Giro mis brazos y encuentro tu cuerpo.
Giro mi boca y tus labios me esperan.
Viajo en el redondel que es tu cintura, giro, giramos.
Nos constelamos, como estrellas girando sobre su eje.
La forma más perfecta del universo, se recrea en nuestro devenir.
Estamos condenados - guiados por estos hilos imaginarios.
Pasamos la noche brillando, titilando, cintilando.
Nos hemos convertido en estrellas que morirán en la mañana.
Sigue el redondel de mi cintura, pierdete en la órbita de mi cadera.
Sé mi astro y mi satélite, dejate llevar.
Nunca aprendí otra danza que el misterio celestial que te ha guiado hacia mí.
D.
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1 comentario:
Que bonito... Aquel que te inspiró debe sentirse muy halagado.
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