El sútil arte del regateo

En general, no sé regatear. Creo que es una costumbre que uno debe aprender entre calabazas y zanahorias, a la sombra de una tela rojiza, en un mercadillo polvoso.

Muchos de nosotros crecimos en un sistema de mercado mucho más inflexible, en donde el precio de la etiqueta era el precio de compra.

Sin embargo, he sido testigo de como mi tía logra fabulosos descuentos gracias a su habilidad para regatear... también he visto con asombro las subastas, donde el encargado de dirigir la subasta funge como regateador experto...

Pero alguna vez he visto como el regateo lleva a las circunstancias más indeseables, e incluso puede lograr que tu precio se vaya a las nubes o se termine la posibilidad de compra.

Solcitaré clases... ¿Alguien de ustedes sabe regatear con estilo?

D.

4 comentarios:

fher dijo...

Lamentablemente yo soy como vos, no puedo regatear, me da verguenza jaja. Pero admito que siento un poco de envidia por aquellos que pueden hacerlo. Si encuentras profe de regateo mandamelo.

Besos

Onminayas dijo...

Lo mío aún es peor... No sólo no sirvo para regatear sino que cuando me cobran de más no sirvo para decir nada.

Eric Uribares dijo...

además el regateo es una actitud de vida, no sólo tiene que ver con cuestiones monetarias, sino con capacidad de chanyaje, habilidad d lenguaje y esas cosas, hay veces que tienes que regatear con tu familia, con tu novia, en fin, todo un arte

Darina Silver dijo...

Fher:

Por eso nos va así en la vida... seguro hemos pagado caro algunas cosas que no eran para tanto.

Onminayas:

¿Verdad que se siente uno frustrado? Si encuentro a alguien competente en ese arte, prometo compartir sus enseñanzas en este blog.

Don Isteri:

Primero, bienvenido a la calle... Creo que la capacidad de manipular al otro tiene mucho que ver.. Y efectivamente, el regateo se puede aplicar en otras áreas de la vida.

En fin, pase a visitarnos cuando guste.

Saludos.

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