a lo lejos, cuando ya mire atrás.

Veamos:

1. Regresar a mis buenos hábitos de manejo del dinero: Mire usted, señor juez, yo soy una persona muy organizada y mi roomie anterior siempre me alababa la constancia de guardar mis datos. Pero este año fue un desgarriate entre que cambié las categorías de las cosas en las que gastaba, me cambiaron las prioridades, tuve que comprar muebles... ¡Muebles! Y allí es dónde le pregunto: ¿qué hubiera hecho usted, señor juez?

Pues lo que yo hice fue ser más laxa en el control de mis finanzas y ahora no encuentro el cuaderno donde anoté los primeros cuatro meses del año. (Si lo tengo por allí, me canso ganso, pero no lo encuentro)

Entonces aún no hago mi recuento anual de gastos, pero yo creo que el presupuesto de este año tendrá que ser diferente. Estoy pensando en un nuevo método para llevar mis cuentas, mi presupuesto y mi ahorro. Es un proyecto en construcción.

2. Tomar más agua: a la fecha se me hace difícil atender lo de los dos litros (además mi lógica es que un hobbit como yo no necesita tanta agua) pero sí me gustaría tomar más, porque hay muchos problemas de salud relacionados con el poco consumo de agua, sin añadir el aspecto estético, que también me parece importante. (¿Piel seca? Horror). Al menos debería tomarme un vaso al despertar, otro al acostarme y uno más en la comida. Tener un termo durante el día en la oficina y ver que me lo acabe. Con eso llegaría a cerca de litro y medio.

3. Yoga: La verdad me encanta hacer yoga, pero entre unas y otras el año pasado casi no hice nada y hoy soy una bonita masa de Play Do totalmente suavecita y amorfa. Me traeré el tapete cuanto antes para no tener más pretextos.

4. Vacaciones: Si algo aprendí de estas vacaciones es que, a veces, no hacer nada, es una forma de curarse y crear. El año antepasado viajé a Guanajuato, pero no fue por vacaciones, así que llevaba mucho sin salir de la ciudad solo por ocio. Tengo una invitación en Mendoza, amigos que ver en Guadalajara y en París, un pasaporte y un montón de ganas de estrenar mi visa nueva. ¿Querría pedir ya mis vacaciones? La verdad aún no decido los días, pero sí creo que salir de vacaciones podría darme una buena perspectiva.

5. Cursos y más cursos: El año pasado compré una nueva suscripción de Platzi porque me asombra la cantidad de cosas que podría estar aprendiendo: el año pasado me dije que haría varios cursos y los fui dejando para "luego", "nunca", porque esto de cuidar de mí requiere bastante más atención de la que pensaba..

6. Redes sociales profesionales. La verdad no tengo un plan. Me gustaría que le fuera bien al medio en el que trabajo, pero me parece horrible y alienante la cultura de despersonalizarse y "ser" el medio. Me gustaría, eso sí, darle más proyección a algunas de las cosas que hacemos, que se note más que hemos trabajado mucho y lo hacemos bien. Darle crédito a quien lo merece. Que se luzca lo que nos cuesta. Voy a usar más @MayraEscribe y mi LinkedIn. Si gustan pasar por allá, estaré contando cosas de la chamba o quien sabe, quizá haré videos, porque la gente es floja y no quiere leer. Debería planearlo, ahora sólo es un propósito.

Con eso ya tendré bastante que masticar. (Y hablando de masticar, debo cuidar mi alimentación, porque es muy fácil caer en tentaciones).

Que sea un hermoso año, que cumplan sus propósitos, que la vida les sonría y no dejen de pedalear, a menos de que vayan de bajada.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...