Tengo miedo de que seas feliz...

¿Quien dijo que todos merecíamos ser felices?

No es cierto.

Además ni se podría.

Incluso, la felicidad de algunos, depende casi exclusivamente de la infelicidad de los otros.

¿Después de todo cuantas estrellas del rock, astronautas, éxitosos escritores, astros del futbol o magnates caben en el mundo?

¿Y cuantos son necesarios?

¿No es más necesaria la señora de la limpieza, el señor que vende los jugos afuera del metro, el que acomoda los coches?

¿Y la gente que hace estas cosas es feliz? ¿Y si nadie las hiciera habría más gente feliz?

Yo voy en el metro pensando que me haría feliz que todos desaparecieran y me dejaran un asiento azul, verde... pero no pienso en que los hijos de esas personas quizá extrañarían a sus madres y padres si yo los envío a ese limbo de mis deseos...

No es que me de miedo que todos sean felices. Es que me da absolutamente lo mismo si desaparecen.

Hay tan poca gente que no es escenografía en mi vida que el resto podría facilmente ser borrada y no me daría cuenta.

Quizá me daría cuenta si corren al oficial que siempre me dice "Que guapa" que está en el edificio de junto (me lo dice a diario, aunque no me haya peinado, por eso me cae bien)

Él me hace feliz, aunque sea unos minutos al día.

(A veces creo que también borraría a la gente que lo hace feliz a él, para tener el derecho exclusivo de hacerlo feliz yo...)

"Creo que nunca había odiado a nadie, como a tí...
quizá podría evitarlo pero, me produce un gran placer.
El motivo es una simple tontería: no soy el hombre de tu vida.

Entre el cielo y el infierno escogí
esta guerra en las meras entrañas,
que me incita a buscarte, dónde andas,
con quién vives, con quién duermes
¿dónde estás?

El motivo es una simple tontería:
no soy el hombre de tu vida.

Te recuerdo a cada instante,
no me puedo concentraren mis cosas,
en mi vida todo me resulta mal.

Y soy cliente de la angustia tengo miedo de que seas feliz.
Si en el cielo estaba escrito el destino me engañó.

Creo que nunca había odiado a nadie como a ti:
quizá podría evitarlo pero, me produce un gran dolor.

El motivo es una simple tontería: no soy el hombre de tu vida
y me consume esta ira; no soy el hombre de tu vida.
No soy el hombre de tu vida..."

Música cortesía de Real De Catorce...

D.

4 comentarios:

Mar dijo...

Pues sí. Desear la felicidad ajena, sabiendo que afectará propia es de verdad querer a la otra persona. O ser muy tonto, en el peor de los casos.

Yo pienso que la felicidad completa no existe, por lo mismo que tú decías. Yo quisiera que Telcel quitara el servicio de recargas para que así no tuviera que atender yo a 234 personas diarias, y en la noche siguiera alucinando con que escucho números telefónicos, pero eso haría infeliz a 234 personas.

Ash.

Espaciolandesa dijo...

Un amigo me dijo que todos tenemos derecho a ser felices y que no debemos permitir que nadie nos lo quite.

Ser feliz es una lucha, a final de cuentas. Contra ti o contra los demás. Porque es cierto, no se puede hacer felices a todos.

Me acordé de una canción de Roberto Carlos...

Se divierte y ya no piensa en mí
no piensa en mí, no piensa en mí
puedo comprender todo tuvo fin
pero esa indiferencia duele tanto tanto en mí


Pronta resignación es lo único que creo que se podría desear en asuntos así. Ni siquiera olvidar pronto o que deje de doler o que vuelva. Simplemente, resignarte.

Cuando la resignación llega es porque la esperanza va de salida y es ella la que nos mantiene aferrados.

En fin... yo nomás decía.

Anónimo dijo...

Es que parece que ignoras que ese dios que viene en las galletas nos ha condenado a ser infelices. Cardos y espinas recogeremos de la tierra. [bleh!]
Quien se diga feliz miente, y quien pretenda la felicidad pierde su tiempo.
Imagino que en algún punto entre la búsqueda de la felicidad y el fracaso, la cuestión se racionaliza y llega la conformidad. Las personas se conforman si no con pan, con tortilla y dicen “Soy feliz con esto o con aquello [que tengo]” para no publicar la estridencia de su rotundo fracaso [en la consecución de lo que no tienen].
Me ha encantado el modo delicado en que insinúas sin llamarlo por su nombre, al egoísmo como raíz de la felicidad/infelicidad. Las cosas que tenemos y las que no. Las cosas que no tenemos porque alguien más las tiene. Las cosas que tuvimos y que ya no tenemos y por ende, ahora tiene alguien más.
Desearle la felicidad a alguien a fuerza de sinrazón es un ejercicio que requiere de gran disciplina, en especial para alguien como yo: odioso odiador odiado.
La felicidad a gotitas tampoco sirve para el caso: “Cada día trae consigo su propio mal”.
El problema con ser o no ser es simple, y no por ello sencillo: Se es o no se es. Eres feliz o no eres feliz.
Tal vez porque las ideas felices se divierten sobremanera arrancándole las patas a los bichos, pero a mí me hace feliz sobremanera arrancar las ideas felices de todos cuantos puedo. [jeje]
[Como siempre, Darina, ¡excelsa!]

Darina Silver dijo...

Mar:

La felicidad no puede ser nunca completa.

Pequeña:

Es bueno escucharte decir.

Ladahir:

Tu sabes que soy egoísta. Y sabes que eso ha tenido sus nefastas consecuencias... y sabes.

D.

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Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...