23

El ponía en su firma un número 23, no sé si dominado por algun temor apocalíptico, por ser la fecha de su cumpleaños, porque se le daba la gana.

Siempre pienso en él en la fecha 23, a pesar de que a él no le importa saber que pienso. Antes leía mi blog, antes.

Urgaba en él como quien desmiembra el cadáver de una rana, urgando, tratando de saber que más hay, pienso que estaba poseído por una locura febril que no sé si llamar amor o simplemente dejarle el nombre de locura.

Me gustaba pensar que era amor, porque así tenía formas de conducirlo: canciones, esas caricias imparables que se extendían como reguero de lumbre por los andenes, sin que nadie pudiera detenernos, ni las miradas de la gente ni la buena conciencia, que nos gritaba que estabamos locos.

¿Estabamos? ¿Los dos?

Si.

Esta es la entrada 236.

23 Es su número favorito.
6 Es el mío.

No sé porque le escribo, si él se propuso borrarme de su vida y lo ha hecho con éxito. No sé porque sigo pensando en él en las fechas 23; hasta febrero tiene un 23, así que lo pensaré al menos 11 veces más.

Después quien sabe.

D.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Las bombas de racimo, el napalm y las minas antipersonales, son recurrentemente señaladas como las más deleznables armas de la guerra moderna.
Una de las normas de la “guerra civilizada” es que, terminado el conflicto bélico, el grupo armado que abandona un campo, debe informar —cuando menos— de la colocación y en su caso, de la ubicación de las minas antipersonales que sembró durante su ocupación.

Una mina antipersonal fue por cierto, la que cobró la vida del fotógrafo Robert Capa.

¿Me pregunto si existe el “amor civilizado” y me pregunto también, si “los amantes que no se han olvidado”, erradicarán un día de sus arsenales el recurso de plantar por ahí “minas antipersonales”.

El calendario es un plano cartesiano y los artefactos explosivos se colocan estratégicamente: “¿Cuándo sería más probable que transites por aquí?”
Lógico: “el día 23”.

El 23 de enero o el de febrero, el 17 de noviembre… todos los días son “11 de Septiembre”.

El “11-S” es un evento que se repite constantemente; en contraparte, “el enemigo” tiene bien presentes las fechas del “Ramadán” y uno sabe cuándo se puede ser víctima de un atentado [A veces desea ser "victima" de un "atentado"].

Escribes diciendo que no, pero sé que el mensaje que sembraste espera ser leído. Hcer eco y pienso que en el fondo, también lo esperas… de otro modo, no lo habrías colocado.
Es una cuestión de táctica y estrategia.

Darina Silver dijo...

Ladahir:

Odio cuando tienes razón.

D.

Unknown dijo...

hmm... parece que llegue tarde a la fiesta. aun asi, ese parece ser mi ruta. estare por aqui mas de lo esperado.

Marisolirais dijo...

Los números tienen un algo de magia...

Indigente Iletrado dijo...

Si sumas mi edad, el número de vellos púbicos, lo multiplicas por ocho y lo divides entre las chelas que me tomaré hoy: te sale una receta de cocina.

Anónimo dijo...

pinches números. los juntas y a veces dicen más que letras pegadas...

será eso semiótica?

un saludo afectuosísimo extrañador.

p.d. me he vuelto un poco agorafóbica de la red. tienes icq? sé que es algo retro pero te extraño y me gustaría verte por ahí para ver si rescato algo de lo que solía ser. eres mi espo, debes saber algo por más mínimo que sea.

Mar dijo...

Es bonito confundir la locura con el amor.

Seguro hasta eso disfrutaste. ¿No?

Darina Silver dijo...

Martín:

Bienaventurados los que llegan tarde, porque ya hay ambiente en la fiesta.

Iraís:

Me acordé de Malcom y el día de la feria, en donde él era un mago matemático...

Indigente:

Me pregunto si la receta variará cuando te vas a bañar y cambia el número de vellos pubicos que hay que multiplicar.

Myn: Espo, no, no tengo ICQ, recuerdo que era una flor verde chidita, como de hippie...

Eres mi espo, siempre lo has sido. No he tenido otra espo y creo que nunca más tendré.

Mar: siempre pensé que el amor era un tipo particular de locura.

D.

Anónimo dijo...

a mi me recuerda el 23 de abril, nacimiento y muerte de Shakespeare, y muerte de Cervantes

Y ladahir tiene razón en lo de tu táctica, ojalá y algún día termine eso, es tan liberador...

Darina Silver dijo...

Ahh!

Que afán de liberarse.

No, quiero quedarme un rato acá.

A ver que pasa.

D.

Espaciolandesa dijo...

Ah, qué cosas.

Creo que eso aún duele.

Es curioso, porque me parece haberlo percibido antes, al igual que creí percibir que había quedado atrás.

Y hoy... estoy segura de que aún duele.

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