Me too: godinez mexicanos

Ante la avalancha de denuncias de estas últimas semanas identificadas bajo la etiqueta de MeTooMX, no ha quedado más que echar cuenta del pasado y reconocerse en las voces de las personas que hemos caído en dinámicas de abuso, acoso y hostigamiento.

Sin embargo, cuando el movimiento se comenzó a especializar en las diversas "profesiones" de los acosadores, medio en broma, medio en serio, mandé un twitt en donde decía que mi testimonio saldría en "Me Too Godinez aburridos".

Y es que la situación en la que más vulnerable me he sentido, despojada de toda autoestima y valor personal fue en mi primer empleo, donde mi jefe directo aprovechaba nuestra "relación" para hacerme sentir chinche, además de sobre explotarme y maltratarme emocionalmente.

Tampoco me hace muy feliz ponerme a escribir esto; en realidad no es un ejercicio de denuncia, si no de catarsis.

Las señales de que era una relación de abuso siempre estuvieron allí; por mucho tiempo seguí defendiendo su buen nombre y asegurando que también él venía de un hogar roto y disfuncional, por lo que muchas de sus relaciones eran reflejo de esas heridas emocionales suyas.

Pero llegado un momento resulta muy difícil mantenerse estas mentiras: él sabía que me hacía daño y yo me dejé manipular.

Una tarde me dijo: Si tú no fueras tan tú, todo estaría bien entre nosotros.

La anulación de la personalidad, la manipulación siempre presente. El juego del diario.

No pude salir sola; la verdad cada día estaba más deprimida y solo el apoyo de mis padres, que me motivaron a que cambiara de trabajo y me aseguraron que me apoyarían en el proceso fue lo que me mantuvo a flote y después de una temporada muy mala me hizo ver de nuevo esperanzas y encontrarme con un horizonte de posibilidades que he ido aprovechando cada vez mejor.

¿Me hubiera encontrado con esas oportunidades de no haber tenido esta primera experiencia horrible con el mundo laboral?

La verdad no sé, pero sí toqué fondo y entendí cuales son las cosas que no puedo/debo tolerar en una relación personal o laboral; también aprendí que no se deben mezclar nunca.

Algunas personas me conocieron en esa época; otras incluso me ayudaron, como mi amigo Saukey, un músico que fue de lo más hermoso que me pasó: de no haberlo conocido la verdad no sé que hubiera pasado conmigo.

Tengo mucho por lo  que estar agradecida. Entre el apoyo de mis padres, la suerte y el propio esfuerzo que puse después de ese empleo las cosas mejoraron mucho. Solo que miro las prácticas abusivas repetirse una y otra vez en las oficinas y me pregunto si juntos podríamos parar este círculo de violencia y manipulación.

En aquel entonces mi salario era muy poco y aún así me preocupaba dejarlo. Me pregunto como sería si dependiera del todo de eso y el panorama me parece terrible y desolador.

Creo que prepararnos para dejar una situación laboral de acoso y hostigamiento es importante: hacer un plan, para no sentir que saltamos sin red. Hay que asesorarse y buscar ayuda.

Al volver sobre esas páginas negras de mi historia me siento acompañada también por todas las mujeres que han contado sus historias. Sé que muchas de ellas entienden la soledad, el vacío en el estómago, la pesadez al levantarse cada día a un destino que parece un yugo insostenible.

Pero hay más allá.

Hay un horizonte y un futuro. Tenemos que salir a buscarlo y construir puentes que nos lleven a lo que queremos ser.

D.

No hay comentarios.:

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...