Come de mí
come de mi carne...
Ay, tomate el tiempo en desmenuzarme.
Gustavo Cerati
La pasión de los amantes es por la muerte. Me dijo alguna vez Yareli, citando a alguien más, de cuyo nombre no conseguí acordarme.
Me acordé, en cambio, de la canción de Cerati.
Y es que a veces el querer amar al otro es también querer comerlo, asfixiarlo, incorporarlo.
A lenguetadas y mordidas avanza uno sobre el cuerpo de quien se quiere y se le come.
Se le come vivo.
Que deliciosa contradicción que al querer llenarnos de la vida del otro lo matemos. Que muerte tan dulce y tan terrible que quieran devorarte.
Yo pienso en las veces en que el Lobo feroz me ha tenido entretenida, preguntando...
¿Y esas orejas tan grandes que tienes?
¿Y esa boca tan grande que tienes?
Beso el recuerdo ahora, pensando en el canibalismo, que nos demueda cada noche, cada tarde, cada amanecer.
D.
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