Contigo en la distancia

Ayer tuve un sueño extraño, en el cual veía como se desarrollaba frente a mis ojos un romance, entre dos pasajeros de un transporte público. La historia, muy parecida a La autopista del Sur me dejó pensando en la vez en que le encargaron a un conocido mío que leyera a Cortázar para entender los problemas de los suburbios de las nuevas ciudades.

Lo cierto es que los habitantes de las grandes ciudades pasamos mucho tiempo en el tráfico, en tiempo que se gasta de manera horrible y te deja exahusto, por lo que la posibilidad de dormir, leer o incluso enamorarse en el transporte público ya no me parece tan extraña.

Durante mis cuatro años y medio de estudios universitarios hice más de 60 minutos para llegar a la facultad, así que me enamoré al menos 10 veces de pasajeros del metro... algo así como lo que canta La oreja de Van Gogh (La que se dedicó a cantar) en su rolita 11 de marzo:

Si fuera mas guapa y un poco mas lista
si fuera especial, si fuera de revista
tendría el valor, de cruzar el vagón
y preguntarte quien eres.

Te sientas enfrente
y ni te imaginas,
que llevo por ti mi falda más bonita,
y al verte lanzar un bostezo al cristal
se inundan mis pupilas.

De pronto me miras
te miro y suspiras
yo cierro los ojos
tu apartas la vista
apenas respiro
me hago pequeñita
y me pongo a temblar.

Y asi pasan los días, de lunes a viernes
como las golondrinas del poema de Bécquer
de estación a estación de frente tú y yo
ahi viene el silencio.

De pronto me miras
te miro y suspiras
yo cierro los ojos
tu apartas la vista
apenas respiro
me hago pequeñita
y me pongo a temblar.

Y entonces ocurre
despiertan mis labios
pronuncian tu nombre tartamudeando
supongo que piensas que chica más tonta
y me quiero morir

Pero el tiempo se para
y te acercas diciendo
yo no te conozco y ya te echaba de menos
cada mañana rechazo el directo y elijo este tren

Y ya estamos llegando
mi vida a cambiado
un día especial este 11 de marzo
me tomas la mano llegamos a un tunel
que apaga la luz.

Te encuentro la cara
gracias a mi manos
me vuelvo valiente
y te beso en los labios
dices que me quieres
y yo te regalo el ultimo soplo de mi corazón.

Cuanto más lejos vivas del centro de la ciudad hay más tiempo para los romances de transporte público, así que sólo puedo imaginarme la dicha de mi amiga L. que vive a dos horas de la facultad...

Lo cierto es que eso pone en perspectiva lo que platicaba con Mariel el otro día, pues ella decía que de una ciudad a otra de Guanajuato había camiones que hacían 20 minutos y parecía una distancia insalvable.

Quizá ninguna distancia sea insalvable, pero a veces atravesar un pasillo y preguntarle a un extraño a quien ves diariamente su nombre, es mucho más dificil que cruzar medio mundo para encontrarte con quien amas.

D.

3 comentarios:

John Bauer dijo...

me encantó el final, qué cierto es! y cuántas veces nos hemos encontrado en esa situación (no tu y yo, obvio, ajaj, sino todos jaja que guey)

yo ahora hago 10 minutos a mi trabajo, después de hacer minimo 50 minutos a la secu, prepa , universidad y mis tres trabajos anteriores, ya casi no tngo tiempo para leer!!!!!

Saludos May

BRAINWASHED dijo...

Yo hacía unos 30 minutos de mi casa a al campus de la Uni donde estudié (y donde ahora curiosamente trabajo) y me desplazaba en el transporte suministrado por la misma universidad. Y durante años esperé encontrar a la "Maga" de Cortázar de su "Rayuela"...sobra decirte que me quedé esperando.

Saludos!!

Darina Silver dijo...

John Bauer:

Este... si, creo que la aclaración que hiciste salía sobrando.

Debe ser bonito trabajar a 10 minutos de casa; lo malo es que uno se acostumbra a utilizar ese tiempo.

Saludos John.

Brainwashed

Anda, me faltó esa referencia importantisima!

Ellos caminaban sin buscarse, sabiendo que se encontrarían.

Quien sabe, a lo mejor la Maga de tu historia aparece cuando dejes de buscarla o de esperar que llegue.

D.

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