Mentirte es un placer

Siempre conocer a alguien nuevo es la posibilidad de reinventarse, de mentir de una forma tan espectácular que cuando salga del trance se de cuenta de la alucinación sufrida por (falta) o en su caso exceso de alcohol. Y a la luz mortecina de un bar, unas cervezas son testigo de que estamos "conociéndonos", que es pura excusa para decir que nos mentimos y nos inventamos: - ¿Qué le vas al América? - ¿Qué nunca le has puesto el cuerno a nadie? - ¿Qué te encanta al jazz? ¿Cómo resistirse a las mentiras, como inventarse otras? Y luego termina uno diciéndo que te gustan los elefantes, la pizza el viernes, el café. Y él te dirá que baila como los ángeles y que ama pasear en la playa. Inútil será después explicar que todo era una mentira, aunque todo, al final, termina por ser una mentira. O simplemente termina. D.

1 comentario:

Recomenzar dijo...

Me gusta como escribes
un beso

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