La chica del vestido morado movía sus nalgas como si fueran mecanismos independientes. Podía uno ver el vaivén de cada una de ellas a cada paso que daba, mientras bajaba la rampa hacia Insurgentes. Era tan hipnótico. Vestido morado y hojas secas.
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Cerré la ventana. Las plantas que estaban junto parecieron respirar tranquilamente El aire frío dejó de colarse por rendija y los cactus dejaron de titiritar.La ciudad vivía su transición hacia el invierno y el hombre de que estaba en el escritorio me dijo. "Es normal, vivimos en una montaña". Yo nunca me había percatado de ello.
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La rubia caminaba a mi lado con paso firme, en sus botas altas. Según me contó recientemente se había aclarado el cabello y un bonito vestido negro delineaba su figura. Seguramente hubiera volteado a mirarla de haber sido hombre. El aire frío era tibio a su lado.
D.
2 comentarios:
Wow!
Sexy postcards. Me encanta cuando una mujer habla de la belleza de otra mujer de esta manera...
Ale:
Yo amo a los hombres, pero que se puede decir... las mujeres somos más guapas.
D.
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