La Tere y el Shin: una historia de amor imposible

Yo soy usuaria frecuente del metrobus, pero pocas veces veo las pantallas que tiene la línea 1, que recorre Insurgentes.

Pero el miércoles pasado, como resultado de mi excesivo ocio, me dediqué a ver un cortometraje titulado "La Tere y el Shin", historia de amor en tres actos de unos jovenes cineastas cuyos nombres me encantaría postear aquí, pero como iba en medio del transporte público, me pasaron de noche.

Este cortito cuenta la historia de "La Tere" una güera tepiteña que es amante de las rebajas y las tiendas donde venden todo al mismo precio y las ofertas de dos por uno. La Tere odia las semillas de los limones (aunque ama el jugo de los limones y la comida condimentada), las baratijas chinas y la comida del mismo país.

El Shin, por su parte, tiene una de esas tiendas, odia las semillas de limón y le gustan las películas de Karatekas.

Un día la Tere caen en la tienda de chinerías de "El Shin" (al que llaman así como apodo de "El chino") y surge entre ellos un chispazo de pasión romántica, que nos es ilustrado en todas las cosas que podrían hacer juntos, las cuales se materializan en su mente por una fracción de segundo...

La Tere se imagina en un jacuzzi en Acapulco, siendo masajeada por las manos expertas del Shin...

Y el Shin se ve regalandole chucherías a La Tere, ansioso de complacer sus caprichos por las baratijas de importación...

Pero como el humo del cigarro se disipa, La Tere no sabe bien si las miradas que le dirige el Shin son porque la cachó metiendo gatitos de porcelana de 2 por 10 en su bolsa, así que no decifra el lenguaje secreto del Shin.

Y el Shin, a quien tantas películas de Kung Fu han vuelto retraído, descúbre que la única forma de declararle su amor a la Tere es con una galleta de la fortuna que dice algo tan ambiguo como... "Encontrarás amor en una nueva relación".

Pero como La Tere compra muchas baratijas, la galletita de la suerte se le cae y el mensaje queda pisado en alguna acera de la ciudad.

La Tere y el Shin estarán destinados a seguir su rumbo por la vida, sin volver a encontrarse, sin jacuzzi, sin Acapulquito y sin más.

Veala en su metrobus favorito (De la línea 1, por favor).

... Curioso, al llegar a mi destino, en el metro Revolución, vi a una pareja que me recordaron mucho al Shin y a la Tere.

Él estaba sentado en la banqueta y ella frente a él, en cuclillas, llorando, con el maquillaje corrido. Quien sabe... quizá había encontrado un hueso de limón en sus papitas fritas. No me detuve a preguntar.

D.

7 comentarios:

Juan dijo...

jaajaj se oye cagado el corto!!!

Darina Silver dijo...

Está bastante pintoresco y divertido.

Lástima que no leí los subtítulos del final, porque me tapó la visión una señora cabezona.

D.

Rino Bod dijo...

Si bien recuerdo las películas de karatazos, el muchachochicho de la peliculagacha conquistaba a la chica después de propinar madrazos a diestra y siniestra; sólo bastaba mirarla sin decir nada como media hora.

Yo también odio morder un taco de suadero y que salga una tonta semilla de limón, aunque yo halla espulgado al cítrico con vehemencia.

"Lay while your laying
don´t make a sound
I know they're watching..."

fher dijo...

Ay... ¿por qué tenía que leer esto justo ahora?

besos

Darina Silver dijo...

Rino:

Nadie me ha mirado nunca durante media hora sin decir nada.

¿Será por eso que no he encontrado el amor?

Fher:

¿Es Karma?

D.

santiago álvarez tostado dijo...

Darina: Resulta que navegando un rato por internet, me encuentro con tu blog el cual me hace muy feliz y me emociona mucho, por que soy el director de el Shin y la Tere. Y por si lo quieres volver a ver aqui te dejo el link http://www.vimeo.com/6830500
Te mando un saludo, que estes muy bien...
santiago

Darina Silver dijo...

Santiago:

¡Muchas gracias por el link! Es todo un regalo para mi, estoy muy contenta de tu visita.

Esta es la segunda cosa más grata que me pasa con una reseña.

Tendré que hacer otra nota de esto y espero que sea mañana, si un hueso de limón no se interpone en mi camino.

D.

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