Cuando me propuse como voluntaria para editar el recetario de mi abuela no imaginé que ella sacaría de debajo de la manga un montón de recetas que faltaban por ser capturadas.
Muchas de ellas son raras, como el solomillo de canguro con Chutney.
Otras son clásicos familiares, como la receta de las cebollas rellenas o los canelones navideños.
Algunas se repiten con variaciones, como el pozole y el espaguetti...
Y también está el lado oculto de mi familia (¿quien iba a pensar que tenemos seis recetas distintas para Martini).
El caso es que he aprendido mucho. Y aún me falta por aprender. Lo malo es que salgo de allí con hambre de lobo y sin haber adelantado a mi proyecto de maestría...
Lo bueno es que ya sé que es un carambolo. He allí su foto.
Y en cuanto a la Minilla... es un plato que se usa mucho como botana, acompañado de tostadas o totopos, realizada con pescado, cazón o mantarraya... También se pueden preparar empanadas de dicho platillo... Ay.
Todavía falta para la hora de la cena. Que pena.
D.
1 comentario:
Oh... todos los días se aprende algo nuevo.
No es mala idea tener un recetario. En el mío estarían recetas que no son mías, pero que a final de cuentas me han servido para apantallar a más de uno :P
Se me antojaron las empanadas de Minilla...
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