Cambio de rumbo

Creo que el viernes toqué fondo. Justo cuando me disponía a llegar a casa para disfrutar de mi puente recibí una llamada de mi jefe para regañarme (en realidad no fue para otra cosa, sabía que no solucionaría nada en viernes por la noche, sólo lo hizo para reprenderme)

Y allí terminó todo.

Me dí cuenta de que me había equivocado al permanecer allí, donde ya no quiero estar.

Ahora necesito cambiar de rumbo, buscarme cosas nuevas, encontrar nuevos sueños, esperanzas, deseos, metas.

Allí se acabó mi tregua conmigo misma, mi paz asentada sobre tres palitos de bambú...

Allí se acabó, pero creo que es bueno.

Tiempo de tomar un giro de 120 grados... es decir, seguir hacia adelante, pero ya no más en línea recta... sino que ahora tengo que ir, a fuerza, para arriba.

D.

7 comentarios:

Espaciolandesa dijo...

Mmhh... ¿y por qué el regaño?

Bueno, igual y no es de mi incumbencia, pero me imagino que dejaste cosas pendientes o algo así.

Un investigador amigo mío dice que si uno ya no está a gusto en un lugar, lo mejor es irse.

Así que apoyo la moción: arriba y adelante :)

Juan dijo...

ya renunciaste?

Darina Silver dijo...

Pequeña saltamontes:

Fue algo relacionado con la actualización de datos en una base. Mi jefe insistía en que faltaban unas fechas.

Juan:

Nop... pero ahora ya lo siento como algo real. Es curioso como pasan estas cosas.

D.

Espaciolandesa dijo...

Ah... y luego cuando los jefes se ponen tercos, no hay poder humano que los convenza de lo contrario.

Lo peor del caso es que aunque estén mal, no se disculpan por el mal rato que te hacen pasar.

Anónimo dijo...

Y la gula???

Darina Silver dijo...

Pequeña:

Nah... no esperaba una disculpa.

Anónimo:

Esa pregunta es muy sabia....

Con razón los mejores refranes son de anónimos.

D.

Marisolirais dijo...

Y qué tal? Cómo va tu cambio? Suele suceder, esos despertares de la conciencia...

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