Su vestimenta era blanca, pero encima tenía una capa morada, que lo cubría casi por completo. Su voz era clara y llenaba con facilidad todo el recinto, logrando arropar a la amplia concurrencia.
En el discurso habló de la mortificación de la carne, del sacrificio, de la paz que viene con la ligereza del alma, de la ventaja de desligarnos de las ataduras.
Y sólo me libró de aquel ensueño la certeza del tintineo de la canastilla de limosnas, que contrario a lo que uno pensaría, era ostentosa, grande, ruidosa, imposible de ignorar.
La luz entraba suave y desvanecida, como entre celdills, como si estuvieramos en un panal gigantesco donde las abejas dejaban una gota de miel, cada una, libada, lista para ser consumida con avidez por aquellas moradas y grandes, zumbantes voces, que llamaban a la paz, al perdón y la reconciliación.
Es mentira que dude de dudar.
D.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Autopista pingüino
Autopista pingüino (2018) es una película japonesa que cuenta la historia de Aoyama al descubrir un fenómeno muy extraño en su pueblo: la a...
Acerca de mí
-
Cuando empecé la idea de llevar un blog, con otra dirección, lo llamé "Calle melancolía" y allí sí explicaba la razón del título d...
-
Hace ya cinco años, Mitzi me regaló una botella miniatura de Poeme, de Lancome. La primera vez que fui de visita a Guanajuato me lo llevé y ...
-
No sé por qué, pero las niñas que pasamos la infancia leyendo cuentos de hadas quedamos con una especie de trauma en busca de un final feliz...
2 comentarios:
no entendí si es crisis o avidez de fé... quizá deba volver a creer, digo, a leer.
"estoy de vuelta, dijo un tipo que nunca fue a ninguna parte"
Médico:
Escuche la rola otra vez, se acuerda de mi en esa parte que dice... "no dijo nada y sonrío".
D.
Publicar un comentario