Reencuentros de librería

Ayer terminé "La hora sin diosas" de Beatriz Rivas. Al cerrar el libro me dirigí a mi librería favorita, la FCE Rosario Castellanos a buscar más "provisiones para pasar el invierno".

De camino allí me encontré a tres personajes de mi pasado...

Primero, en la calle vi a "MunRA", el inmortal, un compañero de trabajo que recibió su apelativo por haber sobrevivido a varias quimioterapias y radioterpias para tratar el cáncer.

Sólo me vio y estoy segura de que alzó las cejas. Seguro no esperaba verme por allí. Me fui sin despedirme de casi nadie, convencida de que habría pasto más verde en otras tierras. Tenía razón.

Después, ya dentro de la librería, encontré a un hombre que conocí cuando hacía mi servicio social... Aunque generalmente recuerdo los nombres, esta vez me atacó una amnesia pasajera que se diluyó cuando él me dio la tarjeta del nuevo sitio en donde está trabajando: una editorial.

Me sentí emocionada, porque hace años yo le regalé un libro. Siempre nos gustó platicar de libros. Y ahora nos encontramos de nuevo en ese sitio que me cobijó en mis peores crisis.

No lo entretuve mucho, porque él ya iba de salida y yo no quería tardar demasiado eligiendo mis provisiones.

Me sumergí en la contemplación de libros (hasta acumular una lista muy larga de peticiones para los reyes magos, casi todas de editorial Anagrama) y compré un par de regalos navideños.

De camino al metro me encontré con otro personaje de mi trabajo anterior: el reclutador quien me entrevistó para quedarme en mi primer trabajo.

Me presentó con otra chica, que parecía muy joven. Intercambiamos trivialidades sobre la oficina y nos despedimos sin más.

Con mi bolsa llena de libros recordé...

No había comprado un libro para suplir "La hora sin diosas".

Pero también me sentía muy ligera por otras cosas: vi fragmentos de mi pasado, pero ya ninguno tenía filo.

D.

5 comentarios:

Mar dijo...

"Vi fragmentos de mi pasado pero ya ninguno tenía filo".
Me encantó tu frase.

Sobre los reencuentros en librerías: debe ser alentador que sean las librerías el lugar de encuentro con figuras del pasado. En mi caso, creo que serían puros lugares horribles, como las filas para pagar la luz, por ejemplo.
Ja.

Lumediana dijo...

Que sensibilidad!
Estas son cosas que le pasan a todos, pero pocos las pueden capturar como tu.
Lumediana

Darina Silver dijo...

Mar:

Sólo he ido una vez a pagar la luz. Había mucha gente, pero no conocía a nadie...

Lunamediana

Muchas gracuas por la flor, un abrazo,

D.

Espaciolandesa dijo...

A mí también me encantó tu frase final.

Creo que es a lo que mucha gente aspira... a que esas cosas que hieren pierdan el filo.

Darina Silver dijo...

Pequeña Saltamontes:

Algunas cosas lo hacen, otras no.

Por ejemplo, hoy me dijeron que el niño que me gustaba en la secundaria ya hasta tiene un hijo!

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...