Tierra a la tierra

No he escrito porque tengo un gran nudo en el pecho, provocado por mi recuente visita a un panteón.

No acostumbro ir a funerales y me asustan las situaciones sociales. Todo eso sale de mi control.

Pero allí estaba yo, en ese panteón lejano de casa, rodeada casi por completo de desconocidos, abstraída en el olor a cemento que se desprendía de las gavetas recién armadas.

Y entonces la abuelita del muchacho muerto me pidió que dijera unas palabras. Y yo no pude.

Desde entonces tengo atoradas estas palabras.

Disculpen que se las venga a decir acá. Creo que terminé enfermandome por no decirlas.

No sé si esto ayudará a sanarme. Sólo sé que deben decirse.

Isra:

Nos conocimos poco y quizá nunca te lo dije, pero yo te admiraba mucho. Admiraba la forma en que defendías lo que amabas. Admiraba tu deseo de luchar por lo que creías bueno, justo y adecuado. Admiré tu vocación por el arte, tu entrega por la música, tu empeño de ir más allá dónde los otros sólo veían sueños de humo.

La última vez que te vi, de traje y contento, fue en el examen de tu hermana y ella todavía bromeó diciendo que había decidido que algún día nos casaríamos, para que yo fuera parte de su familia. Lo cierto es que la vida nos llevó por caminos distintos.

No sé si sepas, pero tu hermana te ama mucho. Muchas veces platicamos de ti y ella siempre se preocupó por tu bienestar, aunque muchas veces no entendiera tus decisiones. Me gusta creer que, a mi modo, entendía un poco más lo que hacías. Y no sólo lo entendía, lo admiraba.

Quiero decirte que ahora que no estás faltarás en el corazón de muchas personas que te aman, pero todas ellas estarán bien, con el tiempo. No se cura nunca el dolor de perder a alguien tan joven, tan prometedor, con tantas cosas por vivir como tú. No se cura nunca del todo, pero si se va mitigando un poco.

Yo estaré al lado de tu hermana por el tiempo en que la vida me deje, pues ella me ha elegido como su hermana espiritual y estamos en el camino una de la otra. Para mí siempre serás de la familia y yo siempre te recordaré.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...