Hace ya cuatro años que terminé mis estudios universitarios. Hoy me encontré con un conocido de la generación que me preguntó: "¿Por qué tan sonriente cuando vienes a la facultad, si ya no deberías estar aquí?"
Tenía varias respuestas preparadas bajo la manga para una pregunta así...
a) Sonrio porque me da gusto ver a mis ex compañeros, como él: me trae buenos recuerdos.
b) Sonrio porque me gusta mucho la zona de ciudad universitaria, más cuando llueve y el olor a tierra mojada y el frío neblinoso que baja del Ajusco.
c) Sonrio porque sé que aún quedan personas en esa escuela que se acuerdan de mí de una buena manera y que me las puedo encontrar a la vuelta de la esquina.
d) Sonrio porque a veces es un escudo, porque no siempre quiero dar explicaciones o pongo cara de ardilla tímida y desorientada, en lo que pasa la tormenta.
Sin embargo no di ninguna de esas, ni siquiera la verdadera:
e) Sonrio porque me da la gana.
D.
6 comentarios:
La respuesta (e) era sin duda la más original, precisamente porque se saltaba de bruces el protocolo de la obligada respuesta de cortesía ante preguntas sin ningún sentido.
Besos.
Nunca deje de sonreir niña!! Por lo que sea!!
Besos
Yo también sonrío cuando entro a mi universidad. Gracias a Dios nadie me ha preguntado por qué lo hago. No podría dar un argumento tan bueno como el tuyo.
Onminayas:
Si, como están las cosas hoy en día la gente debería de disfrutar las sonrisas en lugar de cuestionarlas...
Fher:
Gracias por los ánimos y por los besos... De hecho tus besos me dan ánimos y ganas de sonreír.
Mar:
Es que los argumentos son innecesarios! Ser feliz no debería requerir explicaciones.
D.
a mí regresar a la fac me pone mal, pero creo qeu ya lo sabías, ¿verdad?
y sí, sonríe sólo porque sí =D
B:
No lo sabía, pero no te lo pediré.
Sigo sonriente
D.
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