Tú y mi oficina

Podrá parecer un cliché de película porno...

Pero de tiempo atrás, nos imagino besándonos en mi oficina.

Debe ser que hace demasiado calor en las tardes.

O quizá ese rincón en la oficina no se alcanza a ver desde ningún ángulo (Cuando estaba a solas en la oficina, pasé un largo rato viéndo y no, efectivamente, no se ve nada...)

Allí se escondió la Marlita el otro dia, cuando se quería hacer la graciosa.

(Nota mental, poner después un post sobre la Marlita).

(8) Porque una casa sin ti es una oficina...

La verdad es que a mi me gusta mi oficina; en aquellos oscuros dias en que no quería volver a casa por temor a tener un ataque psicótico y matarlos a todos... (¡Ey, esas cosas pasan!) mi oficina era un lugar fresco y seguro para poder esconderse.

Ahora no sé... quizá han pasado demasiadas cosas. O quizá porque no ha pasado nada. O quizá porque tengo razón cuando le digo a Raúl que las mujeres en realidad no sabemos lo que queremos.

"A ver, muestrame una mujer que tenga coherencia lógica entre lo que piensa, dice, hace y siente", lo desafié.

Pero él no me pudo mostrar a nadie así.

Coherencia... Esa incapacidad para mostrarnos coherentes. Por quererte ver cuando estoy en la oficina y por querer escapar cuando te siento cerca.

Porque en realidad no sé que quiero.

Porque lo único que quiero es saber que quiero, porque así podría hacer algo.

Pero no sé nada.

Sólo sé que ya es hora de salir de la oficina.

D.

2 comentarios:

KAZVEL dijo...

Me quedo con esa parte de que tienes deseos de matarlos a todos, jajaja.
Encantadora como siempre, extraño charñar contigo, un beso.

Darina Silver dijo...

Kazvel:

Ah, ¿no nos da a todos ganas de matarlos a todos de vez en cuando?

D.

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Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...