En el corazón del Micro vive el microbusero: fuerza, poder y alma de estos vehículos...
Del corazón del microbusero depende el decorado de ese vehículo que nos lleva a diario por las venas de la ciudad. (Venas y no arterias, porque están llenas de suciedad)
Además de sortear miles de várices, el microbusero pasa su vida en el Micro, así que va decorando su unidad de mil y un maneras imaginables, así que cada unidad es un micro cosmos en sí mismo.
Hay diferentes clases de microbuseros y, por tanto, diferentes clases de decoraciones para Microbus... Desde la sobriedad absoluta del tablero en blanco, hasta el colorido folclor del retrovisor con un par de dados y peluchito, que tan choteado fue...
Pero también los hay religiosos, devotos de toda clase de imagenes y santos, que van desde la clásica virgencita de Guadalupe hasta la santa muerte... de Malverde a San Judas Tadeo... Y los infaltables ángeles de la guardia, o la oración del conductor...
Me gustan, aunque me marean un poco, los microbuses que son unas discotecas andantes, con bolas de cristal estilo fiebre de sábado por la noche, luces neón (y el correspondiente gusano de colores al rededor de ellas) o luces violetas.
Están los tableros decorados con estampas de personajes de caricatura... Un Calvin malévolo orinando alguna esquina, una voluptuosa Jessica Rabit, un Bart Simpson con resortera... cualquier personaje que incite a la rebeldía es bueno.
Las leyendas en los cristales traseros de los microbuses son míticas: a veces rayan en la originalidad y otras son iconos dificiles de olvidar: "El hijo del pueblo", "Me ves y sufres", "El hijo desobediente", "Mamá soy paquito"
Hay toda clase de letreros y recordatorios (no de esos que piensan) en las Microbuses... "Niñas menores de 38B pagan pasaje aún sentadas en las piernas", "No tires basura no seas marrano...", "Si vas a comer pepitas tragate las cascaritas"
Los microbuseros que coleccionan cosas y hacen de sus vehículos unos museos ambulantes son muy de mi agrado: decoran a veces sus tableros con monedas de diez centavos, con corcholatas de colores o incluso con tazos de colecciones diferentes.
Hoy me subí a un microbus que tenía botiquín de emergencia y estampado en él tenía al personaje de Animanics, "La enfermera". (Famosa por ser la detonante de la frase muy útil... "Holaaaaaaa enfermeraaaaa")
Además de sufrir y/o padecer las decoraciones de los microbuses y los estados de los asientos de los mismos (desde imitación de terciopelo a simple plástico moldeado... desde vinil agujerado hasta forros estilo autobus de primera), también hay que chutarse la música del microbusero en turno.
Al respecto, puedo decir que he encontrado de todo: los que se dan de muy cultos, que van escuchando jazz, un bossanova sabrosito o vienen escuchando Radio UNAM y Opus...
Hasta claro, los reguettoneros rudisimos, el reaggue más adormecedor (generalmente acompañado con la decoración rastafari del caso y adornitos de mariguana en las puertas).
Los hay salseros y cumbiancheros; los hay que escuchan las noticias y son hasta vigías al volante y le llaman al señor Zabludowsky para pasarle las novedades del camino... Los hay que se ponen tristes y escuchan boleros, la hora de Luis Miguel, Los Terricolas...
Los internacionalistas ponen puras rolitas de The Beatles, The Doors, The Carpenters...
Hay unos medio fresas que hasta ponen a Belanova. Je.
Una vez encontré un microbusero que puso la versión salsera de Medias Negras, de Joaquín Sabina, y fui muy feliz.
Cuando uno va muy feliz en el micro, suele decirle al conductor al bajar... "Muchas gracias"
No sabe a veces uno que agradece, al fin y al cabo es un servicio... a veces creo que el agradecimiento no es para el microbusero, sino para la fuerza todopoderosa que te permite salir viva del corazón del Micro.
Otras veces si le das las gracias al microbusero: por la música, por la decoración, por el viaje que es estar vivo.
Y a veces (sólo a veces) el Microbusero te responde: "De nada, que tenga un buen día".
Y para mí, así empieza un buen día.
D.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Una mujer que caminaba sobre las vías
Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...
Acerca de mí
-
"Todas las familias felices se parecen entre sí. Sin embargo, cada familia infeliz es infeliz a su manera", así comienza Ana Karen...
-
Debería de existir una regla de las tres citas Que a la tercera se defina y dejen de jugar al "veremos" O. M. La regla de las tr...
-
Cuando empecé la idea de llevar un blog, con otra dirección, lo llamé "Calle melancolía" y allí sí explicaba la razón del título d...
6 comentarios:
Ando de viaje con mi blog, y te dejo saludos desde Chicago!
Jajajaja, muy buenas descripciones. Te falto una raza de microbusero, el pinchemaniacofastandfurious, que llega de Universidad al Centro en menos de 10 minutos, salto mortal en Viaducto incluído. Saludos!
e.
Wowrale...
Acá no pasan esas cosas.
Rara vez los choferes van escuchando música y ni hablemos de decoraciones raras.
No sé, pero me imaginé a Vítor el de "La parodia".
Jajaja.
pinches microbuseros,jejej
ayer vi un taxista con el mensaje: "Renegado"..woooow,qué malo!!!
Sigues escrbiendo con sangre.
In a red dream:
Gracias por el saludo desde allá!
Erizzo:
Ja, ja... ah, es que siempre surgen híbridos, son una cosa genial.
Deberían darles una bonificación por maniobra loca.
Pequeña Saltamontes:
En realidad no hablé tanto de las personalidades de los microbuseros... pero eso da para otra entrada.
Beliver:
Si, quizá tenía en la guantera un peinecito negro, para acicalarse al estilo de James Dean...
Anónimo:
Nunca te he imaginado viajando en un Microbus. ¿En serio lo has hecho?
D.
Publicar un comentario