Jorge Volpi y los mundos posibles...

El miércoles me fui por un camino distinto al trabajo en compañía de una de las becarias de mi oficina, quien saludó a uno de los carpinteros de una ebanistería del camino por el que ibamos.

Yo, de camino a la oficina, saludo a un policía que resguarda un edificio.

Pero no dejo de pensar que si yo frecuentara esa otra calle, quizá sería conocida del carpintero y no del policía.

También pienso, cuando pasa un automóvil cerca de mí, que podría haber muerto atropellada... entonces surge un mundo posible en donde me atropellan y hay un duelo y el mundo sigue sin mí.

Si por cada decisión que uno toma se desprende un mundo posible, debe haber miles de millones de mundos posibles por cada persona... entonces el hecho de que el viernes saliera yo sola y decidiera ir a la librería y conociera a Jorge Volpi... también desencadena otro mundo en el que me vine directo a casa y no pasó nada en mi tarde del viernes.

Resulta que yo quería ir a la presentación de Alfaguara que iba a ser el Jueves... de un libro con el sugerente nombre de "Fricción"

Por desgracia, ya no fui...

Así que entré a la presentación de "Bogavante"... la cual también estuvo bonita y hubo vino. Lo malo es que me senté junto a una chica que se reía como conejo artritico. (Si, señores, señoritas, los conejos artriticos existen y se ríen como esta mujercita)

Doy fe.

La presentación de Bogavante, de la editorial Coxial, me hizo pensar en las anécdotas que relató el autor, Alejandro "Diosmeperdonepornoacordarme" sobre su destartalado piso en Madrid y las vicisitudes que pasa un becario en Europa.

Pensaba en que, de todos los caminos que pudieron llevar o traer a Alejandro a esa presentación, en este mundo en el que no me atropellaron y saludo diariamente al policía de los edificios, tuve la ocasión de escucharlo y tomar una copa de vino.

Lo cual me hizo pensar que estaba justo en el lugar correcto y que después de todo, me encuentro en el mejor de los mundos posibles...

D.

1 comentario:

Marisolirais dijo...

Eso se llama Fe. Y me encanta la idea, si no pensaramos que estamos en el mejor mundo posible, la vida se volvería un martirio y un mar de culpas incontrolables.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...