El caracol a oscuras

En el camino hacia mi casa, hay que atravesar un corredor oscuro en el paradero de Pantitlán al que los microbuseros le llaman "El caracol".

En realidad es un paso a desnivel que pasa por debajo de la línea 5 del metro y sale a un costado...

Este lugar siempre me ha parecido tenebroso, al menos cada vez que el microbus se sumerge en el desnivel, me pregunto por los seres que habitan en esa oscuridad, en ese negro fondo donde parecen dormir los vagabundos y sospechosas botellas de líquido ambar destellan con los fanales de los autos...

El graffiti que puebla las paredes es más soportable a oscuras.

Los charcos y baches del lugar me hacen pensar en que algun día me quedaré allí atrapada...

Por eso siempre es un alivio pensar que saldré del otro lado y lograré encontrar esa esquina del paradero de despedidas y besos robados que tanto me gustan.

A veces pienso que los periodos oscuros de mi vida son como una breve estancia en el caracol...

Después de todo, casi siempre, del otro lado, me queda un beso.

D.

5 comentarios:

D dijo...

...Y la vida.

Gade Herrera dijo...

Chales, no conzco esa parte... pero prometo pasearme por ahí.

Mar dijo...

Ay yo también tengo unos episodios de mi vida perdidos en el caracol.

Ya sé qué me gusta de tu blog: que te inspiras en las cosas diarias para escribir verdaderas composiciones.

Darina Silver dijo...

La vida... Si, la vida está allá afuera. ¿O era la verdad la que estaba?

Gade...

Jo, no lleves tus zapatos favoritos, si vas.

Mar: Gracias.

D.

Espaciolandesa dijo...

¿Alcanzas a escuchar en medio de esa oscuridad las voces de quienes hablan afuera, las risas, los autos pasar?

Aún perdida hay voces que no siempre quieres escuchar.

Algunas de ellas quieren guiarte a la salida, otras simplemente van de paso.

Tú decides cuáles escuchar.

Y como dices, quizá te espere un beso.

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