No conocían el mar...

A veces la televisión nos da una percepción irreal de las cosas.

O quizá nuestros propios sueños son los que nos traicionan al querer ver las cosas como deseamos.

Y la realidad sólo está allí, para desencantarnos.

Lo pensaba... hace un momento lo pensaba.

Lo recordé por aquella envidia que despertaban en mí Abelardo y Eloísa, los pájaros de Portugal.

"No conocían el mar y les pareció más triste que en la tele..."

Yo no recuerdo, al igual que Mar, cuando conocí el mar.

Quizá uno no conoce las cosas cuando las ve por primera vez, sino cuando se percata de ellas.

Recuerdo claramente que, tras terminar una vuelta carretera, llegué (no por primera ni por segunda, ni suquiera por tercera vez) a ver el Golfo de México, en Veracruz.

No me pareció triste, debo decir...

Pero en muchas ocasiones me lo ha parecido.

Quizá el mar más triste de los que he visto es el de Veracruz en diciembre.

También es triste el mar de Málaga... quizá me lo imaginé separando a Europa de Africa y por eso me entristeció.

O quizá era porque lo vi en febrero y estaba neblinoso y lleno de añoranzas.

El mar Caribe me pareció casi un mar sonriente... aunque quizá la tele también tenga parte de la culpa. Eso de los piratas, las vacaciones en Cancun y los chicos de Springbreak...

Hay muchas cosas que en mis sueños son más felices que en la realidad...

Cuando ingresé al kinder mi mamá me dijo que allí tendríamos hora de la siesta: me imaginé unas literas pintadas en azul y rojo, con colchas amarillas (me gustaban los colores primarios) en donde podrías subirte a dormir tras escuchar un cuento.

La verdad las maestras nos enviaban a unas colchonetas como de gimnasia para librarse de nosotros en un juego que se llamaba "Quedense quietos una hora sin molestarme"

Yo nunca pude dormir en ese juego. Cerraba los ojos para pensar...

No creo haber pensado en el mar. Ese recuerdo de Veracruz del cual les hablo debe de haber sido de cuando tenía al menos 8 o 9 años.

Mis padres me llevaron al mar cuando tenía mes y medio.

Dicen que metí los pies al agua y sonreí.

No acordarme de eso ahora me da tristeza.

Quizá el mar siempre es más lindo en la tele.

D.

5 comentarios:

Vinagreta dijo...

El mar me produce una inmensa sensación de... pequeñez, le da duro a la realidad...

Como si buscara algo que no tengo esperanza de encontrar...

Muy triste de verdad.

Mar dijo...

¿Y por qué la inquietud repentina por el mar?

Creo que anoche te mentí.

El mar de noche sí me causa nostalgia, añoranza. Quizá no tristeza, pero algo muy similar.

De cualquier forma prefiero haberlo conocido y haber sentido tristeza que no haberlo hecho nunca y pensar que siempre está sonriendo.

Espaciolandesa dijo...

El mar es imponente.

En La Habana, de tan azul se confunde con el cielo.

Los sueños, creo yo, nos revelan anhelos ocultos.

No es tan malo soñar... soñar demasiado sí, porque como dices, la realidad es más triste que en la tele u_u

Darina Silver dijo...

Vinagreta:

¿Verdad que sí?

Gracias por pasar por aquí.

Mar:

Una sarta de mentiras... Menos mal que conoces el mar.

Pequeña Saltamontes:

Dice mi mamá que Cuba le recordó a Veracruz. ¿Será?

En el mar la vida es más sabrosa...

D.

Anónimo dijo...

qué hermoso!

peroyo siemprediocho que la playa estásobrevalorada, me imaigno que a ti tambine,lo digo hasta el cansancio, jajajaja

y bueno, obvio laplaya es inseparable del mar

no pienso mucho en eso, jijij

saludos

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