Una pregunta inocente

Nota: Contra a mi costumbre, esta vez yo inicié la conversación con el taxista. Resulta que no llevaba bolsa de mano, así que no tenía un libro para leer y el tráfico era horrible, así que lancé lo que parecía una inocente pregunta...

D: ¿Y le falta mucho de su jornada?

T: Apenas voy empezando... Es que verá, los primeros tres días de la semana pasada estuvieron muy flojos, así que jueves, viernes y sábado me maté trabajando: desde las seis a las dos no paré. Entonces el domingo lo pasé con mi familia y ya... el día de hoy empecé más tarde.

Es que verá, hoy fui a dejar a mis niños al curso de verano. Apenas salieron. Tienen 10 y 12 años. Y bueno, generalmente los deja su mamá, pero hoy se fue a trabajar. Y es que a veces uno no reconoce todo lo que hacen ustedes... El trajín de andar de allá para acá...

Aunque yo a mi esposa le pido que atienda la casa. Verá, ella es comerciante, su familia siempre se ha dedicado a eso; hasta tienen sus locales fijos en un mercado y cuando su hermana compró otro local, le dijo que le ayudara... Y si, mi esposa le ayuda 3 días.

Bueno, antes le ayudaba nada más tres días, pero ya desde el otro día yo llegué a la casa y era sábado; le pregunté a mi hijo mayor por su mamá y me dice: "Está en el trabajo" y ya, que le llamo...

- ¿Y ahora vas a trabajar los sábados?

- Pues no, sólo es por hoy... pero si así fuera ¿qué...?

- Pues entonces tendríamos que repartir los gastos por mitad.

Es que yo no le digo nada, pero si pago todo: la luz, el gas, el teléfono... es más, ahora vengo de pagar una tarjeta de "X". ¿Ve? Y ella me dice que luego tiene que completar lo que le doy de gasto, pero le digo que está bien: "A ver, si no lo hicieras tú, quien lo haría?".

¿Y para que me paro el saco? Si ella si se compra sus cosas, la verdad. Pero ya, hablando en plata, no me gusta que descuide la casa. ¿Verdad? Porque así como ve el carro ahorita, a mi no me gusta que tenga polvo. Me molesta sobremanera.

Antes yo trabajaba como chófer privado. Y como sea, uno se acostumbra a la limpieza. A las cosas buenas también, pero sobre todo a la limpieza. Yo sé que mi casa no se cae de mugre, pero yo ya quisiera vivir así, como si tuviera siempre una muchacha...

Si, alguna vez mi esposa llegó a decirme: "Si tanto quieres tu casa limpia, ¿por qué no te casaste con una gata?". Pero no es por eso...

Yo siempre he sido así, de cierto modo eso también les afectó a mis hijos; bueno, más al mayor. Es que, ¿sabes? uno comete muchos errores. Con mi primer bebé no quería que gateara, ni que ensuciara todo. Me molestaba.

Y si, eso siempre repercutió, porque es... ¿cómo decirlo? Más nervioso. El pequeño, en cambio... Verá, al mayor le compro unos zapatos y le duran todo el año; pero al menor tengo que comprarle dos pares más de tenis y dos pares más de zapatos. ¡Se los acaba! Pero es más extrovertido...

Y si, así es esto de tener hijos. Uno se equivoca.

Yo no le voy a decir que mi vida sea perfecta, pero quiero mucho a mis hijos. Tampoco puedo decir que estoy felizmente casado; incluso me he ido dos veces de mi casa, pensando que ya no quiero más. Es difícil.

Es que verá... cuando yo trabajaba de chófer privado ganaba bien, sobre todo porque trabajaba para un diputado y aunque no me tenía en la nómina de la cámara, pues si era un buen salario, es más, él mismo me decía que ganaba más que un profesionista... ¡Pero es que yo si soy un profesional! De mi área, claro.

Y es que además le hacía de todo: era su secretaria, su guardaespaldas, su recadero... Bueno, no todo, no era su amante. Esas si tenía, pero yo no. Paso.

El problema fue mi liquidación, verá... Porque como yo estaba fuera de la nómina, pues no me liquidaron completo. Y cuando me dieron mi cheque de liquidación allí si, tuve que mostrarme inconforme...

Pero no me quejo. No. Yo he vivido como la gente y comido bien. Esos eran los buenos tiempos. ¿Ve? Ya llegamos, menos mal. No había tráfico...

D.