Yo, reportera

Aunque los extraños caminos de la vida me han hecho cuenta cuentos, inicialmente yo decidí estudiar para ser periodista.

Claro, no tengo el arrojo y la resolución necesaria para el chacaleo periodístico, ni la incisiva agudeza para las entrevistas a políticos... Pero la esencia del periodismo (ir a vinos de honor a tomar tinto gratis y a desayunos a zamparse sandwiches sin costo) está allí.

Je. No, no es eso. Bueno, en parte. Nunca podría trabajar para cierto medio nacional que dice que aceptando agua en las conferencias de prensa se compromete tu integridad periodística...

Lo que en verdad me gusta es conocer las historias. Me agrada ver los hilos que van tejiendo la vida. Las personalidades que bordan esta maraña en la que nos deslizamos. Y me gusta retomar esos hilos y contarlos de nuevo, como quien teje y desteje el material del que está hecha la realidad, ese fragmento tan limitado con el que entendemos al mundo.

Por alguna extraña razón, en todas las historias termina habiendo un periodista involucrado.

Lo pensaba justo ahora, que mis padres están viendo una nueva versión de Superman (de la que yo paso, porque al considerar el canal en el que la están dando, estoy segura de que se aventarán como una hora de comerciales).

Más sorprendente que las hazañas de Superman, me parece increíble que aún así llegara con sus tres o cuatro notas y entrara a la redacción antes de la death line. Seguro sus super sentidos le ayudaban en algo.

A veces extraño esas andanzas reporteriles, cuando formaba parte de la plantilla de un periódico nacional (en el escalón más bajo de la cadena alimenticia, claro está, pero era bonito).

Recuerdo las primeras veces que entré temerosa con la encargada de la sección. Y recuerdo como mis habilidades se fueron afinando, poco a poco, hasta moverme con soltura de una a otra área en la redacción.

Ahora que todavía tengo amigos en el medio, me entra algunas tardes nostalgia por el olor que venía desde la zona de imprentas o por las planas a revisar.

Me pregunto si hay una realidad en la que continué como periodista y cada día me despierto con la zozobra de ¿a dónde me llevará hoy la nota del día?

D.

4 comentarios:

Mar dijo...

Ahm. A mí me habría gustado leerte cuando escribiste para la Revista del Consumidor.

No sé qué tan buena periodista seas, pero como chica letrista me agradas bastante.

Darina Silver dijo...

Ah, todavía tengo algunos de esos articulos de la Revista.

Por allí, perdidos.

A veces los enviaba con el curriculum.

D.

Juan dijo...

y sí, el periodismo es tan cercano a los escritores porque les permite también contar historias,solo que en este caso son todas de la vida y experiencias reales.

Sí, tiene su encanto. Pero es para gente dura de roer! comme moi, jajaja

Darina Silver dijo...

Juan:

Rudo, rudo, rudíiiiisimo.


D.

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Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...