Fiesta Geek vespertina

Estoy en un momento y lugar de mi vida que nunca creí. Realmente he tardado en encontrarme y definirme... Y es difícil: hay días en que me encanta y otras veces en que considero que el infierno es estar en un lugar donde hacer lo que te gusta es una obligación.

Cuando era adolescente las etiquetas eran menos: eras naco o eras fresa. Ser fresa tenía más ventajas (según yo) pero más requerimientos... Además nunca podría haber sobrevivido a una adolescencia con posters de Boy Bands en mis paredes.

Mi falta de lealtad hacia alguna etiqueta o subcultura me hizo una persona de bajo perfil, porque si no te identificas con nadie (si, es triste a veces no tener ni dios, ni líder, ni amo), no tienes tampoco quien te proteja.

Así me marché y a mi barco le llamé libertad...

Y ahora que voy tocando puerto, que las subculturas se han dividido y las tribus urbanas se cuentan con ambas manos, dedos de los pies y ábacos, encuentro simpatías con varios...

Las tardes que he pasado en reuniones con expertos en tecnología me siguen dejando boquiabierta... pero ya les entiendo un poco más.

Y sé que nunca seré Penny en medio del sofá de The Big Bang Theory... pero quizá estoy ganándome un lugar en la fiesta.

D.

2 comentarios:

Juan José Mérida dijo...

Ah, el sentido de pertenencia.

Saludo afectuoso.

Darina Silver dijo...

Juan José:

Exacto... ese que tanto me falta...

Gracias por el saludo!

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...