De amigos y otros compromisos morales

Este tema de la amistad me pone nerviosa. Cuando iba en la preparatoria, pasaba mucho tiempo hablando de ello con mi amiga Lorena.
Ella decía que los amigos son como peldaños en una vida. Estás en su compañía un tiempo, en una época... Pero continuar la amistad más allá se le hacía algo hipocrita.
- ¿Para qué?- me decía- Si dos personas dejan de tener los mismos intereses, si se alejan, si dejan de reconocerse... ¿Para qué seguir con ello? ¿No resulta más falso, a la larga?
Las dos teníamos una amiga en común, que ella había conocido en la secundaria, pero a quien ya no quería tratar más, por considerarla de "otra etapa de su vida". Como sea, vivían cerca y frecuentemente nos regresabamos juntas a casa.
Efectivamente, en cuanto nuestras áreas de conocimiento se separaron, en el último año de la Preparatoria, dejé de frecuentar a Lorena.
Su profecía se cumplió conmigo y ya no la busqué más.
Pero recuerdo muchas de las charlas que manteníamos, cuando la filosofía nos interesaba y nos hacíamos las preguntas correctas, aunque sin tener mucha idea de lo importante que era aprender a pensar por nosotras mismas.
A veces me pregunto si seré buena amiga. Si los lazos que atan mi amistad con otras personas podrán sobrevivir. Si puede darsele el nombre de amistad...
A veces lo dudo.
Recuerdo con claridad el texto de "Compañero mío", de Gibran Jalil Gibran, que durante muchos años fue su bandera ante el concepto de amistad...
Y entonces pienso que, quizás, la política de Lorena no estaba tan errada.
Miro la lista de mis contactos en el teléfono, en el Messenger y recuerdo...

"Amigo mío, yo no soy lo que parezco. Mi apariencia es sólo un traje que llevo puesto, un traje hecho cuidadosamente que me protege a mí de tus preguntas, y a tí de mi negligencia. El Yo que hay en mí, amigo mío, habita en la casa del silencio, y en ella vivirá por siempre inadvertido, inabordable.

No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confíes en lo que hago, porque mis palabras son sólo tus propios pensamientos hechos sonido; y mis acciones, tus esperanzas convertidas en acción. Cuando dices: " El viento sopla hacia el oriente", yo digo: " Sí, sopla hacia al oriente"; pues no quisiera hacerte saber que mi mente no medita acerca del viento, sino sobre el mar. Tú no puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas.
Prefiero estar a solas con el mar.

Cuando es de día para ti, compañero mío, es de noche para mí; sin embargo incluso así, hablo del mediodía que danza en las montañas y de la sombra escarlata que se abre paso sigilosamente por el valle; porque tú no puedes oir los cantos de mi oscuridad ni ver mis alas que se agitan contra las estrellas. Y no me interesa que me oigas ni que me veas.
Prefiero estar a solas con la noche.
Cuando tú asciendes a tu Cielo, yo desciendo a mi Infierno. Incluso entonces tú me llamas a través del infranqueable abismo: "Mi amigo, mi camarada", y yo te respondo: "Mi camarada, mi amigo", porque no quisiera que vieses mi infierno. Las llamas te cegarían y el humo te ahogaría. Y me gusta mi propio Infierno; lo amo tanto al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar a solas en mi Infierno.
Tú amas la Verdad, la Belleza y la Justicia; y solo por complacerte te digo que es bueno amar esas cosas; pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor. Sin embargo, no te dejo ver mi risa: Prefiero reír a solas...
Compañero mío, tú eres bueno, cauto y prudente; es más: eres perfecto, y por ello contigo hablo sabia y cautelosamente, sólo que... estoy loco. Pero disfrazo mi locura. Prefiero ser loco a solas.
Compañero mío... tú ni siquiera eres mi amigo, pero, ¿cómo hacer que lo puedas comprender?. Mi camino no es el tuyo; y sin embargo caminamos juntos, los dos tomados de la mano...
D.

8 comentarios:

Mar dijo...

Ay, no.

Me niego.

No puedo dar una opinión sobre la amistad hasta que haya encontrado una posición congruente sobre el asunto.

A veces creo que ni existe.

Ay. ¿Ves?
Tu blog sólo consigue autohumillarme.

Jajá.

Espaciolandesa dijo...

Una vez le dije a cierta persona que no lo consideraba mi amigo.

Me dijo "pues... conmigo haces cosas que harías con un más que un amigo".

