México. Un país, millones de historias. Muchos países en uno. El país que se le desmorona en las manos a nuestro presidente.
En el zócalo el jolgorio chabacano sigue, los cohetes revientan en brillantes suicidios coloridos.
La fiesta tiende a ser ruidosa, para callar el dolor de las personas que han perdido a alguien, de quienes se duelen de sus calles rotas, de sus noches rotas, de los boquetes que hay en su economía, en su paz.
Una neblina que puede atribuirse a los cohetes que retumban en la noche se escucha, como un eco que asusta a todos. ¿Son cohetes? ¿Son balas?
La gente corre y no se sabe si es para escapar de los huevos de harina y confetti o de algún extraño enemigo, que profana con su planta su suelo.
¿Cómo saberlo, si parece que incluso el vecino es parte de esta campaña, que nos vuelve temerosos, aterrados, impactados por tdas partes... y todas las conversaciones familiares terminan en alguna tragedia?
Vuelvo a la mesa, donde aguardan los sopes, los tlacoyos, la longaniza con papas y la salsa picosa. Vuelvo a los nopalitos con queso y a los frijoles refritos. Vuelvo y quiero quedarme en ese espacio suavecito, esponjoso, oloroso, tibio.
Pero la cena se acaba y la calle está fría, huele a polvora, está oscuro.
Y no sé si esa neblina es la madrugada o el nuevo día, la noche, la calma chicha o el ojo de la tormenta.
D.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Una mujer que caminaba sobre las vías
Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...
Acerca de mí
-
"Todas las familias felices se parecen entre sí. Sin embargo, cada familia infeliz es infeliz a su manera", así comienza Ana Karen...
-
Debería de existir una regla de las tres citas Que a la tercera se defina y dejen de jugar al "veremos" O. M. La regla de las tr...
-
Cuando empecé la idea de llevar un blog, con otra dirección, lo llamé "Calle melancolía" y allí sí explicaba la razón del título d...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario