Morí persiguiendo la aurora

Morí persiguiendo la aurora
en un golpe de viento del norte
Cegada por las luces frías,
golpeada en la llanura helada.

Morí persiguiendo a una fantasma
pálida sombra morada
morí, sin culpar a nadie de mi muerte:
no quiero, no puedo, no lo hago.

Nadie, si no yo, me lancé a perseguir quimeras...
Nadie, si no yo, se estrelló en el piso helado.

¿Quién dice que los sueños no matan?
Mis costillas se estrellaron contra el hielo
y ya nadie me salvo de la masacre,
mi boca soltó una saliva espesa
que quedó congelada entre mis labios.

Mis ojos anegados de preguntas,
mis dedos, aún querían acariciarte...
Aurora lila, verde, naranja...
Aurora titilante.

Morí persiguiendo la aurora,
dulce sueño de colores boreales.
Morí añorando tus ondas,
mi última visión fue tu velo ondulante.

Quiero deslizarme en las luces del norte,
pálida sombra de mi espírtitu añejo,
quiero fundirme en tí, saber...
que siempre que uno persigue la aurora,
morír vale la pena.

D.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

que gonito =D

NM dijo...

hola amigocha abandonadora de amigas!!!

Aquí ando paseandome, hoy que quiero chatear y no hay nadieeeee buu... te dejo un abrazo...

sale bai

Yareli dijo...

Ahh! me dio frío tu poema, y también me gustó mucho =D besitos.

c324r dijo...

Que bonito texto...

Felicidades, estilacho!

Darina Silver dijo...

John:

Ay... quiero una musa como la tuya.

Yo me inspiré en una película de Disney sobre perritos.

Natalia:

Que feo es eso de querer chatear y que no haya nadie. Eso me pasó hoy.

Yareli:

Si! Era un poema en el ártico!

Diez por la percepción del contexto.

Julio: Muchas gracias Julio, regresa cuando quieras.

D.

Espaciolandesa dijo...

Yo casi morí persiguiendo a un fantasma.

Y no... no habría valido la pena.

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