Lo que trajo el mar: mi reencuentro con Irene

Entender el tiempo es como ir viajando en un avión: todo pasa tan rápido y tiene uno tan pocos puntos de referencia que no te das cuenta que te estás moviendo.

Sin embargo, cuando tienes un punto de referencia (un árbol allá abajo, una nube) llegas a comprender mejor cuanto te has movido de lugar y que tan rápido han ido las cosas.

Así me pasó al reencontrar al encontrar a una de mis ex compañeras de la Prepa entre los amigos de los amigos de una conocida página de Internet que está de moda (ya saben como es eso de las modas). Di de nuevo con la dirección de Irene, una chica que siempre me agradó, con la que nunca llegué a platicar a fondo porque nos reuníamos con grupos distintos de amigos.

Después de un rato de contarle lo que ha sucedido en estos (Wow, no me lo creo!) seis años de no saber una de la otra me di cuenta... que he cambiado mucho.

Hoy confirmé esto de forma gráfica, porque mi amiga Jeanine nos enseñó la forma en que remodeló su habitación: en un panel de madera colocó fotos de la Universidad...

De repente, frente a nosotras, tuvimos acampadas y excursiones, la salida de cursos y un montón de cumpleaños... Las risas y las tristezas, la rutina y lo nuevo volviendo y revolviendonos las tripas.

Mi reencuentro con Irene me ha hecho pensar en lo que he aprendido y quiero darle las gracias por ser mi punto de referencia en el camino.

D.

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