Termitas

En silencio, las palabras se meten debajo de la mesa y se comen la piel de la madera. Dejan huecos y resuellan al raspar la pluma. Estan conspirando revoluciones de tinta.
Aline voltea la hoja del cuaderno y ve salir a la termita. No es la noche de San Juan. Hace mucho que no ve polillas. Restriega el grafito contra la hoja y trata de trazar el rostro de un hombre que conoció ayer, intenta plasmar su nariz afilada y la arruga que se dibuja en su frente cuando mira contrariado el reloj.
Siempre se está tarde en esta ciudad.
El piso de la casa de Aline es de duela. Cuando ella jugaba a las muñecas la abuela les hacía calcetines para que no rayaran el piso.
La abuela murió y les dejó docenas de objetos de porcelana que se encuentran alineados en estanterías ligeramente inclinadas que papá colocó en sus días libres. A veces las bailarinas se tocan con los perritos de porcelana y tintinean.
Aline odia la porcelana porque tiene que dejar su cuaderno de dibujo para sacudirla. El otro día encontró una termita durmiendo en un jarrón con rosas pintadas a mano. No supo que hacer.
Ella sabe que las palabras duermen en los huecos que dejan las termitas. Eclosionan y tienen arrugas en la frente... como aquel hombre que la tomó del brazo en el metro:
- Tenga cuidado señorita, se va a caer.
Ella no tenía de donde asirse y se dejó sostener por un extraño.
Ahora intentaba recordar su ropa, aunque no tenía certeza de nada... Sentía el crepitar de la madera en la mesa y el gusano de la termita rollendo algo dentro suyo.
Apretó fuerte el lápiz hasta sentir el crujido en su mano: también por dentro estaba lleno de termitas.
D.

3 comentarios:

NM dijo...

hola amiwaaa aki anduve y no estabas! buuu ps ya mejor te dejo un abracin! ya traigo al viejote encuerado ke me encargaste, lo encerre en la maleta jajaa

Yareli dijo...

Las palabras son el lugar preferido de muchas personas y alimañas para esconderse. Pero hay que tener ciudado de que no se metan dentro de uno, luego es dificil sacarlas. Muy buen escrito!

Darina Silver dijo...

Nata!

Estaba viendo una pelí.

Pero si me acordé de tí antes, porque me preocupaba tu salud.

Que bueno que ya estés mejor. Te mando un abrazo sin carcomer.

Yare:

Es dificil. Tienes mucha razón.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...