Como se supone que muy generosamente nos darán el día lunes (es una cosa muy curiosa, casi preferiría que no me lo dieran porque el trabajo se me acumulará un resto) mis compañeras decidieron que esta semana no habría música para concentrarse mejorrrrrr...
Pero para mí es muy feo trabajar sin música, lo único que escucho son mis deditos contra el teclado y la tos espontánea de alguno que pasa.
Y claro, las 16 entrevistas promedio en el área...
Pero yo trabajo mejor con música, como que siento que mis dedos teclean al son que me tocan...
Y creo que, pesé a que varios de mis compañeros comparten mi delirio melódico, como nos gustan géneros diferentes es complicado hacer que todos tecleen a un son.
El guardia me dijo que si estaba triste... y le tuve que decir que sí.
Es triste la vida sin música.
Liz trabaja con los audífonos puestos, pero me da la impresión de que siempre está en su mundo, así que no representa una opción para mí.
Creo que lo único que me queda es traer la música por dentro... y hacerle segunda a Marce cuando empiece a sacar su repertorio de José José.
D.
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3 comentarios:
¿Y eso?
¿Falló la moción sobre cómo se organizaría lo de la música a escuchar en la oficina?
¿O entendí mal y simplemente decidieron trabajar en silencio?
Es curioso, pero yo a veces ni cuenta me doy si trabajo con música o sin ella.
Me concentro tanto en lo que hago, que lo demás se me olvida :P
Bueno.
De José José al silencio...
José José.
Aunque a decir verdad, a mí me gusta cómo suenan mis deditos en el teclado.
Saltamontes:
Simplemente decidimos trabajar en silencio...
Aunque en esa oficina simplemente creo que ya no decido nada.
Mar:
Si, un rato... es bonito, pero 48 horas a la semana ya no es tanto.
D.
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