Remiendos

El cumpleaños de mi madre fue el viernes. Tenía la sana intención de regalarle una bolsa de mano, porque las que tienen ya han dado de sí.

Para ello le pedí alguna sugerencia a una de mis compañeras del trabajo y en la plenaria (porque en donde trabajo no hay separaciones) comenté: - Lo que pasa es que como nunca he comprado una bolsa de mano, no tengo ni idea de a donde ir...

Esto provocó que uno de mis compañeros de trabajo argumentara:

- ¿De verdad nunca has comprado una bolsa de mano? ¿Eres de Marte o que pasa contigo, Mayra?

Bueno, si... quizá soy de Marte. Nunca he comprado una bolsa de mano. Las tres que tengo me las han regalado en diversos momentos de mi vida, casi siempre en cumpleaños y bajo el patrocinio de tías y abuelas bien intencionadas en convertirme en una mujer estilosa.

Lo cierto es que cuando tus papás son antropólogos desarrollas cierto apego por los morrales de piel de cabra y el cuero curtido y grabado.

También son de utilidad las mochilas de excursionista y los simples sacos de lona o de mezclilla.

De hecho, la mochila que llevo al trabajo, es una mochila de mezclilla que encontré con la cantidad justa y necesaria de bolsas y compartimentos para guardar mi tarjeta del metro, mi monedero, mi libro de cabecera, mi paraguas y un compartimento central para mi comida...

La bolsita en la que guardo mis llaves, por cierto, se deshilvanó, así que el fin de semana vacié mi mochila, la lavé y me puse a remendarla.

Mientras lo hacía, pensaba en la conveniencia de comprarme una estilosa bolsa de mano, para blandirla como una mujer de mundo en la selva de asfalto... pero al terminar el remiendo, me di cuenta de que desarrollo apego por aquellas pequeñas cosas en las que pongo el alma y la fe en reparar.

Así que hoy llevaré mi mochila al trabajo, sólo espero conseguir pronto un diseño de bordado para poner: "Si, soy de Marte".

D.

8 comentarios:

Unknown dijo...

hahah como los comerciales de la cerveza: "por la que nunca ha comprado un bolso".

felicidades por tener padres antropologos, debe ser algo bastante divertido. y por nunca haber comprado un bolso, debe ser algo bastante peculiar tambien.

Mar dijo...

Jajá. Yo sólo tengo un par, y ninguna las compré yo. Quizá yo también sea de Marte.

Lo único malo es que tú tienes una razón tipo genealógica para escudar tu falta de bolsas de gran estilacho en la historia de tu vida y yo no. Buuuuu.

Anónimo dijo...
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Luna Lunita dijo...

creo que yo tambien soy de marte, las que tengo 2 me las han regaldo y una la compre yo, en una papeleria, pase me gusto (es que era de los fulanitos) y la compre..jjojo

Darina Silver dijo...

Vaya... haré un sindicato de mujeres marcianas.

Martín Calzada: Si, la verdad debe de ser toda una experiencia, igual y luego tengo ocasión de vivirlo, pero creo que es más divertido tirarse en paracaidas...

Mar: Pues no creo que sea falta de estilo, sino de un estilo en particular: el fashionista. Pero estamos bien, creo...

Ingrata: Algo tienen los monitos con patitas esos que los hacen adorables.

D.

Marisolirais dijo...

Extraño mi mochila...antes tenía colección de mochilas. Ahora sólo tengo una que regalaron en un evento de Warner. Sólo he comprado una bolsa de mano en mi vida. Diariamente uso con impunidad las bolsas de mi mamá.

Espaciolandesa dijo...

Tantas cosas "de mujer" que yo no he hecho...

Estereotipos... y desgraciadamente mucha de la publicidad actual contribuye a ellos.

¿Qué si nunca has comprado un bolso?

Eso no te hace más o menos femenina.

Y al que eso crea... pues qué tonto.

Darina Silver dijo...

Irais...

Si, yo uso los sacos de mi mamá, porque me da flojera ir a comprar unos para mí. Jo. Luego parezco señora.

Salta - montes

Estoy de acuerdo, como te comenté, sin necesidad de bolsa de mano, tu me pareces el ejemplo más completo de mujer entera que se puede encontrar.

Un abrazo a mis amigas marcianas.

D.

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