Frente a la vitrina de los escarabajos y las mariposas del museo de historia Natural de la ciudad de México, me asalta la duda... ¿Debí ser entomóloga?
Desde siempre me gustaron los bichos, más si son raros o coloridos; no sólo las mariposas, sino toda clase de bichos, incluso los que a muchas niñas hacen decir "Wiuck"
Me gustan las arañas y me fascinan los escorpiones... y realmente me gustaba más mi libro de ciencias naturales que el de ciencias sociales, pues habia más misterios por resolver.
Me gustan las noches estrelladas y las visitas a los planetarios. Me encantan las teorías sobre el origen del universo... y tengo un fetiche con los lentes y los muchachos que sostienen pilas de libros.
Pero a veces creo que lugares como el Museo de Historia Natural son capaces de desalentar a cualquiera...
Porque sumido en la desmemoria presupuestal, el museo parece tener cédulas de los años 70 y está olvidado en una esquina del Bosque de Chapultepec, cercano al Panteón de Dolores.
La construcción muestra los estragos del tiempo y aunque se notan algunos esfuerzos por abordar los temas de interés "de este siglo" en las salas que abordan el tema del cuidado ambiental y la preservación de la biodiversidad, gran parte de las colecciones son ejemplares viejisimos.
Creo que los visitantes merecen que su recorrido por el museo de Historia Natural sea una experiencia llena de sorpresas y descubrimientos, como resultó mi infancia... No me parece que esas empolvadas cédulas hagan justicia de la maravilla que es descúbrir la diversidad de formas de vida de este planeta...
En fin.
Pese a que estudie otra cosa, aún me gustan los bichos, en especial los raros.
D.
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3 comentarios:
Las noches estrelladas son nostálgicas. ¿Sabia ud. que alguna vez yo estudié astronomía?
Besos
eres medio romanticona nerda, no entomóloga, jajaa
Fher:
Si, alguna vez lo comentaste...
Juan:
Oye, los bichos son románticos!
D.
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