Pero insisto en que nunca fuimos amigos.

Entre aquellos que lo fueron hubo algunos a los que quise mucho y llegué a considerar mejores amigos y ya ni siquiera los saludo.

Nos fuimos por caminos diferentes y nos olvidamos mutuamente y a lo que teníamos.

Uno a veces pasa por momentos en los que sólo le es posible pensar en uno mismo.

Pero aún así algunas amistades, las que menos te esperas, perduran.

Como sea... hay que aceptar que las personas evolucionan. Y las relaciones también.

Indigente Iletrado dijo...

Gibran es una nenaza.

Esa es la descripción sobre amistad que haría alguna mujer menopaúsica.

La amistad no está condicionada al tiempo, ni la novedad. Es una fascinación por otro ser humano con el que te comprometes sin ningún formalismo de por medio.

Indigente Iletrado dijo...

Gibran es una nenaza.

Esa es la descripción sobre amistad que haría alguna mujer menopaúsica.

La amistad no está condicionada al tiempo, ni la novedad. Es una fascinación por otro ser humano con el que te comprometes sin ningún formalismo de por medio.

BRAINWASHED dijo...

Si, es triste pero cierto...ayer lo comentaba con alguien curiosamente, la verdadera amistad es la que trasciende las barreras del tiempo y del contexto...éste último, en mi particular experiencia terminó con una amistad de años y que ahora,pese a que no lo queramos así tiene que ocurrir, no podemos estar reciclando el pasado viendo con impotencia no poder construir en el presente...en fin!!!

Saludos excelente post!!

Darina Silver dijo...

Mar:

Je, ¿En serio no puedes opinar hasta encontrar una posición congruente?

Que estricta eres contigo misma.

Salta:

Quizá es porque el concepto de amigo puede variar de persona a persona...

Pero dicen que los conceptos universales tienen una definición certera y clara.

¿Será que la amistad no es una de esas cosas universales, sino muy particular?

Indigente:

¿No puede fascinarnos alguien que no es nuestro amigo?

Brainwashed:

Por lo que sé, también estás en uno de esos períodos de cierre de ciclos, así que me imagino que entenderás mi posición.

D.

Enrique dijo...

El "Compañero mío" de Gibran no habla, en mi opinión, de la amistad, sino de la invencible soledad humana. Ninguna compañía puede ser completa mientras se mantenga la noción de la mismidad y algún saber acerca del propio camino. Siempre quedará algún campo de ti inexpresable y extraño para el otro, incluso puede decirse lo mismo con respecto a uno mismo; uno nunca termina de conocerse, menos de ser conocido por el otro. Convéncete que "...tú no puedes oír los cantos de mi oscuridad ni ver mis alas que se agitan contra las estrellas."

La condición de soledad, sin embargo, no debe confundirse con el sentimiento de soledad. A menudo sucede que hay algún comensal en nuestra mesa, algún colega o condiscípulo, compañía sin más. No todo es disidencia. Si somos sensibles a estos aliados, no hay razón para sentirse miserable o incomprendido, al contrario, hay motivos para procurarle al viajero cercano, justo como a uno mismo, algún bienestar o amor.

Pero algo hay que decir todavía sobre esto: no podemos controlar nuestras relaciones amistosas; piensa solamente en la virtual imposibilidad de precisar el principio o el término de una amistad. Son una suerte de accidente, que así como llega, sin planearlo ni merecerlo, igual se va, sin cartas formales de disolución ni de permiso.

La amistad se cultiva, que duda cabe, no todo lo que en ella se da es obra de la casualidad. Pero si la relación de la que se trata se compone de personas, entonces cabe esperar lo inesperado, pues además de estar vivas y sujetas a cambio, también son libres de abandonar los menesteres del cultivo, por cualesquiera motivos.

En fin, no remuevo más tierra vieja.

Darina Silver dijo...

Enrique:

Es curioso, uno escribe, parece dejar algo de sí, luego sobre las palabras se acumula el tiempo y lo dejamos, hasta que algo sacude el polvo y nos sorprende esa pieza que salió de nuestros dedos, como si en algún momento hubieramos sido aquello, pero quizá no lo somos más...

Ya he tenido ocasión de pensar en la soledad como parte de la condición humana. Curioso, ¿no crees? que un animal que se dice "Animal social" y viva inmerso siempre en dilemas relacionados con la soledad, como destino, como fin último, como presencia constante, como meta.

Gracias por sacudir el polvo de las entradas pasadas.

D.

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