El plan del flan

El flan permaneció en el refrigerador durante toda la semana fraguando sus oscuras intenciones.

Pensaba hacerme caer en su red.

Su trampa había sido cuidadosamente estructurada: deliciosas almendras, una incitante capa de caramelo, un color amarillo excitante...

Pero por dentro estaba lleno de rompope, concentrado rompope conventual, que fue adquirido con anticipación en el panteón.

Azúcar, vainilla, alcohol.... Huevos.

Si, era la fórmula perfecta para el desastre.

Al ver esa inocente rebanada sobrante me dije que no podría conmigo: la guardé como el postre para la comida de hoy.

Sin embargo, mientras saboreaba las primeras almendras comencé a sentir el mareo, el vaivén, la cosquilla en la panza...

Ja, quedé borracha en la hora de la comida.

El flan cumplió su plan.


D.

4 comentarios:

Mar dijo...

¡Entonces nunca comas chocolates al licor!

Jajá.

Así es esto. Yo creo que los alimentos conspiran en nuestra contra.

Anónimo dijo...

jaja no amnches,con rompope???

ay ni me digas que hoy se acabaron MI flan buaaaaaaaaa =(

Espaciolandesa dijo...

Emborracharse con flan... es casi poético.

Qué medio litro de tequila...

Darina Silver dijo...

Mar:

Los como con medida. Hay unos de tequila que me gustan.

Beliver:

Me encantaba esa sección de tu blog en donde ponías tus postres favoritos.

Saltamontes:

Si sirve... en la elaboración de ese flan se utilizó un cuarto de litro de rompope.

D.

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