Fabulas morales de GTA

Esta semana fuie muy extraña, menos mal que ya se terminó.

La fortuna que tuve fue que dejé de hacerme cruces por cosas que no voy a poder solucionar.

La mala noticia es que ya no puedo echarle la culpa de nada a nadie.

Así que, aún con ganas de tirar mi vida e ir a comprar una nueva a la tienda, decidí mejor ponerme a jugar en la computadora.

Los videojuegos, verán ustedes, tienen un efecto sumamente terapeutico para uno que es obsesivo compulsivo, porque te dan una sensación de control total que no obtienes en casi ninguna parte de la vida real.

Mis lectores que sean amantes de los videojuegos lo sabrán: pocas cosas hay como superar un nivel, encontrar un arma poderosa, vencer a un terrible enemigo... Yo que sé.

Y el videojuego que elegí en esta ocasión para liberar mi estrés fue el ya muy reseñado GTA.

GTA o Grand Thief Auto (El gran ladrón de autos) es ya una exitosa franquicia de juegos de acción cuya mayor gracia consiste en robar autos, realizar misiones y volverse rico con un montón de actos criminales que van subiendo en la escala de intensidad, desde asaltar a inocentes transeuntes hasta escapar del FBI.

Yo que sé.

El caso es que yo juego con una versión en donde ya todas las misiones han sido terminadas, lo cual me permite ignorar las misiones y conducir sin destino por una ciudad simulada, con desniveles, puentes, avenidas y boulevares.

Encuentro un gozo oscuro conduciendo en barrios poco hospitalarios y me gusta esa filosofía de "Si lo quieres, tómalo", que ofrece el juego. Ves un auto mejor que el que tienes, te bajas del tuyo y se lo quitas al conductor.

Es una forma muy Hakuna Matata de vivir.

O muy "Busca lo más vital"

El caso es que los videojuegos y las caricaturas nos enseñan que las cosas deberían ser más sencillas y luego no lo son.

El grado de frustración que nos produce a los adultos no poder "tomar lo que queremos" es muy alto. Y luego somos oficinistas frustrados o personas en espera de unas vacaciones a las playas de Tunez. O nos vemos tan faltos de esperanza que entramos a redes más oscuras.

La oscuridad que se puede apoderar de nuestras almas está a la vuelta de la esquina. Pensaba también en eso porque fue el día de Star Wars. Una vuelta equivocada, un ego herido, un giro de la historia y estamos detrás del volante de una vida que no sabemos como es la nuestra.

Yo no sé como conducir en el camino recto; sólo sé que estoy al volante y este auto no tiene reversa.

D.

2 comentarios:

Yareli dijo...

Cuando voy a casa de Xul, me incita a jugar sus videojuegos para hacerme feliz, jaja...el GTA tiene una excvelente música.

Darina Silver dijo...

Yare:

¿Verdad?

Te pasaré la versión que tengo, es genial.

D.

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