Orozco: luces y sombras del Goya mexicano

Aclaración: Esto del Goya mexicano no se lo puse yo, lo leí en una de las cédulas de la exposición que voy a reseñar, pero no recuerdo exactamente en cual... así que no procedan al linchamiento.

Amo el Museo de San Idelfonso. Lo amo desde que soy niña. Lo amo en sus espacios abiertos y en sus oscuras salas. Lo amo en su olor a viejo y en los pasos de mis abuelos, quienes estudiaron allí, cuyas risas y travesuras se asoman en las esquinas.

Cuando lo conocí, la imagen que se me quedó más gravada fue (¿cómo no, si es imponente?) la hermosa pintura de Orozco que está en las escaleras, retratando a la Malinche.

Pocas veces había yo visto mujeres desnudas (salvo mi madre) y esa imagen llena de fuerza, terror, oscuridad, salvaje deseo, impulso, vigor, se me quedó grabada en el alma.

Y en aquel entonces no se me ocurrió preguntar de quien era el cuadro, pues no, cuando uno es niño no piensas en esas cosas; creí que era como una de esas formaciones físicas que están allí, como las montañas, como los desiertos, como las cascadas.

Y así, por muchos años, no tuve conciencia de quien era Orozco, ni aunque veía en mis libros de texto sus pinturas, no lo asocié nunca con una imagen o un hombre, o una foto en particular.

Pero ese tipo de fortaleza, ese guiño oscuro, permaneció allí... hasta que empecé a tomar clases con mi asesora de tesis, quien me puso en perspectiva el muralismo mexicano...

Y fue allí cuando empecé a conocer más de Orozco y sus ideas... por eso no podía yo perderme la retrospectiva de este hombre que, en sus inicios, fue caricaturista, así que pasa por mi vena periodística y regresa a mi, a una parte que tengo vedada a otros pintores...

José Clemente Orozco retrata los principales movimientos de lucha en México con una fuerza y una crudeza terribles; en sus pinturas se observa el dolor y la muerte con efectividad.

De esta muestra, destaco las tintas que se encuentran en el primer piso, en la sala 15, creo recordar... Unas hermosas y dolorosas imágenes de la Revolución mexicana, que parecen cobrar vigencia en estos días, en que la sangre tiñe las calles de nuestro país y la violencia se manifiesta con su cada de muerte.

Algo que se me queda fijo también en la memoria es la doble imagen de mujeres que veo en Orozco, aquellos seres enrebozados  vs. aquellas prostitutas de maquillaje exagerado y corrido. 

Orozco frecuentaba burdeles y lupanares, sus escenas han quedado en pintura, como si fuera ayer y aquellos centros de baile, el olor a borracho y las botellas vacías sobre la mesa estuvieran tintineando...

La retrospectiva se llama "Pintura y Verdad" y pueden verla hasta el día de mañana (si, lamento avisarles con tan poco tiempo, pero que quieren, apenas pude escaparme a verla) en el Museo de San Idelfonso, Justo Sierra No. 16 detrás del Templo Mayor, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. 

D. 

1 comentario:

Darina Silver dijo...

Update!

Esta exposición fue extendida hasta el 27 de febrero.

¡Si pueden ir vayan!

D.

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