3 Leyes y 3 cuentos de hadas

Para Ladahir, el proscrito.
Primero fue la ley de disposición de Residuos Sólidos: se armó tremenda campaña, se dijo que se iban a poner papeleras en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se colocaron miles de letreros verdes para enseñarnos a separar la basura...
Hasta la fecha es un caos.
A veces pasa el camión con dos compartimentos, otras veces el hombre del overol naranja me pregunta. "¿Ya no tiene más bolsas, güerita?", pero eso de que el problema de la basura ha sido reglamentado...
Cuento de Hadas.
Luego fue lo del Reglamento Urbano: las televisoras se volvieron locas y los periódicos pusieron el grito en el cielo, con el argumento de que la ciudadanía no estaba lista para algo tan primer mundista...
Ahora, de vez en cuando, me subo a un taxi y el chofer me recuerda que en el asiento del pasajero se usa cinturón... pero no va más allá.
Cuento de Hadas.
Hoy, que se aprobó el Reglamento a Favor de los Espacios Libres de Humo, pienso que todo volverá a quedar en las buenas intenciones de reglamentar a favor de lo deseable, pero poco realizable.
Yo no fumo, ni me gusta el humo del cigarro... Pero creo que se ven bonitas las volutas de humo y a pesar de que pueden provocarme un acceso de tos mientras mastico un brocolí en un restaurante público.
Me dio algo de pena pensar en que podría haber encontrado a un grupo de comensales afuera del restaurante donde me fui a tomar una nieve el día de hoy... O que quizá, como en otros países de "Primer mundo" aumenten las volutas de humo por la calle, mientras dentro de los restaurantes podré declarar espacios "libres del humo del tabaco".
Cuento de Hadas.
D.

3 comentarios:

white dijo...

Al parecer aqui en Mexico, muy pocos toman en cuenta estas nuevas normativas, talvez poco a poco y con el paso de los años hiran mejorando. Pero en serio no es que yo no sea ambientalista, pero preferiria que se tomaran mas en cuenta las reformas de mejoras economicas para el pais que este tipo de cosas.

Anónimo dijo...

Mis pingüinos [que ahora resulta, tienen olfato periodístico] han estado presionando, seguros de que se escapa una gran oportunidad por todo ese rollo de la ley contra los fumadores. Yo, he hecho algunas observaciones en Los Cimientos del Cielo, pero he querido guardar mi distancia, porque en el mejor de los casos esta será una ley que caerá por su propio peso, en el pero de los mismos, es la primera muestra de xenofobia de estado.
Todo se reduce a que esta ley criminaliza al fumador. No se le dan alternativas de elección ni se propone un sistema para “curar” al “adicto al tabaco” y no se prohibe el consumo de un producto dañino que, insinúa Marcelo Ebrad, traerá la destrucción del mundo y las galaxias aledañas.
La policía armada que dispara a los ladrones será la misma que perseguirá a los fumadores. Se está elevando al grado de delito, punible con sanción física, una falta administrativa.
Por una parte, yo no dejaré de fumar, no sé si por el decreto alguien lo haga. Por otra parte, no apoyaré a ningún candidato perredista a cargo alguno de elección popular hasta que reconozcan su entuerto.
El dilema no es fumar o no fumar, sino el clásico de Hamblet, “ser o no ser”, porque pudieron ser los gordos a quienes se les prohibiera el acceso a cualquier establecimiento de comida rápida, en nombre del combate a la diabetes.

Darina Silver dijo...

White:

No sé si las leyes se acoplen a nosotros o nosotros a las leyes...

Pero definitivamente dudo que todos salgan a fumar afuera de sus restaurantes favoritos.

Ladahir:

Gracias por la apasionada defensa de las libertades en la Ciudad de México, sabes que con todo y que me haces toser, estoy contigo.

D.

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