No hubo dedos de Parmesano

Hoy fui con Natalia a Coyoacán a buscar unos míticos dedos de queso Parmesano que probé hace un par de años, cuando aún era una estudiante despreocupada y pagaba mis chelas con mi mesada.

No había dedos de Parmesano.

Eso me molestó, porque había llevado a Natalia con ese motivo expreso. Bueno, eso y darle el regalo de cumpleaños que le compré desde hacía mucho y que no había podido entregarle: el disco "Entre Voces" de Jaime Sabines, de FCE.

Afuera había una lluvia ligera, brillaba el sol, las personas caminaban despreocupados y sin paraguas.

La cerveza estaba algo caliente, además. Eso me molestó.

Recordé un par de cosas con Natalia. Ella es del tipo de personas que me recuerdan mi pasado y allí hay un cajón de sastre, con agujas filosas y botones coloridos. Hay unos hilos enredados, que, cansada de revolver, he decidido sacar y dejar atrás.

No se pueden recuperar todas las madejas de la vida. Algunas tienen demasiados nudos. A veces es necesario dejar ir.

El disco que le compré a Natalia me seguía por todas partes, como recordandome que aún tenía pendiente darselo.

Ahora que he vuelto a casa, me siento liberada, como si aquel disco de poemas llevara consigo un peso emocional... No era un peso, exactamente.

No es nada de tu cuerpo,

ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,

ni ese lugar secreto que los dos conocemos,

fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.

No es tu boca -tu boca

que es igual que tu sexo-,

ni la reunión exacta de tus pechos,

ni tu espalda dulcísima y suave,

ni tu ombligo, en que bebo.

No son tus muslos duros como el día,

ni tus rodillas de marfil al fuego,

ni tus pies diminutos y sangrantes,

ni tu olor, ni tu pelo.

No es tu mirada -¿qué es una mirada?-

triste luz descarriada, paz sin dueño,

ni el álbum de tu oído, ni tus voces,

ni las ojeras que te deja el sueño.

Ni es tu lengua de víbora tampoco,

flecha de avispas en el aire ciego,

ni la humedad caliente de tu asfixia

que sostiene tu beso.

No es nada de tu cuerpo,

ni una brizna, ni un pétalo,

ni una gota, ni un gramo, ni un momento:

Es sólo este lugar donde estuviste,

estos mis brazos tercos.


Natalia vino a ver a Fey, yo estuve contenta de verla. No hubo quesos de Parmesano, pero todo estuvo bien.

D.

5 comentarios:

Mar dijo...

Y seguramente me enviaste con ella mi regalo de cumpleaños ¿Cierto?

Bueno, bueno, ya.

Cuando a veces pienso en la posibilidad de olvidar algunos episodios de mi vida, me detiene el hecho de saber que para ello, habría de matar a algunas personas valiosas.

...Mejor conservo mi historia -y sus hilachos enredados- completa.

Darina Silver dijo...

Mar:

No, Mar.

Prefiero dartelo en persona.

D.

BRAINWASHED dijo...

Ese disco de Sabines de FCE me lo prestó hace tiempo una amiga para quemarlo,sin embargo no hubo necesidad de hacerlo porque no tuvo "V" de vuelta...

Sería interesante verla de nuevo ahora que lo pienso. Para devolverle el disco y además era una de las personas con las que pasaba horas tejiendo madejas.

Saludos!!!...y muchas felicidades!!, excusame el reetraso, lo que importa es la intención...espero!!!

NM dijo...

Luego recordar el pasado es nais...

¡¡Quiero mis dedos de queso!!

Y sí, la chela estaba caliente pero bien que nos la tomamos! Jaja

Ya volvi a postear asi ke ahi te espero!

Darina Silver dijo...

Brainwashed:

Gracias por las felicitaciones.

Nat:

Ahora mismo voy para allá!

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...